10 «Die veneris sancta non valui scribere sermonem propter fletum», Quaresma , 2, 170, 21 de abril de 1413.
11 Fages: Notes et documents , pp. 271-272. Sobre la estancia de Vicente en Pollença, véase Alfonso Esponera Cerdán: « Hi era ab la ajuda de Déu ops de las animas molt profitós . San Vicente Ferrer en Mallorca», EV , 35, 2005, pp. 106-108.
12 Fages: Notes et documents , pp. 334-337 y 354-356.
13 Antonio Floriano: «San Vicente Ferrer y las aljamas turolenses», BRAH , 84, 1924, p. 566.
Valencia, Aviñón y entre medio
Que Vicente Ferrer naciera en 1350 es probable, pero no del todo seguro. En 1357 se dijo de él que «ahora» –con el «ahora» haciendo pensar en un hecho reciente– tiene tonsura clerical; para recibir la tonsura debía tener 7 años. El primer momento en que aparece como miembro de la orden de los predicadores, la orden religiosa fundada por Domingo de Guzmán a comienzos del siglo XIII, es en 1368, una fecha que cuadra bien con una fecha de nacimiento datada en 1350. Las constituciones de la orden dominica exigían a los nuevos hermanos tener al menos 18 años, aunque el cumplimiento del requisito de edad nunca fue total y se volvió cada vez más difícil tras la Peste Negra de 1347-1351, cuando las muertes de tantos frailes crearon vacantes que los dominicos se tuvieron que esforzar por cubrir. 1 Vicente nació sin duda en la ciudad de Valencia, situada en la costa oriental de España; sus principales oficiales municipales, los jurats , se referían a Vicente en 1387 como «natural d’aquesta ciutat». 2 La ciudad de Valencia era la capital del Reino de Valencia. Dicho reino, el Principado de Cataluña, el Reino de Aragón y otros reinos y territorios conformaban la Corona de Aragón medieval. El rey Jaime I de Aragón había tomado la ciudad de Valencia en 1238, acabando con cerca de quinientos años de dominio musulmán casi continuo, y completó la conquista del Reino de Valencia en 1245.
El padre de Vicente fue un notario llamado Guillem, tal y como recordaba un mercader valenciano que testificó en Nápoles en la encuesta para la canonización del propio Vicente. Guillem, Vicente y su hermano Bonifacio aparecen en una serie de documentos de las décadas de 1350, 1360 y 1370 pertenecientes a beneficios obtenidos por miembros de la familia Ferrer. 3 Vicente convenció a Bonifacio para convertirse en monje cartujo –y acabaría siendo jefe de la orden de los cartujos– tras la muerte de su esposa –como recordaba el hermano cartujo Jean Placentis, cuyo camino se había cruzado con el de Vicente en más de una ocasión y en la encuesta de canonización realizada en Bretaña mostró un considerable conocimiento de la carrera del predicador–. 4 Placentis también conoció al hermano mayor de Vicente, Pere, casado, mientras que un canónigo agustino valenciano conoció a una de las hermanas de Vicente, llamada Agnés. 5 En total, parece que Vicente tuvo siete hermanos. Predicando en Chinchilla en 1411, habló de un hombre valenciano y su esposa –aparentemente sus padres– que tuvieron ocho hijos, cinco de los cuales habían muerto ya en aquella fecha y estaban, según contó a sus oyentes, en el cielo, donde seguro que terminarían también los tres que seguían vivos. 6
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De las experiencias vitales de Vicente antes de entrar en la orden dominica no hay información directa y fiable. Pero crecer en la Valencia de 1350 y 1360 no debió de ser fácil. Al notar tristemente la despoblación de su ciudad y su reino en la década de 1370, los valencianos culpaban a las guerras y la peste. 7
La Peste Negra golpeó Valencia en mayo de 1348. Dicho año miles de valencianos murieron en sus camas o dondequiera que estuvieran, en ocasiones con los cuerpos repletos de la glànola –el nodo linfático hinchado, o bubón, que acompañaba a la peste bubónica–. 8 Temiendo la propagación de la enfermedad, el Gobierno municipal de Valencia pagó carreteros a principios de junio para sacar fuera de la ciudad los cuerpos de los muertos y moribundos. A finales de aquel mes los valencianos acudieron en manada a los notarios para dictar testamento y, los que pudieron, huyeron de la ciudad. 9 Los cronistas sugieren que la cifra de muertos alcanzó los 300 cada día. 10 Julio fue igual de malo que junio; murió tanta gente junto a sus herederos que Valencia quedó repleta de bienes y propiedades sin dueño. Los oficiales municipales se dispusieron a asegurar dichas propiedades, por temor a que se perdieran. 11 A mediados de agosto, por el momento, lo peor había pasado. 12 Se desconoce hasta qué punto afectó la peste a Valencia en 1349, 1350 y 1351, años en que asoló la mayor parte de Europa, pero la ciudad habría sido excepcional y afortunada en caso de no haber sufrido la epidemia de una manera similar durante aquel periodo. Si Vicente nació en 1350, llegó al mundo en medio del acontecimiento más letal de la Europa medieval.
No hay forma de conocer exactamente cuántos valencianos murieron durante la Peste Negra. No obstante, algunas piezas dispersas de información indican la magnitud de las pérdidas. Al menos la mitad de las parroquias de Valencia perdieron a su párroco durante la peste. Cuando murió el párroco titular de la parroquia de San Esteban, fue sustituido; cuando murió el sustituto, el sustituto fue sustituido; cuando murió el sustituto del sustituto, también fue sustituido, y entonces murió igualmente el cuarto titular –todo ello durante 1348–. 13 Estimaciones razonables de la población de Valencia en 1355, generadas a partir de listas fiscales de aquel año, la sitúan entre los 21.000 y los 28.000 habitantes; unos pocos años antes habría habido sustancialmente menos habitantes, dado que la migración desde el campo ya había compensado algunas pérdidas. 14 Pero no hay documentos valencianos con los que aventurar una estimación razonable de la población en 1347, antes de que golpeara la peste.
Los que sobrevivieron a la mortandad reconocieron que su mundo había cambiado. En 1349 los jurats de Valencia recomendaron al consejo de la ciudad, el Consell , que aumentara el salario de su notario y escribano, Pere Rovira, de 60 a 75 libras, porque el propio Pere no podía pagar los salarios más elevados que ahora exigían sus ayudantes y sirvientes, dada la escasez de mano de obra. Aunque el nuevo salario era «mucho mayor de lo que han acostumbrado a pagar», los jurats de Valencia advertían «que la presente época no se parece al pasado» y que aquella práctica del pasado era de poca utilidad para los que vivían en un presente claramente diferente e inimaginado. 15
Para diferenciar la Peste Negra de 1348 de episodios anteriores de alta mortalidad, los supervivientes la llamaron la gran mortaldat , es decir, la Gran Mortandad. La peste regresó una y otra vez durante los siglos XIV y XV. Al hacerlo, la Gran Mortandad pasó a ser recordada como la Mayor Mortandad y los brotes posteriores se fueron numerando; la segona , la terça , la quarta , la quinta y la sisena mortaldat siguieron a la gran mortaldat hasta 1401. La peste, obviamente, no fue la responsable de todas las fatalidades de aquellos sucesivos brotes, pero las referencias a los bubones son lo suficientemente frecuentes como para indicar que la peste bubónica continuaba trabajando. 16 La Segunda Mortandad golpeó en 1362, viajando de norte a sur a través de Cataluña y el Reino de Valencia; como la Gran Mortandad de 1348, duró cerca de tres meses, comenzando ya a finales de abril, más que en mayo, y provocando de nuevo huidas de la ciudad. Especialmente letal para los niños, la Segunda Mortandad también fue conocida como la mortaldat dels infants . 17 La Tercera Mortandad golpeó Valencia en octubre de 1374, tras tres años angustiosos en los que la peste estuvo activa en otras zonas de la Corona de Aragón (especialmente en Cataluña) pero no en Valencia, que había controlado la situación. Durante el invierno de 1374-1375, los magistrados de la ciudad tenían la esperanza de que el creciente número de muertos no reflejara más que unas recurrentes malalties e morts como las anteriores a la peste, pero para febrero de 1375 estaban convencidos de que Valencia se enfrentaba sin duda a una mortaldat general . En abril de 1375 los jurats –dos de los seis acababan de morir– observaron que la cifra de muertos estaba «creciendo terriblemente». Por junio los jurats admitieron que aquella Tercera Mortandad no había obviado en absoluto a Valencia e indicaron que el nuevo brote se mostraba especialmente mortal con los niños otra vez. 18 Los documentos del Hospital d’En Clapers de Valencia, una institución caritativa, permiten vislumbrar las tasas de mortalidad que impresionaron a los jurats . En un año habitual morían de diez a veinte de los residentes del hospital, pero en mayo y junio de 1375, en el tramo final de la Tercera Mortandad, murieron casi 60 residentes durante un periodo de dos meses. 19 Un brote de peste de junio a agosto de 1380 no fue lo suficientemente grave como para ser incluido dentro de las mortandades numeradas, pero la Cuarta Mortandad fue de noviembre de 1384 a julio o agosto de 1385, la Quinta Mortandad de marzo de 1395 a septiembre de 1395, y aún siguieron más brotes en 1401, 1403 –posiblemente una continuación del brote de 1401–, 1410-1411 y 1414. 20 La peste, el recuerdo del último brote y el temor del próximo fueron siempre los compañeros de Vicente y sus acompañantes. Era uno de los peligros de los que algunos querían que Vicente los librara.
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