Manuel Castillo Quijada - Mis memorias

Здесь есть возможность читать онлайн «Manuel Castillo Quijada - Mis memorias» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mis memorias: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mis memorias»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Manuel Castillo fue durante toda su vida un republicano convencido. Desde muy joven se comprometió con un ideal que marcó su trayectoria personal y profesional hasta obligarle a tomar el camino del exilio, primero en Francia y, definitivamente, en México. Pocos años antes de morir redactó un relato autobiográfico en el que reunió sus experiencias durante la España de la Restauración, de la Segunda República y del exilio. De su mano se evocan desde la vida en un barrio popular madrileño en tiempos de la Primera República, a la lucha política en la Salamanca de los años noventa del siglo XIX, pasando por las huellas de su vocación política, docente y periodística desarrollada con intensidad en Cáceres y Valencia hasta su huida de España. Finalmente, las Memorias de Manuel Castillo permiten a los lectores recordar la quiebra de esperanzas y proyectos que supuso la guerra civil, la derrota republicana y el exilio para varias generaciones de españoles. Su compromiso con la educación y el desarrollo humano ha dejado huella en la sociedad valenciana a través de su legado a la Universitat de València, haciendo posible la creación de su primer órgano de cooperación universitaria al desarrollo: el Patronat Sud-Nord.

Mis memorias — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mis memorias», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Vi anunciada en la prensa una reunión de los republicanos en un gran salón de baile de la calle de Espoz y Mina, en el que hacía la citación para la celebración de dicha fiesta, y en la que por solo cincuenta céntimos se tenía derecho a tomar café, media copa de licor y un modesto puro. Me encaminé hacia el susodicho local a la hora señalada y me senté entre los asistentes, muchos en verdad, que llenaban las mesas a todo lo largo. Hablando con los más cercanos a mí, me di a conocer a ellos y a los pocos momentos, merced a la campechanía y franqueza castellana, llegamos hasta a tutearnos como si fuéramos viejos amigos de toda la vida, solicitando a voces que yo hablara cuando se iniciaron los discursos conmemorativos. Me hicieron subir en una silla para que todos pudieran verme y oírme mejor hasta los extremos del gran salón, y «lancé» un discurso lleno de exaltación republicana que arrancó entusiastas aplausos, despertando ello la general curiosidad, corriendo la voz entre todos los asistentes de que yo era un joven republicano madrileño, recién venido de Madrid, a hacerme cargo de bibliotecario en la Universidad, que había ganado por oposición.

Ello fue motivo de felicitaciones de tantos correligionarios, a ninguno de los cuales conocía, entre los que figuraban los jefes locales de todos los sectores del republicanismo, que muy pronto habrían de contar con la cooperación del recién llegado, que acababa de ganarse el espaldarazo, colocándose en primera fila, claro es que de los románticos, puesto que jamás pretendí otro puesto que el de luchar como simple soldado.

Tanto el periódico La Libertad como La Democracia , con mis «Plumazos y borrones», me habían conquistado entre los republicanos una gran influencia entre las fuerzas populares salmantinas. Todos, como era frecuente en Salamanca, me tuteaban considerando mi corta edad, tanto los altos, como los bajos, porque Castillo, amigo de todos, había conquistado en poco tiempo unas relaciones en la capital, cual nunca pudo soñar, llegando a hacer concejales a republicanos valiosos y modestos que honraron, con sus honestas y prudentes intervenciones, al Ayuntamiento.

Dos personalidades dirigían entonces los dos partidos republicanos imperantes por su historia, en Salamanca, ambos abogados de nota; uno, don Pedro Martín Benitas, que era un prestigio dentro del Partido Federal, presidente que fue del Gobierno Cantonal, al que con gran habilidad, honradez y talento dirigió, en forma de que no se registrase el menor desafuero por parte de los exaltados, logrando que no se registrase la menor filtración en la administración de los fondos de Hacienda en el pago de sueldos a los funcionarios. Hombre respetado por todo el mundo y cuyo bufete era un verdadero modelo de honestidad y competencia, al que confiaban sus intereses las más destacadas familias charras, pasando por encima de las divergencias ideológicas.

El otro, don Celso Romano Zugarrondo, hijo de la directora de la Escuela Normal de Maestras, doña Petra Zugarrondo, que ya lo era cuando mi madre estudiaba la carrera por 1860 y a la que yo conocí, pudiendo confirmar el mal genio y violento carácter de que gozaba la señora en toda Salamanca.

Su hijo, don Celso, procedía de la carrera judicial, de la que salió, según era público, mediante un expediente, estableciéndose en la ciudad con bufete de su profesión y demostrando su gran competencia bien probada, pero más con habilidad que con el espíritu austero del anteriormente mencionado.

Tenía Zugarrondo como lugarteniente a un tipo exótico, procedente de Galicia, un hombre de procedencia misteriosa, sin oficio ni beneficio, hijo de un militar retirado, amigo y compañero del que más tarde había de ser mi suegro.

Aquel tipo me hizo la impresión de que era un aventurero de la política, se llamaba [Joaquín] Martínez Veira y cayó en Salamanca como un aerolito, dándose aires de líder, y publicaba un periódico semanal titulado La Concordia , que su simple lectura denunciaba no ser nada más que un arma de especulación y de chantaje, esgrimida con gran habilidad gallega, para ponerse a disposición del mejor postor sin el menor escrúpulo, de que llamándose republicano se escudaba, tras ese mote, para sus poco limpios manejos.

Tenía sus adeptos personales de su mismo concepto de la moral entre los que figuraba un hermano suyo que utilizaba como enlace en sus maquinaciones con políticos y caciques monárquicos y con las fuerzas reaccionarias, incluso con el Palacio Episcopal.

En mis actividades periodísticas tuve varias ocasiones de convencerme de ello y en verdad que una de ellas pudo haberme costado la vida; pero otra constituyó para mí un triunfo profesional en el campo de la prensa, así como un servicio al pueblo salmantino, aunque él no se diera cuenta.

Estando yo una noche en el teatro de El Liceo, donde actuaba una compañía de ópera, observé, durante los entreactos, unos misteriosos conciliábulos entre el alcalde, representante del Obispo en el Ayuntamiento, y Zugarrondo y Martínez Veira, ambos concejales republicanos.

Mi intuición periodística me hizo sospechar que entre los tres se discutía algún negocio de importancia en el que los tres estuvieran interesados, convirtiéndome, desde aquel momento, en observador continuo, comunicándoselo solamente a un amigo, abogado del estado, cuando una vez terminada la función tomábamos un ponche caliente antes de irnos a la cama.

–Tengo la sospecha –le dije– de que esos cabildeos deben estar relacionados con la subasta de la recaudación de Consumos, que se va a acordar en la sesión del Ayuntamiento que se va a celebrar mañana, y el hijo de mi mamá no se acuesta esta noche sin saberlo, por lo que, ahora mismo, nos vamos a la plaza, donde seguramente pasean continuando sus conversaciones.

Y, efectivamente, a los cinco minutos, bajo una espesísima niebla y embozados en nuestras pañosas hasta los ojos, enfocamos en los soportales de la plaza Mayor, dando una vuelta por «el lado de las mujeres» y, como yo esperaba, nos cruzamos con los tres ediles que venían por el de los hombres, a los que se había incorporado un nuevo individuo cuya presencia me dio la clave del misterio.

Se trataba de Juan Meca, un individuo que en tiempo de los conservadores era jefe de la Policía y en el de los liberales jefe de Consumos, que entraba, indudablemente, en el negocio como asesor.

Mi compañero se retiró a poco más de la una de la madrugada, pero yo seguí de cerca, protegido por la niebla hasta eso de las dos y media, en que se fueron retirando, haciéndolo yo también a mi casa de huéspedes, sentándome a la mesa, una camilla confortable, y redactando una hábil gacetilla en la que reseñaba lo observado y relacionándolo como rumor público con el negocio de los Consumos, dando así la voz de alarma.

Se trataba, sencillamente, de lograr se aprobase el remate de ese servicio en una cantidad mínima, que diese margen a que aquellos concejales, con el alcalde y el Meca, pudieran repartirse un jugoso negocio, que suponía en los tres años del contrato una respetable cantidad de miles de duros.

Salí de casa sin mirar lo avanzado de la hora para depositar mi gacetilla en el buzón que el periódico tenía instalado en la plaza Mayor, acompañada de una información confidencial, para el director, Soms y Castelin.

El suelto salió, motivando los naturales comentarios en todas partes, abriendo los ojos a los concejales, acobardándose los «negociantes» ante el público que llenaba el salón de sesiones y dispuesto a intervenir, él, si se intentaba acometer el asunto, ahogándose el chanchullo gracias a un periódico verdaderamente republicano, honrado y amante de Salamanca, y a uno de sus redactores, que tanto honor supo hacer a la profesión.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mis memorias»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mis memorias» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Mis memorias»

Обсуждение, отзывы о книге «Mis memorias» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x