Paloma Bau - Mejor no recordar

Здесь есть возможность читать онлайн «Paloma Bau - Mejor no recordar» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mejor no recordar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mejor no recordar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras una noche de fiesta con sus amigos, Alejandra desaparece misteriosamente sin dejar rastro. Preocupados por lo que haya podido pasarle, sus padres acuden a la policía para denunciar su desaparición. Sin embargo, dos semanas después, sin acordarse de nada y pensando que aún es la noche que salió con sus amigos, Alejandra regresa a casa, sana y salva. La policía, liderada por el inspector Ugarte, tras su repentino regreso y la falta de pruebas concluyentes, decide cerrar la investigación.
¿Qué le ha sucedido a Alejandra? ¿Ha fingido ella misma su desaparición durante catorce días? ¿Será capaz de recuperar su memoria y averiguar lo que realmente ocurrió?

Mejor no recordar — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mejor no recordar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Voy con los de siempre: Ana, Carlota, Julia y Sofía. En la fiesta estarán todos los demás: Tomás, Carlos y Luis. También viene Miguel, el novio de Carlota. Volveré tarde, porque después de la fiesta queremos salir. No sé todavía a dónde iremos, ya te diré. Y sí, tienes el número de móvil de todos. —Mi madre se rio al ver que me había adelantado a su pregunta y me dio un beso para despedirme. He de reconocer que todas sus preguntas me sacaban de quicio, aunque también me conmovía que a pesar de los años se siguiese preocupando por mí.

Mi madre siempre había sido una persona extremadamente protectora. Cuando era adolescente y salía de noche, siempre se imaginaba los peores escenarios posibles de lo que podía ocurrir y nunca conseguía dormirse hasta que estuviese de vuelta, fuese la hora que fuese. Me escribía al móvil un par de veces a lo largo de la noche, con mensajes tipo «¿Qué tal vas?»; o «¿A qué hora vuelves?». Al principio, todos aquellos controles me irritaban y provocaron numerosas discusiones entre nosotras, hasta que descubrí que no lo hacía porque no se fiase de mí, sino que realmente lo pasaba mal. Con los años, le fui demostrando lo responsable que era y conseguí calmar un poco sus miedos. Me dejó de importar que me escribiese, hasta el punto de que alguna vez yo misma me adelantaba a sus mensajes, contándole mis planes o hacia dónde me dirigía. Sabía que así ella estaría tranquila, y eso nos beneficiaba a las dos.

—No vuelvas tarde que mañana tienes que ayudar a tu padre a mover los muebles del salón. —Puse los ojos en blanco al recordar que me había comprometido a ayudar a mis padres con la reforma de la casa.

—Te aviso cuando esté en el taxi de vuelta, no te preocupes —dije mientras la miraba fijamente a los ojos con una sonrisa y, luego, me dirigí de nuevo hacia la puerta.

Antes de meterme en el ascensor, me giré una vez más para mirar a mi madre y despedirme de ella. Me fijé en sus verdes ojos y en su piel ya arrugada por la edad. Recordé aquella fotografía que tenía en la mesilla de noche, en la que tendría más o menos mi edad. Era una mujer guapísima, con una tez suave y dorada y un pelo ondulado castaño. Ahora, aunque no fuese joven, seguía siendo una mujer elegante y atractiva, a pesar de que la vejez no había hecho justicia a lo que un día fue.

Salí rápidamente del portal, bajé la calle hasta la esquina y me metí en el metro. Miré el reloj y me sorprendí al ver lo tarde que llegaba. Pensaba que tenía más margen. Saqué el móvil del bolso y llamé a Sofía.

—¡Hola, Ale! —Su risueña voz siempre me sacaba una sonrisa.

—Hola, Sof, llego tardísimo. Lo siento mucho.

—¡Vaya, que novedad! —replicó con tono sarcástico.

—Lo sé, lo siento. No me matéis. Por favor, entretén a Carlota y que no empiece a contar nada hasta que yo llegue, que estoy segura de que dice que se muda a Inglaterra con Miguel. Me quedan cinco paradas, es línea directa. Luego solo tengo que andar unos minutos.

—No te preocupes, Ale, ya te conocemos —dijo entre risas—. Yo acabo de llegar, me estoy fumando un piti en la puerta del bar y entro. Creo que Ana y Carlota ya están.

—Genial. Pues ahora os veo. Un beso. —Colgué y me puse los cascos de música.

Aquella noche iba a ser una gran noche. Sí, había decidido que quería divertirme, sin preocuparme por nadie ni nada. La última vez que salimos todos juntos en diciembre, antes de las vacaciones, había sido un desastre. La noche había acabado con una pelea, y me negaba a que aquello se repitiese. Desde hacía unos meses, había estado quedando con Tomás, uno de mis amigos del colegio de toda la vida. Ambos siempre habíamos notado que desde niños había tensión no resuelta entre nosotros, pero no fue hasta mi fiesta de cumpleaños en octubre que sucedió algo. Desde entonces, habíamos estado quedando constantemente a solas, yendo al cine, a cenar, e incluso habíamos organizado una excursión de día a la sierra. Sin embargo, nadie del grupo lo sabía. Habíamos decidido mantenerlo en secreto, ya que no sabíamos qué era exactamente lo que había entre nosotros y no queríamos condicionar la amistad de todos. Esa noche, Tomás bebió más de la cuenta y malinterpretó un gesto cariñoso que tuve con Carlos en la pista de baile. Entonces, se acercó a mí, me agarró violentamente del brazo y comenzó a gritarme y a insultarme. Me acusó de serle infiel y de estar dejándole en ridículo delante de todos. Obviamente, aquella escena hizo que el resto de mis amigos se enterase de lo que sucedía y, aunque me ayudaron a separarme de él y a tranquilizarle, la noche ya se había estropeado. Todos se sintieron muy ofendidos porque les hubiésemos mentido durante meses y, aunque mis amigas, posteriormente, me dijeron que no pasaba nada, soy consciente de que les molestó enormemente. Tomás me estuvo llamando durante días para disculparse, pero siempre me negué a responderle. Estaba muy enfadada con él. No tenía ningún derecho a hablarme de ese modo, agarrándome con esa fuerza simplemente porque había confundido un gesto con un amigo. Es más, ni siquiera estábamos oficialmente juntos. Yo tenía todo el derecho del mundo a hacer lo que quisiera y con quien quisiera. Finalmente, me decidí a hablar con él y, aunque le acabé perdonando por todos los años de amistad que nos unían, lo que fuese que había entre nosotros había terminado.

El tren se paró en Moncloa y salí rápidamente del vagón. Subí las escaleras metálicas de dos en dos y a los pocos minutos me encontraba en la boca del metro. Caminé velozmente, sin prestar atención a la gente con la que me cruzaba, absorta en mi música. No tardé en llegar al bar donde habíamos quedado. Desde la ventana, pude observar a mis amigas en la mesa pegada a la pared. Como de costumbre, Carlota llevaba un vestido corto, dejando a la vista sus largas piernas, y lucía su característica melena rubia sobre sus hombros. Julia, bastante más bajita que Carlota, nunca se presentaba a un encuentro sin botines de tacón y aprovechaba cualquier ocasión para resaltar con maquillaje sus bonitos ojos verdes y sus voluminosos labios. Por otro lado, Ana era la que más se parecía mí. A ambas nos gustaba arreglarnos y maquillarnos para potenciar nuestro físico, pero ninguna de las dos éramos tan presumidas como Carlota y Julia. Aquella noche, al igual que yo, Ana había optado por un pantalón negro y una blusa elegante. Por último, Sofía, probablemente la más natural del grupo, siempre acudía con vaqueros y zapatillas, pero su pasión por la moda hacía que siempre fuese la más estilosa. Aunque todas tuviésemos personalidades muy distintas, siempre habían estado a mi lado cuando lo había necesitado, habíamos crecido juntas, y por eso, las quería con locura.

Entré con decisión en el restaurante y, sin preguntarle al camarero, me dirigí a ellas.

—¡Hola, chicas! —dije entusiasmada al volverlas a ver.

—¡Ale! —gritaron todas al unísono, mientras se levantaban para abrazarme.

—¿Qué tal las vacaciones? ¿Has podido desconectar? —me preguntó Julia mientras me sentaba entre ella y Sofía, en el único sitio libre que quedaba en la mesa.

—Sí, la verdad que sí. Como os dije he estado en casa de mis abuelos en Málaga, y la verdad es que fenomenal. Ha hecho muy buen tiempo, y he podido dar paseos por la playa.

—¡Qué envidia! En Santander no ha dejado de llover —comentó Sofía mientras cogía la botella de vino blanco de la cubitera y me servía una copa.

—Bueno, chicas, ahora que estamos todas —comenzó Carlota—, quiero deciros que… ¡me mudo a Inglaterra en verano! A Miguel le han cogido en el trabajo que quería para empezar en septiembre y he decidido irme con él.

—Pero qué buena noticia. ¡Enhorabuena! Miguel tiene que estar supercontento —exclamó Ana.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mejor no recordar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mejor no recordar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Mejor no recordar»

Обсуждение, отзывы о книге «Mejor no recordar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x