BAZAR
JORGE A. FREIRE
BAZAR
EXLIBRIC
ANTEQUERA 2021
BAZAR
© Jorge A. Freire
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Iª edición
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ISBN: 978-84-18912-31-3
JORGE A. FREIRE
BAZAR
Quiero dedicar este poemario que cierra una trilogía
con vocación de cuarteto a mi familia, pequeña y mermada, que
me otorgó los instrumentos necesarios para ser lo que soy, haciendo el
menor daño posible a aquellas geometrías variables
que actúan fuera de mi entorno y en especial a mis padres,
ya nombrados en otras ocasiones, pero siempre queridos.
A mi hermana, ente como yo de vocaciones tardías, que suple con
entusiasmo ese tiempo que llamamos perdido y que solo
es un periodo de aprendizaje.
También a otras presencias ausentes cuyos rasgos se empiezan
a difuminar sin que pueda explicarme entonces por qué aún siento
pinchazos en el alma cuando las evoco preguntándome si los flujos de
conciencia son carreteras de sentido único o pavorosas autopistas donde
extraviarse para siempre.
Y a todos los que cuelgan con orgullo la etiqueta con su oferta,
esperando demandas que merezcan la pena.
Índice
Bon voyage Bon voyage Bon voyage, mon amour, sin orquestas, ni Mondragones, que qué bonita es la distancia, si no está entre nosotros, y no me apena la tristeza de las maletas perdidas, que hallarán otro horizonte cuando menos se lo esperen, que tendrán sus etiquetas, y eso solo es un lastre, que es preciso soltar, porque yo no quiero un nombre, si no me saben nombrar, y yo prefiero dar vueltas por tiovivos sin sentido, por rotondas sin salida, sin revueltas anunciadas. Buen viaje a cualquiera de tus lunas, con anillos o sin ellos, que los compromisos son boas que no dejan de apretar, y después, si nos dejamos, ya no saben qué comer, y eso es algo muy triste que no pienso consentir. Otra cosa es tu albedrío, que con eso no me meto, porque sé que voy a perder, y aunque me agrade ganar, no acabo de acostumbrarme y prefiero mi esquinita, donde sopla un viento suave que no quiere despeinarme. Buen viaje, mi amor, que tal vez no regresemos a la tierra prometida, y ni falta que nos hace, si aquí no estamos tan mal, aunque no nos encontremos, que la casa es muy grande y no tenemos que escondernos, porque hay puertas, que aun con llave, no se quieren abrir.
Forajidos FORAJIDOS Todos somos forajidos con máscaras a capricho, con los dientes dibujados, que los tiempos han cambiado, y en eso estamos de acuerdo tanto herejes como brujas, que aún quedan Torquemadas y hay hogueras para todos y no tantos bomberos, que ellos tienen sus turnos y también sus ansiedades, y también se deprimen cuando se extinguen las llamas. Todos somos forajidos y defendemos con saña cada cosa aprendida, cada consejo desoído, cada brisa equivocada, y que nadie nos reclame, que eso es causa de contagio, y hasta aquí hemos llegado, y después, como Pilatos, nos lavamos las manos. Antes era cosa de chiste y ahora de formulario, que si lo pone en el BOE, lo tomamos como mantra y lo llevamos a cabo con los medios al alcance, con falta de previsiones, con su tardanza latina, que los paisajes retratan y las costas condicionan, que cada cosa depende del color con que la miras, y después los cronistas te lo cuentan a su modo, y si te gusta, lo lees, o si no, ya te lo chivan. Otra cosa es que lo creas, que es otra forma de orgasmo, sin tener que estar activo. Todos somos forajidos, cada cual en su rellano, cada uno con quien puede, que si se te va la mano, que tengas un buen letrado, y si te has pasado mucho, te aplican el tercer grado, y ya duermes en tu casa, que a lo mejor es la cárcel de la que habías escapado. Todos somos forajidos, y los jueces van despacio y a ti no te importa tanto si ya tienes lo que esperas; que la vida no es tan corta, ni tan larga tu agonía; que si esperas suficiente, también te acabas cansando, y si lo consigues pronto, no tendría tanto valor.
Bazar BAZAR Ayer me pusieron a la venta en la tienda de la esquina, en el estante de arriba, y por mucho que ocupaba, nadie podía verme, y pasé el día viendo desfilar gente, que se sabía mi nombre, pero no me miraba. En unos años rebajarán el precio, pero ya seré otro producto, más viejo; más pequeño no, aunque pudiera parecerlo. Si espero lo suficiente y las crisis lo permiten, ya sería una antigualla, y eso tiene otro valor que es difícil precisar. Si me compras algún día, que sepas que si no supe amar, por lo menos, lo intenté, y que guardo en mi etiqueta tu fotografía, que aunque esté en color sepia, sigue contando lo mismo.
El hombre elefante EL HOMBRE ELEFANTE Soy el hombre elefante, sin almohadas suficientes, sin su barraca mugrienta, sin entrada que me precie, ni guionista que me escriba. Busco pares concluyentes, palomitas sin maíz, campos en barbecho, cargas soportables, médicos que me atiendan sin temor a los contagios, confesiones de despecho. Soy el hombre elefante, el cabeza de cartel, mariposa despiadada, habitando estómagos sin hambre; mamífero compatible, que huye de regentes con escopetas cargadas, de suturas acordadas, de campos concentrados, de risas justificadas.
La gente importante LA GENTE IMPORTANTE La gente importante no aprueba presupuestos, ni se tira los trastos en escaños necios, ni tertulia sobre regentes huidos, ni amantes revenidos. La gente importante te visita si estás solo, te ayuda a cruzar la calle, te da indicaciones, te llama cuando los demás te olvidan, te coge de la mano si agonizas, llora tu pérdida. La gente importante no hace estadísticas, ni convierte en un número lo que te importa. La gente importante te mira a los ojos, no les importa llorar, aunque la mires, escucha cuando hablas, sabe tu nombre y sabe nombrarlo. La gente importante no necesita casas grandes, duerme en camas compartidas, te deja hueco, no respira fuerte para no robar tu aliento, no hace ruido al despertar, y si faltas, lo lamenta. La gente importante no estudia ingenierías, prefiere anatomías, para saberte tocar, para dar con las teclas, que te hagan vibrar. Lo demás es accesorio y lo pone en los grafitis, que otros deben borrar; que no importa tu rostro, si reconocen tu obra. La gente importante no reserva mesa, se sabe bien recibida, no alza la voz, camina de puntillas, se calla a tiempo, se pone la mascarilla, no besa anillos, no mea fuera del tiesto. La gente importante asume riesgos, acepta culpas, vive al día, pide perdón.
Fantasma FANTASMA Yo no quiero ser fantasma, si no impongo condiciones, si no elijo los pasillos que conduzcan a tu alma. Yo no quiero ser fantasma, ni habitar en tus desvanes, que después cuando te duermes, no distingo mis contornos, y eso es lo que más me duele, que si no cierras los ojos, ya no te acuerdas de mí. Yo no quiero ser fantasma, ni tener sábanas blancas, ni cadenas arrastrando, ni una tumba a mi nombre, tan llena de flores secas, que pretendan retirarlas. Yo no quiero ser fantasma, para volver a estar solo, que si lo sé, no me muero, y si espero tres días, igual me resucitan, aunque no me queden fotos, ni haya signos de violencia, ni tampoco me apetezca, que nada es lo que parece, ni lo que hubieras querido, pero no pidas milagros, si antes no los has pagado.
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