También los nacionalismos periféricos organizaron la participación juvenil, aunque de distintas formas y con diferente éxito. Al constituirse Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en marzo de 1931, se creó la Joventut d’Esquerra Republicana-Estat Català (JEREC). La aceptación del marco jurídico-constitucional español por parte del partido llevó a sus jóvenes a rechazar lo que consideraban moderación de los dirigentes de ERC en el poder y desarrollaron un populismo autoritario basado en un ejecutivo fuerte y un partido único, un patriotismo exacerbado y una hipervaloración de la disciplina, la obediencia y el liderazgo, lo que se reflejó en su propensión por la acción violenta de carácter paramilitar, que les llevó a tener una actuación destacada en la insurrección del 6 de octubre de 1934 en Barcelona. En mayo de 1936, una parte importante de sus afiliados abandonó la organización para formar el nuevo grupo independiente Joventut d’Estat Català (JEC), que al mes siguiente se vincularía al Partit Nacionalista Català y a otros grupos abiertamente separatistas. 39El Partido Nacionalista Vasco (PNV) contaba con una importante base juvenil, encuadrada desde edad muy temprana en diferentes grupos que mantenían un alto grado de participación en sus actividades sociales e intervenían de forma poco activa en la toma de decisiones políticas, aunque algunos, como la Juventud de Bilbao, se convirtieron en portavoces oficiosos del radicalismo independentista frente al autonomismo de la dirección del partido. En Galicia, por su parte, recién en enero de 1934 se celebró la asamblea fundacional de la Federación de Mocedades Galleguistas del Partido Galleguista, que tuvo un escaso desarrollo. 40
Y dado que entre las organizaciones juveniles que apoyaron a la República en guerra las que alcanzaron un mayor desarrollo fueron las vinculadas a partidos y sindicatos obreros –las más importantes, también, entre las organizaciones juveniles progresistas , en sentido amplio, en el periodo prebélico– se hace necesario analizarlas más detenidamente.
2.2. JUVENTUDES OBRERAS Y REPÚBLICA
Todos los partidos políticos, desde el fascista hasta el comunista, buscan su fuerza y expansión en la juventud (…) ¿Por qué los anarquistas no han de preocuparse de la juventud? (…) Nadie mejor que las nuevas generaciones para asimilar nuestras ideas . 41
La República fue vista por la Federación de Juventudes Socialistas, al igual que por gran parte del movimiento socialista español, como un primer paso hacia una evolución gradual y pacífica hacia el socialismo. De cara a las elecciones del 14 de abril de 1931, la organización juvenil elaboró un llamamiento a votar que contenía un programa reivindicativo centrado en cuestiones generales, como la libertad o la amnistía. Pidió también que los jóvenes, aunque no pudieran votar, hicieran «sonar de una manera clara» su voz para que la tuvieran en cuenta los votantes, porque «en estos momentos de la vida española la juventud juega un papel importante y hasta decisivo» y «el día de mañana votaremos nosotros. Y exigiremos responsabilidades». 42Esta idea de misión generacional aumentó con el gran crecimiento que experimentó la organización juvenil socialista durante la Segunda República, cuando logró el mayor número de militantes alcanzado hasta entonces: en su cuarto congreso, en febrero de 1932, habló de 12.000 afiliados, y de más de 20.000 en el quinto, celebrado los días 29 de marzo y siguientes de 1934. Se convirtió así en una de las organizaciones juveniles políticas que contaba con más afiliados y la más importante entre las organizaciones juveniles obreras. 43
Hasta la primavera de 1934, las juventudes socialistas desarrollaron un amplio trabajo de estructuración interna, creando federaciones regionales y provinciales. En el congreso de 1929 solo existían las federaciones regionales de Asturias y Levante. En 1932 ya se habían formado en Andalucía, Castilla La Vieja y Castilla La Nueva. 44En diciembre del mismo año se constituyó la Federación Provincial de Vizcaya, que celebró su primer congreso en marzo de 1934, cuando decía contar con 23 secciones. 45Tras el cuarto congreso de la FJS (1932), se dieron normas para la constitución de federaciones provinciales, que se hicieron obligatorias en las provincias donde hubiera más de cinco secciones. En el congreso de 1934 se informó de que ya existían federaciones en 24 provincias. 46
En su primer congreso, en octubre de 1932, la Federación Provincial Montañesa de Juventudes Socialistas contaba con cinco secciones; en el segundo, en marzo de 1934, tenía ya 11. Los datos de ocho de éstas daban un total de 587 afiliados, sólo 88 mujeres, más de la mitad concentradas en la sección de Santander. Las localidades con más afiliados eran la capital, Torrelavega y Los Corrales. 47El Comité Provincial de Alicante se constituyó en junio de 1932 y dos años más tarde hablaba de 1.000 afiliados y 158 simpatizantes en 22 secciones, siendo las más importantes las de Elche y Villena, con más de 100 afiliados cada una. 48Las Juventudes Socialistas Valencianas celebraron su segundo congreso provincial en junio de 1933, con representación de 10 secciones que decían contar con sólo 288 afiliados, siendo las más importantes las de la capital y Alzira. 49El proceso de organización que vivían las juventudes socialistas se reflejó en todos estos congresos en la existencia de muchas propuestas sobre cuestiones de índole interna y de funcionamiento de las secciones, cotizaciones o creación de bibliotecas para los militantes.
El crecimiento de la FJS se produjo con afiliados de escasa formación política, lo que se destacó en las páginas de Renovación desde fechas muy tempranas, 50y llevó a dar gran importancia a la educación política, como muestra la aprobación, en el congreso de 1932, de la organización de una «Escuela Socialista de Verano», de la que llegaron a realizar dos, una en dicho año, en la que participaron 90 jóvenes, 51y otra en el verano de 1933, a la que asistieron ya 200 militantes. 52Se planteó también crear una «Escuela Juvenil Marxista», para la que la organización juvenil llegó a elaborar un reglamento. El proyecto se aplazó por el acuerdo de los congresos de la UGT y del PSOE, a propuesta de la juventud socialista, de crear una «Escuela Superior Obrera», idea que quedó paralizada tras las elecciones de 1933. 53A pesar de su carácter de escuelas de formación política eran también unas «vacaciones juveniles», como el mismo órgano de la FJS destacó. Tampoco se puede menospreciar el valor que pudo tener como ámbito de socialización de jóvenes de ambos sexos, y se podían convertir, como pasaría con las excursiones realizadas por las diferentes secciones juveniles aunque también tuvieran un contenido político, en lo más parecido a unas vacaciones a lo que podían tener acceso algunos de estos jóvenes, 54que en muchos casos asistieron a estas escuelas gracias a becas pagadas por las organizaciones socialistas o por militantes importantes de ellas. 55
Sin embargo, la primera actividad política destacada de la organización juvenil socialista con el cambio de régimen fue la organización de unas milicias, 56de las que se responsabilizaron los miembros de su ejecutiva José Castro y Felipe García, y «cuya misión principal, sin perjuicio de defender la República contra los ataques reaccionarios, sería la de vigilar nuestra organización y nuestros centros». Estas milicias protegieron edificios oficiales en Madrid tras la proclamación de la República y se encargaron del servicio de orden en la manifestación organizada el 19 de abril de 1931 en honor a Pablo Iglesias y en la del Primero de Mayo del mismo año. Desde las páginas de Renovación se insistió en la necesidad de la existencia de milicias para defender la República frente «a todo intento involucionista monárquico». Sin embargo, según se informó en el IV Congreso de la FJS, «significativos camaradas» les pidieron que «se pusieran en relación con otros elementos» y formaran «guardias cívicas» -es decir, que dirigentes del PSOE les pidieron que se pusieran de acuerdo con los republicanos. Al no llegarse a un acuerdo con éstos y, considerando «que habían sobrepasado sus atribuciones», porque creían que eran el PSOE y la UGT quienes debían ocuparse de la organización de estos grupos, «suspendieron los trabajos». 57
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