Daniel Cestau Liz - Reflexionar I

© Américo Daniel Cestau Liz, 2019

© Edición Americo Daniel Cestau Liz, 2019

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Hecho el depósito que marca la ley.

Digitalización: Proyecto451

DANIEL CESTAU LIZ

Para Anahí y Bautista.

“El Universo está hecho de historias,

no de átomos”.

Muriel Ruckeyser

“Puedes tener incalculables tesoros,

cofres de joyas y arcas de oro.

Más rico que yo no serás.

Lo presiento; conozco a alguien

que me cuenta cuentos”.

Cynthia Pearl

“Un cuento nos puede hacer pensar

por qué estamos aquí.

Un cuento nos puede sacudir y llevarnos

a reconocer una nueva verdad,

Darnos una nueva perspectiva y una

nueva manera de percibir el Universo”.

Ruth Stotler

“La gente cree que las historias, los relatos

y los cuentos son un buen remedio

para el insomnio, y yo les digo que

tienen la capacidad de despertar a los

hombres del más profundo de los sueños”.

Rabi Najman de Bratslav

A mi viejo Américo (+) y Tona (+) que nos cuidan desde el cielo, siempre me costará trabajo creer que ya no están.

A Anahí, Bautista y Claudia mi familia, los adoro.

A Cocho (+) y Carlos Berinstein.

A Ernesto Puñales, Ivan Kechichián y Julio Guridi.

A Patricia Ribeiro y Daniel Pérez Montero.

A Gladys y Abel por tantos años de trabajo juntos disfrutándolos con amigos.

A Susana Castillo, Saúl Carmí y Dora Stelzer que nos apoyaron desde el día que llegamos a México y nos ayudaron a conseguir los objetivos en estos doce años.

A Jorge Bliman.

A Betina y Gabriel Kuskunov.

A Franco Picirillo, Ricardo Brabante, Hugo Gilbert, Renato Brigandi (+), Andrés Kurdjian, por tantas batallas en el Club Belgrano.

A Gerardo Muto, Enrique Ribeiro, Chopo y Alejandro Carasso por su amistad y horas compartidas en aquellos años de tenis profesional y cenas semanales en Fechoría.

A Fernando Doria.

A los doctores Delia Thompson y Juan García Casas, por estar siempre cerca mío y de mi familia cuando más lo necesitamos.

A Frank Suárez y la profesora Elba Menecier, por todo lo que aprendí junto a ellos.

A Alberto Pochintesta, por haber confiado en mi proyecto Apiani y construido juntos una empresa exitosa que le brindó una oportunidad laboral a miles de amas de casa en tres países. Una de las experiencias profesionales más increíbles de mi vida.

A Arturo Guarino, Alfredo Fellipone, Dieter Effa, Gabriel y Victor Catelli por tantos recuerdos imborrables de nuestra juventud.

A Vilma (+), Mirta y Mima, las madres postizas que me dio la vida en Uruguay, gracias por haber estado siempre.

A Richard Van Rompaey, Francisco Quintanar, Paula Mota, Eduardo Gil, María Fernanda Pacheco y Asucena Sandoval, el equipo de inConcert con el que llevamos trabajando tantos años codo a codo.

Un especial agradecimiento al Cr. Hernán García Serafín por estos 16 años de apoyo incondicional, de consejos, de paciencia, de cuidados en Bogotá. Su ayuda en todo momento fue fundamental para mi familia y para mi en especial en esta etapa de nuestras vidas. Muchas Gracias.

Daniel Cestau Liz

Se ha dicho muchas veces que detrás del éxito de una empresa hay una historia. También se ha dicho que los grandes líderes, cuando buscan conmover y motivar a su gente, no encuentran otro recurso más eficaz que vincularlos a través de una historia; por supuesto, si se trata de una historia que sea heroica, o magnética, o revolucionaria...

Creo que si lo pensamos bien, no hay nada más inspirador que una historia o un cuento, porque la misma nos trae personas de carne y hueso que son algo más que conceptos, nos trae situaciones en las que existen resonancias con vivencias propias que pueden estar en el pasado o en el presente... o quizá en

el futuro.

Por eso me parece que esta iniciativa de Daniel Cestau Liz, de agrupar la magia y la inspiración de tantos textos que valen la pena leer, es algo poco común, y ojalá sea utilizado con más frecuencia como recurso pedagógico y motivador.

Finalmente, la vida es una escuela. Lástima que durante varias décadas la mayoría de las organizaciones -en especial las empresas- no se hayan dado cuenta de que también podían

ser escuelas.

Las que sí se dieron cuenta son las que hoy estudiamos como modelos.

Este libro, recopilado con mucha inteligencia, nos ayuda a despertar a una sola realidad que abarca tantos aspectos distintos como, por ejemplo, la generosidad en el trato con las personas, la inteligencia en la toma de decisiones y la rentabilidad de una compañía, todos “atados con un hilo” que ninguno de nosotros puede hoy cortar: el desafío del cambio y del aprendizaje.

Tengo que agradecerle a Daniel Cestau Liz por los momentos inspiradores que viví con estas lecturas, a las que aconsejo volver de tanto en tanto en busca de esa energía y ese espíritu que necesitamos para hacer ahora -como dice una vieja canción- “un puente sobre las aguas turbulentas” del mundo en que vivimos.

Prof. Abel Cortese

Escritor, Conferencista, Investigador.

Uno de los máximos especialistas en Inteligencia Emocional.

Durante mis años como consultor de empresas percibí el grado de preocupación de los responsables de las mismas. Descubrí también la carencia de herramientas para poder manejar esta situación específica (la de la preocupación) y saqué en conclusión que de esta manera poco y nada podrían hacer al intentar resolver las distintas problemáticas que a diario surgían en sus compañías, e incluso en sus hogares.

No hay dudas de que primero debemos lograr estar bien con nosotros mismos y con nuestra familia para poder manejar, con éxito, a nuestras empresas y liderar a los seres humanos que las conforman. Si no lo vemos de esta forma, será casi imposible lograr algo positivo en nuestras organizaciones.

Incómodamente siento que mi introducción puede parecerse a la de un libro de autoayuda y no a lo que estoy acostumbrado a escribir regularmente, pero la realidad es que éste es un libro de autoayuda orientado a los empresarios. Una selección de cuentos, textos y reflexiones de autores famosos y anónimos, una selección de mensajes que llegan a nuestros e-mails, muchas veces enviados por desconocidos.

En el mercado globalizado en el que hoy nos toca vivir, la competencia es despiadada, y tenemos que lograr sacar lo mejor de nosotros mismos y de nuestros colaboradores para poder competir con posibilidades de éxito. Liderar, una tarea compleja y que no cualquiera está en condiciones de realizarla como se debe.

Definitivamente no podremos aplicar con éxito el