Piensen como si fueran el carpintero. Piensen en su casa.
Cada día claven un clavo, levanten una pared o edifiquen un techo. Construyan con sabiduría. Es la única vida que podrán construir. Inclusive si sólo la viven por un día más, ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.
Una placa en la pared debería decir: “La Vida es un Proyecto de Hágalo-Usted-Mismo”.
¿Quién podría decirlo más claramente? Su vida, ahora, es el resultado de sus actitudes y elecciones del pasado.
Su vida, mañana, será el resultado de sus actitudes y elecciones hechas ¡HOY!
7.
Mientras estudiaba en uno de los cursos de mi Doctorado en Estados Unidos, uno de mis profesores nos leyó un ensayo de un autor desconocido. Este escrito cambió por completo el espíritu del grupo. Pedí una copia y lo traduje.
Decía así:
“El próximo otoño, cuando veas los gansos dirigiéndose hacia el sur para el invierno, fíjate que vuelan formando una V. Tal vez te interese saber lo que la ciencia ha descubierto acerca del por qué de esta forma de vuelo. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en V, la bandada completa aumenta un 71% el poder del vuelo de un pájaro solitario. (Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, pueden llegar más fácil y rápidamente, porque se apoyan mutuamente).
Cada vez que un ganso sale de la formación siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo, y rápidamente regresa a su formación, para beneficiarse del poder del compañero que va adelante. (Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso, nos mantendríamos con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección).
Cuando el líder de los gansos se cansa, pasa a uno de los puestos de atrás y otro de los gansos toma su lugar. (Obtenemos mejores resultados si tomamos turnos haciendo los trabajos más difíciles). Los gansos que van detrás graznan para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad. (Una palabra de aliento produce grandes beneficios).
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y sólo entonces los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo”.
8.
¿Ya se imaginó actuando con sabiduría canina?
Inténtelo:
1.Nunca deje pasar la oportunidad de salir de paseo.
2.Experimente la sensación del aire fresco y del viento en su rostro por puro placer.
3.Cuando alguien que ama se aproxima, corra para saludarlo.
4.Cuando hubiera necesidad, practique la obediencia.
5.Haga saber a los otros cuando estén invadiendo su territorio.
6.Siempre que pueda, duerma una siesta y desperécese al levantarse.
7.Corra, salte y juegue a diario.
8.Coma con gusto y entusiasmo, pero pare cuando esté satisfecho.
9.Sea leal, siempre.
10.Nunca pretenda ser algo que no es.
11.Si lo que desea está enterrado, cave hasta encontrarlo.
12.Cuando alguien estuviera pasando un mal día, quédese en silencio, siéntese próximo a él y, gentilmente, intente agradarlo.
13.Cuando llame la atención, deje que alguien lo toque.
14.Evite morder cuando apenas un gruñido podría resolverlo.
15.En días templados, recuéstese de espaldas sobre el pasto.
16.En días calurosos, beba mucha agua y descanse bajo un árbol frondoso.
17.Cuando esté feliz, baile y sacuda todo su cuerpo.
18.No importa cuántas veces lo censuren, no asuma culpas que no tenga y no se ponga mal... corra inmediatamente de vuelta hacia sus amigos.
19.Alégrese con el simple placer de una caminata.
20.Sea feliz con su “vida de perro”.
9.
Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una gran sonrisa se dibujaba en su distendida cara, y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día, el rey lo mandó a llamar.
“Paje” -le dijo- “¿Cuál es el secreto?”.
“¿Cuál secreto, Majestad?”.
“¿Cuál es el secreto de tu alegría?”.
“No hay ningún secreto, Alteza”.
“No me mienta, paje. He mandado cortar cabezas por ofensas menores que una mentira”.
“No le miento, Alteza. No guardo ningún secreto”.
“¿Por qué estás siempre alegre y feliz? ¿Eh? ¿Por qué?”.
“Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo a mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados, y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz?”.
“Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar” -dijo el rey- “nadie puede ser feliz por esas razones que has dado”.
“Pero Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando”.
“¡Vete, vete antes de que llame al verdugo!”.
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba muy alterado. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
“¿Por qué él es feliz?”.
“¡Ah!, Majestad, lo que sucede es que él esta fuera del círculo”.
“¿Fuera del círculo?”.
“Así es”.
“¿Y eso es lo que lo hace feliz?”.
“No, majestad, eso es lo que no lo hace infeliz”.
“A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz”.
“Así es”.
“Y él no está”.
“Así es”.
“¿Y cómo salió?”.
“¡Nunca entró!”.
“¿Qué círculo es ése?”.
“El círculo del 99”.
“Verdaderamente, no te entiendo nada”.
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