Daniel Cestau Liz - Construyendo la buena suerte

LAS 3 CONDICIONES PERSONALES PARA EL ÉXITO.

1. INSPIRACIÓN A LA ACCIÓN, o MOTIVACIÓN.

2. HABILIDAD, o CONOCIMIENTOS TÉCNICOS.

3.CONOCIMIENTOS, o APLICACIÓN ADECUADA DE LOS CONOCIMIENTOS.

‘Las diez guías para lograr el éxito’ constituyen un verdadero decálogo de los escalones que conducen al triunfo:

“El éxito ocurre cuando tus sueños son más grandes que tus excusas”.

“La suerte del genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración”.

Thomas Edison

Porque el comienzo del éxito es la habilidad de SER LO QUE EN SU INTERIOR TIENE CAPACIDAD DE SER.

“La mediocridad es algo que se espera en todo momento sin la autorización de nadie. Pero la excelencia, según parece frecuentemente, requiere la aprobación expresa de alguien más.

La creencia quizá proviene de la conformidad que nos inculcan desde la infancia. Los educadores lo llaman ‘proceso de socialización’. Es el tiempo que se necesita para que un niño aprenda a permanecer silencioso en las filas; para contestar cuando pronuncian su nombre siguiendo un orden alfabético; para hablar sólo cuando se le pide que lo haga y para que en todas las demás circunstancias se ajuste a los códigos y expectativas que se le imponen.

Pero para tener éxito se necesita que nos separemos de la fila, que nos alejemos de la multitud y que marchemos al son de nuestro propio ritmo. De manera que esperamos escuchar la voz de algún maestro subconsciente. Y sin embargo, esa voz jamás se escuchará, a menos que surja de nosotros mismos”.

“Basando mi opinión en años de observación y experiencia, he llegado a la conclusión de que el número de individuos que fracasan porque tratan de hacer demasiado es casi igual al de los que fracasan porque no hacen lo suficiente.

“Sí, lo sé, quizá esto suene un tanto paradójico y con cierto dejo de herejía, pero desafortunadamente es verdad en el caso de muchas personas. Sus debilidades básicas pueden ser descriptas muy brevemente. En cualquiera, o en ambas esferas de su existencia, la vocacional o la personal, tratan de realizar y de lograr, pero sencillamente son incapaces de determinar lo que es posible conseguir, dentro de su capacidad, y lo que es imposible o está más allá de su alcance no importa lo mucho que se esfuercen”. Así se expresó, hace muchos años, John Paul Getty.

Estos versos pertenecen al gran poeta y escritor norteamericano Henry Wadsworth Longfellow:

No tenemos alas, no podemos elevarnos,

Mas tenemos pies para trepar y escalar

Paso a paso, más y más,

Las nubosas cumbres de nuestros tiempos.

Las imponentes pirámides de piedra

Que hienden como cuñas el aire del desierto,

Cuando se ven de cerca y se examinan

Son sólo gigantescos tramos de escaleras.

Las distantes montañas, que elevan

Sus sólidos bastiones a los cielos,

Están cruzadas por senderos que aparecen

a medida que ascendemos a lo alto.

Los grandes hombres no alcanzaron cimas

Mediante un vuelo repentino;

Mientras sus compañeros dormitaban,

Ellos trajinaban para escalar en la noche.

“La forma en que piense después de una pérdida, determinará cuánto tiempo transcurrirá antes de que gane”.

David Schwartz

La adversidad puede ser nuestra puerta a la Buena Suerte. ¿Parece mentira? Pues eso es lo que dicen prácticamente todas las personas que han tenido rotundos éxitos.

Estamos condicionados para creer que el fracaso es nada más que la antítesis del éxito, pero ¿qué ocurre si reparamos en el hecho incuestionable de que el fracaso es también una condición esencial para el éxito? ¿O, en otras palabras, que el fracaso es, mediando la perseverancia, la primera estación para llegar a la terminal del éxito?

“EL SECRETO DE UNA VIDA DE ÉXITO ES LEVANTARSE POR ENCIMA DE SUS FRACASOS, HASTA ALCANZAR SUS BUENOS MOMENTOS”.

¿Por qué es tan importante saber encarar el fracaso? Porque EL FRACASO ES LA MEJOR ENSEÑANZA DE CARA AL ÉXITO.

Personalmente, “APRENDÍ MÁS DE MIS FRACASOS QUE DE MIS ÉXITOS”.

“Es un error muy común considerar que el fracaso es el enemigo del éxito. El fracaso es un gran maestro, un maestro duro pero el mejor. Debemos armar el rompecabezas de nuestros sucesivos fracasos para hallar una explicación, y luego debemos ponerlos a trabajar en nuestro beneficio”, decía el fundador de IBM: Thomas Watson.

El éxito generalmente está hecho de fracasos, porque así se experimenta y se aprende y cuanto más caídas uno sufre más rápido avanza... En equitación, por ejemplo, el buen jinete nunca llegará a serlo hasta que no sea arrojado; porque entonces no se verá obsesionado por el miedo a caer y cabalgará con mayor seguridad.

Por lo tanto, respete este principio: “CUANDO CAIGA, NO SE LEVANTE CON LAS MANOS VACÍAS”.

Usted aprende cómo ‘ganar incluso cuando pierde’. Este concepto –decía el gran motivador M. R. Kopmeyer– ‘es tan importante y efectivo, que escribí un libro titulado ‘CÓMO FRACASAR EN SU CAMINO AL ÉXITO’’.

EL ÉXITO PROVIENE A MENUDO DE LA MEJOR MANERA DE UTILIZAR EL FRACASO.

FRACASO = APRENDIZAJE = TRABAJO = ÉXITO.

ENFRENTAR UN MOMENTO DE MALA SUERTE CON UNA BUENA ACTITUD.

Cada vez que se nos presente un obstáculo que nos parezca un elemento de ‘Mala Suerte’, recordemos las palabras de B. C.

Forbes: ‘Si continuamente das lo mejor de ti mismo, no te sucederá lo peor’.

LA ADVERSIDAD TRAE BUENA SUERTE

“No se puede alcanzar el alba si no es por el camino de la noche”.

Khalil Gribrán

Uno de los conceptos claves para el desarrollo personal es tomar el fracaso como una etapa transitoria.

De hecho, el fracaso total existe sólo en la tumba. El hombre, por el hecho de estar con vida, todavía no ha fracasado; siempre puede darse vuelta y ascender por la misma senda por la cual descendió; y tal vez haya otra menos abrupta (aunque lleve más tiempo lograr) y más adaptable a su condición. La naturaleza de todos los grandes triunfadores es estar preparados para perder. Así, cuentan con una dimensión más, un recurso extra en el que apoyarse en los momentos difíciles.

“Se puede encontrar aquí una analogía con la antigua forma de reclutamiento de los astronautas rusos. En ese reclutamiento, el test fundamental se centraba sobre la experiencia humana: se trataba de la elección de un hombre que tuvo en su vida por lo menos un gran problema, y supo reaccionar bien”.