REFLEXIONAR II
Cestau Liz, DanielReflexionar II : nuevas lecturas imprescindibles / Daniel Cestau Liz. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Vértice de Ideas, 2020.Libro digital, EPUBArchivo Digital: descargaISBN 978-987-47757-3-31. Reflexiones. 2. Lectura. 3. Antología de Textos. I. Título.CDD 158.1 |
© Américo Daniel Cestau Liz, 2019
© Edición Americo Daniel Cestau Liz, 2019
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REFLEXIONAR II
NUEVAS LECTURAS IMPRESCINDIBLES
DANIEL CESTAU LIZ
Para mi abuela Tona que a través de su mágico 307 siempre me hace saber que desde donde está siempre nos protege.
“Hay tres pautas básicas: tomarse en serio las cosas que uno hace, dedicarse en cuerpo y alma a lograr el objetivo que uno se ha impuesto, y convencerse de que lo importante en la vida es terminar lo que se empieza”.
Josef Ajram
“Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad”.
Antoine de Saint Exupery
“El mayor riesgo es no asumir ningún riesgo... En un mundo que cambia constantemente, la única estrategia en la que el fracaso está garantizado es no asumir riesgos”.
Mark Zuckerberg
“Los cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los adultos”.
A todos los que leyeron mi selección de cuentos motivacionales anterior y me incitaron a publicar la segunda parte.
A mi editor en Argentina, mi querido Diego Mileo.
A todo mi equipo de trabajo en inConcert.
A mis entrañables amigos Ruben Marturet y Carlos Bravo Astúa con quienes comparto cada Grand Slam año a año en tres continentes. Dios quiera que por muchos años más.
A Richard Gamarra y Francisco Boezio por una amistad que ya lleva 40 años.
A Patricia y Daniel Pérez Montero con quienes recibimos cada nuevo año.
A todos ustedes Muchas Gracias
Daniel Cestau Liz
Después del agradecimiento de mu-chos lectores por la primera recopilación decidí seguir investigando y buscar nuevas historias, reflexiones y cuentos sorprendentes con el objetivo de hacer una nueva selección de 101 “perlitas” que nos ayuden a recorrer el camino poniendo atención en las pequeñas cosas que hacen a esta vida mara-villosa -con sus éxitos y sus fracasos- que nos ha tocado felizmente vivir.
Cada uno en la ruta que ha decidido recorrer pierde el rumbo incontables veces y la intención de estos textos es ayudarlo a pensar y fundamentalmente ayudarlo a regresar al camino que previamente se había trazado en pos de sus objetivos.
Cuando uno está jugando “el segundo tiempo” como es mi caso, cuando ya van quedando “menos sábados y menos bolitas en el frasco” como reza una de las historias que en este libro reproducimos, comienza verdaderamente a valorar muchas cosas que antes no valoraba lo suficiente y empieza a ver con claridad y sorpresa que allí estaban desde siempre.
Uno comienza cada vez más frecuentemente a detenerse a ver con más detalle todo lo que rodea al camino e intenta disfrutarlo más, concentrándose en las pequeñas cosas reconociéndolas ahora sí como las verdaderamente valiosas.
Los años traen sabiduría y parte de esa sabiduría es la que nos lleva a buscar viajar más livianos entre tanto bombardeo que trata de convencernos que nuestra vida cambiará radicalmente para bien cuando nos cambiemos a esa nueva casa, podamos manejar ese nuevo auto o navegar en ese nuevo gadget tecnológico que antes ni siquiera existía y ahora parece que no podríamos vivir sin él. Es mentira.
La realidad es que si miramos con atención sea cual sea nuestro lugar, SIEMPRE tenemos mucho más de lo que necesitamos.
Nada de eso que tratan de vendernos o nosotros salimos compulsivamente a buscar comprar, disparados por el marketing y la pu-blicidad cada día más agresiva (ya que la necesidad se mete en nuestras cabezas sin que nos demos cuenta) vale la pena.
Nada va a cambiarnos. Dicen que compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para mostrarle a gente que no conocemos...
Mi intención es que éstas páginas nos ayuden, nos motiven, nos empujen a estar mejor, a ser mejores, a buscar la paz y una mejor comunicación con nuestra familia, con nuestros colaboradores en el trabajo y en especial con uno mismo.
Estar en paz, vivir en paz, buscar en el día a día entre tanta vorágine esos minutos de relax que nos permitirán hacer un ba-lance de cómo vamos... buscando mejorar en todos los aspectos que creamos necesarios trabajando para ser un poquito mejores, cada uno desde el sitio que ha elegido
Espero ahora que usted pueda disfrutar de las nuevas 101 historias que vienen a continuación tanto como las he disfrutado yo cada vez que me he sentado con todo placer a corregir los textos una y cien veces.
Daniel Cestau Liz
París, Marzo 2020
1.
Los discípulos de un rabino famoso por su erudición y finura, preguntá-ronle por qué acostumbraba esclarecer la verdad contando una historia.
Él respondió: -Esto se los puedo explicar contando una parábola sobre la propia parábola.
“Un día, la Verdad andaba visitando a los hombres, sin ropas y sin adornos, tan desnuda como su nombre. Y todos los que la veían le daban la espalda, de miedo o de vergüenza, y ninguno le daba la bienvenida.
Así, la Verdad recorría los confines de la Tierra, rechazada y despechada.
Una tarde, muy desconsolada y triste, la Verdad encontró a la Parábola, que paseaba alegremente, en un traje muy bello y colorido.
- Verdad…, ¿Por qué estás tan abatida?- Preguntó la Parábola.
- Porque soy tan vieja y fea, que los hombres me evitan- Replicó la Verdad.
- ¡Qué disparate!- se rió la Parábola.
- No es por eso que los hombres te evitan. Toma, vístete con una de mis ropas y verás lo que acontece.
Entonces, la Verdad se puso uno de los lindos vestidos de la Parábola y, de repente, por todas partes donde pasaba, era bienvenida”.
El rabino sonrió y concluyó: -Pues la verdad es que a los hombres no les gusta encarar a la Verdad desnuda…
Ellos la prefieren disfrazada.
2.
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.
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