11 Co 8, 6; Ef 4, 6; 1 Tm 2, 5; St 2, 19, etc.
2Cf. G. F. MOORE, Judaism , 1, pp. 361 f.
3JOSEFO, Ant. XIV. 10; FILÓN, Legat. ad Gaium , 23.
4JOSEFO, De bell. ]ud. 11. 9.
5T. J. BER, IX. 7. Cf. MONTEFIORT Y LOEWE, Rabbinic Anthology , pp. 269-70.
6A. R. JOHNSON, The One and the many in the Israelite Conceptionof God , p. 41.
7G. A. F. KNIGHT, A Biblical Approach to the Doctrine of the Trinity , p. 4.
8Jos 7, 24, cf. JOHNSON, op. cit. , pp. 6-17.
9Gn 44, 4 ss., en el cual los hermanos de José se dirigen a su mayordomo como «mi señor» ; Jc 11, 12-13, donde a los mensajeros de Jefté se les habla en segunda persona del singular; cf. JOHNSON, ibid. , pp. 8-10.
10Cf. JOHNSON, ibid ., p. 7.
11 Ibid. , pp. 17-26.
12 Ibid. , p. 20.
13Jc 14, 6. 19; 15, 14; 6, 34. Cf. JOHNSON, ibid. , p. 19.
14JOHNSON, ibid. , p. 20, cf. 1 Re 22, 19 ss.
15Para «Nombre» ver Nm 6, 22-7; Sal 20, y para «Arca» ver Nm 10, 35 s.; 1 Sm 4, 5-8; 6, 7-9, 20.
16JOHNSON, op. cit. , pp. 11-12.
17 Ibid. , pp. 13-17.
18P. e. Deut 27, 2-7.
19 Op. cit. , p. 32, n. 1.
20KNIGHT, op. cit. , pp. 66-73.
21 Ibid. , p. 73.
22KNIGHT, pp. 2-9.
23S. R. DRIVER, Génesis , p. 14.
24 Op. cit. , p. 32, n. 1. GESENIUS, Hebrew Grammar , p. 398, arguye que Gn 1, 26 es un caso de autodeliberación.
25 De Op. Mund. , p. 75.
26 De Conf. Ling. , pp. 170-71 (Tr. F. H. Colson).
27Cf. MONTEFIORE Y LOEWE, Rabbinic Anthology , p. 664.
28BERAKOTH, IX; cf. OESTERLEY Y BOX, Religion and Worship of the Synagogue , p. 180.
291 Co 11, 7; Jo 3, 9.
30Bernabé 5, 5; JUSTINO, Diál. 62; 1 Clem 33, 5 cita Gn 1, 26 y siguientes, pero no hace comentario sobre el plural del verbo.
31 Contr. Omn. Haer. IV, Pról. 4, XX. 1; V, 1. 3, VI, 1, XXVIII 4.
32J. F. STENNING, The Targum of Isaiah , pp. 22-3.
33ORÍGENES, In Is. Hom. IV, 1, dice que la expresión «Santo, Santo, Santo» se refiere a la Trinidad. Sostiene que Cristo era el serafín que tomó la brasa del altar ( Hom . V, 4). Aunque nada dice sobre las palabras «a quién enviaremos» en el versículo 8 (ver Hom . VI. 1), describe a Dios rodeado de serafines antes de proponer la llamada de Isaías. Probablemente da por supuesto que Dios incluyó al serafín en «nosotros» cuando dijo: «¿A quién enviaremos?».
34 De Abrahamo , pp. 119-31.
35 De Abrahamo , pp. 121-22 (traducción de F. H. Colson, Loeb Library, Philo , VI, pp. 63-5).
36 Ibid. , pp. 119-30.
37JUSTINO, Diál. 56, cf. 86. La postura de Orígenes no es suficientemente clara. No es cierto, pero sí probable, que dominus ( in Gn. Hom. IV) se refiere a Cristo. En este caso Abraham ve a Cristo. De todas formas, para Orígenes los otros dos hombres eran sencillamente ángeles.
38AMBROSIO, De Spiritu Sancto , 11, Intro. 4; De excessu fratris Satyri , pp. 11, 96; cf. De Fide , 1, XIII. 80; De Officiis Ministrorum , 11, XXI. 16.
39AGUSTÍN, De Trinitate , pp. 111, 25.
40Cf. Jc 13, 25; Is 32, 15; 42, 1; 59, 21.
41Cf. Sal 139, 7: «¿Dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde huir de tu presencia?».
En este versículo, «Espíritu» equivale a «Presencia», término usado en el judaísmo como circunlocución para decir Dios.
42Ez 37, 9; Jc 3, 10, etc.
43En tiempos posteriores hubo tendencia hacia una más íntima identificación del Espíritu con Dios. Con todo, nunca se llegó a una estricta identificación. Cf. BÜCHSEL, Der Geist Gottes im N. T. , p. 35, y E. F. SCOTT, The Spirit in the N. T. , p. 43, quien escribe: «Con su desarrollado sentido de que el Creador debe permanecer aparte de su Creación, de que su verdadera actitud hacia Él debe ser la de un temor reverencial y adoración, los pensadores hebreos echaron mano de la idea de un poder intermediario».
44Is 63, 10.
45Sal 143, 10.
46Neh 9, 20.
47Is 63, 14.
48Jc 14, 6; 15, 14; 1 Sm 11, 6.
49K. E. KIRK, Essays on the Trinity and the Incarnation , p. 187.
50 Ibid. , p. 187.
51 Ibid. , p. 188.
52Cf. N. H. SNAITH, Distinctive ideas of the Old Testament , p. 143.
53W. D. DAVIES, Paul and Rabbinic Judaism , pp. 183-85.
54K. E. KIRK, op. cit. , p. 186.
55En Is 42, 1: «He aquí a mi siervo, a quien sostengo yo, mi elegido, en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él», el Espíritu está enlazado al siervo. Pero no hay una buena prueba de que el siervo fuera ligado al Mesías antes de Cristo; cf. S. MOWINCKEL, He That Cometh , pp. 410-15.
56Jc 14, 13; 1 Sm 11, 6 ss.
57Is 11, 2; Zac 12, 10; cf. E. F. SCOTT, op. cit. , p. 20.
58Cf. Rom 12, 1; Hb 13, 15-16.
59Cf. O. S. RANKIN, Israel’s Wisdom Literature , pp. 222-64, y H. RANSTON, The Old Testament Wisdom Books and their Teaching , pp. 75-81.
60Prov 8, 1. 2. 13. 17. 30.
61Eclo 24, 1. 2.
62Sab 7, 22; cf. 8, 5; 14, 2.
63Sab 7, 27-8.
64Prov 8, 22. 30.
651 Co 1. 24. 30; Col 1, 15-17; 2, 3; Hb 1, 1-3.
66Cf. Is 2, 1; Jr 1, 4; Ez 2, 1; Os 1, 1; Am 3, 1, etc.
67G. F. MOORE, op. cit. , p. 416 y ss.
68C. H. DODD, Interpretation of the Fourth Gospel , p. 69.
69 Ibid. , p. 68.
70 Christianity according to Saint John , pp. 47-53.
71W. D. DAVIES, op. cit. , pp. 170-72. En Pirke Aboth 3. 23, la Ley es descrita como «un precioso instrumento por medio del cual fue creado el mundo». Cf. Sifre Deut en 11. 10.
72Cf. G. F. MOORE, op. cit. , pp. 437-38.
73Cf. W. D. DAVIES, op. cit. , pp. 169-75. Nótese cómo diciendo «toma mi yugo sobre ti», contrasta su persona con el yugo del torah.
74Cf. Jn 1, 14; 2, 11; Lc 9, 32; 2 P 1, 16, 17; 2 Co 3, 18.
75Mc 14, 36; 15, 34.
76Rom 8, 34; Hb 7, 25; 1 Jn 2, 1.
CAPÍTULO III
UN SOLO DIOS Y PADRE
Los judíos creían en un solo Dios, a quien llamaban Padre. También le daban otros títulos, y frecuentemente le nombraban con perífrasis tales como «el nombre», «el lugar», «los cielos». Pero, para una comprensión del desarrollo de la doctrina de la Trinidad, el título de «Padre» reviste una importancia especial, porque en la Trinidad una de las personas es Dios Padre. En este capítulo se expondrá cómo los escritores del Nuevo Testamento expresaron su fe en la unidad de Dios y le describieron como Padre.
En los siguientes pasajes se nos presenta a Dios como uno:
«Nadie es bueno, sino solo Dios» (Mc 10, 18).
«El Señor, nuestro Dios, es el único Señor» (Mc 12, 29, una cita del Dt 6, 4).
«Ni llaméis padre a nadie sobre la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos» (Mt 23, 9).
«…puesto que no hay más que un solo Dios» (Rom 3, 30).
«Sabemos que el ídolo no es nada en el mundo, y que no hay más Dios que uno solo» (1 Co 8, 4).
«Para nosotros no hay más que un Dios y Padre…» (1 Co 8, 6).
«El mediador no es de una persona sola, y Dios es uno solo» (Ga 3, 20).
«…un Dios y Padre de todos» (Ef 4, 6).
«Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, el honor y la gloria por los siglos de los siglos» (1 Tm 1, 17).
«Porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres» (1 Tm 2, 5).
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