Arthur W. Wainwright - La Trinidad en el Nuevo Testamento

Здесь есть возможность читать онлайн «Arthur W. Wainwright - La Trinidad en el Nuevo Testamento» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Trinidad en el Nuevo Testamento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Trinidad en el Nuevo Testamento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La doctrina de la Trinidad, afirmando que hay un solo Dios, pero en la unidad de la divina esencia hay tres personas co-eternas e iguales en todo, de la misma sustancia, pero distintas en la subsistencia, ha sido una de las doctrinas más polémicas, debatidas y controvertidas en la historia de la Iglesia cristiana. Y el punto más conflictivo del cristianismo tanto con el judaísmo como con el Islam. Desde que Tertuliano utilizara por primera vez el término en el año 215, la disputa sobre la Trinidad ha sido encarnizada y cuestionada sin interrupción, tanto por Gnosticos, Arrianos y otros grupos en los primeros siglos, como por los Testigos de Jehová y Unitarios en nuestros días. A ella se dedicaron concilios enteros, como los de Nicea (325), Constantinopla (381), Calcedonia (451); dando origen a los grandes Credos. El problema surge del hecho que ni el término ni la doctrina aparecen de manera explícita en las páginas del Nuevo Testamento. Aunque se da por supuesto que estaba implícita en la fe y las formas de adoración de los primeros cristianos, siendo objeto de formulación teológica posterior. Lo que da pie a que sus opositores concluyan que se trata de una doctrina meramente especulativa, sin base bíblica y por tanto no esencial al mensaje cristiano.

La Trinidad en el Nuevo Testamento — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Trinidad en el Nuevo Testamento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Otros dos términos influyentes son «Ley» y «Gloria». La palabra «Ley» en el pensamiento judío está relacionada con «Sabiduría» y «Palabra». El Eclesiástico 24 identifica «Ley» con «Sabiduría». Y en el Salmo 119 «Palabra» y «Ley» son usadas recíprocamente. Según la tradición rabínica, la «Ley» existía antes de la creación del mundo y fue instrumento en la creación 71.

Shekinah («Gloria») se aplicó, lo mismo que Memra , como sustituto reverencial al nombre divino. No hay indicios de que los rabinos la considerasen persona 72.

Tanto «Ley» como «Gloria» estuvieron fuertemente relacionadas con Cristo en el Nuevo Testamento. Era Él mismo la personificación de la nueva Ley del Espíritu 73. Él era el mediador de la nueva alianza, que contrastó su ley con la ley de Moisés. Él estuvo en posesión de una gloria que manifestó en diversas ocasiones durante su vida terrenal con milagros y en su transfiguración. En su estado de resucitado reinó con gloria junto al Padre 74.

Ya hemos dejado expuesto que los judíos posteriores al exilio tuvieron una idea de pluralidad dentro de la Divinidad; idea que expresaron principalmente a través de conceptos como Espíritu, Sabiduría y Palabra. Esta idea de pluralidad no se encontrará en todos los escritos judíos, pero aparece en ciertas partes del Antiguo Testamento, en algunos de los libros apócrifos y en las obras de Filón.

Teniendo en cuenta que los antiguos (escritores) judíos hablaban de los ángeles como si fueran extensiones de la personalidad divina, los viejos conceptos de Sabiduría, Espíritu y Palabra eran naturalmente menos personales. El lenguaje de los escritores frecuentemente implica que estas entidades tenían una existencia independiente, y pensamiento y sensaciones como los hombres. Pero Sabiduría, Espíritu y Palabra no aparecen en forma humana. Ellas pertenecen más bien al orden de las emanaciones, conscientes en sí mismas, de Dios. Los judíos creían en los ángeles; pero los ángeles eran criaturas de rango inferior a Dios. La Sabiduría, aunque era una criatura, tenía un rango de especial elevación a causa de su conexión con Dios.

Los puntos generales expuestos por Johnson y Knight son verdaderos. El concepto de pluralidad en la Divinidad no es extraño a los judíos. Es, pues, concebible que una doctrina trinitaria hubiera podido crecer en suelo judío. Mientras que el pensamiento helenístico contribuyó en gran manera a la expresión de la doctrina, la idea de pluralidad dentro de la unidad estaba ya implícita en la teología judía.

Extensión e interacción de personalidad

La extensión de la divina personalidad no fue el principal problema para los intérpretes de la doctrina cristiana de Dios. La doctrina de la Sabiduría y del Espíritu era generalmente admisible para los judíos. Rígidos monoteístas no encontraron en ella un obstáculo insuperable para su fe. El problema presentado por la fe cristiana en Cristo era de un orden diferente. Porque Cristo no era una emanación de la Divinidad; no era un concepto personificado, una idea invisible que pensaba como un hombre o sentía como un hombre. Cristo no parecía un hombre; era un hombre. Y, porque era un hombre, sus relaciones con Dios no eran enteramente pasivas. No podía responder a los designios de Dios como un muñeco. Era capaz de cuestionar los mandatos divinos, de orar para evitar el sufrimiento y de dar oído a expresiones de desesperación en el momento de la muerte 75. Cuando se comunicaba con el Padre, era una auténtica comunicación. La conversación entre Jesús y su Padre no era unilateral. El tránsito de pensamiento circulaba en las dos direcciones. Aunque Jesús fuera una extensión de la divina personalidad, manifestó ser más que extensión. En su trato con su Padre había una interacción dentro de la personalidad divina. Había un diálogo dentro de la Divinidad.

¿Era esta interacción el rasgo distintivo de la concepción cristiana de Dios? ¿O puede ser encontrado en los escritos hebreos y judíos? Existen pocas pruebas de ello en el Antiguo Testamento; solamente se pueden hallar borrosas huellas en pasajes que describen la actividad del Espíritu, la Sabiduría y la Palabra.

En 1 Re 22, 21 y ss., el espíritu mentiroso que entró dentro de Sedecías habla a Dios en conversación:

«Pero vino un espíritu a presentarse ante Yavé y dijo: “Yo, yo le induciré”. “¿Cómo?”, preguntó Yavé. Y él respondió: “Yo iré y seré un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas”».

Pero desde el momento en que este espíritu no era el Espíritu Santo, sino un espíritu mentiroso, este no es un ejemplo de interacción dentro de la personalidad divina.

Se ha dicho que la Sabiduría vive con Dios (Sab 8, 3), que hace a los hombres amigos de Dios, y que abre su boca en la asamblea del Altísimo (Eclo 24, 2), pero su conversación ante Dios es de un género puramente formal. Ella obedece los mandatos de Dios y se gloría en su presencia. No hay insinuación alguna de que tenga diálogo personal con Él.

No tenemos pruebas convincentes de genuina interacción entre la Palabra y Dios. La afirmación de que la palabra de Dios no volverá a Él vacía (Is 55, 11) no implica una relación personal.

En el Antiguo Testamento existen pocos rastros de la idea de interacción dentro de la personalidad divina. La actitud de los cristianos frente a Jesús, sin embargo, comienza con el hecho de la interacción, ya que Jesús se presentó ante sus seguidores como hombre. Primeramente lo encontraron como alguien que iba con ellos a la sinagoga y al templo. Le vieron retirarse a la montaña para rezar. Le oyeron invocar a Dios como a su Padre. Aún más, les habló de que había algo —en concreto el día del Hijo del Hombre— que su Padre sabía y que Él ignoraba (Mc 13, 32). La narración de Getsemaní nos muestra a Jesús suplicando a su Padre. Y las palabras pronunciadas desde la cruz nos lo presentan perdiendo la esperanza en su Padre. Cuando fue levantado, se creyó que hacía de intercesor ante el Padre 76. No era una mera extensión de la personalidad divina. Era una persona independiente con vida propia.

Para un judío ortodoxo lo difícil de Cristo no radicaba en el hecho de que fuese considerado como una extensión de la personalidad divina, sino en que se creyera que se había encarnado. De tratarse solamente de un concepto y nada más, no habría obstáculo serio para los judíos. Lo que contrariaba a los judíos era la combinación de creencias: por una parte, su estado de exaltación y por otra, haber vivido una vida de carne y sangre. Nada parecido a esto existía en el judaísmo. Aunque se usaran conceptos judíos en un intento de explicar la relación de Jesús con el Padre, estos conceptos no bastaban para tal propósito. El pensamiento judío no admitía semejante pluralidad dentro de la Divinidad. No había un lugar para una segunda persona dentro de la Divinidad; una segunda persona que, no solamente hacía la voluntad del Padre, sino que tenía trato con Él, se aconsejaba de Él y le suplicaba. Si Jesús hubiese sido nada más que un mensajero de Dios, su apariencia terrena hubiese sido tolerable, porque hubiese podido ser descrito como un ángel. Pero Él había recabado para sí las divinas funciones de juicio y de salvación. Después de su exaltación había sido considerado por sus seguidores por lo menos igual que la Divina Sabiduría. Aunque el judaísmo proporcionara algunos conceptos, la realidad era demasiado grande para poder ser explicada con ideas del pasado. Quizá por esta razón en la cristología de Colosenses Pablo hizo caso omiso del término «Sabiduría», aunque usaba un lenguaje que estaba asociado a Sabiduría. Quizá fue también por esta razón por lo que la Iglesia buscaba ansiosamente ayuda de los metafísicos griegos y sicólogos. La idea de extensión de personalidad divina es hebrea. La idea de interacción dentro de la personalidad extendida no es ni hebrea ni griega, sino cristiana.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Trinidad en el Nuevo Testamento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Trinidad en el Nuevo Testamento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Trinidad en el Nuevo Testamento»

Обсуждение, отзывы о книге «La Trinidad en el Nuevo Testamento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x