Jorge Fernando Navarro - El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro

Здесь есть возможность читать онлайн «Jorge Fernando Navarro - El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En palabras de la Dra. Ivana Costa, «la argumentación que aquí se propone lleva a los lectores a descubrir en la teoría epicureísta de las pasiones el fundamento de la filosofía política epicúrea . Pero el eje de esta teoría está, indudablemente, en la caracterización que hace Epicuro del placer; esto es, la determinación precisa de qué lugar le cabe entre los bienes para la buena vida qué credenciales tiene para ser considerado el bien supremo. Este fue uno de los temas centrales del debate ético-político que plantearon las diferentes líneas filosóficas en Grecia entre fines del siglo V a.C. y comienzos del siglo IV a.C.
Epicuro intentaba demostrar que la justicia, entendida como virtud individual, se identifica con el placer, a contracorriente de la communis opinio, que la concibe destinada al beneficio de los demás. Al identificar a la virtud de la justicia con la ataraxia, al concebirla como virtud que es también capaz de «tranquilizar» con eficacia a quien la posee y la practica (porque es precisamente su contrario, la injusticia, la que provoca la turbación del alma), la noción epicúrea de justicia queda unida también a su singular teoría del placer. Que no es mero disfrute personal sino actividad que extirpa las opiniones equivocadas y las sustituye por estados mentales verdaderos y adecuados.
La investigación que da origen a este libro había mostrado, con sólidas herramientas de análisis de las fuentes y exhaustiva discusión de la literatura sobre el tema, que el concepto epicúreo de justicia no puede escindirse del entramado de la lógica, la física y la ética del maestro de Samos. Se parte entonces de esa trama compleja y, con delicadeza y generosidad, la argumentación va deshilvanando los motivos que han llevado tradicionalmente a una interpretación convencionalista o naturalista de la filosofía epicúrea».
Finalmente, señala que el profesor Navarro «nos propone considerar el concepto de justicia subrayando la posición excéntrica que insinúa Epicuro respecto de la contraposición nómos-phýsis en la que se venía dirimiendo la cuestión desde finales del siglo V a.C. El análisis abre a la posibilidad de una reconstrucción global de la filosofía política epicúrea permite reformular, a partir del eje naturaleza-convención, tanto su teoría física, como su gnoseología . En cuanto a los aspectos específicamente políticos de la filosofía de Epicuro, la argumentación va, de los comienzos de la asociación humana, al estatuto de las leyes, el progreso de la historia y el papel de la prólepsis como criterio de lo justo».

El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En dicho marco, los argumentos epicúreos dan cuenta del rol decisivo que juega la concepción del movimiento en esta teoría física, según la cual los átomos poseen intrínsecamente la causa de su movimiento. Es así que tienden, de manera continua, a agregarse según sus formas, a la vez que ostentan, también, la capacidad de desintegrarse; y todo ello se realiza en virtud de la presencia del vacío dentro de cada agregado. La gran diferencia que media entre los agregados y los principios de átomos y vacío reside en que, mientras la existencia de los primeros tiene un comienzo y un fin, esto no resulta aplicable ni para los átomos ni para el vacío, pues son eternos e indisolubles. Esta es, asimismo, la razón principal de que a los agregados les correspondan cualidades como, por ejemplo, el color. Los cuerpos eternamente inmutables, en cambio, no poseen cualidades que varíen con el tiempo; estas últimas solo pertenecen a los agregados, y dependen de su específica estructura atómica y de la configuración particular que aquellos asuman. En cuanto a los átomos, no tienen otros caracteres reconocibles que la figura (skhéma), el peso (báros) y el tamaño (mégethos).

Como puede verse, determinar las razones por las cuales el atomismo constituía la mejor teoría para explicar los procesos de composición y generación de los fenómenos se convirtió en una de las principales metas de la reflexión epicúrea. Dicho esto, es preciso aclarar que no nos ocuparemos ni de la recepción que el filósofo de Samos hizo de los atomistas Leucipo y Demócrito36 ni de la respuesta que elaboró para atender a la crítica contundente que Aristóteles ya les había formulado.37 Aun cuando aquí se ofrece solo una síntesis acotada de su sistema, resulta evidente que Epicuro se apropió con determinación reflexiva de las tesis del atomismo antiguo; especialmente, al hacer de los átomos los elementos últimos de todos los fenómenos. Esto no opaca, sin embargo, el gran aporte realizado a dicha filosofía natural por el Maestro del Jardín con relación a tres aspectos fundamentales: el número de las diferentes formas de átomos,38 la estructura de estos y la variedad de los movimientos atómicos.39 Los argumentos relativos a este último tópico y la explicación acerca de por qué los movimientos forman los compuestos constituyeron para Epicuro el mayor desafío. En respuesta a este problema, postuló que es el número ilimitado de átomos y su constante viaje en el vacío —este también sin límites— lo que permite la formación de los infinitos mundos. De allí que estos, tanto como los cuerpos que se generan dentro de ellos, se agreguen y disuelvan constantemente en la eternidad del tiempo y en la infinitud del espacio. Así, el mundo que conocemos no presenta ningún carácter principal o privilegio respecto a la generación de otros, los cuales pueden asumir formas diferentes.40 A consecuencia de estas especulaciones, el filósofo de Samos concluye, pues, que en la generación del cosmos no interviene ningún alma divina racional y providencial, sino una serie de razones genuinamente físicas propias de la cinética atómica desplegada en ese constante proceso de agregación y disgregación.

En efecto, para Epicuro y los epicúreos posteriores, la constitución del mundo no obedece a ninguna causa final ni requiere de ninguna teología que legitime todo el proceso, algo que sucede tanto en el Timeo, de Platón, como en la cosmología estoica.41 Ahora bien, aun cuando no existe una disposición divina que origine la naturaleza, ella exhibe una estructura perfectamente ordenada y posee en sí todas las condiciones para el desarrollo de la vida de todas las cosas. Esto significa que son solo los átomos —numéricamente ilimitados, sin mediación divina y sin que opere una causa final— los que, en el vacío y a través de la combinación de ciertas formas propias —las cuales, como se recordará, no son ilimitadas—, producen las series de agregaciones —que, necesariamente, tienden a repetirse—. Además, el “orden” de cualquiera de los infinitos mundos llega a un término, causado siempre por la disgregación atómica. Así pues, las mismas razones físicas que llevaron a generar esos mundos son las que, en un momento dado, provocan su final.

De los aportes epicúreos que contribuyeron a la consolidación del atomismo como una filosofía natural consistente, sin dudas, la existencia del movimiento que nunca cesa —axioma seis— es la que interesa mostrar con mayor detalle.42 Según dicha filosofía atomística, el movimiento acontece debido a que los átomos siempre están separados de facto por el vacío. Esta afirmación tiene un carácter determinante, pues es en virtud de ella que los átomos se mueven en el vacío a igual velocidad, cualquiera sea su peso, sin que nada les impida el desplazamiento. En tanto los átomos y el vacío son sus principios constitutivos, la naturaleza se halla ontológicamente completa con todo el movimiento que necesita para la vida. Desde un punto de vista epistémico, el movimiento no requiere de explicación, ya que su existencia resulta evidente. No ocurre lo mismo con las variedades de movimientos atómicos, que pueden caracterizarse bajo tres tipos: caída, choque y declinación. Es decir, los átomos se mueven hacia abajo a causa de su propio peso,43 y se ven afectados por los choques atómicos que alteran su dirección.44

No obstante la agudeza de tales señalamientos, la contribución más trascendente del epicureísmo en este terreno —con consecuencias no solo para la filosofía de la naturaleza, sino, fundamentalmente, para la dimensión ética— consiste en la explicación de la desviación atómica —clinamen en latín, parégklisis en griego—. Según Lucrecio y Diógenes de Enoanda esta doctrina epicúrea resultó decisiva para la reforma del atomismo. Desde la perspectiva de Diógenes de Enoanda, discípulo del siglo II d.C., el Maestro del Jardín dirigió la doctrina de la declinación o viraje atómico directamente contra Demócrito, y fue el modo que encontró para sustraer todo el sistema atomista de la férrea Necesidad, ya que dicha noción impedía, por una parte, reflexionar sobre el libre movimiento de los átomos y, por otra, argumentar respecto de la autodeterminación y la libertad humanas.45

En tal sentido, es notable el modo en que el filósofo de Samos, al proponer una desviación atómica mínima, logra resolver el problema de la composición de las cosas. Veamos la exposición de Lucrecio en su poema didáctico —el único relato auténtico que se ha transmitido sobre este aspecto crucial del epicureísmo—, en el cual el célebre poeta romano incorpora ese particular movimiento de los átomos. Comienza por exponer cómo los átomos, semejantes a las gotas de lluvia, caen hacia abajo por el movimiento recto en el vacío infinito y por efecto de su propio peso. Seguidamente, se pregunta qué pasaría si ellos no contaran con esa desviación mínima, y responde que no resultaría posible la conformación de las cosas, ya que los átomos nunca se encontrarían entre sí; de modo tal que también la naturaleza se mostraría impotente para producir todas las cosas. Desde la perspectiva física, el clinamen, que afecta a la generación espontánea de las cosas, repercute, obligadamente, en la formación de los infinitos mundos.46 Al respecto, Diógenes de Enoanda agrega que sin ese movimiento revelado por el Maestro no se podría concebir la responsabilidad moral.47

Aun cuando la desviación atómica se halla claramente referida en las fuentes antiguas en su doble dimensión, natural y ética, existe un debate contemporáneo sobre este tema que no puede soslayarse.48 Al respecto, hay que volver a preguntarse, en primer lugar, por las razones de la ausencia de este tópico en lo que constituye el epítome de la filosofía natural epicúrea, la Epístola a Heródoto. Pierre Marie Morel apunta con agudeza en esta dirección, e indaga si Epicuro tenía, efectivamente, desde un punto de vista argumentativo, auténtica necesidad de incluir esta desviación a fin de hallar la resolución de un tema en el que convergen de modo explícito la física y la ética. Según el helenista francés, se trataría más bien de una polémica abierta con los estoicos y a la cual respondió, finalmente, en verdad, Lucrecio. Sin embargo, si bien la teoría del clinamen explica con fuerza persuasiva la necesaria ruptura de la cadena causal mecánico-física,49 nada se afirma en relación con la acción voluntaria; es decir, nunca se explicita si el clinamen se halla implícito en cada acción como condición necesaria del deseo o si surge a posteriori como condición necesaria de la voluntad. Por nuestra parte, interpretamos esta aparente imprecisión de Lucrecio bajo otra luz. Consideramos que con ella logra, sobre todo, establecer cierta autonomía para los hombres respecto de sus acciones, con lo cual salva la autodeterminación humana de la fuerte impronta determinista.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro»

Обсуждение, отзывы о книге «El concepto de justicia en la filosofía de Epicuro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x