Los animales nos enseñan...
183 meditaciones para niños pequeños
Vanessa Méndez Villalobos
Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.
Índice de contenido
Tapa
Dedicatoria Dedicatoria A Edgar, mi querido esposo, que creyó en mí y me apoyó constantemente hasta el final de este libro. A mis hermosos hijos Edvan Jazziel y Edgar Aroddy, con los cuales experimenté la maternidad y me enseñaron a amar de manera desinteresada. Hijitos, sus vidas siguen animando mi existencia. ¡Gracias!
Queridos mamá y papá: Queridos mamá y papá: Los hijos son un regalo de Dios. Tenemos la gran oportunidad de sembrar en ellos valores y principios eternos que no solo los harán buenos ciudadanos en nuestra comunidad, sino que los prepararán para ser ciudadanos de un futuro maravilloso. A través del estudio de la Palabra de Dios se afianza el hábito de una vida devocional diaria de acuerdo con la edad de los niños. Este libro devocional tiene el propósito de apoyarlos en la educación espiritual y moral de sus hijos. Se subrayan características de algunos animales, complementadas con historias reales y relatos bíblicos, dejando una enseñanza en la vida de los más pequeños. Los versículos están adaptados a la edad de los niños para que puedan aprenderlos fácilmente. Mientras los leen, pueden utilizarlos como una herramienta para inculcar en sus hijos hermosas verdades espirituales y corregir algún mal hábito o acción. Les sugiero que lean con anticipación para luego imitar los sonidos y las expresiones que aparecen en los relatos; de esta manera captarán la atención de los niños. Como ellos necesitan el método de la repetición, las reflexiones se pueden estudiar dos días consecutivos o se pueden leer una a una hasta concluir el libro y repetirlo; así se completan todos los días del año. Deseo que este año se vinculen a Dios junto con sus hijos y que estrechen sus lazos de amor por medio del estudio devocional. Con mucho cariño, Vanessa Méndez Villalobos
Las hormigas Las hormigas Tu Biblia dice: “Anda a ver a la hormiga, perezoso; fíjate en lo que hace, y aprende la lección”. Proverbios 6:6. Néstor observaba entretenido una larga hilera de hormigas y las seguía. ¡Nunca había visto algo semejante! –Mamá, ¿por qué las hormigas caminan en una fila cargando hojitas, palitos y comida? –Porque la llevan a su hormiguero, donde alimentan a muchas compañeras –respondió la mamá, mientras los dos veían el desfile. –¿Qué hacen con la comida que les sobra? ¿La tiran? –preguntó Néstor. –¡No! –contestó la mamá–. Ellas van depositando la comida en unas cámaras y allí queda guardada. Así en el invierno tendrán suficiente alimento para sobrevivir. –Me gusta ver a las hormigas, mamá –dijo Néstor. –Sí, hijito. Las hormigas nos enseñan a ser ordenados. –Yo soy ordenado, mamá, porque recojo mis juguetes cuando termino de jugar, guardo mis colores y mi libro cuando termino de colorear, y pongo mi ropa sucia dentro del cesto. –Sí, Néstor, lo eres –dijo la mamá mientras le daba un beso. –Mamá, vamos a pedirle a Jesús que me ayude a ser como las hormigas. Oremos: “Querido Jesús, ayúdame a seguir siendo ordenado como las hormigas, porque sé que el orden te agrada. Amén”.
La pista de olor agradable La pista de olor agradable Tu Biblia dice: “Para alegrar el corazón, buenos perfumes”. Proverbios 27:9. –Mamá, ayer me quedé pensando en las hormigas que vimos, y me surgió una duda… –Cuéntame, Néstor, ¿qué sucede? –dijo la mamá. –Ya me dijiste que las hormigas son ordenadas, pero ¿por qué no se van por otro camino, mamá? –Sí, hijo. Las hormigas son tan ordenadas que no se van por otro camino, ya que solo siguen el camino que tiene las “pistas de olor”. –¡Aaaah! ¡Pistas de olor! ¡Eso me gusta! –exclamó Néstor–. ¿Es como cuando tú te pones perfume y toda la casa queda con rico olor? –Algo así –contestó la mamá–. Esas “pistas de olor” las dejan otras hormigas que exploraron el camino para llegar a la comida. Así las hormigas que salen del hormiguero siguen el olor y fortalecen la pista. –¿Cómo puedo dejar una “pista de olor”, mamá? –Néstor, dejas una “pista de olor” agradable cuando lees tu Biblia, oras a Jesús y compartes su amor con otros niños. –Mamá, a mí me gusta contarles a mis amigos las historias de la Biblia. Eso significa que estoy dejando una “pista de olor” agradable, ¿verdad? –Así es, hijo. Oremos: “Querido Jesús, queremos seguir la ‘pista de olor’ que tú nos has dejado. Queremos hacer tu voluntad. Amén”.
Si no lo usas, desaparece Si no lo usas, desaparece Tu Biblia dice: “[…] Pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará”. Mateo 25:29. El kiwi es un ave originaria de Nueva Zelanda. Algunos nativos de este lugar dicen que el ave llegó volando hasta allí, pero que, por falta de depredadores y debido a la tranquilidad con la que vivía, sus alas perdieron la capacidad para volar. Querido amiguito, Jesús te dio también unas “alas” maravillosas para que vueles. Me refiero a esas habilidades y esos dones que Jesús te ha dado para que sirvas en la iglesia; como, por ejemplo, orar por algún amiguito enfermo, invitar a otros a un culto especial, alabar a Jesús por medio de la ejecución de un instrumento o con tu voz. Recuerda que tienes que hacer buen uso de lo que Dios te ha dado; de lo contrario, si no lo usas, ese don irá desapareciendo. ¿No te parece que es momento de decirle a Jesús que estamos dispuestos a servir en su iglesia con los dones que él nos ha dado? Hagamos una oración para consagrar nuestros dones a Dios. Oremos: “Querido Jesús, gracias por darnos dones. Ayúdanos a ponerlos a tu servicio para llevar a otros niños a tus pies. Amén”.
¡Se mueve sola! ¡Se mueve sola! Tu Biblia dice: “[…] Las lagartijas, que caben en un puño y llegan hasta el palacio del rey”. Proverbios 30:28. –¡Mamá! ¡Hay una lagartija rara en el piso! –exclamó Edy mientras se acercaba a ella con mucha curiosidad. Se agachó, recogió un palito y comenzó a pincharla. Al hacerlo, la lagartija se movía. Una de las veces en que él la pinchó, ella se dividió en dos partes: el cuerpo salió corriendo, y la cola quedó en el lugar. Edy estaba sorprendido al ver ese fenómeno. Una grandiosa idea se apoderó de él: picaría la colita. Cuando estaba entretenido con la colita de la lagartija, la mamá llegó. –¿Por qué la cola se sigue moviendo, mamá, si ya se desprendió del cuerpo? –Porque la lagartija tiene unos sensores en la colita que le permiten moverse. Por eso reacciona moviéndose en cualquier dirección e incluso puede saltar. –¿Y por qué se desprende la cola del cuerpo? –preguntó Edy. –Eso le ayuda a escaparse de algún animal que la quiera comer –respondió la mamá. –Estoy muy triste, mami, porque la lagartija se quedará sin cola. –No, Edy. Jesús le dio a la lagartija una habilidad especial de regenerarse; es decir, su cuerpo puede hacer que le salga una colita nueva. Así como la lagartija, podemos cambiar y ser diferentes. Cuando hablamos con Jesús cada día, él hace que nuestra conducta sea buena. Oremos: “Querido Jesús, ayúdanos a ser diferentes y que cada día podamos ser como tú. Amén”.
¿Es una flor? ¿Es una flor? Tu Biblia dice: “Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte”.
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