Camina rapidísimo Camina rapidísimo Tu Biblia dice: “Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz”. Efesios 6:15. En la escuela había un terrario, en el cual sembraban plantas. Los niños observaban cómo iban creciendo y las cuidaban con esmero. Un día, Paquito vio un animalito que no había visto antes. Así que fue corriendo con la señorita Anita para avisarle. La maestra fue a ver y todo el grupo la siguió. –¡Miren, niños! Este animalito es un ciempiés –explicó, mientras lo sacaba del terrario–. Es inofensivo. Le gusta vivir en lugares húmedos donde hay hojitas y otra clase de insectos. Aunque su nombre es “ciempiés”, no tiene esa cantidad de patas; así le llamaron por tener muchas. Cuando se siente en problemas, huye rápidamente. Se dice que puede avanzar 40 cm por segundo. En ese momento, la maestra colocó al animalito en el suelo del terrario y este se escondió con rapidez. –¿Vieron cómo avanzó? –preguntó la señorita Anita–. ¡Esto es un gran ejemplo de rapidez! Así de rápidos debemos ser nosotros para hablarles a otros niños de Jesús. Debemos dejar de lado nuestra pena o flojera, y decirles a todas las personas que Jesús las ama y que vendrá muy pronto para llevarnos con él. ¿Quieren ser como el ciempiés, que camina rápido, para llevar a otros el mensaje de Jesús? –¡Sí! –dijeron los niños. Oremos: “Querido Jesús, ayúdanos a estar listos para hablarle a otras personas de la salvación. Amén”.
Un escudo sorprendente Un escudo sorprendente Tu Biblia dice: “[…] Que su fe sea el escudo”. Efesios 6:16. ¡Hoy vamos a jugar! Si tienes un escudo, colócalo en tu brazo; si no, pídele a tu mami que te preste la tapa de una cacerola. Tu mami te aventará una pelotita en alguna parte de tu cuerpo y tú tratarás de que no te pegue, cubriéndote con el escudo. Por cada vez que esquives la pelota, ganarás un punto; pero si la pelotita te pega en alguna parte del cuerpo, los perderás. ¿Te imaginas cómo sería tener un doble escudo para defenderte? ¡Qué magnífico! Hoy te hablaré del armadillo. Se caracteriza por tener una armadura formada por dos grandes escudos que se unen en la parte central de su dorso, en donde se encuentran nueve bandas. Cuando este mamífero se siente en peligro, se enrolla en forma de bolita para protegerse de la amenaza, y en la superficie quedan sus dos escudos protectores. Cuando pienso en el armadillo y en sus dos grandes escudos, recuerdo que nosotros, como cristianos, tenemos un escudo muy grande. Es el escudo de la fe. Se activa cuando vamos a la Biblia para recordar los hermosos mensajes que Jesús nos ha dejado en ella y la forma en que nos ama a pesar de cómo somos. El enemigo tratará de decirte lo contrario para que te sientas mal; allí es donde levantarás el escudo que te protegerá. Oremos: “Gracias, Jesús, por este escudo sorprendente; sé que con él puedo hacerle frente a todo. Amén”.
Un yelmo con alas Un yelmo con alas Tu Biblia dice: “Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza”. Efesios 6:17. Un yelmo era un casco que utilizaban hace mucho tiempo los soldados que iban a las guerras; los protegía de cualquier daño en la cabeza. ¿Sabías que algunos animales tienen un yelmo? Existe un ave llamada “cálao de yelmo”. Su cráneo es un tipo de casco sólido que incluye un gran pico. Esto representa el 11% del peso total del pájaro. Al igual que los guerreros, esta ave lo utiliza para combatir con otros machos y como herramienta para obtener insectos de árboles en mal estado. El yelmo de esta ave es de gran valor, ya que en el pico tiene una gran proteína, llamada queratina, más preciada que el marfil que tienen los rinocerontes o los elefantes. Esta proteína es suave y sedosa al tocarla, lo que le da aún más valor. Tú también tienes un yelmo: ¡tu cerebro! Él es el encargado de que funcione tu cuerpo y de controlarlo. ¡Es maravilloso! Algunas de sus funciones son sentir, aprender, recordar, pensar, decidir, analizar y memorizar. Esta última nos ayuda a aprender hermosos versículos y estar listos cuando el enemigo quiera entramparnos. ¡Utiliza el yelmo de la salvación y verás cómo eres victorioso en Jesús! Oremos: “Gracias, Jesús, por darme tu Santa Palabra, porque me anima y me fortalece cuando estoy triste o enfermo. Amén”.
Una gran espada
El mayor impostor
Impermeable natural
Cutucú
Un padre muy padre
¿Hablas?
El techo negro
El Rey
El caballo blanco y su jinete
Osos polares, ¿verdes?
La chiva obediente
¡Ladrón!
Una medusa gigante
El Gran Ingeniero
Unas alas poderosas
Una serpiente antigua
Cargando a Jesús
Un insecto que necesita del sol para volar
¡Qué vanidosa!
Excelentes sentidos
Como ovejitas
Pequeño, pero valiente
En peligro de extinción
Peces intimidantes
¿Oran los pajaritos?
Un pelaje blanco
El sexto sentido animal
Sam
La competencia de todos los siglos
El Chato: un perrito adventista
Refleja lo que come
¡Un canto hermoso!
El generador poderoso
La oveja Dolly
Un patrón único
Big Boy
Un tierno cuidado
La mosca del sueño
La perla más valiosa
¡No se quita ese olor!
Un buen mayordomo
El jardinero del mar
Come abejas
¡Una bolsita segura!
Un sonido familiar
La técnica del vigilante
La belleza eterna
¡Muy temido!
Una excelente servidora
Sin un ala, ¡no pica! – Parte 1
Sin un ala, ¡no pica! – Parte 2
Hermosa, pero arrebatadora
A pesar de todo… es compartida
¡Agradecido!
Un agarre firme en la Roca
No envejece
Inteligentes y solidarios
Una seda resistente
Como gallitos de pelea – Parte 1
Como gallitos de pelea – Parte 2
Alas de protección
Un osito sediento
Volando en V
Un amoroso canto
Elegido por Dios – Parte 1
Elegido por Dios – Parte 2
El gran pez
No alcanza con comer
Un gran vegetariano – Parte 1
Un gran vegetariano – Parte 2
Superoído
Silenciosa al volar
Grandote, pero obeso
Un grillito compasivo
El terrestre más rápido – Parte 1
El terrestre más rápido – Parte 2
¡Corredor incansable!
Adoptante excepcional
Gran reserva
¿Mamá tierna?
El animal más feliz del mundo
Amigos para toda la vida
Un coro espectacular
Un pequeño administrador
¡Pobre burlón!
Una lengua muy larga
¡Muy dormilón!
Los más mortíferos del planeta
¡Viven dentro de él!
Madre protectora
Buen imitador
El síndrome de Caín
Alumbrando con luz del cielo
Tranquilos y amables
La mascota fatal
Lágrimas de cocodrilo
Un hogar maravilloso
¡Excelentes hijos!
Si lo come, lo mata
¡Pobres codornices!
¡Cuidado con el perro!
Salto de fe
¿Ovejita o cabrita? – Parte 1
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