España ocupa, de hecho, una buena parte de los episodios medievales y barrocos, donde se encuentra un enfoque novedoso para la época y tendencia de investigación contemporánea: la relación entre la literatura del Siglo de Oro y las supersticiones y hechicerías. Como sucede desde el inicio de los tiempos y como hemos venido señalando en estas páginas, la magia encuentra un espacio entre lo culto y lo popular, entre los más bajos estratos sociales hasta las más altas esferas de poder. Y Luis Bonilla dedica varios capítulos al influjo de la magia en la política. El lector encontrará, en definitiva, un sumario de los principales momentos, personajes y documentos del fenómeno de la magia en España, aunque también hallará a Marco Polo –que descubra por sí mismo qué tiene que ver el comerciante italiano con la hechicería.
En definitiva, este libro, escrito hace más de medio siglo, es un documento en sí mismo por los motivos que hemos subrayado. Ello es aún más evidente en los capítulos finales, donde encontramos la persistencia de las creencias en el folklore popular en la contemporaneidad del autor e incluso un capítulo dedicado a la psicología junguiana. También se hace evidente su valor testimonial en la bibliografía, que selecciona lecturas heterogéneas pero que configuran el estado de diversas cuestiones en la época en la que el libro fue redactado. Por último, esta Historia de la hechicería que se reedita felizmente en nuestros días, está ilustrada por fotografías, una práctica cada vez más rara en la edición de libros, pero que presenta un sugerente recorrido visual, tal y como concebía Warburg. Algunas son imágenes extraídas de otros libros, si bien descatalogados o difíciles de encontrar, en otros casos, se trata de obras de arte fácilmente localizables. En cambio, otras imágenes resultan únicas, como las fotografías de tribus africanas contemporáneas, que fueron proporcionadas por el archivo de la Sociedad misionera de los Padres Blancos. Estos misioneros desarrollaron su misión en África desde el siglo XIX y fueron pioneros en los estudios etnográficos sobre el continente. No se pierda el lector los pies de foto, puesto que ahí también queda al descubierto el punto de vista del autor desprovisto de toda objetividad.
En definitiva, este libro será del interés tanto de un público general como especializado: aquellos interesados en el universo mágico como « realidad » en sí mismo, como aquellos escépticos que quieran conocer más acerca de un fenómeno presente en todos los tiempos y culturas. Un fenómeno, por otro lado, presentado y analizado bajo el prisma de otra época, la segunda mitad del siglo XX, ya considerada parte de la historia reciente.
ALEJANDRA GUZMÁN ALMAGRO
Barcelona, día 54 de la Pandemia
1 Londres, 1890, con varias reediciones aumentadas que el propio Frazer sintetizó en una versión más «accesible», la que conocemos actualmente, en 1922.
2 Publicada a partir de 1920 en varios volúmenes.
3 La tesis doctoral, basada en el ocultismo medieval y renacentista, fue defendida en la Facultad de Ciencias Políticas y editada en 1905. Ha gozado de vitalidad editorial hasta los años setenta del siglo pasado y algunos de sus preceptos siguen siendo insuperables.
4 Mnemosyne (o Mnemósine) era la personificación griega de la memoria.
5 Lucano fue sobrino del filósofo cordobés Séneca y vivió durante el gobierno del emperador Nerón, a mediados del siglo i d. C.
6 Se trata del discurso conocido como Sobre la magia , pronunciado en su propia defensa. Apuleyo fue acusado de mago por los parientes de su esposa, mucho mayor que él y mucho más rica. El orador se defendió enumerando todos los elementos de la acusación para después rebatirlos argumentando que, en realidad, él era un científico.
7 Los poetas clásicos atestiguan a Diana como diosa a la que recurren las brujas. La despiadada Canidia descrita por Horacio en los Épodos invoca a la Noche y a Diana en uno de sus conjuros.
8 Patrologia Latina , 140:831-2.
9 Se tomó el nombre del Sabbath judío, no en vano la persecución antisemita también alcanzaba su apogeo en estos siglos.
10 Esta transformación o, mejor, esta adaptación de una entidad sobrenatural de raíces clásicas a las hechiceras comunes del pueblo llano llamó la atención de algunos eruditos que, en plena caza de brujas, censuraron la crudeza de tratados como el Malleus maleficarum . Uno de los pioneros fue el jurista alemán Ulrich Molitor, quien, preocupado por el creciente número de denuncias y castigos en Alemania, publicó en 1489 el tratado De lamiis et pythonicis mulieribus ( Sobre las mujeres lamias y pitonisas ), donde se mostraba escéptico con los poderes que se les atribuían a pobres mujeres ignorantes.
11 Se imprimió en 1486, pero gozó de una amplia difusión y de ediciones hasta el siglo XVII.
12 En este sentido, es de notable interés la creencia en íncubos, demonios que visitaban las alcobas de noche para yacer con mortales. Los teólogos atestiguaban casos de embarazos fruto de estas experiencias, remontándose al caso más ilustre de hijo de íncubo y mortal: el mago Merlín de la leyenda artúrica.
13 1580. La traducción española sería aproximadamente: Sobre la adoración demónica de los brujos , si bien «demonomanía» alude más bien a la obsesión por los demonios.
14 Irónicamente, los libros de teoría política de Bodin fueron prohibidos por la inquisición, mientras que la Démonomanie se convirtió en un referente para inquisidores.
15 La obra capital en este sentido es The Witch-Cult in Western Europe (1921). Si bien las teorías de Murray han sido superadas, hay que reconocerle el acierto (entre otros) de establecer vías de transmisión y recepción de creencias y prácticas persistentes desde la Antigüedad, y el haber influido en historiadores posteriores como Carlo Ginzburg, autor de Historia Nocturna. El desciframiento del Sabbath (1989).
16 1978.
17 Recordemos la implacable represión llevada a cabo en las colonias británicas, ilustrada por los conocidos juicios de Salem, entre 1692 y 1693, en el actual estado de Massachusetts.
18 Por ejemplo, la profesora de Oxford Diane Purkiss, una de las estudiosas del rol de la mujer durante el Renacimiento en obras como The Witch in History: Early Modern and Late Twentieth Century Representations (1996).
19 Publicado en 1974. Harris fue un antropólogo estadounidense que aplicó un análisis materialista y económico a los fenómenos, entre ellos, la brujería.
20 La obra la coordina uno de los más sobresalientes historiadores actuales en este campo, Brian P. Levack, ed. Handboock of Witchcraft in Early Modern Europe and Colonial America (2015).
Uno de los aspectos más inquietantes del pasado es el de la hechicería, por su influencia en lo social y hasta en lo político dentro de la Historia y por sus repercusiones en la vida cotidiana de todos los pueblos desde la más remota antigüedad. Así también, las actividades de las brujas en todas sus clases, como resentidas sociales, enfermas mentales o trapaceras especuladoras, llegaron a plantear serios problemas a los gobernantes en aquellos tiempos en que sesudos pensadores trataban de dilucidar lo que había de cierto o de engañoso en los vuelos, aquelarres y demás pretendidos prodigios de las brujas.
Veremos el influjo de la hechicería en tiempos de la antiquísima Sumer, en Egipto, Grecia, Roma, en los tiempos de la Europa medieval, la que vio Marco Polo en su ruta hasta la China, la de los brujos del África negra, la de América colonial, la que en tiempos del Renacimiento influyó en la política de las cortes más esplendorosas, la de tiempos de Luis XIV, la de Cagliostro; todo, en fin, un desfile alucinante que padeció la Humanidad como una especie de locura, a veces colectiva, que enriqueció a unos y enloqueció a otros.
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