Figura 2.1: Formas en que se manifiesta el racionalismo occidental en el momento en que emerge la modernidad
Las formas de racionalismo en la sociedad occidental han determinado predominios de ciertos tipos de acciones sobre otras en la práctica comunicativa. Según Habermas, existen ciertos efectos de acción en la comunicación de carácter locucionario (cuando una persona expresa algo), ilocucionario (cuando una persona expresa algo con el afán de ser comprendido) y perlocucionario (cuando una persona expresa algo con el afán de lograr algo). Estos efectos se encuentran inmersos en lo que el autor denomina elementos pragmáticos formales, tal como lo muestra la figura 2.2:
Figura 2.2: Tipos puros de interacciones mediadas lingüísticamente
La figura 2.2 tipologiza los elementos pragmáticos formales contenidos en cada tipo de acción. En base a esta clasificación, Habermas analiza las acciones sociales predominantes en la modernidad (figura 2.3):
Figura 2.3: Acciones sociales
Habermas concluye que, en la época moderna, la acción estratégica tiende a colonizar espacios de interacción propios de la acción comunicativa, lo que imposibilita la reproducción de los mundos de la vida de los sujetos y deteriora a la cultura como un subsistema de representación de la realización de la vida social, ya que, en el devenir de la modernidad se ha tendido a su racionalización, lo que ha implicado la creciente diferenciación entre la cultura, la sociedad y la personalidad. Además, Habermas concluye realizando una crítica de la razón instrumental sosteniendo que esta se entiende a sí misma como una crítica de la cosificación, analizando el problema de la objetivación y sus consecuencias para la integración social.
Crítica de la razón funcionalista
La crítica a la razón funcionalista es un apartado en donde Habermas se propone analizar en profundidad los principales aspectos de la teoría de sistemas de Talcott Parsons, desde un sentido crítico en torno a la teoría de la acción comunicativa. La primera parte de este segundo volumen está destinada a la explicación de lo que Habermas entiende como un cambio de paradigma en la Sociología respecto del entendimiento de la actividad teleológica hacia la acción comunicativa, en el marco de una nueva teoría comprehensiva de la interacción social. En esta dirección, el autor comienza a explicar la relación entre los sistemas y el mundo de la vida, como un concepto capaz de hacer avanzar a las Ciencias Sociales hacia un sentido comprehensivo de la acción social.
Figura 2.4: Relaciones entre los Actos Comunicativos (AC) con el Mundo de la vida
La figura 2.4, muestra la relación entre lo que Habermas denomina Actos Comunicativos y los Mundos de la vida. Esta relación es ilustrativa para comprender donde se sitúan las distintas modalidades de acción en la vida humana, y, entre otras cosas, como es posible explicar esquemáticamente los espacios en donde se realiza la comunicación interpersonal para el autor. En este sentido, Habermas realiza una crítica a la Teoría de la sociedad de Talcott Parsons ante el problema que existe con su concepción normativista de la acción en términos sistémicos: «Surge así la falsa impresión de que el análisis funcional de los complejos de acción remite per se a la concepción de la sociedad como un sistema autorregulado. Pero si se introduce el concepto de mundo de la vida como complementario del de acción comunicativa y se entiende el mundo de la vida como trasfondo contextualizador de los procesos de entendimiento, entonces la reproducción del mundo de la vida puede analizarse ya bajo diversos puntos de vista funcionales» (Habermas, 1987c, p. 288). Esto es contundente en cuanto a la idea de los determinantes culturales en la orientación de acción de los sujetos, tal como se muestra en la figura 2.5:
Figura 2.5: Determinantes culturales de la orientación de la acción
Ahora bien, lo anterior se complementa con la idea de subsistemas, en el sentido de la necesidad de ciertas funciones para el orden y progreso de las sociedades. Habermas entiende este tema en el sentido de los componentes racionales sujetos a los modos de interacciones y a la tipología de la acción social antes definida. En torno a esta idea, la figura 2.6 muestra cómo las relaciones entre los componentes de las orientaciones de una acción están asociadas a funciones que son captadas por los subsistemas:
Figura 2.6: Funciones y orientaciones de acción
En esta crítica a Parsons, Habermas encuentra el camino para definir su propia concepción de sistema social sujeta a los mecanismos de acciones tipo (presentados en la figura 1.9). Tal como se muestra en la figura 2.7, el sistema social se encuentra definido por un conjunto de acciones y prácticas sociales diferenciadas según racionalidades propias y asociadas de acuerdo con los componentes de las orientaciones que poseen, las cuales están asociadas a funciones específicas que son captadas por los subsistemas:
Figura 2.7: Sistema social
Ahora bien, ¿cómo es que Habermas relaciona esto con la idea de mundo de la vida? La respuesta se expresa en la acción comunicativa, ya que, para el autor, este tipo de acción supone la realización de las dimensiones constitutivas del sujeto (cultura, sociedad y personalidad). Por ello, el autor da cuenta de la condición humana como un esquema que permite entender al ser humano en la realización de todas sus dimensiones esenciales.
A modo de síntesis, Habermas propone una teoría comprehensiva para analizar a la sociedad en torno a dos formas de racionalidad que están de manera simultánea: la racionalidad sustantiva del mundo de la vida y la racionalidad formal del sistema, en donde el primero expresa una dimensión interna del sujeto (cultura, sociedad y personalidad) y el segundo una perspectiva externa expresada en la estructura sistémica. En este sentido, la crítica que se esboza en esta obra tiene que ver con que en las sociedades modernas se han colonizado espacios propios del mundo de la vida, lo que conlleva su desintegración al evolucionar diferenciadamente las esferas que lo componen.
Fundamentos de la acción comunicativa
Para Habermas la acción comunicativa tiene que ver con una determinada concepción de lenguaje y entendimiento: «El concepto de acción comunicativa desarrolla la intuición de que al lenguaje le es inmanente el telos del entendimiento» (1978b, p. 79). Por ello, se propone articularlos como un aspecto central en los aspectos prácticoformales de la teoría de la acción comunicativa con la pretensión de desarrollar una teoría del significado: «En el lenguaje, la dimensión del significado y la dimensión de la validez están internamente unidas la una con la otra» (1978b, p. 80). Es decir, una teoría que permitiera identificar grados de acuerdo según el reconocimiento intersubjetivo de validez de una emisión susceptible de crítica.
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