¿Por qué Jorge Bejarano?
Hasta finales del siglo XX, la historia política nacional se había centrado en estudios sobre las constituciones, las ideas políticas, las diferentes administraciones, el Estado y sus instituciones, las élites políticas, entre otros 8. Salvo contadas excepciones, se dejó de lado el estudio de las estructuras inferiores de la política (partidos minoritarios, mandos medios, grupos de electores, etc.), de los mecanismos de ascenso político, de las relaciones clientelares en los contextos locales de la política, y de las elecciones a escala local 9. Luego, a comienzos del siglo XXI, se presentó una reflexión acerca de la forma y los temas que podrían renovar el estudio de la historia política colombiana en la que se resaltó la importancia del estudio de los intelectuales 10. El estudio de la intelectualidad colombiana, en los niveles intermedios y bajos de la estructura política, se hace necesario para entender las estrategias de control social que se difunden por medio de discursos ideológicos de modernización, desarrollo y progreso 11. En este sentido, estudiar a Jorge Bejarano es interesante para analizar las formas como se asume y expresa el discurso del higienismo como herramienta de legitimación del poder, de confrontación política dentro de las élites o como estrategia en contextos electorales 12. Además, al adentrarse en la intimidad de las relaciones entre los políticos, las situaciones personales que influyen en sus decisiones, los conflictos que se aprecian en su privacidad, etc., se puede establecer la fuerza del vínculo entre la ideología y la práctica política.
El interés por la vida y obra de Jorge Bejarano parte de los cursos sobre intelectuales e historia política dictados en 2002 por el profesor César Ayala en la Universidad Nacional de Colombia. De estos cursos surgió una investigación preliminar en la que se caracterizó a Jorge Bejarano como un intelectual, a partir de diferentes estudios —tanto nacionales como extranjeros— sobre este concepto. También ayudó la contextualización histórica de su carrera política y el análisis de sus intereses, logros y perspectivas en el campo profesional de la higiene. Se intentó una tipificación particular y novedosa en la que se definió a Bejarano como un técnico humanista , es decir, un intelectual poseedor y difusor de un saber específico, pero condicionado por una formación intelectual característica de los primeros años del régimen conservador 13.
¿Por qué los médicos participan en política? Esta fue la pregunta que guio un trabajo posterior sobre Bejarano 14en el que se demostró que el cuerpo médico mantuvo siempre una relación con la política nacional para proteger una condición social especial, elitista, adquirida por medio del estudio universitario, del ejercicio profesional en el campo privado y público, de la vinculación a agrupaciones científicas y clubes sociales. Por su parte, la visión modernizadora de la sociedad fue uno de los rasgos principales que unió a las élites económicas y políticas con los pocos profesionales que surgían del sistema educativo. En dicha visión se entrelazaban elementos de un conocimiento científico experimental aplicado al sistema social —es decir, la sociedad percibida como un organismo biológico susceptible de modificaciones— con un profundo sentimiento religioso que permeaba a todas las estructuras sociales, económicas e institucionales del país. Si la pregunta inicial fue el porqué de esta participación, luego se profundizó en el cómo se dio dicha participación en la política. El trabajo realizado en esa última investigación y sus resultados son los que se presentan en este libro.
El caso de Jorge Bejarano muestra que en los intelectuales también existe una inclinación a la política de manera consciente y voluntaria. La cooptación de un intelectual a la clase política no se da por una simple cuestión de mérito. Requiere encontrar nexos y filiaciones sociales con sus miembros; requiere la participación directa en sus asuntos, la adaptación a sus costumbres y prácticas y una disciplina que exprese cohesión frente a los adversarios políticos. Los diferentes cargos públicos que Jorge Bejarano ejerció no solo expresan el deseo del intelectual de aplicar su visión técnica en favor de la sociedad. También representan una de las vías por las que el intelectual se integra a la élite y desarrolla un proyecto de vida político, en este caso, el proyecto de un militante disciplinado y un intelectual orgánico del Partido Liberal.
Las huellas de Bejarano se hallan en un trabajo de Humberto Cáceres y Zoilo Cuéllar Manrique, ambos vinculados a la Academia Nacional de Medicina, en el que se recopilan pequeñas biografías de los miembros de la Academia desde su fundación en 1873 hasta 1996 15. Aquí se presenta un breve recuento de las obras de cada personaje, las instituciones a las que estuvo vinculado, las fechas más importantes de su vida, entre otros aspectos. Por su parte, Gerardo Molina, en Las ideas liberales en Colombia, identifica a Bejarano como un intelectual liberal de la generación del Centenario y expone varios rasgos característicos de estos personajes: un marcado sentimiento nacionalista, la pasión por las libertades públicas y la repulsión por el sectarismo, entre otros 16. El trabajo de Oliverio Perry, Quién es quién en Colombia, es a grandes rasgos un directorio biográfico de los personajes más destacados de su época, en el que se relacionan, entre otros datos, la filiación partidista de Bejarano, los cargos que desempeñó y algunos datos de su origen 17. Las obras relacionadas ayudaron a la ubicación cronológica y a la identificación de algunos referentes políticos y sociales que influyeron en la estructuración ideológica de Bejarano.
En 1987 se publicaron los trabajos de Herbert Braun, Mataron a Gaitán 18, y el de Daniel Pécaut, Orden y violencia 19 . La huella de Jorge Bejarano en la obra de Braun es ínfima; solo se referencia su nombramiento como ministro de Higiene en el gabinete formado días después del asesinato del caudillo en 1948, y con un tono despectivo, como referencia para comentar la prohibición de la chicha. Sin embargo, el estudio de Braun es una muy buena fuente para el análisis de los rasgos de los intelectuales de la generación a la que perteneció Bejarano, a los que denominó convivialistas . De esta generación formaron parte Eduardo Santos, Alfonso López Pumarejo, Laureano Gómez y Mariano Ospina Pérez, entre otros.
Por su parte, Pécaut analiza el proceso de conformación de la burguesía cafetera en las élites nacionales, así como el desarrollo de la política de la Revolución en Marcha en la que se da una tentativa de modernizar vía institucionalización política de lo social mediante la incorporación de la noción colectiva de ciudadanía popular 20. También se estudia la coyuntura histórica del desmonte de los mecanismos de intervención del Estado y la aparición del gaitanismo, el cual es identificado como una clase de populismo. Jorge Bejarano solo se menciona por su participación en el movimiento gaitanista cuando fue nombrado miembro de la Dirección, en el momento de mayor poder e influencia del caudillo liberal. Como se mostrará más adelante, dicho acercamiento pudo haber sido similar al de varias personalidades del partido, es decir, seducidas por su popularidad, o impulsado por la existencia de unos nexos intelectuales específicos y coyunturales relacionados con el pensamiento higienista de Gaitán.
La huella de Bejarano es muy notoria en la historia de la ciencia. El trabajo de Christopher Abel, Ensayos de historia de la salud en Colombia, analiza el proceso de desarrollo de los servicios de salud en Colombia, ubicándolo dentro de su marco político, socioeconómico y demográfico 21. Jorge Bejarano aparece aquí como un publicista en la época del debate sobre la degeneración de la raza y como el primer colombiano eminente interesado en atacar algunos avances en lo relacionado con los alimentos procesados. Abel lo muestra en sentido positivo, como un científico modernista que luchaba contra las concepciones tradicionalistas de la sociedad en el campo médico, siendo este uno de los trabajos que resalta la contraposición del pensamiento de Bejarano con el de Miguel Jiménez López en lo referente al tema de la degeneración de la raza 22.
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