Los riesgos de las conjeturas
Esa lectura de Averroes imprimió a la obra de Platón un acento marcadamente más individualista –si se me permite nuevamente el anacronismo– que el de su autor y, sin duda, más democrático que, como veremos, el del propio Aristóteles. En efecto, en base a breves afirmaciones y analogías que Aristóteles formula en su Metafísica casi a modo de apuntes, Averroes extrae algunas conclusiones que probaron ser incorrectas. Veamos por qué. En Metafísica (y lo repite en Tópicos ) Aristóteles advierte, examinando otras cuestiones, que ambos «géneros son miembros de la misma especie como pares e impares son ambos números».(33) Es decir, ni el par ni en impar es más número que el otro, y ambos guardan la misma naturaleza. De aquí que Averroes conjeture el siguiente razonamiento analógico: si varón y mujer son ambos homo ( anthropos ) ni el varón ni la mujer es más homo que el otro, y ambos guardan la misma naturaleza, tal como sucede con los números pares e impares donde uno no es más número que el otro. Perfecta construcción analógica en base a la afirmación aristotélica. Sin embargo, Averroes seguro de la capacidad lógica y de la completa coherencia de la filosofía aristotélica configuró para la Política –que no conoció, recordémoslo– una sociedad altamente más igualitaria o, al menos, más igualitaria que la de Platón, donde mujeres y varones por igual podría acceder a la educación, desarrollar sus capacidades y alcanzar la virtud. Lo que Averroes no tuvo en cuenta es que (a diferencia de Platón) la Política aristotélica se basaba en el silogismo dialéctico, no en el científico, base de la analogía de los números. En consecuencia, al admitir «el más y el menos» cabían soluciones diferentes y su modelo varón / mujer no podría cumplir con una analogía en sentido estricto como la de los números. Dicho muy sencillamente, porque «ni los varones ni las mujeres son números y no se rigen por el silogismo científico sino por el dialéctico», hubiera podido responderle un Aristóteles poco proclive a la utopía. De ahí que quienes hayan tenido en sus manos la Política del estagirita, se han topado con afirmaciones como: «el varón es superior por naturaleza y la mujer inferior...» ( Política , 1254 b 13 s); «El macho está mejor dotado que la hembra...» ( Política ,1259 b 3-5); «Las acciones de un gobernante no son honorables a menos que sea superior a los otros hombres como el varón lo es a la mujer o el padre a sus hijos o el amo a sus esclavos...» ( Política , 1325 b 2). Incluso, explícitamente Aristóteles sostuvo incluso que « gobierna a su mujer y a sus hijos como a libres ( eleuthéron ), pero no con la misma autoridad: a la mujer como ciudadana ( politikós ) y a los hijos como súbditos ( basilikós )».(34) En qué sentido la mujer es «ciudadana» en la Política , lo veremos más adelante. Pero por ahora retengamos que esto, como hemos advertido, Averroes no llegó a conocerlo.
Reconoció explícitamente, en cambio, que los modos en que se entrelazan los comportamientos y se interrelacionan las conductas conforman una suerte de red propia de cada grupo social. Si bien algunas virtudes eran evidentemente propias de alguna clase (en sentido amplio), no dejó de investigar por qué; poniendo un fuerte acento en la educación y en las posibilidades de acceder a ella. ( Comentario § 4) Esto muestra su sensibilidad respecto de la incidencia de la economía y la situación social en las oportunidades educativas de los individuos o de los grupos. Es decir, si bien la complejidad de «la perfección humana postula la comunidad social /.../», las diferencias individuales se ven potenciadas (o no) precisamente por esa condición social (§ 3). Por principio de economía –ya que, como advierte Aristóteles en su Ética Nicomaquea , la naturaleza no hace nada en vano– a las diferentes naturalezas humanas le corresponden diferentes perfecciones, que sólo podrán alcanzar las personas concretas gracias a la ayuda de otros miembros de la sociedad. Para ello, advierte Averroes, tales naturalezas deberán contar con posibilidades para manifestarse (§ 3), y así poder encaminarse al perfeccionamiento y prepararse para alcanzar su culminación. En síntesis, cada individuo, varón y mujer, tiene potencialidades; una suerte de naturaleza propia perfectible gracias a la educación. Pero para ello debe tener la oportunidad de manifestar tales potencialidades y de educarlas.
Leer según el propio paradigma
Preocupado por la educación,(35) Averroes retomó tres ideas fundamentales de la Ética Nicomaquea de Aristóteles, para alcanzar el perfeccionamiento: en primer lugar, el conocimiento de las condiciones necesarias que deben darse para que una de esas virtudes pueda realizarse ( Comentario § 4).(36) En segundo término, inculcar virtudes en los espíritus jóvenes (aquí Averroes no hace diferencia de sexo), para favorecer su desarrollo gradual y conservarlas una vez alcanzadas (§ 4, 5).(37) Por último, descubrir qué hábito y qué virtud se perfecciona cuando se une a otra (§ 4).(38) Esto le permitió ofrecer una lista de cuestiones propias de la educación y criticar además algunas propuestas de Platón, tales como la imitación, la enseñanza en base a mitos y su rechazo a la educación poético-musical, que Averroes valoró. Asimismo, propuso temas no tratados por Platón, la mayoría de los cuáles se vinculaban a la profesión médica, donde la influencia de Aristóteles y de Galeno fue significativa. De modo que se interesó por el cuerpo y el alma, pero también –como Platón– por la eugenesia, aunque sobre bases más científicas. No obstante, respecto de la extensión de la sociedad («de tamaño armonioso como en la música») su posición está más próxima a un modelo organicista clásico –que parece tomar de Galeno– que a uno de tipo «moderno» ( Comentario § 27). Cabe destacar que concedió valor relativo a las normas consuetudinarias, considerando que debían examinarse según la razón y el buen sentido, en un intento por lograr un equilibrio entre las tres naturalezas que conforman el alma individual y, siguiendo la analogía platónica, la sociedad: es decir, la racional, la irascible y la concupiscible (§ 33). En los pasajes que brevemente acabamos de resumir, Averroes no hace referencia alguna al sexo del «espíritu joven» que debería educarse en la virtud, aunque no podía desconocer que el texto aristotélico hacía referencia sólo a los varones y que el platónico remitía a ambos sexos, pero solamente respecto de los Guardianes, ya que, como bien lo muestra en Las Leyes , las capas inferiores de la sociedad no gozaban de esa «igualdad». A un lector atento como él, no se le podrían haber escapado estos matices.
Ciudadanía y maternidad
Ahora bien, aunque Averroes no conocía las afirmaciones de la Política , sí conocía la Ética Nicomaquea , que cita profusamente, y las obras biológicas de Aristóteles (y de Galeno). Precisamente en Ética Nicomaquea , Aristóteles vincula el logro de la felicidad a la más alta vida contemplativa, propia del ciudadano, en tanto que vida teorética.(39) En Historia de los Animales , Aristóteles incluye explícitamente a las mujeres entre los casos monstruosos ( terata ), y advierte que la primera monstruosidad es ser mujer y no varón, porque la mujer es un varón incompleto, imperfecto, que no ha alcanzado «cocción» suficiente,(40) definiéndolas en consecuencia como «accidentes necesarios», e incurriendo en lo que podríamos considerar una contradicción en los términos.
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