Anatxu Zabalbeascoa - Gente que cuenta

Здесь есть возможность читать онлайн «Anatxu Zabalbeascoa - Gente que cuenta» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Gente que cuenta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Gente que cuenta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Gente que cuenta reúne a algunas de las personalidades más relevantes de nuestro tiempo con una trayectoria detrás en muchas disciplinas: literatura, diseño, música o deporte. La autora consigue a través de sus entrevistas una aproximación a lo que nunca cuentan, historias personales que retratan al ser humano detrás del personaje.Patty Smith, Ian McEwan, Zaha Hadid, Isabel Coixet, Delphine de Vigan o Miguel Milá, entre otros, quedan retratados en su vulnerabilidad y en su grandeza. Un caleidoscopio de veintisiete nombres destacados que se lee como una novela para contar esa
Gente que cuenta que, en realidad, somos todos.

Gente que cuenta — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Gente que cuenta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿Cree que sus editores hubieran publicado In altre parole, su memoria en italiano, si no hubiera sido una escritora famosa?

No lo sé. Nunca lo había pensado.

Paradójicamente, ha sido el éxito del que quería escapar lo que le ha permitido escapar.

No era olvido ni ignorancia, era distancia lo que necesitaba. Aprender italiano era completamente necesario para mi viaje personal. Si el objetivo es ser feliz y sentir armonía con el mundo, eso solo lo logré después de esta segunda decisión.

¿Cómo afectó esa decisión a su familia?

Mi marido escribe y traduce, un trabajo privilegiado, pero pésimamente pagado. Ahora vivo de dar clase porque ya no cobro casi de lo que escribo. De los textos en italiano obtengo poco dinero.

¿No va a volver a escribir en inglés?

De momento no. Ha sido un sacrificio económico importante. Pero encuentro liberador ganarme la vida con un trabajo que le permite a uno irse a casa. Prefiero eso a la presión exagerada de tener que escribir un libro que se venda bien. No quiero escribir para complacer a nadie. Para eso preferiría convertirme en jardinera.

Cuando decidió mudarse a Italia, ¿se enfrentó más a sus padres o a sus editores?

Pensábamos que tendríamos una pequeña aventura, nadie anticipó que transformaría nuestra vida. Pero un año no fue suficiente. Mi hija Noor era muy niña, pero Octavio se enfadó, no entendía lo que estábamos haciendo. Traté de explicárselo y siguió enfadado, pero escuchó. Si uno está dispuesto a arriesgar, no hay vuelta a atrás. Lo menos que podemos hacer en la vida es tratar de ser felices. No es ser egoísta, es entender lo necesario. Lo que quiero transmitir a mis hijos es que se beban la vida hasta el final del vaso.

¿Qué crea las raíces?, ¿los lugares, la educación, la familia?

El amor hacia otras personas, hacia la literatura, en mi caso, o hacia el barrio. Yo amo este lugar. Me gusta todo sobre mi vida cotidiana. Cuando me fui de Nueva York, no eché de menos la ciudad. Alberto y mis hijos sí, pero yo no. Estudié, trabajé y tuve hijos allí. Tengo recuerdos muy bonitos, pero no tenía raíces. En Roma me siento segura. Y me siento valiente. Eso es lo que debe ser una casa: un lugar donde uno se siente protegido y alentado.

Sus relatos cuentan lo que se gana y se pierde con las elecciones vitales.

Creo que siempre escribo sobre huidas. La desubicación y la metamorfosis están en mi trabajo desde el principio.

En italiano parece otra escritora.

No me gusta sentirme responsable como creadora. Creo que es un error. Si fuera piloto de avión, afrontaría mi trabajo con gran sentido de la responsabilidad. Pero cuando escribo, solo quiero ser responsable ante mí misma. Y creo que hemos perdido esa noción del creador. Hoy los artistas dan explicaciones. Tienen que explicar lo que significan las cosas… Ahora que escribo en italiano muchos indoamericanos me han dicho: «¿Ya no vas a escribir de nosotros?». ¡Mi intención nunca fue escribir sobre ustedes!

No quiere ser la voz de los bengalíes emigrantes.

No puedo serlo. Yo me enamoré de la literatura sin encontrar jamás un personaje que ni remotamente se pareciera a mí o a mis experiencias. Crecí leyendo Shakespeare, Thomas Hardy o Tolstói no porque me hablaran sus personajes, sino porque son obras de arte. Y las obras de arte tienen el poder de ir más allá de los mundos estrechos. ¿Si mis padres son inmigrantes solo debo leer historias de gente cuyos padres son inmigrantes? ¡Per carità!… Si es literatura, debe ser capaz de hablar a todos.

Vivimos en un mundo de consumo a la carta.

Todo el mundo online se basa en eso. Amazon envía continuamente mensajes: «Si compraste esas sillas, te gustarán estas». De modo que nunca te gustarán sillas completamente diferentes porque ni sabrás que existen. La vida está empobreciéndose por las simplificadoras herramientas del marketing. El arte y la literatura son herramientas para ampliar, no para limitar nuestros pequeños mundos.

¿Cuando era joven, sentía deseo de pertenecer a una cultura?

Sentía desesperación. Pero me liberé de eso. Era doloroso, un sentimiento de inferioridad y fracaso.

¿Por qué se sentía inferior?

Porque no soy americana. América para mi madre era el enemigo. Y yo me moría por integrarme porque odiaba sentirme diferente. Odiaba todo sobre mí misma: mi nombre, mi aspecto… Y eso es un sentimiento devas­­tador.

¿Salió de todo eso sin ayuda?

No. Tuve mucha ayuda. Me he psicoanalizado durante años.

¿A su hermana le pasó lo mismo?

No puedo hablar por ella, pero creo que no vivió tan atormentada. Es siete años más joven, nació en América y para entonces mis padres llevaban una década fuera de India. Cuando yo nací, mi madre se pasó años negando nuestras vidas. No quería que nada de lo que nos rodeaba nos tocara. Y eso es imposible. No confiaba en el lugar donde había ido a vivir. Todo para ella era una amenaza. Tuve que lidiar con eso. Cuando mi hermana nació, el hielo ya estaba roto.

Pasaban los veranos en Calcuta.

Creo que es imposible ir y no reaccionar ante lo que ves. Me interesaba mucho habiendo crecido en un lugar tan estéril como Nueva Inglaterra. Me estimulaba. Es un lugar visceral, como Roma elevado a la enésima potencia, un sitio que te hace pensar. Pero lo que no me gustaba era sentirme diferente también allí. Allí éramos los americanos: que si éramos ricos, que si teníamos máquinas que nos limpiaban la casa. Creo que pensaban que vivíamos en la Casa Blanca. Yo sentía la presión por tener allí una experiencia que no era mía: la de volver a casa. Aquello no era mi casa. Con todo, había algunas cosas por las que podía dejar de preocuparme. Por ejemplo mi nombre. Parece poco, pero es mucho. Allí mis padres eran gente en un contexto. En América eran criaturas aisladas.

Pero todavía viven en Estados Unidos.

Mi padre decidió que se quedaban. Su cultura es así, son los hombres los que deciden.

Sin embargo, como sucede con algunos de sus personajes, era su madre quien le buscaba a usted un marido.

Sí.

¿De Calcuta?

Eso era lo ideal, pero podía ser también un inmigrante indio, alguien como yo.

¿Qué dijo cuando apareció con su marido?

No sabían qué hacer. Pero lo quieren mucho. Uno tiene que cambiar. Mi insistencia en refugiarme en el cambio es una reacción a mi madre, que, básicamente, se negó a cambiar y rechazó la realidad porque la realidad es cambio. Todo cambia. No hay otra manera de entender la vida. Mi madre estaba en contra de la vida. Y eso es una batalla perdida: garantiza tu propia infelicidad y la de quienes te rodean. Quiero a mi madre y me angustia que naciera en un tiempo y una cultura que esperaba de ella que se adaptara a los deseos de los demás. Ella tuvo una boda arreglada. Se casó con mi padre, que vivía en Londres. Como mi padre quería ir a América, ella fue; como quiso quedarse, ella se quedó. ¿Dónde queda una persona en una vida así? Creo que le aterrorizaba dejar de ser lo que era. Con sus fijaciones sobre cómo teníamos que vivir, vestir o comer nos enviaba el mensaje de que no podíamos dejar que el enemigo se colara en nuestra casa. He conseguido que mi vida no sea así y estoy agradecida.

¿Cómo es su madre hoy?

Igual y distinta. Tiene setenta y siete años y puede conducir un coche o irse a comer un trozo de pizza. Eso hubiera sido impensable en India. Sin embargo, tiene vivo el recuerdo de la chica que fue, de cómo durmió entre sus padres hasta que se casó.

¿De dónde se sienten sus hijos?

Son americanos, pero espero que se sientan del mundo. Han aprendido a adaptarse. A lo mejor les hago daño. Pero asumo esa responsabilidad. Les pido que sean ellos mismos. Que estén cómodos en sus huesos. Que sean lo que quieran ser.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Gente que cuenta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Gente que cuenta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Gente que cuenta»

Обсуждение, отзывы о книге «Gente que cuenta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x