• Пожаловаться

Gabriela Mistral: Tala

Здесь есть возможность читать онлайн «Gabriela Mistral: Tala» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Поэзия / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Gabriela Mistral Tala

Tala: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Tala»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Gabriela Mistral: другие книги автора


Кто написал Tala? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Tala — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Tala», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

a ti los cuatro clavos ya te sueltan,

y el encuentro se vuelve un recogerte

la sangre como lengua que contesta,

pasar mis manos por mi pecho enjuto,

coger tus pies en peces que gotean.

Ahora ya no me acuerdo de nada,

de viaje, de fatiga, de dolencia.

El ímpetu del ruego que traía

se me sume en la boca pedigüeña,

de hallarme en este pobre anochecer

con tu bulto vencido en una cuesta

que cae y cae y cae sin parar

en un trance que nadie me dijera.

Desde tu vertical cae tu carne

en cáscara de fruta que golpean:

el pecho cae y caen las rodillas

y en cogollo abatido, la cabeza.

Acaba de llegar, Cristo, a mis brazos,

peso divino, dolor que me entregan,

ya que estoy sola en esta luz sesgada

y lo que veo no hay otro que vea

y lo que pasa tal vez cada noche

no hay nadie que lo atine o que lo sepa,

y esta caída, los que son tus hijos,

como no te la ven no la sujetan,

y tu culpa de sangre no reciben,

¡de ser el cerro soledad entera

y de ser la luz poca y tan sesgada

en un cerro sin nombre de la Tierra!

Año de la Guerra Española.

LOCAS LETANÍAS

¡Cristo, hijo de mujer,

carne que aquí amamantaron,

que se acuerda de una noche,

y de un vagido, y de un llanto:

recibe a la que dio leche

cantándome con tu salmo

y llévala con las otras,

espejos que se doblaron

y cañas que se partieron

en hijos sobre los llanos!

¡Piedra de cantos ardiendo,

a la mitad del espacio,

en los cielos todavía

con bulto crucificado;

y cuando busca a sus hijos,

piedra loca de relámpagos,

piedra que anda, piedra que vuela,

vagabunda hasta encontrarnos,

piedra de Cristo, sal a su encuentro

y cíñetela a tus cantos

y yo mire de los valles,

en señales, sus pies blancos!

¡Río vertical de gracia,

agua del absurdo santo,

parado y corriendo vivo,

en su presa y despeñado;

río que en cantares mientan

"cabritillo" y "ciervo blanco"

a mi madre que te repecha,

como anguila, río trocado,

ayúdala a repecharte

y súbela por tus vados!

¡Jesucristo, carne amante,

juego de ecos, oído alto,

caracol vivo del cielo,

de sus aires torneado:

abájate a ella, siente

otra vez que te tocaron ;

vuélvete a su voz que sube

por los aire extremados,

y si su voz no la lleva,

toma la niebla de su hálito!

¡Llévala a cielo de madres,

a tendal de sus regazos,

que va y que viene en un golfo

de brazos empavesado,

de las canciones de cuna

mecido como de tallos,

donde las madres arrullan

a sus hijos recobrados

o apresuran con su silbo

a los que gimiendo vamos!

¡Recibe a mi madre, Cristo,

dueño de ruta y de tránsito,

nombre que ella va diciendo,

sésamo que irá gritando,

abra nuestra de los cielos,

albatros no amortajado,

gozo que llaman los valles!

¡Resucitado, Resucitado!

"MUERTE DE MI MADRE"

Ella se me volvió una larga y sombría posada; se me hizo un país en que viví cinco o siete años, país amado a causa de la muerta, odioso a causa de la volteadura de mi alma en una larga crisis religiosa. No son ni buenos ni bellos los llamados "frutos del dolor" y a nadie se los deseo. De regreso de esta vida en la más prieta tiniebla, vuelvo a decir, como al final de Desolación, la alabanza de la alegría. El tremendo viaje acaba en la esperanza de las Locas Letanías y cuenta su remate a quienes se cuidan de mi alma y poco saben de mí desde que vivo errante.

Alucinación

LA MEMORIA DIVINA

A Elsa Fano.

Si me dais una estrella,

y me la abandonáis, desnuda ella

entre la mano, no sabré cerrarla

por defender mi nacida alegría.

Yo vengo de una tierra

donde no se perdía.

Si me encontráis la gruta

maravillosa, que como una fruta

tiene entraña purpúrea y dorada,

no cerraré la gruta

ni a la serpiente ni a la luz del día,

que vengo de una tierra

donde no se perdía.

Si vasos me alargaseis,

de cinamomo y sándalo, capaces

de aromar las raíces de la tierra

y de parar al viento cuando yerra,

a cualquier playa los confiaría,

que vengo de un país

en que no se perdía.

Tuve la estrella viva en mi regazo,

y entera ardí como en tendido ocaso.

Tuve también la gruta en que pendía

el sol, y donde no acababa el día.

Y no supe guardarlos,

ni entendía que oprimirles era amarlos.

Dormí tranquila sobre su hermosura

y sin temblor bebía en su dulzura.

Y los perdí, sin grito de agonía,

que vengo de una tierra

en donde el alma eterna no perdía.

LA COPA

Yo he llevado una copa

de una isla a otra isla sin despertar el agua.

Si la vertía, una sed traicionaba;

por una gota, el don era caduco;

perdida toda, el dueño lloraría.

No saludé las ciudades;

no dije elogio a su vuelo de torres,

no abrí los brazos en la gran Pirámide

ni fundé casa con corro de hijos.

Pero entregando la copa, yo dije

con el sol nuevo sobre mi garganta:

– "Mis brazos ya son libres como nubes sin dueño

y mi cuello se mece en la colina,

de la invitación de los valles."

Mentira fue mi aleluya: miradme.

Yo tengo la vista caída a mis palmas;

camino lenta, sin diamante de agua;

callada voy, y no llevo tesoro,

¡y me tumba en el pecho y los pulsos

la sangre batida de angustia y de miedo!

LA MEDIANOCHE

Fina, la medianoche.

Oigo los nudos del rosal:

la savia empuja subiendo a la rosa.

Oigo

las rayas quemadas del tigre

real: no le dejan dormir.

Oigo

la estrofa de uno,

y le crece en la noche

como la duna.

Oigo

a mi madre dormida

con dos alientos.

(Duermo yo en ella,

de cinco años.)

Oigo el Ródano

que baja y que me lleva como un padre

ciego de espuma ciega.

Y después nada oigo

sino que voy cayendo

en los muros de Arlès

llenos de sol…

DOS ÁNGELES

No tengo sólo un Ángel

con ala estremecida:

me mecen como al mar

mecen las dos orillas

el Ángel que da el gozo

y el que da la agonía,

el de alas tremolantes

y el de las alas fijas.

Yo sé, cuando amanece,

cuál va a regirme el día,

si el de color de llama

o el color de ceniza,

y me les doy como alga

a la ola, contrita.

Sólo una vez volaron

con las alas unidas:

el día del amor,

el de la Epifanía.

¡Se juntaron en una

sus alas enemigas

y anudaron el nudo

de la muerte y la vida!

PARAÍSO

Lámina tendida de oro,

y en el dorado aplanamiento,

dos cuerpos como ovillos de oro;

Un cuerpo glorioso que oye

y un cuerpo glorioso que habla

en el prado en que no habla nada;

Un aliento que va al aliento

y una cara que tiembla de él,

en un prado en que nada tiembla.

Acordarse del triste tiempo

en que los dos tenían Tiempo

y de él vivían afligidos,

A la hora de clavo de oro

en que el Tiempo quedó al umbral

como los perros vagabundos…

LA CABALGATA(1)

A don Carlos Silva Vildósola

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Tala»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Tala» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Лорел Гамильтон: Mistral's Kiss
Mistral's Kiss
Лорел Гамильтон
Gabriela Zapolska: Moralność Pani Dulskiej
Moralność Pani Dulskiej
Gabriela Zapolska
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Džeks Londons
Габриэла Мистраль: Огонь
Огонь
Габриэла Мистраль
Габриэла Мистраль: Похвала песку
Похвала песку
Габриэла Мистраль
Gabriela Mistral: Ternura
Ternura
Gabriela Mistral
Отзывы о книге «Tala»

Обсуждение, отзывы о книге «Tala» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.