Cassandra Clare - Ciudad de cristal

Здесь есть возможность читать онлайн «Cassandra Clare - Ciudad de cristal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: sf_fantasy_city, ya, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ciudad de cristal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ciudad de cristal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Para salvar la vida de su madre, Clary debe viajar hasta la Ciudad de Cristal, el hogar ancestral de los cazadores de sombras. Por si fuera poco, Jace no quiere que vaya y Simon ha sido encarcelado por los propios Cazadores de Sombras, que no se fían de un vampiro resistente al sol. Mientras, Clary traba amistad con Sebastián, un misterioso cazador de sombras que se alía con ella. Valentine está dispuesto a acabar con todos los cazadores de sombras: la única opción que les queda a éstos es aliarse con sus mortales enemigos pero ¿podrán hombres lobo, vampiros y otras criaturas del submundo dejar a un lado sus diferencias con los cazadores de sombras?

Ciudad de cristal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ciudad de cristal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Puedo sentirla —dijo—. Como una quemadura.

—No sé qué sucederá —murmuró ella—. No sé qué efectos secundarios tendrá a largo plazo.

Con una media sonrisa, él alzó la mano para acariciarle la mejilla.

—Esperemos que tengamos la oportunidad de descubrirlo.

19

Peniel

Maia permaneció callada la mayor parte del camino hasta el bosque, manteniendo la cabeza gacha y echando ojeadas a un lado y a otro de vez en cuando con la nariz arrugada por la concentración. Simon se preguntó si olfateaba el camino que debía seguir, y decidió que aunque eso podría parecer un poco raro, desde luego resultaba un talento útil. También descubrió que no tenía que apresurar el paso para mantenerse a su altura, sin importar lo deprisa que ella se moviera. Incluso cuando alcanzaron el especialmente frecuentado sendero que conducía al interior del bosque y Maia empezó a correr —veloz, en silencio y manteniéndose muy agachada sobre el suelo—, él no tuvo problemas para igualarla su paso. Era una consecuencia de ser vampiro que podía admitir honestamente que le gustaba.

El sendero finalizó demasiado pronto; el bosque se espesó y se hallaron corriendo entre los árboles, sobre el terreno removido y repleto de raíces cubierto por una espesa capa de hojas muertas. Las ramas de lo alto creaban dibujos que recordaban encajes al recortarse en el firmamento iluminado por las estrellas. Salieron de los árboles a un claro salpicado de enormes peñascos que relucían como blancos dientes cuadrados. Había montones de hojas apiladas aquí y allí, como si alguien hubiese pasado por el lugar con un rastrillo gigante.

—¡Raphael! —Maia hizo bocina con las manos y gritó con una voz lo bastante potente para espantar a las aves de las copas de los árboles sobre sus cabezas—. ¡Raphael, muéstrate!

Silencio. Entonces las sombras susurraron; sonó un suave tamborileo, igual que lluvia golpeando un tejado de zinc. Las hojas amontonadas en el suelo salieron volando por los aires como ciclones diminutos. Simon oyó toser a Maia; ésta tenía las manos alzadas, como para apartar las hojas de su rostro y de sus ojos.

Tan repentinamente como se había alzado, el viento amainó. Raphael estaba allí de pie, apenas a unos pocos metros de Simon. A su alrededor había un grupo de vampiros, pálidos e inmóviles como árboles a la luz de la luna. Sus expresiones eran frías, desprovistas de todo lo que no fuera una total hostilidad. Reconoció a alguno de ellos del hotel Dumort: la menuda Lily y el rubio Jacob, con la mirada tan afilada como cuchillos. Pero a otros muchos de ellos no los había visto nunca antes.

Raphael se adelantó. Tenía la piel cetrina y los ojos rodeados por una negra sombra, pero sonrió al ver a Simon.

—Vampiro diurno —musitó—. Has venido.

—He venido —dijo Simon—. Estoy aquí, así que… se acabó.

—Nada ha acabado, vampiro diurno. —Raphael miró en dirección a Maia—. Licántropa —dijo—, regresa junto al líder de tu manada y dale las gracias por cambiar de idea. Dile que los Hijos de la Noche pelearán junto a su gente en la llanura Brocelind.

El rostro de Maia estaba tenso.

—Luke no cambió…

Simon la interrumpió a toda prisa.

—Todo va bien, Maia. Vete.

Los ojos de la muchacha se veían luminosos y entristecidos.

—Simon, piensa —dijo—. No tienes que hacerlo.

—Sí, tengo que hacerlo. —Su tono era firme—. Maia, muchísimas gracias por traerme aquí. Ahora vete.

—Simon…

Él bajó la voz.

—Si no te vas, nos matarán a ambos, y todo esto habrá sido por nada. Vete. Por favor.

Ella sintió y dio media vuelta, cambiando mientras se volvía, de modo que un momento antes era una menuda joven humana, con las trenzas sujetas con cuentas rebotando sobre los hombros, y al siguiente ya golpeaba el suelo corriendo a cuatro patas como una loba veloz y silenciosa. Abandonó como una exhalación el claro y desapareció en las sombras.

Simon se volvió de nuevo hacia los vampiros… y casi suelta un grito; Raphael estaba de pie justo frente a él, a centímetros de distancia. Vista de cerca, su piel mostraba los relevadores trazos del hambre. Simon recordó aquella noche en el hotel Dumort —rostros surgiendo de las sombras, carcajadas fugaces, el olor de la sangre—y se estremeció.

Raphael alargó los brazos hacia Simon y lo agarró por los hombros; sus manos engañosamente menudas lo sujetaban como tenazas de hierro.

—Gira la cabeza —dijo—y mira las estrellas; será más fácil así.

—Así que vas a matarme —dijo Simon.

Ante su sorpresa, no se sentía asustado, ni siquiera particularmente nervioso; todo parecía haberse ralentizado hasta adquirir una claridad perfecta. Era consciente de cada hoja en las ramas sobre su cabeza, de cada guijarro diminuto del suelo, de cada par de ojos puestos en él.

—¿Qué creías? —dijo Raphael; con cierta tristeza, pensó Simon—. No es nada personal, te lo aseguro. Como dije antes…, eres demasiado peligroso para que se te permita seguir tal y como eres. De haber sabido en lo que te convertirías…

—Jamás me habrías dejado arrastrarme fuera de aquella sepultura, lo sé —repuso Simon.

Raphael cruzó la mirada con él.

—Todo el mundo hace lo que debe para sobrevivir. Es ese aspecto incluso nosotros somos iguales a los humano. —Los dientes afilados como agujas resbalaron fuera de sus fundas como delicadas cuchillas—. Quédate quieto —dijo—. Esto será rápido. —Se inclinó hacia el muchacho.

—Espera —dijo Simon, y cuando Raphael se echó atrás con una mueca de desagrado, volvió a decirlo, con más energía—: Espera. Hay algo que tengo que mostrarte.

Raphael emitió un quedo siseo.

—Será mejor que pretendas algo más que intentar demorarme, vampiro diurno.

—Lo hago. Hay algo que pensé que deberías ver.

Simon alzó la mano y se apartó los cabellos de la frente. Pareció un gesto estúpido, teatral incluso, pero al hacerlo, vio el blanco rostro desesperado de Clary mientras alzaba la vista hacia él, con la estela en la mano, y pensó: «Bueno, por ella, al menos lo he intentado».

El efecto sobre Raphael fue a la vez sorprendente e instantáneo. Retrocedió violentamente como si Simon hubiese blandido un crucifijo ante él, abriendo los ojos de hito en hito.

—Vampiro diurno —escupió—. ¿Quién te hizo eso?

Simon se limitó a mirarle con asombro. No estaba seguro de qué reacción había esperado, pero no era aquélla.

—Clary —dijo Raphael, respondiendo a su propia pregunta—, por supuesto. Únicamente un poder como el suyo permitiría esto… Un vampiro con una Marca, y una Marca como ésta…

—¿Una Marca como qué? —quiso saber Jacob, el delgado muchacho rubio situado justo detrás de Raphael.

El resto de vampiros también miraba atentamente, con expresiones que mezclaban confusión y un temor creciente. Cualquier cosa que asustaste a Raphael, se dijo Simon, era seguro que los asustaría también a ellos.

—Esta Marca —dijo Raphael, todavía mirando únicamente a Simon—no pertenece al Libro Gris. Es una Marca aún más vieja que eso. Es una de las antiguas, dibujada por la propia mano del Creador. —Hizo intención de tocar la frente de Simon pero no pareció capaz de obligarse a hacerlo; su mano flotó en el aire un momento, pero luego cayó sobre su costado—. Tales Marcas se mencionan, pero yo jamás había visto una. Y ésta…

Simon recitó:

—«Ciertamente cualquiera que matare a Caín siete veces será castigado. Entonces Jehová puso una Marca en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.» Puedes intentar matarme, Raphael. Pero yo no te lo aconsejaría.

—¿La Marca de Caín? —inquirió Jacob con incredulidad—. ¿Esa Marca que llevas es la Marca de Caín?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ciudad de cristal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ciudad de cristal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Cassandra Clare - Clockwork Angel
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Ciudad de cenizas
Cassandra Clare
Cassandra Clare - City of Bones
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Saving Raphael Santiago
Cassandra Clare
libcat.ru: книга без обложки
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Clockwork Prince
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Ciudad de hueso
Cassandra Clare
Cassandra Clare - City of Glass
Cassandra Clare
Отзывы о книге «Ciudad de cristal»

Обсуждение, отзывы о книге «Ciudad de cristal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x