Robert Silverberg - El laberinto de Majipur

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Silverberg - El laberinto de Majipur» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Mallorca, Год выпуска: 1986, ISBN: 1986, Издательство: Ultramar, Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El laberinto de Majipur: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El laberinto de Majipur»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

“Lord Valentine’s Castle” fue publicada fraccionada en dos volúmenes en esta colección, “El Castillo de Lord Valentine” y “El Laberinto de Majipur”, si bien el editor las presentó como dos novelas independientes.
El lector de “El castillo de Lord Valentine” dejó al protagonista convencido ya de su verdadera identidad: él era la Corona de Majipur aunque ni su cara ni su cuerpo fueran los que había tenido como tal.
Decidido a recobrar el trono, el aventajado aprendiz de malabarista debe llegar al Monte del Castillo, montaña gigantesca salpicada de ciudades inmensas en cuya cima reina el impostor Barjacid. Pero el camino hacia el Castillo es un laberinto plagado de peligros.
Valentine tendrá que convencer primero a su madre, La Dama de la Isla y del Sueño, y para ello deberá merecer ese honor, como cualquier peregrino que acude a la Isla, escalando Terraza tras Terraza.
Y antes de llegar al castillo, Valentine habrá de pasar por la prueba más peligrosa: el verdadero Laberinto de Majipur, un mundo subterráneo de tortuosas cavernas donde casi nadie ha visto el sol y donde reside el Pontífice rodeado de su impresionante burocracia.
Escenarios, personajes y monstruos fabulosos como los dragones marinos de hasta cien metros de longitud son los ingredientes principales de esta segunda parte de “El Castillo de Lord Valentine” al igual que lo eran en la primera, conformando eses mundo fantástico que tan merecida fama ha dado su creador, Robert Silverberg.

El laberinto de Majipur — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El laberinto de Majipur», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Por supuesto, mi señor.

Valentine se desplomó en el sofá como si estuviera drogado. Carabella le tapó con un cubrecama y dejó a oscuras la habitación, y él se encogió y dejó que su cuerpo fuera relajándose. Pero en su mente pasaron raudas imágenes luminosas: Dominin Barjazid agarrado a las rodillas de aquel anciano, el Rey de los Sueños que intentaba empujarle con coléricos gestos, siempre agitando la extraña máquina, y luego el cambio de forma, el espectral rostro piurivar que le contemplaba con furor… el terrorífico chillido de Dominin… el metamorfo que corría hacia la ventana abierta… una y otra vez, una y otra vez, escenas incontrolables que se desarrollaban en la torturada mente de Valentine…

Y el sueño llegó suavemente, fue deslizándose por su cuerpo mientras él luchaba con los demonios del salón de justicia.

Valentine durmió durante la hora que había solicitado, y un poco más, porque su despertar se debió a la brillante luz matutina que llegó a sus párpados. Se incorporó, abrió los ojos y se estiró. Le dolía todo el cuerpo. Un sueño pensó, un sueño asombroso y alocado… No, no había sido un sueño. Ni mucho menos.

—¿Mi señor, estás descansado?

Eran Carabella, Sleet y Deliamber. Le observaban. Montaban guardia mientras dormía. Valentine sonrió.

—Estoy descansado, sí. Y la noche ha desaparecido. ¿Qué ha ocurrido?

—Poca cosa —dijo Carabella—, excepto que el aire es cada vez más cálido, como antes, y que el Castillo se regocija, y que por todo el Monte se está extendiendo la noticia del cambio que ha sufrido el mundo.

—El metamorfo que se tiró por la ventana… ¿se mató?

—Ciertamente, mi señor —dijo Sleet.

—Llevaba el atuendo y las insignias del Rey de los Sueños, y tenía uno de los artefactos del Rey. ¿Cómo se explica eso, qué opináis?

—Haré conjeturas, mi señor —dijo Deliamber—. He hablado con Dominin Barjazid. Ese hombre es lo más parecido a un loco, y le costará mucho tiempo curarse, si es que lo consigue. Me ha informado de ciertos detalles. El año pasado, mi señor, su padre, el Rey de los Sueños, cayó gravemente enfermo y estuvo al borde de la muerte. Ello sucedió mientras usted aún conservaba el trono.

—No lo recuerdo.

—No —dijo el vroon—. No lo anunciaron. Pero la situación era peligrosa, y entonces llegó a Suvrael un nuevo médico, y lo cierto es que el Rey de los Sueños experimentó una milagrosa recuperación, como si acabara de volver de entre los muertos. Fue entonces, mi señor, cuando el Rey de los Sueños inculcó a su hijo la idea de tender una trampa a la Corona en Til-omon para destronarla.

Valentine estaba boquiabierto.

—Ese médico… ¿era un metamorfo?

—Exacto —dijo Deliamber—. Disfrazado, gracias a su arte, como un individuo de raza humana. Y posteriormente disfrazado de Simonan Barjazid, creo, hasta que la locura y la confusión del salón de justicia le descompusieron, con lo que la metamorfosis se desestabilizó y fracasó.

—¿Y Dominin? ¿También él es…?

—No, mi señor. Es el auténtico Dominin, y la visión del ser que fingía ser su padre ha destrozado su mente. Pero como puede verse, fue el metamorfo el culpable de la usurpación. Y puede suponerse que otro metamorfo habría reemplazado a Dominin, poco a poco, como Corona.

—Y los metamorfos que custodiaban las máquinas climáticas… ¡no obedecían órdenes de Dominin, sino del falso Rey! Una revolución secreta, ¿no es eso, Deliamber? No se trataba de que la familia Barjazid pretendiera tomar el poder, sino del principio de una rebelión de los cambiaspectos.

—Eso me temo, mi señor. Valentine contempló el vacío.

—Muchas cosas están explicadas. Y muchas más se hallan en desorden.

—Mi señor —dijo —, debemos buscar y ajusticiar a los metamorfos que se ocultan entre nosotros, y encerrar el resto en Piurifayne para que no puedan causarnos daño.

—Calma, amigo mío —dijo Valentine—. Tu odio hacía los metamorfos todavía está vivo, ¿eh?

—¡Y con razón!

—Sí, tal vez sí. Bien, los buscaremos, y no habrá más metamorfos furtivos que finjan ser Pontífice, Dama o incluso cuidador de los establos. Pero creo que debemos también acercarnos a esa raza, y curarla de su odio si es posible, o Majipur se verá sumido en una guerra interminable. Amigos míos, hay trabajo que hacer, me temo, y no en pequeña medida. Pero antes, ¡la celebración! Sleet, te nombro canciller de los festejos de mi restauración. Debes planear el banquete, preparar diversiones y convocar a los invitados. ¡Que corra la noticia de que Majipur está perfectamente, o poco menos, y que Valentine vuelve a ocupar el trono!

17

El salón del trono de Confalume era el más espacioso y grandioso de las salas del Castillo. Deslumbrantes maderas doradas, elegantes tapicerías y un suelo de lisa madera de gurna procedente de las montañas de Khyntor, un salón de esplendor y majestuosidad en donde tenían lugar las ceremonias imperiales de mayor importancia. Pero pocas veces se había contemplado aquel espectáculo en el salón del trono de Confalume.

En lo alto de los numerosos escalones del trono estaba sentado lord Valentine, la Corona, y a su izquierda, casi a igual altura, se hallaba la Dama, su madre, resplandeciente con un vestido completamente blanco. Y a la derecha, en un trono tan alto como el de la Dama, se encontraba Hornkast, sumo portavoz del Pontífice, dado que Tyeveras se había excusado y enviado un representante en su lugar. Y enfrente, prácticamente llenando el salón, estaban duques, príncipes y caballeros del reino, una congregación sin precedentes desde los días del mismo lord Confalume: señores del lejano Zimroel, de Pidruid, Til-omon y Narabal, el duque gayrog de Dulorn, los grandes personajes de Piliplok, Ni-moya y otras cincuenta ciudades del otro continente, y un centenar de nobles de Alhanroel, aparte de los cincuenta del Monte del Castillo. Pero no todos eran duques y príncipes. También había personas más humildes: Gorzval, el skandar que lucía un muñón en uno de sus cuatro brazos, Cordeine, que había zurcido las velas del anterior, Pandelon, carpintero de barcos, Vinorkis, el yort que comerciaba con pieles de haigus, Hissune, el muchacho del Laberinto, Tisana, la anciana oráculo de Falkynkip, y muchos más que ni siquiera alcanzaban ese rango, mezclados con los nobles, reflejando asombro en sus rostros.

Lord Valentine se levantó y saludó a su madre. Después ofreció la bienvenida a Hornkast e inclinó la cabeza entre los gritos de los asistentes.

—¡Viva la Corona!

Esperó a que hubiera silencio, y entonces anunció:

—Hoy rememoramos una gran fiesta para celebrar la restauración de la unidad y el orden general. Hoy tenemos diversión para todos.

Dio una palmada y sonó música: cuernos, tambores, flautas, un vivaz y rítmico estallido de melodía. Diez músicos entraron airosamente en la sala, con Shanamir en la cabeza. Y detrás aparecieron los malabaristas, con atuendos de sobresaliente belleza, atavíos dignos de grandes príncipes: Carabella en primer lugar, el menudo y canoso Sleet detrás de ella, y por último el velludo y hosco Zalzan Kavol y los dos hermanos que le quedaban. Llevaban objetos de muchos tipos, espadas y cuchillos, hoces, antorchas listas para arder, huevos, platos, mazas de chillones colores e infinidad de otras cosas. Tras situarse en el centro del salón, tomaron posiciones uno frente a otro, en los vértices de una imaginaria estrella, y permanecieron con los hombros erguidos y tensos.

—¡Esperad! —dijo lord Valentine—. ¡Hay sitio para otro malabarista!

Valentine descendió uno a uno los escalones del trono de Confalume, hasta que estuvo a tres de la base. Sonrió a la Dama, dedicó un guiño a Hissune, e hizo una señal a Carabella que le lanzó un cuchillo. Lo cogió diestramente, y la joven le lanzó otro, y otro más, y Valentine empezó su actuación en los escalones del trono, tal como había prometido hacia mucho tiempo estando en la Isla del Sueño.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El laberinto de Majipur»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El laberinto de Majipur» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El laberinto de Majipur»

Обсуждение, отзывы о книге «El laberinto de Majipur» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x