Robert Silverberg - El libro de los cráneos

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Silverberg - El libro de los cráneos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, Год выпуска: 1978, ISBN: 1978, Издательство: Francisco Arellano, Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El libro de los cráneos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El libro de los cráneos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Son cuatro:
Timothy, 22 años, rico, vividor, dominante.
Oliver: 21 años, guapo, atlético, un bloque de mármol con una falla secreta.
Ned: 21 años, homosexual, amoral, poeta de vez en cuando.
Eli: 20 años, judío, introvertido, filólogo, descubridor del Libro de los Cráneos.
Todos iban en busca del secreto de la inmortalidad: la prometida en el Libro de los Cráneos. Al final de su busca, una prueba iniciática y terrible que llevaráa cada uno de ellos a contemplar cara a cara el rictus de sus propias facciones.
Una prueba en la que dos de ellos deben morir y los otros dos sobrevivir para siempre.

El libro de los cráneos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El libro de los cráneos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿La humillación? ¿El desastre? Como con el chasco de Margo, mi derrota más reciente. Todavía me escuece. Fue en octubre pasado, al principio del semestre, una tarde de lluvia de niebla. Teníamos hasch de primera, un supuesto panamá rojo que Ned había obtenido por medio de una supuesta joyera homosexual underground, y nos pasamos la pipa Timothy, Ned y yo, mientras que Oliver, como era su costumbre, se abstenía y se tragaba distraídamente un tinto cualquiera. De fondo se oía uno de los cuartetos de Rasoumowski, elevándose elocuentemente por encima del tamborileo de la lluvia; planeábamos cada vez más alto, y Beethoven nos prestaba un apoyo místico con un segundo violoncelísta que parecía haberse unido al grupo inexplicablemente. Incluso un oboe, en momentos extraños, o un bajón trascendental tras las cuerdas. Ned no nos había engañado: probarlo era toda una experiencia. Poco a poco derivaba, derivaba en un viaje conversacional, confesional, liberándome de todo lo que tenía en el corazón, diciéndole de pronto a Timothy que lo que más sentía en mi vida era el no haber podido estar nunca con lo que yo llamaría una chica realmente guapa.

Timothy, compasivo, me pide que cite un ejemplo de lo que entiendo por una chica verdaderamente guapa. Reflexiono, examinando mis opciones. Ned sugiere a Rachel Welch, Katherinne Deneuve, Lainie Kazan. Finalmente, con una maravillosa ingenuidad, se lo suelto: «Considero que Margo es una chica verdaderamente guapa.» La Margo de Timothy. La diosa goyishe de Timothy, su shikse de cabellos de oro. Habiendo dicho esto, sentí una serie de diálogos rápidamente esbozados resonar en mi cerebro embebido de cannabis, un lento pasar de palabras; después el tiempo, como sucede a menudo cuando se está bajo la influencia de la marihuana, se invirtió, de forma que oí la interpretación de mi escena entera, cada réplica llegaba en su momento preciso. Timothy me preguntaba con la mayor seriedad del mundo, si Margo me excitaba. Yo le contestaba, con no menos seriedad, que sí. Pues, quería saber si me sentiría menos inadecuado, más expansivo, después de haber estado con ella. Dudando, preguntándome a qué jugaba, respondía con vagos circunloquios, para oírle decir con estupor que iba a arreglar todo el asunto para mañana por la tarde.

—Arreglar, ¿qué? —le preguntaba.

—Margo —decía. Me dejaría a Margo por caridad cristiana.

—Y ella, ¿querrá?

—Claro que querrá. Te encuentra muy bien.

—Todos te encontramos muy bien —decía Ned.

—Pero yo no puedo… ella no… cómo…

—Te la confío —dijo Timothy maravillosamente, con gesto de gran señor—. No puedo dejar a mis amigos en un estado de frustración y deseos insatisfechos. Mañana, a las ocho, en su cuarto. Le diré que te espere.

—Eso sería hacer trampas —dije, volviéndome taciturno—. Demasiado fácil, demasiado irreal.

—No seas idiota —añadió Ned.

—Me tomas el pelo —le dije a Timothy.

—¡Palabra de scout! Te la regalo.

Se puso a describir las preferencias de Margo en la cama, sus zonas erógenas especiales, las pequeñas claves que utilizaban. Yo le iba cogiendo gustillo a la cosa. Planeaba cada vez más, me lanzaba en un tríp de risa y me completaba las detalladas descripciones de Timothy con escabrosas fantasías de mi cosecha. Naturalmente, cuando aterricé dos horas más tarde, estaba persuadido de que me había tomado el pelo; y esto me precipitó hacia el abismo de la melancolía. Siempre estuve convencido de que las Margos de este mundo no son para mí. Los Timothy podían follarse cohortes enteras de Margos, pero yo jamás tendría una sola. En realidad, la veneraba a distancia. El prototipo de shikse, la flor de la felicidad aria, delgada, con las piernas largas, cinco centímetros más alta que yo (que parecen bastante más cuando una chica está junto a uno), los cabellos rubios y sedosos, los ojos azules, la nariz respingona, los labios gruesos y ágiles. Una chica viva, atlética, campeona de baloncesto (hasta Oliver admitía su capacidad sobre el terreno), una estudiante brillante, un ingenio sencillo y mordaz. En realidad, era una perfección asombrosa, horripilante: una de esas criaturas sin defectos que nuestra aristocracia produce de vez en cuando en medio de la muchedumbre. Hecha para reinar con serenidad en las propiedades agrestes o para pasear majestuosamente sus caniches por la Segunda Avenida. ¿Margo para mí? ¿Mi cuerpo peludo y sudoroso junto al suyo? ¿Mi cara arrugada junto a su piel de raso? La rana uniéndose con un cometa. Para Margo, yo debería ser algo vil y repugnante. El patético representante de una especie inferior. Cualquier contacto entre nosotros sólo podría ser contrario a la Naturaleza, la aleación de la plata con el cobre, una mezcla de alabastro con carbón. Me esforzaba para no pensar en estas cosas, pero, a mediodía, Timothy me recordó la cita. Es imposible, le dije, inventando treinta y seis excusas: estudios, un trabajo que entregar, una traducción difícil, y así sucesivamente. Con un gesto descartó mis débiles protestas:

—Estáte a las ocho en su casa —me dijo.

Una oleada de terror se apoderó de mí:

—No puedo —insistí—. La prostituyes, Timothy. ¿Qué tengo que hacer? ¿Entrar, desabrocharme la bragueta, lanzarme encima…? Eso no puede funcionar. No puedes hacer real un sueño con sólo agitar la varita mágica.

Timothy se encogió de hombros.

Creía que ya había terminado esta historia. Oliver tenía entrenamiento de baloncesto aquella tarde. Ned salió para ir al cine. Hacia las siete y media, Timothy se excusó. «Trabajo en la biblioteca», dijo. «Volveré a las diez.» Me quedé solo en el apartamento que compartíamos. No sospechaba nada. Comienzo a trabajar. A las ocho, un ruido de llave en la cerradura. Margo entra. Resplandeciente sonrisa, oro fundido. Pánico dentro de mí. Consternación.

—¿Está Timothy? —pregunta cerrando la puerta negligentemente, con llave.

Un trueno en mi pecho.

—En la biblioteca —dije—. Vuelve a las diez.

No tengo dónde esconderme. Margo hace una mueca entristecida.

—Estaba convencida de que iba a encontrarlo aquí. En fin, peor para él. Estás muy ocupado, ¿no? —un gruñido centelleante. Se echa tranquilamente en el sillón.

—Preparo un trabajo —dije— sobre las formas irregulares del verbo.

—¡Qué maravilla! ¿Fumas?

Comprendí todo. Lo habían planeado. Me gustase o no, era una trampa para hacerme feliz. Me sentía estafado, utilizado, paternalizado. ¿Debía pedirle que se fuese? No, schmendrick, no hagas el imbécil. Durante dos horas no estudies. Al diablo la delicadeza. El fin justifica los medios. Aprovecha esta oportunidad. No tendrás otra. Me dirigí hacia el sofá presumiendo. ¡Sí, Eli presumiendo! Y ella tenía dos enormes porros profesionalmente liados. Enciende uno tranquilamente, lo aspira profundamente y me lo pasa. Me temblaba la muñeca y a poco dejo caer la punta encendida en su brazo por culpa de los nervios. Sabía fuerte y empecé a toser. Me dio unas cuantas palmadas en la espalda. Schlemihl, Schlep. Recupero el porro, aspiro y arqueo las cejas con un lánguido «mmmmmm». El hasch no me hacía ningún efecto, estaba demasiado tenso y la adrenalina neutralizaba los efectos poco a poco. Estaba al tanto del fuerte olor de mi transpiración. El porro se convirtió pronto en una toba. Margo, aparentemente colocadísima, me propuso encender el segundo. Me negué con la cabeza:

—Más tarde —dije.

Se levantó y se puso a pasear por la habitación.

—Hace un calor insoportable aquí, ¿no te parece?

¡El rollo de siempre! Una chica de la habilidad de Margo podría haberse buscado algo mejor. Se estira, bosteza. Llevaba una minifalda ajustada y una blusa que dejaba ver su vientre dorado. Ni sostén ni bragas, eso estaba claro. Se le marcaban las pequeñas protuberancias de los pezones, y la falda, ceñida a sus redondos muslos, no tenía ninguna arruga. ¡Ah! Eli, demonio observador, suave y hábil manipulador de carne femenina.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El libro de los cráneos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El libro de los cráneos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El libro de los cráneos»

Обсуждение, отзывы о книге «El libro de los cráneos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x