• Пожаловаться

Ursula Le Guin: En el otro viento

Здесь есть возможность читать онлайн «Ursula Le Guin: En el otro viento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 2003, ISBN: 84-450-7473-3, издательство: Minotauro, категория: Фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Ursula Le Guin En el otro viento

En el otro viento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En el otro viento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Al hechicero Aliso le aterra conciliar el sueño, pues hacerlo significa trasladarse a la tierra de los muertos para encontrarse con su esposa. Ella falleció muy joven y desea tanto regresar a él que lo besó a través del bajo muro de piedra que separa nuestro mundo de la Tierra Seca, donde la hierba está marchita, las estrellas, siempre quedas, y los amantes se cruzan sin reconocerse. Cada noche, los muertos atraen a Aliso hacia ellos para, a través de él, liberarse e invador Terramar. Desesperado, Aliso acude al antiguo Archimago Gavilán, quien le indica que parta a Havnor en busca de Tenar, Tehanu y el joven Rey Lebannen. Todos juntos e Irian, el dragón de ojos color ámbar capaz de transformarse en una mujer, viajarán al Bosquecillo Inmanente, en Roke, pues la incursión de los muertos no es el único peligro que amenaza Terramar: los dragones han regresado y, después de siglos de paz, reclaman lo que creen les pertenece… La célebre saga iniciada con Un Mago de Terramar continúa en esta conmovedora historia de poderosa belleza repleta de magia, amor y fantasía.

Ursula Le Guin: другие книги автора


Кто написал En el otro viento? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

En el otro viento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En el otro viento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lebannen también se puso de pie; dio unos cuantos pasos detrás de los demás, dudó, y se apresuró a atravesar el claro hasta llegar a la baja casa de piedra y de terrones herbosos. —Irían —dijo, agachando la cabeza en la puerta oscura—. Irían, ¿me llevarías contigo?

Ella salió de la casa; sonreía, y a su alrededor había una especie de luminosidad feroz. —Vamos, ven, ven rápido —dijo ella, y lo cogió de la mano. Su mano ardía como un carbón al fuego mientras lo alzaba y lo llevaba volando en el otro viento.

Después de un rato, Seserakh salió de la casa a la luz de las estrellas, y detrás de ella salió Tenar. Se detuvieron y miraron a su alrededor. Nada se movía; los árboles estaban inmóviles otra vez.

—Se han ido todos —susurró Seserakh—. Por el Camino del Dragón.

Dio un paso hacia delante, con la mirada fija en la oscuridad.

—¿Qué tenemos que hacer nosotras, Tenar?

—Tenemos que cuidar de la casa —respondió Tenar.

—¡Oh! —suspiró Seserakh, cayendo sobre sus rodillas. Había visto a Lebannen cerca de la puerta, tumbado y con la cara contra la hierba—. No está muerto, creo. ¡Oh, mi querido Señor Rey, no te vayas, no mueras!

—Está con ellos. Quédate aquí con él. Dale tu calor. Cuida la casa, Seserakh —dijo Tenar. Ella fue hasta donde estaba Aliso recostado, sus ojos ciegos de cara a las estrellas. Se sentó a su lado, posó su mano sobre la de él. Y esperó.

Aliso apenas podía mover la gran piedra sobre la que estaban sus manos, pero el Maestro de Invocaciones estaba a su lado, empujándola con su hombro, y en un momento dado exclamó: —¡Ahora! —Juntos la empujaron hasta que perdió el equilibrio y cayó con aquel mismo ruido seco, pesado y final, al otro lado del muro.

Ahora había otros allí con él y con Tehanu, arrancando las piedras, echándolas abajo junto al muro. Aliso vio por un instante sus propias manos proyectando sombras de un destello rojizo. Orm Irian, tal como él la había visto por primera vez, con la forma de un gran dragón, había dejado salir su aliento feroz mientras luchaba para mover un canto rodado de la hilera más baja de piedras, que estaba profundamente enclavado en la tierra. Sus garras sacaban chispas por los golpes que daban y su lomo de espinas se arqueó, y la roca por fin se liberó y salió rodando, abriendo así una inmensa brecha en esa parte del muro.

Hubo un tremendo aunque suave grito entre las sombras que se agolpaban del otro lado, como el sonido del mar en una orilla resonante. La oscuridad de sus sombras avanzó en masa hacia el muro. Pero Aliso miró hacia arriba y vio que ya no estaba oscuro. La luz se movía en aquel cielo en el que las estrellas nunca se habían movido, rápidas chispas de fuego a lo lejos, en el oscuro oeste.

—¡Kalessin!

Fue la voz de Tehanu. Él la miró. Tehanu miraba fijamente hacia arriba, hacia el oeste. No tenía ojos para la tierra.

Estiró sus brazos hacia el cielo. El fuego comenzó a recorrerle las manos, los brazos, los cabellos, el rostro y el cuerpo, incendiándose de repente y formando grandes alas sobre su cabeza; luego se alzó por los aires, una criatura toda de fuego, ardiendo, hermosa.

Gritó muy fuerte, un grito claro, sin palabras. Voló alto, la cabeza larga, rápida, subiendo hacia el cielo en donde la luz crecía cada vez más y un viento blanco había borrado las vacuas estrellas.

De entre la multitud de muertos, algunos por aquí y por allá, como ella, se elevaron vacilando como llamas hasta convertirse en dragones, y se montaron en el viento.

Muchos se acercaron caminando. No estaban presionando, ni gritando ahora, sino caminando con tranquila certeza hacia los trozos caídos del muro: enormes multitudes de hombres y mujeres, quienes al acercarse al muro roto no dudaban en atravesarlo y desaparecer: una nubecilla de polvo, un aliento que brilló un instante en la luz siempre centelleante.

Aliso los observaba. Todavía tenía en sus manos, olvidada, una de las piedras que había arrancado del muro para aflojar una roca más grande. Miraba cómo los muertos quedaban libres. Por fin la vio entre ellos. Entonces arrojó la piedra y dio unos pasos hacia adelante. —Lirio —dijo. Ella lo vio y sonrió y le tendió la mano. Él la cogió, y juntos caminaron bajo la luz del sol.

Lebannen estaba de pie junto al muro en ruinas y observaba el amanecer brillando en el este. Ahora había un Este, en donde no había habido dirección alguna, ni camino alguno que seguir. Había Este y Oeste, y había luz y movimiento. Hasta la tierra se movía, temblaba, estremeciéndose como un gran animal, de manera que el muro de piedras más allá de donde lo habían roto, se sacudía también y se desplomaba hasta convertirse en escombros. En las lejanas cimas negras de las montañas llamadas Dolor estalló un fuego que arde en el corazón del mundo, el fuego que alimenta a los dragones.

Miró el cielo sobre aquellas montañas y los vio, tal como Ged y él los habían visto una vez sobre el mar occidental, los dragones volando en el viento de la mañana.

Tres de ellos se acercaban dando vueltas hacia donde estaba él, entre los demás, cerca de la cima de la colina, sobre el muro en ruinas. A dos de ellos los conocía, Orm Irian y Kalessin. El tercero tenía una especie de armadura brillante, dorada, con alas de oro. Ése volaba más alto y no bajó para acercarse a ellos. Orm Irian jugaba con él en el aire y volaban los dos juntos, uno persiguiendo al otro cada vez a mayor altura, hasta que de repente los rayos más altos del sol naciente alcanzaron a Tehanu y ésta ardió como su nombre, como una estrella grande y brillante.

Kalessin describió otro círculo en el aire, voló bajo, y se posó inmenso entre las ruinas del muro.

—Agni Lebannen —le dijo el dragón al Rey.

—Mayor —dijo el Rey al dragón.

—Aissadan verw naáannan —dijo la voz inmensa y bisbiseante, como un mar de címbalos.

Junto a Lebannen, Brand, el Maestro de Invocaciones de Roke, estaba de pie, erguido y sólido. Repitió las palabras del dragón en el Lenguaje de la Creación, y luego las dijo en hárdico: —Lo que fue dividido está dividido.

El Maestro de las Formas estaba cerca de ellos, sus cabellos brillaban en la luz radiante. Dijo: —Lo que fue construido ha sido roto. Lo que fue roto se ha unido.

Luego miró hacia arriba, buscando algo en el cielo, buscaba al dragón dorado y al de color bronce; pero se habían alejado volando y ya casi no podía vérseles, giraban ahora formando espirales sobre la extensa y descendiente tierra, en donde vacías ciudades en sombras se iban apagando hasta desaparecer con la luz del día.

—Mayor —dijo, y la gran cabeza se movió lentamente hacia él.

—¿Volverá alguna vez por el camino que conduce al bosque? —preguntó Azver en la lengua de los dragones.

Los ojos de Kalessin, amarillos, largos e impenetrables, lo observaban. La enorme boca parecía, como las bocas de los lagartos, cerrada en una sonrisa. No habló.

Luego, arrastrando lenta y torpemente toda su extensión a lo largo del muro, de modo que las piedras que aún estaban allí se deslizaron y cayeron chirriando bajo su vientre de hierro, Kalessin se alejó de ellas, y de repente desplegó sus alas, se alejó de la colina y voló bajo sobre la tierra hacia las montañas, cuyas cimas brillaban ahora con humo y vapor blanco, fuego y luz de sol.

—Vamos, amigos —dijo Seppel con su suave voz—. Todavía no ha llegado nuestro momento de libertad.

La luz del sol brillaba en el cielo sobre las coronas de los árboles más altos, pero el claro todavía conservaba el frío gris del amanecer. Tenar estaba sentada con su mano posada sobre la mano de Aliso, su rostro inclinado hacia abajo. Miró el frío rocío sobre una brizna de hierba, cómo pendía en pequeñas y delicadas gotas a lo largo de la brizna, cada gota reflejaba todo el mundo.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En el otro viento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En el otro viento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Ursula Le Guin: Un mago de Terramar
Un mago de Terramar
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: La costa más lejana
La costa más lejana
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: Tehanu
Tehanu
Ursula Le Guin
Úrsula Le Güín: Cuentos de Terramar
Cuentos de Terramar
Úrsula Le Güín
Ursula Le Guin: Las tumbas de Atuan
Las tumbas de Atuan
Ursula Le Guin
Отзывы о книге «En el otro viento»

Обсуждение, отзывы о книге «En el otro viento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.