Margaret Weis - Los Caballeros de Neraka

Здесь есть возможность читать онлайн «Margaret Weis - Los Caballeros de Neraka» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los Caballeros de Neraka: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Caballeros de Neraka»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Han transcurrido casi cuarenta años desde la devastadora Guerra de Caos, cuando los dioses abandonaron Krynn. Dragones crueles y poderosos se han repartido el dominio del continente de Ansalon y exigen tributo a los pueblos que han esclavizado.
Sin embargo, para bien o para mal, un cambio se avecina en el mundo. Una violenta tormenta mágica azota Ansalon y ocasiona inundaciones, incendios, muerte y destrucción. En medio del caos desatado surge una joven misteriosa cuyo destino está estrechamente vinculado al de Krynn, ya que sólo ella conoce la verdad sobre el futuro. Un futuro que está relacionado de manera inextricable con un misterio aterrador del pasado de Krynn.

Los Caballeros de Neraka — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Caballeros de Neraka», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El gentío de humanos y kenders se pegó contra la verja; algunos niños metieron la cabeza entre los barrotes, con el resultado de quedarse atascados, y se pusieron a chillar. Otros treparon por los hierros en un vano intento de saltar la verja, mientras otros metían manos, brazos y piernas entre los barrotes sin razón lógica aparente para Gerard, lo cual confirmó lo que el joven caballero sospechaba desde hacía tiempo: sus semejantes eran tontos de remate.

El caballero se aseguró de que la cancela quedara cerrada a cal y canto y después se dirigió a la tumba con el propósito de apostarse a la entrada hasta que el preboste llegara con los medios necesarios para romper el precinto.

Subía los peldaños de mármol y obsidiana cuando oyó que la voz exclamaba alegremente:

—Oh, ya no importa. ¡Lo tengo!

Sonó un seco chasquido, como al engranarse el mecanismo de una cerradura, y las puertas del panteón empezaron a abrirse en medio de chirridos.

La multitud respingó, asustada, y se apelotonó más aún contra la verja, cada cual intentando ver lo mejor posible cómo el caballero acababa hecho trizas por hordas de guerreros esqueléticos.

De la tumba salió una figura, una criatura polvorienta, sucia, desgreñada, con las ropas descolocadas y chamuscadas, y un montón de bolsas y saquillos enredados entre sí. Pero no se trataba de un esqueleto ni de un vampiro chupador de sangre ni de un descarnado demonio necrófago.

Era un kender.

El gentío soltó un gruñido de desilusión.

El kender oteó el cielo azul y parpadeó, medio cegado.

—Hola —saludó—. Soy... —Le interrumpió un estornudo—. Lo siento, hay mucho polvo ahí dentro. Alguien debería hacer algo al respecto. ¿Tienes un pañuelo? Creo que he perdido el mío. Bueno, en realidad era de Tanis, pero supongo que no querrá que se lo devuelva, ahora que ha muerto. ¿Dónde estoy?

—Estás arrestado —anunció Gerard. Plantó firmemente las manos sobre el kender y le hizo bajar los escalones casi en volandas.

Comprensiblemente desilusionado porque no iba a presenciar una batalla entre el caballero y unos muertos vivientes, el gentío regresó a sus meriendas y a jugar a la pelota goblin.

—Conozco este sitio —dijo el kender, que iba observando a su alrededor en lugar de mirar dónde ponía los pies, con lo que tropezó—. Es Solace. ¡Estupendo! Justo donde quería llegar. Me llamo Tasslehoff Burrfoot y he venido para decir unas palabras en el funeral de Caramon Majere, así que si haces el favor de llevarme a la posada cuanto antes, te lo agradeceré. He de volver enseguida. Verás, está el pie de ese gigante a punto de caer sobre mí, y eso es algo que no quiero perderme, en fin que...

Gerard metió la llave en la cancela de la verja, la giró y abrió. Propinó tal empujón al kender que éste dio de bruces en el suelo.

—Al único sitio adonde vas es a prisión. Ya has ocasionado demasiados problemas.

El kender se puso de pie animosamente, en absoluto enfadado o desconcertado.

—Muy amable de tu parte encontrarme un sitio para pasar la noche, aunque no voy a quedarme tanto tiempo. He venido a hablar en el... —Hizo una pausa y luego preguntó:— ¿He mencionado que soy Tasslehoff Burrfoot?

Gerard gruñó; no le interesaba en absoluto. Asió con firmeza al kender y esperó a que viniese alguien a quitarle de en medio al pequeño bastardo.

—El famoso Tasslehoff —insistió el kender.

Gerard dirigió una mirada de aburrimiento a la multitud y gritó:

—¡Los que se llamen Tasslehoff Burrfoot que levanten la mano!

Treinta y siete manos se alzaron en el aire, y dos perros ladraron.

—¡Caray! —exclamó el kender con evidente sorpresa.

—¿Ahora entiendes por qué no me siento impresionado? —instó Gerard y buscó esperanzado alguna señal de que el relevo venía de camino.

—Imagino que no cambiaría nada si te digo que soy el Tasslehoff original... No, supongo que no.

El kender suspiró y rebulló inquieto bajo el brillante sol. Su mano, por puro aburrimiento, encontró el camino hacia la bolsa de Gerard, pero éste se hallaba preparado para tal contingencia y le dio un rápido y malintencionado golpe en los nudillos. El kender se chupó la mano magullada.

—¿Qué es todo esto? —Miró en derredor a la multitud que se divertía y jugaba en el prado—. ¿Qué hace toda esa gente aquí? ¿Por qué no han asistido al funeral de Caramon? ¡Es el mayor acontecimiento habido en Solace!

—Seguramente porque Caramon Majere no ha muerto —replicó Gerard en tono cáustico—. ¿Dónde se ha metido ese inútil preboste?

—¿Que no ha muerto? —El kender lo miró de hito en hito—. ¿Estás seguro?

—Desayuné con él esta mañana —contestó Gerard.

—¡Oh, no! —El kender soltó un gemido desconsolado y se dio una palmada en la frente—. ¡He vuelto a meter la pata! Y ahora no sé si tendré tiempo para intentarlo por tercera vez, con lo del pie gigante y todo lo demás. Veamos, ¿dónde puse ese artilugio?

Gerard dirigió una mirada feroz alrededor y apretó los dedos cerrados sobre el cuello de la polvorienta camisa del prisionero. Los treinta y siete kenders llamados Tasslehoff se habían acercado para conocer al número treinta y ocho.

—¡Vosotros, alejaos! —El caballero agitó la mano como haría una granjera para espantar a las gallinas.

Ni que decir tiene que los kenders no le hicieron caso. Aunque muy desilusionados porque Tasslehoff no hubiese resultado ser un zombi, les interesaba saber dónde había estado, qué había visto y qué guardaba en sus bolsas y saquillos.

—¿Quieres un pastel del Día del Solsticio? —ofreció una bonita kender.

—Oh, sí, gracias. Está muy bueno. Yo... —Los ojos de Tas se abrieron como platos. Intentó decir algo, pero no pudo hablar con la boca llena de pastel y acabó atragantándose. Sus tocayos le palmearon la espalda, serviciales, y Tas expulsó el trozo de dulce a medio masticar, tosió e inhaló con ansia—. ¿Qué día has dicho que es?

—¡El Día del Solsticio Vernal! —gritaron al unísono.

—¡Entonces no me lo he perdido! —exclamó Tasslehoff—. ¡De hecho, así es muchísimo mejor, porque podré explicarle a Caramon lo que voy a decir en su funeral mañana! A buen seguro lo encontrará la mar de interesante.

Alzó los ojos al cielo y, al localizar la posición del sol, que se encontraba hacia la mitad de su arco de descenso, camino del horizonte, manifestó:

—Oh, vaya, no dispongo de tanto tiempo. Si me disculpáis, será mejor que corra.

Y eso fue exactamente lo que hizo, dejando a Gerard plantado en el prado, con el chaleco en la mano.

El caballero perdió un instante preguntándose cómo demonios se las había ingeniado aquel pillo para desembarazarse del chaleco y seguir conservando bolsas y saquillos, que brincaban mientras él corría y derramaban el contenido para deleite de los otros treinta y siete Tasslehoff. Tras llegar a la conclusión de que aquél era un fenómeno que, al igual que la marcha de los dioses, jamás entendería, Gerard se disponía a ir en pos del kender cuando recordó que no podía abandonar su puesto de guardia.

Justo en ese momento apareció el preboste, acompañado por todo un destacamento de caballeros vestidos de gala para dar la bienvenida a los héroes que regresaban, ya que era eso lo que habían entendido que encontrarían al llegar al panteón.

—Sólo era un kender, señor —explicó Gerard—. Se las arregló de alguna manera para quedarse encerrado en la tumba, y también para salir de ella. Se me ha escapado, pero creo saber adonde se dirige.

El preboste, un hombre fornido al que le encantaba la cerveza, se puso rojo como la grana, en tanto que los caballeros parecían embarazados por lo ridículo de la situación —los kenders bailaban ahora en círculo alrededor— y todos miraban con aire sombrío a Gerard, a quien obviamente culpaban del incidente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Caballeros de Neraka»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Caballeros de Neraka» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los Caballeros de Neraka»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Caballeros de Neraka» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x