Ana Matute - Olvidado Rey Gudú

Здесь есть возможность читать онлайн «Ana Matute - Olvidado Rey Gudú» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Olvidado Rey Gudú: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Olvidado Rey Gudú»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Olvidado rey Gudú narra el nacimiento y expansión del Reino de Olar, en una historia donde se habla de la pérdida de la inocencia, la atracción y el miedo hacia lo desconocido, el placer de la conquista, el amor, el dolor, la memoria, y sobre todo, el olvido.
El universo fantástico de Matute nos introduce en una historia larguísima sobre traiciones, hijos ilegítimos, desamores y pasiones desconocidas. Un rey incapaz de amar es el centro de esta saga dramática, con pocas concesiones a la ternura o la esperanza. He ahí la mayor baza de la novela, la forma en que retrata la educación y la falta de afecto hacia los hijos. Un relato cruel con parricidios, asesinatos y huidas, todo entremezclado en una narración densa a la vez que fácil de seguir, hasta el obligado e inexorable final.

Olvidado Rey Gudú — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Olvidado Rey Gudú», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать
Ana María Matute Olvidado Rey Gudú Dedico este libro a la memoria de H C - фото 1

Ana María Matute

Olvidado Rey Gudú

Dedico este libro a la memoria de H. C. Andersen, Jacob y Wilhelm Grimm y Charles Perrault.

A todo lo que olvidé.

A todo lo que perdí.

PRIMERA PARTE

I. LOS MARGRAVES

Los hijos del Conde Olar heredaron la extraordinaria fuerza física, los ojos grises, el áspero cabello rojinegro y la humillante cortedad de piernas de su padre.

Sikrosio, el primogénito, tenía más rojo el pelo, también eran mayores su fuerza y corpulencia, su destreza con la espada y su osadía. Por contra, de entre todos ellos, resultó el peor jinete, precisamente por culpa de aquellas piernas cortas, gruesas y ligeramente zambas que algunos -bien que a su espalda- tildaban de patas. Si hubo algún incauto o malintencionado que se atrevió a insinuarlo en su presencia, no deseó, o no pudo, repetirlo jamás.

Desde temprana edad, Sikrosio dejó bien sentado que no se trataba de una criatura tímida, paciente, ni escrupulosa en el trato con sus semejantes. Su valor y arrojo, tanto como su naturaleza, no conocían el desánimo, la enfermedad, la cobardía, la duda, el respeto ni la compasión. Pronunciaba estrictamente las palabras precisas para hacerse entender, y no solía escuchar, a no ser que se refiriesen a su persona o su caballo, lo que decían los otros. No detenía su pensamiento en cosa ajena a lances de guerra, escaramuzas o luchas vecinales y, en general, a toda cháchara no relacionada con sus intereses. Cuando no peleaba, distribuía su jornada entre el cuidado de sus armas y montura, la caza, ciertos entrenamientos guerreros y placeres personales -no muy complicados éstos, ni, en verdad, exigentes-. Era de natural alegre y ruidoso, y prodigaba con mucha más frecuencia la risa que la conversación. Sus carcajadas eran capaces de estremecer -según se decía- las entrañas de una roca, y aunque consideraba probable que un día u otro el diablo cargaría con su alma, tenía de ésta una idea tan vaga y sucinta -en lo profundo de su ser, desconfiaba de albergar semejante cosa- que poco o nada se preocupaba de ello. Amaba intensamente la vida -la suya, claro está- y procuraba sacarle todo el jugo y sustancia posibles. A su modo, lo conseguía.

Pero un día, Sikrosio conoció el terror. El terror nació de un recuerdo y culminaba en una profecía. El recuerdo le asaltaba inesperado, cada vez con más frecuencia, y llegó a amargar parte de su vida. La profecía -que vino mucho más tarde- la destruyó definitivamente.

Y todo esto comenzó una mañana, apenas amanecida la primavera, junto al río Oser.

Aquel invierno había cumplido diecinueve años. Sabía -pero jamás recordó cuándo, ni en qué circunstancias- que salió de caza, que estaba cansado y que se había tendido en la recién nacida hierba, muy cerca de la vertiente que descendía hacia el río. Aún había zonas de hielo y nieve sin derretir en las sombrías hendiduras, junto a la espesura que a la otra orilla del Oser iniciaba la selva.

Para todos los habitantes de la región, el origen del río era un misterio. El manantial de su nacimiento brotaba en la espesura norte, allí donde nadie se adentraba. Solamente su nombre -llegado a ellos no sabían cómo- les estremecía igual que la palabra de un libro prohibido o como la huida de algún reencuentro que nadie deseara y cuyo solo presentimiento les turbara.

De improviso, algo que no era brisa, ni pisada de hombre o animal, ni aleteo, ni, en fin, cuanto su oído de cazador conocía, agitó sutilmente la maleza. Sin razón alguna -su instinto se lo advertía-, un ave huyó, espantada. Y a poco la vio caer a su lado, como herida. Pero no había sangre, ni en sus plumas ni en el olor de la mañana. Era una muerte inexplicable, una especie de caída sobre sí misma, sin heridas, mostrando tan sólo las huellas de su pavor, arma invisible. Contempló su último palpitar en el suelo, la vio estremecerse, agonizar y, al fin, quedar inerte.

Sikrosio no avanzó ni un dedo hacia ella. Había caído un rayo de luz que atravesaba el resplandor de aquel sol apenas brotado, que aún parecía verterse en el cielo como un líquido. Entonces sintió que la tierra temblaba bajo su cuerpo, y era aquel un temblor levísimo. Para quien no conociera la áspera y delicada naturaleza como él la conocía, era un temblor casi impalpable, parecido a un sordo retumbar, aunque sin ruido: redoble de lejanos tambores, pero mudo.

Sikrosio notó cómo su cuerpo se inundaba de sudor, a pesar de que el calor no había llegado aún a aquellas tierras. Como vio hacer tantas veces a culebras y salamandras, reptó hasta allí donde la maleza y hojarasca eran más tupidas y apretó la jabalina contra su costado. Entonces, sobresaltado, oyó los cascos de su caballo -que hasta aquel momento pacía cerca de él- en una alocada huida. Su relincho atravesó el cielo, igual que una flecha de muerte, y Sikrosio olió la muerte, clara y físicamente: era un olor que conocía bien.

Tuvo que hacer un gran esfuerzo para que sus párpados, súbitamente pesados, no se cerrasen. Normalmente, no le suponía ninguna molestia permanecer alerta y al acecho con todos sus sentidos, pero en aquel momento una gran pesadez, una penosa sensación de inutilidad se había apoderado de toda su persona; y sólo el asombro que esto le produjo pudo evitar que cayera totalmente en la zona oscura y densa que se abría lentamente ante él. Creyó oír los golpes de su corazón contra la tierra. «Pero ¿ante quién?, ¿ante qué? ¿Qué es lo que amenaza desde ahí…, del fondo del río?»

El miedo era algo totalmente nuevo y amargo para él. En otras ocasiones, si olfateaba alguna amenaza, su corazón volteaba casi gozoso por la proximidad de la lucha, de matar. Pero no era este bronco latido que le sacudía y que -se resistía a creerlo tanto se parecía al miedo. En los lances más osados de su vida no había tenido ni la más remota sospecha de morir, pero en aquel momento la muerte le rozaba a él, sólo a él. Y no era sólo miedo lo que sentía, sino algo peor: un húmedo sudor, un frío viscoso, como de saberse muerto.

Luego, llegó a sus oídos un sigiloso y rítmico golpear. Parecía uno solo, pero estaba hecho de otros muchos: uno en innumerables, como alas que batieran todas a la vez, con vibración y puntualidad de bien adiestrados timbales. Venía de allí abajo y chocaba contra el agua. En aquellos parajes apenas había alguna barca de las usadas por los pescadores que habitaban junto al lago. «Son remos. Remos que baten en el río. Vienen del Norte…»

En aquel momento su terror fue tan evidente como la lasitud de sus miembros y la tendencia de sus párpados a cerrarse. Paralizado, tendido e indefenso igual que una hoja caída del árbol, pensó: «Si se levantara la brisa, me arrastraría». Entonces, por primera y última vez en su vida, les vio. Y jamás pudo olvidarles.

Un gusto a sal inundó su paladar y lengua, y tuvo la clara visión de un mar gris y helado brotando a través de la niebla que rodeaba su conciencia. Incrustado en su más remota memoria, el mar gris y helado, sin orilla posible, se extendió y le invadió, taladrado por ensordecedores, cruelísimos gritos de gaviotas. Desde la última piel de su memoria, antes de que se borrara de ella, nuevamente lo reconoció.

Después, lentamente, del verdinegro mundo del río apareció la enorme y alta cabeza del dragón, tan pausada como una pesadilla. Iracunda, implacable, cubierta de escamas, sus ojos de oro fuego atravesaban los destellos del mismo sol. Visión bella y espantosa a la vez, fue avanzando y creciendo ante él. Salió de la maleza y alzó su cuello, como un grito.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Olvidado Rey Gudú»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Olvidado Rey Gudú» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Eva-Anastasia Kedrovskaya
Ana Matute - Primera memoria
Ana Matute
Ana Matute - Aranmanoth
Ana Matute
Ana Matute - La torre vigía
Ana Matute
Isabel Gómez-Acebo Duque de Estrada - El santo olvidado
Isabel Gómez-Acebo Duque de Estrada
Francisco Vera Puig - El nazi olvidado
Francisco Vera Puig
José Laguna Matute - Cuidadanía
José Laguna Matute
Luis Calderón Cubillos - Un pueblo olvidado, pero feliz
Luis Calderón Cubillos
Отзывы о книге «Olvidado Rey Gudú»

Обсуждение, отзывы о книге «Olvidado Rey Gudú» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x