Su percepción era mayor que nunca, mayor de lo que jamás hubiera creído posible.
Por este motivo, aunque ahora ya podía abandonar la roca, segura de no ser observada, no lo hizo; en parte debido a su asombro, y, en parte, a la curiosa exaltación que sentía al comprender y al deseo de comprender todavía más.
Su sensibilidad era tal que incluso sabía por qué era sensible. Odeen comentaba muy a menudo que su comprensión aumentaba después de un período de fusión, de modo que le ayudaba a resolver cosas que antes no entendía. Había algo en el estado de fusión que incrementaba increíblemente la sensibilidad: se absorbía más, se utilizaba más. Según Odeen, ello se debía a la mayor densidad atómica durante la fusión.
Aunque Dua no estaba segura del significado de «mayor densidad atómica», se relacionaba con la fusión, ¿y esta situación no era muy similar a la fusión? ¿No estaba Dua fusionada con una roca?
Cuando el tríade se fusionaba, toda la sensibilidad redundaba en beneficio de Odeen. El Racional la absorbía, ganaba comprensión y retenía esta comprensión después de separarse. Pero ahora, Dua era la única conciencia de la fusión. Eran sólo ella y la roca. Había una «mayor densidad atómica» (¿seguramente?), y sólo ella para beneficiarse.
(¿Sería ésta la razón por la cual el hecho de acariciar rocas fuese considerado una perversión? ¿Sería por esto que se lo prohibían a las Emocionales? ¿O le ocurría sólo a Dua porque era tan fluida? ¿O porque era una Em-izquierda?)
Entonces, Dua abandonó toda especulación y se limitó a sentir… fascinada. Se dio cuenta sólo mecánicamente de que Tritt volvía, pasaba ante ella y tomaba otra vez la dirección de donde había venido. También mecánicamente (y con la mínima sensación de sorpresa), vio que Odeen salía a su vez de las cavernas de los Duros. Dua sólo captaba a los Seres Duros, sólo a ellos, intentando utilizar al máximo sus percepciones, intentando aprovecharlas hasta el límite.
Pasó mucho tiempo antes de que se separara y se alejase de la roca. Y cuando lo hizo, no le preocupó demasiado que pudieran observarla. Tenía la suficiente confianza en su sensibilidad para saber que no sería sorprendida.
Y regresó a casa sumida en sus pensamientos.
Odeen llegó a casa y encontró a Tritt esperándole, pero Dua aún no había regresado. Tritt no parecía inquieto. Mejor dicho, parecía inquieto, pero no por Dua. Sus emociones eran lo bastante fuertes para que Odeen pudiese captarlas con claridad, pero no lo intentó. La ausencia de Dua preocupaba a Odeen; hasta el punto de fastidiarle la presencia de Tritt, simplemente porque Tritt no era Dua.
En esto se sorprendió a sí mismo. No podía negar que, de los dos, Tritt era su favorito. Idealmente, todos los miembros del tríade eran uno solo, y cada uno de ellos debía tratar a los otros dos del mismo modo. Sin embargo, Odeen no había conocido nunca un tríade en que la situación fuera tal y menos que ninguno, aquellos que proclamaban a su tríade como ideal a este respecto. Uno de los tres se veía siempre un poco abandonado y, en general, no lo ignoraba.
Pero raramente era la Emocional. Estas se apoyaban unas a otras hasta un extremo desconocido entre los Racionales y Paternales. Según el proverbio, el Racional tenía a su maestro, y el Paternal a sus niños…, pero la Emocional tenía a todas las demás Emocionales.
Las Emocionales comparaban sus notas, y si una se quejaba de abandono, o tenía razones para hacerlo, la enviaban a su casa con una lista de instrucciones para que se mantuviera firme, ¡para que exigiese! Y puesto que la fusión dependía tanto de la Emocional y de su actitud, en general era mimada tanto por el izquierdo como por el derecho.
¡Pero Dua era una Emocional tan poco emocional! No parecía importarle que Odeen y Tritt fuesen tan íntimos, y no tenia amigas entre las Emocionales que le indicasen la conveniencia de preocuparse por ello. La causa no podía ser otra: era una Emocional muy poco emocional.
A Odeen le gustaba que se interesase tanto por su trabajo, le gustaba su atención v su asombrosa facultad de entendimiento. pero se trataba de un amor intelectual. El sentimiento más profundo se lo inspiraba el estable, el estúpido Tritt, que conocía tan bien su papel y que podía ofrecer tan poco aparte de lo exactamente prescrito: la seguridad de la rutina.
Pero ahora, Odeen se sentía petulante. Dijo:
—¿Sabes dónde está Dua. Tritt?
Tritt no dio una respuesta directa. Repuso:
— Estoy ocupado. Te veré más tarde. Estoy haciendo cosas.
—¿Dónde están los niños? ¿También tú has salido? Emanas una sensación de haber estado fuera.
En la voz de Tritt se hizo evidente una nota de irritación
— Los niños están bien educados. Saben lo bastante para ponerse bajo el cuidado de la comunidad. En realidad, Odeen, va no son bebés — pero no negó la aureola de haber «estado fuera», que emanaba ligeramente.
— Lo siento. Es que estoy preocupado por Dua.
— Tendrías que estarlo más a menudo — replicó Tritt—. Siempre me dices que la deje en paz. Ahora búscala tú —y se alejó hacia la parte más profunda de la caverna.
Odeen siguió con la mirada a su lado — derecho, un poco sorprendido. En cualquier otra ocasión le hubiera seguido para tratar de dilucidar la extraña inquietud que se advertía a través de la aparente y normal placidez de su paternal. ¿Qué habría hecho Tritt?
Pero ahora esperaba a Dua, con ansiedad creciente, y dejó que Tritt se fuera.
La ansiedad agudizaba la sensibilidad de Odeen. Existía casi un orgullo perverso entre los Racionales por la relativa pobreza de su percepción. Tal percepción no pertenecía a la mente; era característica de las Emocionales. Odeen era un Racional perfecto, orgulloso de razonar más que de sentir y, sin embargo, ahora utilizaba hasta el máximo la imperfecta red de su percepción emocional; por un instante, deseó ser una Emocional para poder valerse de ella con mayor efectividad y alcance.
Pero por fin le sirvió de algo: detectó la aproximación de Dua desde una distancia considerable (para él) y se apresuró a ir a su encuentro. Y a causa de haberla detectado a tanta distancia, tuvo más conciencia que nunca de la fluidez de Dua. Era como una niebla delicada, nada más.
Tritt tenia razón, pensó Odeen con alarma repentina. Había que obligar a Dua a comer y a fusionarse. Había que aumentar su interés por la vida.
Veía esta necesidad con tanta claridad que cuando ella se lanzó flotando hacia él, para envolverle virtualmente, pese al hecho de, que no estaban en privado y podían ser vistos, exclamó:.Odeen, he de saber, he de saber tantas cosas… n, Odeen lo aceptó como una consumación de su propio pensamiento y ni siquiera lo consideró extraño.
Se apartó con cuidado, procurando adoptar una unión más discreta sin dar la impresión de rechazarla.
— Ven — dijo—, te estaba esperando. Dime qué quieres saber y te explicaré todo lo que sepa.
Se dirigieron rápidamente hacia su casa, mientras Odeen intentaba adaptarse a la característica ondulación del movimiento Emocional.
Dua habló
— Quiero conocer el otro universo. ¿En qué consiste su diferencia y por qué es diferente? Dímelo todo.
No se le ocurrió a Dua que sus preguntas eran demasiado ambiciosas. Odeen, en cambio, lo pensó. Se sintió lleno de una asombrosa cantidad de conocimientos y estuvo a punto de preguntar: ¿Cómo es que sabes lo bastante sobre el otro universo para interesarte tanto por él?
Reprimió la pregunta. Dua venía de las cavernas de los Duros. Tal vez, Losten había estado hablando con ella, al sospechar que, pese a todo, Odeen estaría demasiado orgulloso de su condición para ayudar a su lado-mediano.
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