Robert Reed - Médula

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Reed - Médula» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, Год выпуска: 2007, ISBN: 2007, Издательство: La Factoría de Ideas, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Médula: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Médula»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La Gran Nave lleva viajando por el espacio más tiempo del que su tripulación es capaz de recordar. Desde que, hace algunos milenios, entró en la Vía Láctea y fue colonizado por los humanos, este colosal vehículo del tamaño de un planeta ha vagado por la galaxia transportando a billones de hombres y miles de razas alienígenas que han conseguido la inmortalidad gracias a la alteración genética.Pero los pasajeros no viajan solos: en el interior de la nave duerme un secreto tan antiguo como el propio universo. Ahora está a punto de despertar…

Médula — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Médula», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Mi soledad eterna y perfecta la hizo añicos una abundancia de estrellas, y la vida, una vida bulliciosa y abundante; y dio la sensación que así había sido siempre. Los cielos se llenaron de soles y mundos vivos y la vida de mi interior pingüe y constante, próspera más allá de toda necesidad o deseo razonable, ¿y cómo podría ser de otro modo? Vida pacífica, más que otra cosa. Vida puntuada por grandes amores y derrotas soportables. Vida que conjura niños del semen y el óvulo, de programas y cristales fríos; y esos niños recorren disparados sus encarnaciones recién restregadas con un celo inocente que siempre se erosiona y se convierte en la simpatía fresca y firme, que es una marca de madurez que el tiempo, bajo su mano incansable, nos obliga a aceptar a cada uno de nosotros. Ya casi me había olvidado de la muerte.

No como teoría, nunca. Como principio y tragedia ocasional no podía evitar pensaren esa gran entidad que todo lo equilibra. Pero como detalle práctico, como la simple e inevitable consecuencia de la vida, la muerte parecía haberse quedado tan atrás como mi antigua y muy atesorada soledad.

O quizás, en realidad, nunca llegué a conocerá la muerte.

A mí su rostro me parece austero y seguro de sí mismo, pero inesperadamente bello. Una bella faz que descansa sobre un cuerpo alto que se va haciendo más fuerte a medida que la carnicería empeora, y también más bonito. Un cuerpo que se alimenta de un alma o de diez millones de almas, que escoge sus bocados con una malicia veleidosa que con certeza dejará a los vivos preguntándose: «¿por qué yo no? ¿Por qué sigo aquí, sola?».

Oigo sus voces. Desde mi piel llegan murmullos. Gritos. Chasquidos codificados y grandes rugidos blancos de ruido electromagnético, y siempre la encantadora muerte bebe de su gloriosa miseria.

—¡Abandonen el puesto… ahora!

—Los ves… No… Todavía no, ¡no!

—Espera…

—Ahí no, tienes que estar… al lado del taller Arregla y Reza… Ves, ¡no!

—¡Retirada!

—Bajas… superiores a… once millones en el bombardeo y veinte millones de desplazados a los sótanos…

—Nos tendieron una emboscada con armas nucleares de taller…

—Mátame. Si llegamos a eso.

—Lo haré. Te lo prometo.

—Bajas, ochenta por ciento. Enjambre todavía en funcionamiento.

—¡Retrocedan y caven!

—Tenemos un reactor saboteado. Desconectado. Solicito ingenieros.

—¿Qué te parece? ¿Un polvo rápido?

—Reunirán aquí a los prisioneros. Clasificados según sus probables conocimientos. A mi lado. Luego los llevarán a casa para interrogarlos, o se dispondrá de ellos…

—Fanáticos.

—Polvos sin alma.

—¿Qué te parece un polvo muy rápido?

—¡Venid a ver! Quiero enseñároslos a todos. ¡Son cíborgs! ¡Lo que eran los inhóspitos! Nada, salvo máquinas con tripas raras metidas dentro. Mirad, tocad sus tripas. Tocad y oled. Haceos ropa con su extraña piel. Partid sus conchas y convertidlas en trofeos. Máquinas y carne, y un mal inmenso, nada más. ¡Os lo prometo!

—Bajas, noventa y dos por ciento. Eficacia del enjambre disminuida.

—Escapen en cuanto puedan…

—Aviso: dentro del último envío de prisioneros había un dedo camuflado de antimateria. deben examinar a todos los prisioneros a conciencia antes de embarcar…

—¡Retírense de nuevo… con todos los rayadores disponibles!

—¡Son los inhóspitos renacidos! ¡Es nuestra obligación y honor rajarlos!

—Nuestra última ciudad… Corazones de Wune… abandonada…

—Aviso: los pasajeros no están sujetos al mismo trato que los rémoras. No pueden ser ejecutados de forma sumaria, sea cual sea su comportamiento. LOS códigos civiles permanecerán vigentes. SIEMPRE. DEL despacho de la maestra capitana…

—¡No pienso decirte nada, inhóspito! ¡Jamás!

—Ahora nos llaman inhóspitos. Sea lo que sea eso. No sé. A fin de cuentas, quizá deberíamos considerarlo un insulto…

—¡Presiónalos! ¡Castígalos!

—Yo he terminado y tú lo prometiste.

Un crujido electromagnético, luego un golpe seco.

—Dulces sueños, amigo mío.

—Mi enjambre ha desaparecido. Mi familia está en Río Acaecido. Decidles…

—¡Muy bien, mierdas! Soy un inhóspito. Todos somos unos putos inhóspitos. ¿Os asusto? ¿Os meáis de miedo? ¡Porque vamos a seguir manteniendo nuestra posición, cabrones, y si queréis tomarnos tendréis que seguir el meado hasta nuestro agujero!

—¡Todos ¡os motores recuperados y asegurados!

—¡Reactores, conectados!

—Rebeldes, siguen viniendo… Siguen llegando nuevas unidades… Hay más rebeldes que estrellas tenemos…

—Una vez más, retirada. ¡Ya sabéis cómo!

—Anuncio público: se reducen las luchas durante las últimas horas de la insurrección. Se ha recuperado la cara posterior de la nave. LaS operaciones esenciales de la nave jamás resultaron afectadas. LOS distritos de pasajeros jamás han estado en peligro. por vuestro apoyo y vuestras bendiciones, gracias. del despacho de la maestra capitana…

—Así que tenemos un poco de tiempo. ¿Qué tal un polvo sin prisas?

—Suena bien.

—¿A que sí?

45

Uno de los generales lo dijo primero y lo dijo mal.

—Los rémoras están casi vencidos —declaró, de pie ante los últimos holomapas estratégicos. Cuando se dio cuenta de que la maestra había oído por casualidad sus audaces palabras, estiró la espalda, cuadró los hombros y añadió—: Hemos destruido cada una de sus ciudades, encarcelado o matado a la mayor parte de ellos y empujado a sus refugiados hasta la proa de la nave. Sin cobijo y casi sin esperanzas. —Entonces realizó una inclinación mínima—. Señora. —Dedicó una sonrisa a la maestra mientras sus ojos pálidos no perdían de vista a Till.

Procedía una reprimenda.

Algo brusco, potente y duradero.

Miocene esbozó una fina sonrisa y con algo parecido a un suspiro le aseguró a su oficial:

—Aquí no hay nada que celebrar.

—Por supuesto, señora. —De nuevo la pequeña inclinación—. Yo solo me refería…

Ella lo detuvo con un enérgico gesto de la mano y no dijo nada.

En lugar de las palabras esperadas, Miocene se quedó mirando a cada uno de sus generales y a Till. Pero evitó de forma ostensible mirar a nadie cuando anunció:

—Cuando llegamos aquí vi a un hombre. Un varón humano que estaba de pie fuera del puente. No llevaba nada salvo un cartel manuscrito.

Silencio.

—«El fin está aquí» —citó la maestra.

El silencio perdió confianza.

—Soy una persona muy atareada, pero todavía tengo tiempo para hacer preguntas sencillas. —La mujer sacudió la cabeza—. Era un idiota, es obvio. Una de esas pobres almas que se concentra demasiado en algo, que no puede librarse de alguna idea patética que lo consume. Durante los últimos seis siglos, ese idiota ha llevado su cartel en público. Ala puerta del puesto de la maestra. ¿Lo sabíais? ¿Sabíais que pintaba esas palabras en un pergamino nuevo cada mañana, con mucho cuidado de no repetir jamás las volutas y colores de ninguna de las letras? Por qué era importante para él, yo no sabría decirlo. Hace dos días, la última vez que dejé estas dependencias, podría haberme detenido por un momento y haberle hecho esas preguntas. Podría haberle dejado que me explicara sus pasiones. «¿Qué lo hace tan importante, señor, que está dispuesto a invertir cientos de años en lo que le parece vano a un alma normal?» —Miocene suspiró con fuerza—. Incluso si quisiera, ya no podría hacerle ninguna pregunta. Ni podría ayudarlo, si pensara que eso era lo mejor. Porque se ha desvanecido. Más de doscientas mil mañanas levantándose antes del alba para pintar su importante pronunciamiento según su difícil y asfixiante lógica…, y por alguna razón el idiota no pudo situarse en su terreno habitual hace dos mañanas. Ni ayer por la mañana. Ni hoy, si a eso vamos. No lo veo a través de ninguno de mis ojos de seguridad. Es muy sencillo, se ha desvanecido. ¿No les parece que es muy extraño?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Médula»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Médula» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Reed - Mind's Eye
Robert Reed
Robert Reed - Mother Death
Robert Reed
Robert Jordan - L'ascesa dell'Ombra
Robert Jordan
Robert Sawyer - Origine dell'ibrido
Robert Sawyer
Robert Silverberg - Il marchio dell'invisibile
Robert Silverberg
Robert Reed - Marrow
Robert Reed
libcat.ru: книга без обложки
Robert Charette
Robert Heinlein - Fanteria dello spazio
Robert Heinlein
Robert Silverberg - Il figlio dell'uomo
Robert Silverberg
Отзывы о книге «Médula»

Обсуждение, отзывы о книге «Médula» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x