• Пожаловаться

Ted Dekker: Negro

Здесь есть возможность читать онлайн «Ted Dekker: Negro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Ted Dekker Negro

Negro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Negro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Nada es como parece cuando se estrellan los sueños y la realidad. Huyendo de sus agresores por callejones abandonados, Thomas Hunter apenas se escapa yéndose al techo de un edificio. Luego una bala silenciosa de la noche roza su cabeza… y su mundo se vuelve negro. De la negrura surge la asombrosa realidad de otro mundo, un mundo donde domina el mal. Un mundo en el que Thomas Hunter se enamora de una mujer hermosa. Pero luego se acuerda del sueño en el que lo perseguían por un callejón mientras extiende su mano para tocar la sangre en su cabeza.? ¿Dónde termina el sueño y comienza la realidad? Cada vez que se queda dormido en un mundo, se despierta en otro. Pero en ambos, le aguarda un desastre catastrófico… quizás incluso sea causado por él.

Ted Dekker: другие книги автора


Кто написал Negro? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Negro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Negro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Qué bueno -comentó Rachelle-. Entonces funciona. Te comerás esta fruta todos los días.

– ¿Para siempre?

– Es también muy saludable para hacer fértil a un hombre -explicó ella-. Sí, para siempre.

Por consiguiente, Thomas comió rambután todos los días y ninguna vez soñó con Bangkok. Ni con nada.

Pasaron semanas, después meses, luego años, quince años, y Thomas no soñó ni una vez con Bangkok. Ni con nada.

Se convirtió en un poderoso guerrero que defendía los siete bosques contra el desierto que intentaba invadirlo. Pero no soñó una sola vez. Ni con Bangkok, ni con nada.

Quizá Rachelle tenía razón. Tal vez él no volvería a soñar. Posiblemente iba a comer rambután todos los días y no volvería a soñar con Bangkok.

Ni con nada.

37

VALBORG SVENSSON se hallaba en la cabecera de la mesa y observaba la reunión de dignatarios. Todos de gobiernos que habían sido persuadidos por tres años con promesas de poder. Hasta ahora ninguno de ellos sabía suficiente para hacerle gran daño. Y si supieran más de lo debido, no le habían hecho daño, así que ese no era el punto. Eran siete, pero sólo necesitaban una nación en la cual construir su poderosa base. Todos los siete serían útiles, pero necesitaban las llaves de uno de sus reinos como respaldo. Si sólo supieran. Carlos estaba en Bangkok en este momento, a sólo horas de eliminar a Hunter de una vez y para siempre. Armand Fortier hacía los arreglos necesarios con los rusos y los chinos. Y él, Valborg Svensson, se encargaba de dejar caer la bomba que haría posible todo. Por así decirlo.

Svensson sacó su puntero y dio golpecitos en las ciudades sobre el mapa de pared a su izquierda.

– La variedad Raison ya ha entrado al espacio de Londres, París, Moscú, Beijing, Nueva Delhi, Ciudad del Cabo, Bangkok, Sídney, Nueva York, Washington D. C, Atlanta y Los Ángeles. Estas son las doce primeras. Dentro de ocho horas tendremos veinticuatro puntos de entrada.

– Ingresar a un espacio aéreo, como en…

– Como en que el virus se transmite vía aérea. Llevado por mensajeros en más de veinticuatro aviones comerciales, esparcido como hablamos. Es sumamente contagioso, más que cualquier virus que hayamos visto. Una pequeña bestia fascinante. La mayoría requiere alguna clase de ayuda para desplazarse. Un resfriado, fluidos, un toque, al menos mucha humedad. Pero a este patógeno parece irle muy bien en condiciones ambientales adversas. Un simple caparazón del virus basta para infectar a un adulto.

– ¿Ya lo ha hecho usted?

– Naturalmente. Mediante nuestras representaciones tridimensionales más conservadoras, tres millones de personas serán portadoras para cuando termine el día. Noventa millones en dos días. Cuatro mil millones dentro de una semana.

Se quedaron anonadados. Ni uno sólo comprendió realmente lo que Svensson acababa de decir. No era de culparlos. La realidad era sorprendente. Demasiado grave para digerir de un tirón.

– ¿Ya salió el virus? ¿No hay manera de detenerlo?

– ¿Que si ya salió? Supongo que sí -contestó Svensson-. Y no, no hay manera de detenerlo.

Todos ellos estaban aterrorizados ahora.

– ¿Y quiénes serán infectados?

– Todos. Yo mismo, por ejemplo. Y ustedes. Todos nosotros estamos infectados -espetó él señalando un minúsculo envase cilíndrico de vidrio sobre una mesita-. Nos infectamos a los pocos minutos de entrar a este salón.

Silencio. El líquido amarillo se veía tranquilo.

Las objeciones del grupo llegaron en una descarga de airadas protestas.

– Usted debe tener una vacuna; ¡deberíamos ser inoculados al instante! ¿Qué clase de broma de mal gusto es esta?

– Una broma de muy mal gusto -expuso Svensson-. No existe vacuna.

– ¿Qué entonces, un antivirus? -objetó uno de los hombres-. ¡Exijo saber qué está usted haciendo aquí!

– Usted sabe lo que estoy haciendo. Por desgracia, tampoco tenemos el antivirus todavía. Pero no se preocupen, lo tendremos pronto. Tenemos menos de tres semanas para perfeccionar uno, pero tengo plena confianza en que contaremos con él para el fin de semana. Quizá más pronto.

Los demás lo miraron como una carnada de ratas paralizadas por un trozo de queso.

– ¿Y si no?

– Si no, entonces todos participaremos de la misma suerte que el resto del mundo.

– ;Cuál es esa suerte?

– No estamos exactamente seguros. Una horrible muerte, con mucha seguridad. Pero aún no ha muerto nadie por la variedad Raison, así que no podemos estar seguros de la naturaleza exacta de esa muerte.

– ¿Por qué? -objetó un hombre con expresión de incredulidad en el rostro-. Esto no fue lo que discutimos.

– Sí, sí lo fue. Sólo que ustedes no estaban escuchando muy bien. Tenemos una lista de instrucciones para cada uno de sus países. Confiamos en que ustedes cumplirán en la forma más rápida y eficiente. Por obvias razones. Y en realidad no pensaría en un intento de socavar nuestros planes en alguna forma. La única esperanza para un antivirus reposa en mí. Si se me lo impiden, simplemente el mundo morirá.

– ¡Esto no es lo que yo comprendí! -gritó el caballero de Suiza, Bruce Swanson, lanzando la silla hacia atrás y parándose, con el rostro iracundo-. ¿Cómo se atreve usted a proceder sin consultar…?

Svensson extrajo una pistola que tenía debajo de la chaqueta y le disparó al hombre en la frente a diez pasos. El suizo lo miró, de su tercer ojo recién abierto manaba sangre, y luego cayó de espaldas, se golpeó la cabeza en la pared, y se derrumbó en el suelo.

– No hay manera de detener el virus -informó de nuevo Svensson bajando la pistola-. Ahora sólo podemos controlarlo. Ese fue el punto desde el principio. La disensión sólo obstaculizará ese objetivo. ¿Alguna duda?

Ninguno tuvo dudas.

– Bien -continuó él colocando la pistola sobre la mesa-. Como hablamos, los gobiernos de estas naciones afectadas están siendo notificados de nuestras exigencias. Estos gobiernos no reaccionarán inmediatamente, desde luego. Esto es preferible. El pánico no es amigo nuestro. No todavía. No necesitamos que las personas se queden en casa por temor de contraer la enfermedad. Para cuando se den cuenta de la verdadera naturaleza de nuestra amenaza, la contención estará fuera de orden. Prácticamente ya está hecho.

Svensson respiró profundamente. El poder de este momento, estando frente a siete hombres, seis vivos, ya valía el precio que había pagado. Y este sólo era el inicio. Había contenido una sonrisa, pero ahora sonreía para todos ellos.

– Este es un día maravilloso, amigos míos. Ustedes se encuentran en el lado correcto de la historia. Lo verán. La suerte ha sido echada.

***

A MARKOUS se le habían garantizado dos cosas para esta tarea: Su vida y un millón de dólares en efectivo. Valoraba bastante lo uno y lo otro como para cortarse la pierna si fuera necesario. Ya había recibido el dinero. Su vida aún estaba en las manos de ellos. No dudaba de la voluntad ni de la capacidad que tenían para quitarle la vida o concedérsela.

Entró al cubículo del baño y golpeteó el frasquito con la uña. Difícil creer que el líquido amarillo pudiera hacer lo que aseguraban que haría. Se puso nervioso por las pocas gotas del líquido ámbar.

Contuvo el aliento y quitó el corcho de caucho del cuello del minúsculo envase de vidrio. Ahora solamente aire separaba del virus al hombre: la nariz, los ojos y la piel. ¿Se habría infectado ya? No, ¿cómo podría estarlo?

Exhaló aire de los pulmones, volvió a contener el aliento e inhaló lentamente, imaginando que por las fosas nasales le ingresaban esporas invisibles. De haber sido oloroso, como un perfume, lo habría notado. Pero el objetivo era pasar desapercibido.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Negro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Negro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Dean Koontz: El Lugar Maldito
El Lugar Maldito
Dean Koontz
Alexandra Marinina: El Sueño Robado
El Sueño Robado
Alexandra Marinina
Ted Dekker: Verde
Verde
Ted Dekker
Iris Johansen: Marea De Pasión
Marea De Pasión
Iris Johansen
Alberto Vázquez-Figueroa: Viaje al fin del mundo: Galápagos
Viaje al fin del mundo: Galápagos
Alberto Vázquez-Figueroa
Alejo Carpentier: El Reino De Este Mundo
El Reino De Este Mundo
Alejo Carpentier
Отзывы о книге «Negro»

Обсуждение, отзывы о книге «Negro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.