"Sin embargo, las cosas empezaron a ir mal.
"Musgrove voló hasta la cárcel del distrito Planalto con un generador de campo de desplazamiento. El traslado tenía que hacerse desde allí porque el generador sólo iba a funcionar en regiones donde existiera poca ondulación superficial y un mínimo de árboles y maleza. Además, por obvias razones sociales, el área debía estar deshabitada. Zonas así son bastante escasas en Brasil, como usted seguramente pensará.
"El generador de campo, que para el caso también estaba capacitado para servir de transmisor de Poder Directo, fue instalado según el plan, y el piloto del avión regresó a Sao Paulo.
"Durante este tiempo Musgrove quedó expuesto accidentalmente al gas perturbador. Tal como usted ha observado, el gas es particularmente denso en el distrito Planalto. A partir de ese momento, la conducta de Musgrove siguió una pauta azarosa. Debió usar correctamente el campo de desplazamiento, y volvió a la cárcel y sus cercanías en 1988. Sus instrucciones a partir de ahí eran ir a la Genex Corporation de Minneápolis. Pero en lugar de eso fue a Washington, donde apareció algunos meses después. Desconozco lo que le sucedió en el intertanto. Esta mañana, cuando hablé con él, todo era muy confuso. Sólo puedo suponer que erró algún tiempo por la jungla antes de encontrar una avanzada de la civilización, desde la que se dirigió a Norteamérica.
"En Washington conoció a Astourde.
"Ahora, trate de imaginar cómo estaban estos dos hombres en el momento de conocerse. Normalmente, Musgrove es un hombre estable. Pero los efectos del gas perturbador duran varias semanas. Durante un período considerable había estado solo en un ambiente selvático de suma incomodidad. Es lógico suponer que cuando conoció a Astourde, Musgrove sufría esquizofrenia aguda.
"Y a su vez Astourde, por su relato, da la impresión de que padecía paranoia. Era poco atractivo en lo físico, tenía un trabajo nada atrayente en Washington y es probable que fuera impopular entre sus colegas. Su matrimonio estaba acabando. Una persona así suele sufrir los delirios que constituyen la raíz del comportamiento paranoico, y Astourde no podía ser una excepción.
"Ya había estado envuelto en la investigación del gobierno estadounidense sobre nuestro campo de desplazamiento, agazapado toscamente en medio de la jungla brasileña, e inevitablemente Musgrove se había puesto en contacto con él.
"Astourde era un ego pomposo y altanero, y el pobre Musgrove, que todavía padecía los efectos del gas perturbador, cayó claramente bajo su influencia.
"A partir de entonces se desarrolló el espectáculo de Astourde.
—Cuando los conocí —dijo Wentik—, me impresionó Musgrove pero Astourde dominaba. Imagino el porqué de ello.
—La siguiente parte de la historia le es conocida —dijo Jexon—. Astourde hizo uso de su influencia y organizó el equivalente de un ejército particular. Al llevarlo a usted a la cárcel creyó que podría investigar el fenómeno que le habían encargado explicar, y al mismo tiempo la misión de Musgrove, en la forma superficial que se le había explicado, sería cumplida.
"Entonces un tercer factor imprevisto hizo aparición. Es decir, el efecto del gas perturbador en Astourde y los demás hombres.
"Astourde creía que tenía cierto poder sobre usted; el síndrome del Disturbio tradujo esto a certidumbre y comenzó con el interrogatorio. Los mismos hombres creyeron estar al mando de Astourde, y se convirtieron en sus virtuales esclavos. Astourde, convencido de que usted estaba detrás de todo el asunto de algún modo, lo culpó del nuevo apuro e intentó incitar sentimientos contrarios a usted en los hombres. Musgrove, desesperadamente confundido, se retiró a las celdas.
"En medio de todo esto, usted conservó la cordura y la razón, pero desorientado por lo que sucedía, sólo atinaba a observar.
—Astourde sabía —dijo Wentik— que todo el mundo menos yo experimentaba lo que él denominaba fantasías violentas.
—Al parecer usted es inmune al gas perturbador. ¿Tiene alguna noción del porqué?
—No, realmente —dijo Wentik—. Sólo que las cantidades que ingerí en la Concentración pueden haber robustecido mi resistencia al gas. ¿Encuentran casos de inmunidad al gas en gente expuesta a él en más de una ocasión?
Jexon negó con la cabeza.
—No hay un solo antecedente. Si existiera alguna protección encontraríamos un medio de usarla.
—Yo me inyectaba —observó Wentik.
—¿Sí?
—Podría ser importante —dijo Wentik.
—¿Sería capaz de reproducir la sustancia aquí en el laboratorio?
—Espero que sí. Lleva su tiempo, sin embargo.
—No importa —dijo Jexon—. En fin, por razones que no puedo determinar, Musgrove abandonó repentinamente la cárcel a pie e hizo lo que se suponía debía hacer primero: pedir ayuda por radio. Hay varias casetas de vigilancia no usadas, y todas tienen un equipo de onda corta. Un avión fue enviado para recogerlo, y hace cuatro días regresó a Sao Paulo. Sin usted.
—Hace cuatro días yo continuaba en la cárcel.
—Naturalmente. No me di cuenta del estado de Musgrove, y cuando él dijo que lo había llevado a la cárcel y que usted seguía allí, lo hice volver al momento. Recuérdelo, yo había estado esperando diez meses sin noticias o explicación. Por fortuna, los dos tripulantes del avión debieron comprender lo que pasaba al llegar a la cárcel, y pusieron camisas de fuerza a ambos, Musgrove y usted. Es la norma empleada en los casos de personas afectadas por el Disturbio.
—Todavía queda una cosa que no comprendo completamente —dijo Wentik— Y esa cosa es la cárcel. ¿Qué hace la cárcel allí, cuando es sabido que el gas perturbador ejerce un efecto tan profundo sobre la gente?
—Otro legado del pasado —replicó Jexon—. Hace varios años, los científicos abordaron el problema de despejar la cuenca del Amazonas. Ahí no se podía hacer nada mientras la jungla lo cubriera todo. El terreno resultaba tan difícil de trabajar que es prácticamente imposible despejarlo mediante métodos convencionales. Por tal razón se hicieron innovaciones con los métodos. Hoy día, el trabajo de despejar la jungla en la región de Manaus se hace mediante procesos de rociada desde el aire. Los árboles, de tipos tan diversos que jamás podrían ser explotados industrialmente, son envenenados desde el aire y se deja que se pudran. En menos de seis meses alcanzan un estado de decadencia que permite reducirlos a pasta de madera sobre el terreno, y se los emplea como combustible industrial barato o bien como humus del terreno en zonas del país dotadas de una tierra menos fértil.
"Estos procesos fueron iniciados en la parte de la jungla que ahora denominamos distrito Planalto. De vez en cuando sobrevolamos esa zona y volvemos a rociarla, para mantener bajo el rastrojal.
"Pero hace cien años, mientras los Disturbios se hallaban en su apogeo y sus causas no eran bien conocidas, se precisó una nueva prisión, y el distrito Planalto pareció ser un lugar ideal para ello. Alejada y prácticamente a prueba de huidas, la cárcel fue considerada en su tiempo como un modelo de técnica terapéutica correctiva aplicada. Hoy día, sabemos más sobre los efectos del gas perturbador, y la cárcel ha estado cerrada durante años.
Wentik guardó silencio, recordando las celdas y corredores vacíos, y las puertas cerradas con llave.
—¿Hay alguna otra cosa que desee saber? —preguntó Jexon.
Wentik pensó un instante. Después dijo:
—¿Qué ha sucedido a los hombres que por accidente entraron en el distrito Planalto? Astourde me aseguró que varios habían desaparecido, y obtuvo una fotografía del avión de ustedes cuando estaba recogiendo a uno de los hombres. ¿Y qué me dice de los hombres de Astourde que aún siguen en la cárcel?
Читать дальше