Con la mayor brevedad que pudo describió sus tentativas de buscar un atajo a la obra de Pavlov, y los diversos procesos que había seguido. Habló de las ratas a Jexon, y de cómo su trabajo había sido interrumpido en la época que lo trasladaron a Brasil.
—¿Administró la sustancia a algún hombre? —preguntó Jexon.
Wentik negó con la cabeza.
—Yo tomé dosis muy moderadas, pero no permití que la droga fuera ensayada en otra persona. Con las cantidades que yo ingerí, los efectos eran minúsculos.
—¿Y...?
—Y nada. No pasó de ahí.
—No comprendo.
—Debería comprenderlo. Entonces fue cuando los amigos Astourde y Musgrove se presentaron. Tuve que abandonar el trabajo y marchar con ellos. Por lo que sé, ésa es la situación ahora.
—Le aseguro que no es así —dijo Jexon—. La información que tenemos en nuestros archivos es que su trabajo fue completado y que el compuesto se convirtió en un gas que ahora denominamos gas perturbador.
—Su información es errónea. Nunca terminé.
Jexon se encogió de hombros. Luego dijo:
—Le explicaré en detalle los efectos del gas. El primer síntoma siempre es un acusado aumento de la incidencia y vividez de los sueños. Después surgen dolores de cabeza o migrañas.
"A partir de ahí, los síntomas tienden a variar de un individuo a otro. El único detalle común es un relieve sutil del carácter. Si uno es algo irascible por naturaleza, entonces la tendencia a irritarse o malhumorarse crece. Otra persona de carácter retraído, por ejemplo, se volverá cada vez más negativa, hasta llegar a aborrecer el contacto.
"Todo esto sucede si no existen estímulos externos. En la práctica, como es lógico, los humanos son gregarios de forma inherente y obran de modo recíproco. Es posible que una persona en soledad jamás note los cambios psicológicos que tienen lugar en su interior. Dos personas incluso podrían seguir su vida durante semanas sin que se produzca ningún cambio básico, siempre que las dos fueran parte de una relación sólida y compatible. Pero consideremos cualquier número superior a éste, y seguirá un rápido declive general hacia la manía.
—Creo que comprendo el porqué —dijo Wentik— Si tal como usted afirma, el gas perturbador es concepción mía, entonces la reacción se explicaría de modo bastante lógico. La sustancia abre la mente a una nueva creencia que, sin estímulo consciente, nunca cobra cuerpo. El proceso hasta ese punto es el equivalente de las técnicas de shock de Pavlov, pero en un sentido químico o metabólico. Sin el estímulo, el inconsciente recurre a sí mismo en busca de excitación y se exagera. Pero si existe una interacción entre personas, hay un bombardeo constante de estímulos casuales que derivan en manifestaciones de conducta irracional.
Jexon expresó su asentimiento con la cabeza.
—Ha llegado en diez segundos a la conclusión que a nosotros nos costó casi esos tantos años alcanzar. Pero esperábamos que llegara a ella. ¿No lo convence eso, como me convence a mí, de que se trata de su sustancia?
—Me temo que sí —dijo Wentik.
—He visto a Musgrove esta mañana —dijo Jexon al cabo de unos instantes—, y estoy en condiciones de recomponer una secuencia de lo sucedido cuando usted llegó a Brasil.
—¿Se refiere a lo de la cárcel?
Jexon asintió.
—No está demasiado claro. Musgrove se encuentra muy confundido respecto a buena parte del caso. Pero me ha ayudado a dar cierto sentido a lo que usted me explicó, y he recompuesto lo demás.
"Pero antes que nada, usted tenía curiosidad por la fuente energética de nuestras máquinas. Se denomina Poder Directo, o Direct Power en inglés. Tal como le di a entender esta mañana, ésa es la principal contribución tecnológica de Brasil. En su forma más simple se la puede describir como electricidad transmitida, aunque en la práctica me aseguran que es mucho más complicado. No entiendo de estas cosas. Lo único que usted precisa saber al respecto es que sometida a determinados modelos de tensión, la corriente eléctrica adopta una forma capaz de ser radiada, de manera muy parecida a las ondas hertzianas. Ello hace que la energía sea enormemente más flexible, y mucho más conveniente. En la práctica no existe límite al número de dispositivos que pueden ser gobernados con el Poder Directo en cualquier momento, siempre que se hallen dentro del alcance del transmisor.
"El descubrimiento del Poder Directo fue, como la mayoría de avances científicos notables, inesperado y accidental. Y abrió ante nosotros varias nuevas líneas de investigación. Una de ellas condujo a la creación del campo de desplazamiento.
—Va demasiado deprisa —dijo Wentik— ¿Es el Poder Directo lo que impulsa sus aviones?
—Sí, y todo lo que hay en este piso, y en el hospital. Y en la cárcel.
—Entonces, ¿por qué el avión de despegue y aterrizaje vertical que me recogió estaba equipado con turbinas ordinarias?
—Porque el Poder Directo debe transmitirse. Todo lo que actúa fuera del campo efectivo debe llevar consigo su propia energía.
—Continúe.
—Estaba diciendo que esto condujo al descubrimiento del campo de desplazamiento. Usted lo llamaría viaje en el tiempo, supongo, pero no es tan fácil como eso. El campo que se genera actúa como disruptor sobre parte del campo temporal que existe en equilibrio con el espacio normal. De nuevo, la matemática de esto se halla ligeramente fuera de mi alcance..., pero el efecto es muy sencillo. El transmisor, y toda persona o cosa dentro de su radio de acción, es trasladado en el tiempo. La cuantía del viaje no es determinable, o al menos no lo es por el momento. El lapso cubierto por el generador es de algo menos de doscientos años, aunque me aseguran que se produce una leve distorsión ocasional.
"El tiempo subjetivo transcurrido, en consecuencia, es el mismo. Un hombre puede viajar al pasado desde aquí, y emerger durante la última mitad de 1989. Puede pasar seis meses allí, y a la vuelta descubrir que han pasado seis meses aquí.
—¿Cómo me vi envuelto en esto? —dijo Wentik, más para sus adentros que para el otro hombre. Un humor melancólico se había fijado en él. Quizá fuera la bebida.
Jexon lo miró, y por un momento Wentik creyó captar un destello de simpatía en su expresión.
—Sucedió —dijo Jexon— que aproximadamente al mismo tiempo que los primeros experimentos con el campo de desplazamiento se estaban realizando, nos topamos con la referencia de su trabajo. Se sugirió entonces que alguien retrocediera en el tiempo para pedirle a usted que viniera y corrigiera el daño que había causado sin saberlo, pero costó varios años que el progreso del tiempo transcurrido nos llevara a una fecha doscientos años después de una época en la que pudiéramos rastrearlo. En cuanto supimos dónde se hallaba (los únicos datos que teníamos afirmaban que usted había empezado a trabajar para la Genex Chemical Corporation en octubre de 1988), enviamos un hombre a buscarlo. Ese hombre fue Musgrove.
Wentik alzó los ojos vivamente.
—¿Musgrove trabaja para ustedes? Creía que tenía alguna relación con Astourde.
—No, Musgrove lleva varios años como ayudante mío. Ha hecho un gran trabajo de recopilación de datos esenciales sobre los efectos del gas perturbador en nuestra sociedad, y yo pensé que sería el hombre ideal para la tarea.
—Pero él nunca me contó esto —dijo Wentik.
—No... Hubo varios factores que yo no consideré. El primero fue el extremado efecto que el gas perturbador causó en Musgrove, y el segundo fue su encuentro con Astourde.
"Musgrove salió de Sao Paulo hace diez meses. Sus instrucciones eran simples: volver a 1988 mediante el uso del campo de desplazamiento, abordar al doctor Wentik y explicarle lo ocurrido, y volver aquí con él. Entonces usted tendría la opción, cuando hubiera completado su trabajo, de quedarse aquí o regresar a su época. Nuestra esperanza y convicción era que usted se quedaría, cuando lo que iba a ser su futuro inmediato, es decir, la guerra inminente, le fuera revelado.
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