Clifford Simak - El tiempo es lo más simple

Здесь есть возможность читать онлайн «Clifford Simak - El tiempo es lo más simple» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1964, Издательство: Edhasa, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El tiempo es lo más simple: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El tiempo es lo más simple»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Llegó un momento en que el hombre tuvo que admitir que no le sería posible alcanzar las estrellas. Lo había sospechado por los cinturones radioactivos de Van Allen, cuando fueron descubiertos por el sabio astrónomo que le dio su nombre, hasta que gradualmente, se llegó a su total certidumbre.
Pero el hombre, con su interminable ingeniosidad, resolvió el problema con el auxilio de los telépatas, y con la ayuda de una gigantesca organización del más alto secreto, llamada “Anzuelo”, mediante la cual, los hombres podían lanzar sus mentes a las profundidades del espacio. Y en una de esas ocasiones, Sheperd Blaine, mientras exploraba su camino asignado por el “Anzuelo” tomó contacto con una criatura fantástica, sin forma, omnisciente, una amsitosa Cosa de Color de Rosa que le dijo: “Intercambio mente con la tuya”.

El tiempo es lo más simple — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El tiempo es lo más simple», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

«Pero quedaba el futuro», se dijo Blaine a sí mismo. Era inútil quedarse detenido a pensar en tales cosas. Entonces era inútil pensar, había que moverse hacia delante, proyectarse al futuro, ya que no quedaba otro remedio. Por el momento él había avisado a sus gentes de Hamilton y había que encararse con aquel inmediato y urgente problema.

Tenía que ir a buscar a Pierre y a Harriet al café donde colgaba en la puerta principal una cabeza de alce. Quizá encontraría allí a algunos hombres de Stone, quienes podrían proporcionarle un lugar adecuado para refugiarse. Se levantó y se echó al hombro el saco y la cantimplora. Tras él se produjo un repentino ruido y se volvió a mirar lo que sucedía, con el cabello de punta por la sorpresa.

La chica acababa de caer suavemente sobre la hierba, graciosamente, como un pájaro que se posa tras un vuelo, bella como un amanecer. Blaine se la quedó mirando fijamente, cautivado por su belleza, ya que era realmente la primera vez que podía contemplarla a la luz del día. La primera vez apenas la había distinguido bien en la noche, cuando su trágica odisea en compañía del desgraciado Riley, apenas apreciable con la luz de los faros del camión, y la segunda fue solamente un instante en aquella habitación del motel de Plainsman y casi en la penumbra. Cuando sus pies tocaron el suelo se le aproximó suavemente.

—Acabo de descubrir lo sucedido — dijo Anita —. Pienso que es una vergüenza, ya que después de todo, has venido a ayudarnos.

—Está bien — le dijo Blaine —. No niego sus aprensiones y comprendo en cierto modo sus razonamientos, aunque me hayan herido.

—Han trabajado mucho y muy duro para conservar este lugar de paz para nosotros y hay que perdonárselo. Han tratado de darnos una vida decente. Y no pueden permitirse el lujo de arriesgar apenas nada.

—Lo comprendo — dijo Blaine —. He visto a algunos que no fueron capaces de conseguir una vida decente.

—Nosotros, los jóvenes, somos una preocupación para ellos. Apenas podemos salir a divertimos y no hay nada que podamos hacer. Hemos de quedarnos encerrados en casa y apenas salimos con frecuencia, como desearíamos.

—Me alegro de que hayas venido y de que lo hicierais especialmente aquella noche. De no haber sido por vuestra ayuda, Harriet y yo habríamos sido atrapados con Stone muerto en el suelo…

—Hicimos lo que pudimos por el pobre señor Stone. Tuvimos que darnos demasiada prisa y prescindir de la formalidad que merecía el caso. Pero todos lo hicimos con gusto y le dejamos enterrado, en la colina.

—Sí, ya me lo dijo tu padre.

—No pudimos colocar una marca y un recuerdo con una lápida bonita; pero todos sabemos perfectamente el lugar justo en que yace enterrado y lo guardamos en nuestro recuerdo.

—Stone y yo éramos viejos amigos de años.

—¿En el Anzuelo?

Blaine afirmó con la cabeza.

—Háblame del Anzuelo, Blaine.

—Pues bien, es una enorme edificación en un área extensa y colosal (unas torres imponentes sobre la colina, con sus plazas y paseos, árboles y poderosos bloques de edificaciones, con sus almacenes, oficinas, y la gente…).

—Shep, ¿por qué no nos dejan ir allá?

—¿Dejar que vayáis?

—Ha habido muchos que escribieron al Anzuelo, enviando instancias. Nos devolvieron unas fichas en blanco que se rellenaron, eso fue todo. Las enviamos por correo y no hemos vuelto a saber nada.

—Hay miles que desean ingresar en el Anzuelo.

—Entonces, ¿por qué no lo permiten? ¿Por qué no hablan con nosotros? Sería como una especie de reserva para el Anzuelo. Donde todos los jóvenes paranormales viviéramos en paz al fin…

Blaine no contestó y cerró su mente para la corriente telepática de Anita Andrews.

—¡Shep! ¡Shep! ¿Qué ocurre de malo? ¿Es que he dicho algo inconveniente?

—Escucha, Anita. El Anzuelo no quiere a la gente joven como vosotros, a los parakinos en general. Eso ha cambiado. Se ha convertido en una corporación.

—Pero, nosotros tenemos siempre…

—Ya sé. VA SÉ, YA SÉ, ANITA. Había sido la tierra prometida y la última solución ofrecida. La tierra de Nuncajamás. Pero no es nada de eso en absoluto. Se ha convertido en una casa de cambio, donde hay sólo números de pérdidas y ganancias. Oh, seguro, ayudará mucho a la marcha del mundo, contribuirá al avance de la humanidad. Pero lo es teóricamente, y en realidad ha sido de todos modos la cosa más grande que jamás haya sucedido en la especie humana. Pero se ha perdido su bondad, no hay ya familiaridad con los demás paranormales. Si deseamos conseguir esa tierra de promisión, tendremos que buscarla trabajando nosotros mismos. Tenemos que ganar nuestra propia batalla, como por ejemplo, empezando por detener a Finn y a su proyecto infame de la demostración de la víspera de Todos los Santos…

—Por eso es por lo que he venido a buscarte y a decírtelo. No progresan nuestros esfuerzos.

—Pero, la telepatía por teléfono…

—Nos han permitido dejar pasar dos llamadas, Detroit y Chicago. Hemos intentado después llamar a Nueva York y el operador no pudo conseguirlo. ¿Puedes imaginarte cosa parecida, no poder obtener una comunicación con Nueva York? Intentamos también llamar a Denver y la línea estaba inutilizada. Estamos asustados y nos iremos…

—¡Irse! ¡No podéis hacerlo!

—Estamos usando telépatas de gran alcance. Tenemos aquí unos cuantos con esa cualidad; pero resulta muy difícil establecer contacto. Resulta de poca utilidad y no se ha practicado mucho tampoco…

Blaine se quedó aturdido.

—¡No poder obtener una comunicación con Nueva York! ¡Y la línea de Denver inútil! Parecía imponible que Finn fuese capaz de obtener un control semejante.

—No se trata de un control completo — continuó Anita telepáticamente —. Pero puede haber gente situada estratégicamente, que hayan producido un sabotaje completo en la red general de comunicaciones. Y dispone de gentes que se hallan en perpetua vigilancia. Nosotros apenas podemos obtener una comunicación de larga distancia una vez por mes. Cuando se producen tres en quince minutos, la gente de Finn se da cuenta en el acto y comprende que hay algo que no va bien para ellos, y en seguida nos dejan aislados.

Blaine dejó caer el saco y la cantimplora que tenía en el hombro, nuevamente al suelo.

—Voy a volverme — dijo.

—Creo que no sería bueno ahora.

—Quizá tengas razón — dijo Blaine —. Hay una sola oportunidad; sin embargo, si puedo conseguir ver a Pierre a tiempo…

—¿Pierre estaba donde vivía Stone?

—Pues sí. ¿Y qué sabes tú de Stone?

—He oído hablar de él, eso es todo. Una especie de parakino al estilo de Robin Hood. Trabajaba para nosotros.

—Si pudiese tomar contacto con su organización… Y creo que podré hacerlo.

—¿La mujer vive allí también?

—¿Te refieres a Harriet? Ella es la única que puede ponerme en contacto con el grupo de Stone. Pero puede que no esté allá. No tengo idea de dónde pueda hallarse ahora.

—Si pudieses esperar hasta la noche, unos cuantos de nosotros volaríamos y te llevaríamos por el aire hasta allí. De día es muy peligroso hacerlo. Hay mucha gente que puede vernos.

—No puede estar a más de treinta millas o así. Puedo ir andando.

—Por el río será más fácil. ¿Sabes manejar una canoa?

—Sí, hace muchos años. Creo que todavía lo haré bien.

—Es más seguro también — concluyó Anita —. No hay mucho tráfico por el río. Mi primo tiene una, algo más arriba, por el río. Te mostraré el sitio.

XXXI

La tormenta amenazaba con estallar. Apenas existía otro aviso que el progresivo oscurecimiento del día. Hacia el mediodía, las nubes masivas ya ocultaron el sol y hacia las tres de la tarde el cielo estaba totalmente cerrado, de horizonte a horizonte. Blaine se inclinó al remo de la canoa poniendo en él toda su energía, remando furiosamente, para hacer aquellas millas de distancia en el mínimo tiempo posible. Hacía ya muchos años que no manejaba un remo y le resultaba un ejercicio fatigoso. Los brazos se le embotaron por el esfuerzo y los hombros le dolían agudamente. Las manos le ardían como si las hubiera puesto sobre una plancha de fuego.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El tiempo es lo más simple»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El tiempo es lo más simple» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Clifford Simak - Spacebred Generations
Clifford Simak
Clifford Simak - Shadow Of Life
Clifford Simak
Clifford Simak - The Ghost of a Model T
Clifford Simak
Clifford Simak - Skirmish
Clifford Simak
Clifford Simak - Reunion On Ganymede
Clifford Simak
Clifford Simak - Halta
Clifford Simak
libcat.ru: книга без обложки
Clifford Simak
libcat.ru: книга без обложки
Clifford Simak
Отзывы о книге «El tiempo es lo más simple»

Обсуждение, отзывы о книге «El tiempo es lo más simple» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x