Arthur Clarke - La ciudad y las estrellas

Здесь есть возможность читать онлайн «Arthur Clarke - La ciudad y las estrellas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Год выпуска: 1967, Издательство: EDHASA, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La ciudad y las estrellas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La ciudad y las estrellas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Los hombres habían construido ciudades antes, pero ninguna como Diaspar. Diaspar: porque Diaspar tenía una leyenda. Era la última ciudad construida en la Tierra por el poder de quienes también pudieron conquistar las estrellas. Pero la grandeza de Diaspar acabó desapareciendo. Desde los más oscuros límites del Universo los Invasores atacaron el imperio creado por el hombre y lo confinaron otra vez a la Tierra. Quien fuera que abandonara la Tierra caería bajo la ira de los Invasores. Esta era la leyenda de Diaspar. Una leyenda de un billón de años…

La ciudad y las estrellas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La ciudad y las estrellas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Creo que tu teoría cubre muy bien los hechos conocidos — intervino Hilvar con cautela —. Desgraciadamente, deja abierta la mayor de todas las interrogantes; el propósito original de Diaspar. ¿Por qué trató tu pueblo de pretender que el mundo exterior no existía? Esta es la pregunta que quisiera ver contestada.

— Es precisamente la pregunta a la que intento hallar su réplica justa — replicó Alvin —. Pero no sé dónde… ni cómo.

Y así continuaron argumentando y soñando, mientras que hora tras hora los Siete Soles iban aproximándose hasta llenar por completo aquel misterioso túnel oscuro como la noche en donde la nave volaba como el pensamiento. Después, una por una, las seis estrellas se desvanecieron en el anillo exterior, al borde de la oscuridad, quedando únicamente el Sol Central a la vista. Aunque podía hallarse evidentemente en su propio espacio, seguía brillando con la luz perlada que la distinguía de las otras seis que formaban el anillo. Minuto tras minuto, fue incrementando su brillo hasta que dejó de ser un punto para transformarse en un pequeño disco. Y a poco, el disco fue ensanchándose…

Se produjo el más breve de los avisos: por un instante, una nota profunda y vibrante como la de una campana, resonó por la cabina. Alvin se aferró con los brazos al asiento, aunque fuese un gesto inútil.

De nuevo, los grandes generadores de la nave estelar estallaron llenos de vida y con una brusquedad casi cegadora, las estrellas reaparecieron en el cielo. La nave había surgido del hiperespacio al espacio normal, al universo de soles y planetas, al mundo natural en que nada podía moverse a velocidad mayor que la de la luz.

Se encontraban ya dentro del sistema de los Siete soles, ya que el gran anillo de globos multicolores dominaba el firmamento visible. ¡Y qué firmamento! Todas las estrellas que habían conocido, todas las constelaciones familiares, habían desaparecido. La Vía Láctea ya no era la banda lechosa que podía apreciarse a un lado de los cielos; los cosmonautas se encontraban ahora en el centro de la creación y su gran círculo dividía el universo en dos. La nave se dirigía rectamente hacia el Sol Central, y las seis otras estrellas que formaban el círculo a su alrededor eran como joyas de colores diversos dispuestas alrededor del cielo. No lejos de la más próxima de ellas, se observaban ya las diminutas chispas de luz de sus planetas en órbita; mundos que deberían tener un enorme tamaño para ser apreciados desde tan colosal distancia.

La causa de la luz nacarada característica del Sol Central, resultaba entonces claramente visible. La gran estrella se hallaba envuelta por una cobertura de gas que suavizaba su radiación proporcionándole tan peculiar coloración. La nebulosa envolvente podía ser vista indirectamente, retorcida en extrañas formas que escapaban a la simple visión del ojo humano. Pero allí estaba, y cuanto más se la miraba, más grande parecía ser.

— Bien, Alvin — dijo Hilvar— tenemos ahora muchos mundos para elegir. ¿O es que esperas explorarlos todos?

— Será mucha suerte el no tener que hacerlo — admitió Alvin —. Si podemos hacer algún contacto en cualquier parte, creo que podremos obtener la información que necesitamos. La cosa más lógica sería dirigirse al planeta más grande del Sol Central.

— Sí, a condición de que no sea demasiado grande. Algunos planetas, según tengo entendido, que son tan enormes que la vida humana no podría sostenerse en ellos; un hombre sería aplastado bajo su propio peso gravitatorio.

— Dudo que esta circunstancia pueda darse aquí, puesto que tengo la seguridad de que este sistema es totalmente artificial. En cualquier caso, estaremos en condiciones de apreciar desde el espacio si existen ciudades o edificaciones de algún tipo.

Hilvar señaló al robot.

— Creo que el problema se nos resolverá solo. No olvides que nuestro guía ha estado ya antes aquí. Nos está llevando a su hogar y francamente, me gustaría saber qué está pensando en este momento.

Aquello era algo que también le habría gustado saber a Alvin. Pero… ¿resultaba cuerdo, y no sería un completo absurdo imaginar que el robot sintiese algo que tuviese parecido con las emociones humanas ahora que estaba de vuelta al viejo hogar del Maestro, tras tantos eones de tiempo pasado?

En todos sus tratos con él, el robot no había mostrado el menor signo de sentimientos ni de emoción alguna. Había contestado a sus preguntas y obedecido sus órdenes, pero su personalidad real había resultado absolutamente inaccesible. De que tenía una personalidad definida, Alvin estaba más que seguro.

Ahora estaría, sin duda, trazando de nuevo sus recuerdos inmemoriales hacia atrás en su origen. Casi perdido en el resplandor del Sol Central, apareció una pálida chispa de luz y a su alrededor, los leves puntos luminosos de otros tantos pequeños mundos. Aquella enorme jornada llegaba a su fin; dentro de bien poco, sabrían los dos cosmonautas si había sido en vano.

CAPÍTULO XX

El planeta al que estaban aproximándose, se hallaba ahora a sólo unos cuantos millones de millas de distancia, y aparecía como una bella esfera de luz multicolor. No debería existir sombra alguna en su superficie esférica, ya que girando bajo el Sol central las otras estrellas le proporcionarían su luz una tras otra, en su paso por la órbita correspondiente. Alvin comprendió en aquel instante el significado de las palabras del Maestro: «Es maravilloso contemplar las sombras multicolores de los planetas de la luz eterna».

A poco, se hallaron tan cerca, que pudieron apreciar continentes y océanos y un leve resplandor de atmósfera. A pesar de todo, había algo de desconcertante respecto a sus características visibles y enseguida comprobaron que las divisiones entre las tierras y los mares, eran curiosamente regulares. Los continentes de aquel planeta no eran los que la Naturaleza había dejado; pero ¡qué tarea tan pequeña tuvo que haber sido la de conformar aquel mundo para aquellos que construyeron sus soles!

— ¡Eso no son océanos, en absoluto! — exclamó Hilvar de repente —. ¡Mira… puedo ver señales artificiales en ellos!

Hasta que el planeta estuvo mucho más próximo, Alvin no pudo ver claramente qué es lo que había querido decir su amigo. Entonces comprobó unas leves bandas y líneas a lo largo de los bordes continentales, bien hacia el interior y que él había tomado por los límites del mar. Aquella visión le llenó de una súbita duda, porque conocía demasiado bien el significado de aquellas líneas. Ya las había visto una vez en el desierto que se extendía al exterior de Diaspar, y le dijeron que el viaje había sido en vano.

— Este planeta está tan seco como la Tierra — dijo sombríamente —. El agua ha desaparecido… esas marcas son los lechos salados de donde se han evaporado los mares.

— Nunca debieron permitir que eso ocurriera — replicó Hilvar —. Creo que después de todo llegamos demasiado tarde.

Su decepción fue tan amarga que Alvin no quiso ni seguir hablando, limitándose a mirar fijamente aquel gran mundo que tenía ante sus ojos. Con una impresionante lentitud, el planeta giraba bajo la astronave, y su superficie fue levantándose majestuosamente para encontrarse con ellos. Entonces, los dos cosmonautas pudieron apreciar edificios; unas diminutas incrustaciones blancas por todas partes, excepto en los lechos de los océanos.

Una vez aquel mundo había sido el centro del Universo. Ahora permanecía en la quietud y el silencio, vacío de aire y sobre el suelo no se apreciaba nada que pudiera sugerir la presencia de la vida. Y con todo, la nave continuaba deslizándose con un obstinado propósito sobre aquel mar helado de piedra… un mar que aquí y allá debió haberse reunido en grandes olas que desafiaron al cielo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La ciudad y las estrellas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La ciudad y las estrellas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La ciudad y las estrellas»

Обсуждение, отзывы о книге «La ciudad y las estrellas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x