José Somoza - La Caverna De Las Ideas

Здесь есть возможность читать онлайн «José Somoza - La Caverna De Las Ideas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Caverna De Las Ideas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Caverna De Las Ideas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una novela enigma. Un desafío de ficción, diversión y espejismo, donde nada es lo que parece y donde hasta el simple hecho de seguir leyendo puede resultar arriesgado.
La caverna de las ideas es una obra griega clásica que narra una intrigante historia: diversos asesinatos ocurridos en la época de Platón. Cuerpos mutilados de efebos son descubiertos en las calles de Atenas, crímenes inexplicables que no parecen seguir ningún orden lógico. Heracles Póntor, el Descifrador de Enigmas, se encargará de resolverlos con ayuda de uno de los filósofos de la célebre Academia platónica, Diágoras de Medonte.
Pero el propio texto de La caverna de las ideas, que el lector tiene ahora en sus manos, también esconde secretos: sus traductores desaparecen o mueren, y el actual se enfrenta a un enigma milenario que desborda su capacidad de juicio y en el que se imbricará tanto la novela como la percepción de cada lector.

La Caverna De Las Ideas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Caverna De Las Ideas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

[95]¿Sin saber por qué? ¡Me dan ganas de reír otra vez! Es evidente que las imágenes eidéticas se infiltran con frecuencia en la conciencia de Diágoras (curiosamente, nunca en la de Heracles, que no ve más de lo que ven sus ojos). La «sonrisa de la yegua» se ha convertido en el recuerdo de la sonrisa de Menecmo. (N. del T.)

[96]La metamorfosis de la yegua eidética en el mirlo real (esto es, en un mirlo que pertenece a la realidad de la ficción) acentúa el misterioso mensaje de esta escena: ¿se burla el mal de los filósofos? Hay que recordar que el color del mirlo es negro… (N. del T.)

[97]Llegó, embozado en otra máscara (esta vez, un rostro de hombre sonriente). Me levanté del escritorio.

– ¿Ya has descubierto la clave final? -su voz sonaba amortiguada por la burla de las facciones.

– ¿Quién eres?

– Soy la pregunta -respondió mi carcelero. Y repitió-: ¿Ya has descubierto la clave final?

– Déjame salir de aquí…

– Cuando la descubras. ¿Ya has descubierto la clave final?

– ¡No! -exclamé, perdiendo los estribos, las riendas eidéticas de mi serenidad-. ¡La obra menciona en eidesis los Trabajos de Hércules… y una muchacha con un lirio, y un traductor… pero no sé qué puede significar todo esto! ¡Yo…!

Me interrumpió con burlona seriedad.

– Quizá las imágenes eidéticas sean sólo parte de la clave. ¿Cuál es el tema?

– La investigación de unos asesinatos… -tartamudeé-. El protagonista parecía haber hallado al culpable, pero ahora… ahora han surgido nuevos problemas… no sé cuáles todavía.

Mi secuestrador pareció emitir una risita. Digo «pareció» porque su careta era un espejismo de sus emociones. Entonces dijo:

– También es posible que no haya una clave final, ¿no es cierto?

– No lo creo -repliqué enseguida.

– ¿Por qué?

– Porque si no hubiera una clave final, yo no estaría encerrado aquí.

– Oh, muy bien -parecía divertido-. ¡Por tanto, yo soy para ti una prueba de la existencia de una clave final!… Mejor dicho: la prueba más importante .

Golpeé la mesa. Grité.

– ¡Ya basta! ¡Tú conoces la obra! ¡Incluso la has modificado: has elaborado páginas falsas y las has mezclado con las originales! ¡Dominas bien el idioma y el estilo! ¿Para qué me necesitas a mí?

Aunque la máscara seguía riéndose, él pareció pensativo durante un instante. Entonces dijo:

– Yo no he modificado la obra en absoluto. No hay páginas falsas. Lo que ocurre es que has mordido un cebo eidético.

– ¿Qué quieres decir?

– Cuando un texto posee una eidesis muy fuerte, como es el caso, las imágenes llegan a obsesionar de tal manera al lector que lo implican de algún modo en la obra. No podemos obsesionarnos con algo sin sentir, al mismo tiempo, que formamos parte de ese algo. En la mirada de tu amante crees atisbar su amor por ti, y en las palabras de un libro eidético crees descubrir tu presencia…

Rebusqué entre mis papeles, irritado.

– ¿También aquí? -le señalé una hoja-. ¿También cuando Heracles Póntor habla con un supuesto traductor secuestrado, en el falso capítulo octavo? ¿Aquí también mordí un «cebo eidético»?

– Así es -contestó con calma-. A lo largo de la obra se menciona a un Traductor al que Crántor, a veces, se dirige en segunda persona, y con el que Heracles habla en ese «falso» capítulo… ¡Pero ello no significa que seas tú !…

No supe qué contestar: su lógica era aplastante. De repente escuché su risita a través de la máscara.

– ¡Ah, la literatura!… -dijo-. ¡Leer no es pensar a solas, amigo mío: leer es dialogar! Pero el diálogo de la lectura es un diálogo platónico: tu interlocutor es una idea. Sin embargo, no es una idea inmutable: al dialogar con ella, la modificas, la haces tuya, llegas a creer en su existencia independiente… Los libros eidéticos aprovechan esta característica para tender hábiles trampas… que pueden… enloquecerte -y añadió, tras un silencio-: Lo mismo le ocurrió a Montalo, tu predecesor…

– ¿Montalo? -sentí frío en las entrañas-. ¿Móntalo estuvo aquí?

Hubo una pausa. Entonces la máscara estalló en una risotada estrepitosa y dijo:

– Claro que estuvo… ¡Más tiempo del que crees! En realidad, yo conocí esta obra gracias a su edición, igual que tú. Pero yo sabía que La caverna ocultaba una clave, así que lo encerré y lo obligué a encontrarla. Fracasó.

Esto último lo había dicho como si «fracasar» fuera exactamente lo que esperaba de sus víctimas. Hizo una pausa y la sonrisa de su máscara pareció extenderse. Prosiguió:

– Me harté, y mis perros saciaron su apetito con él… Después arrojé su cadáver al bosque. Las autoridades pensaron que lo habían devorado los lobos.

Y, tras una nueva pausa, agregó:

– Pero no te inquietes: aún me falta mucho tiempo para hartarme de ti.

El miedo se me deshizo en rabia.

– ¡Eres… eres un horrible y despiadado… -hice una pausa, intentando hallar la palabra adecuada: ¿«Asesino»? ¿«Criminal»? ¿«Verdugo»? Al fin, desesperado, comprendiendo que mi aversión era intraducible, exclamé-: ¡… galimatías! -y proseguí, desafiándolo-: ¿Crees que me atemorizas?… ¡Eres tú quien tiene miedo, y por eso te cubres la cara!

– ¿Quieres quitarme la máscara? -me interrumpió.

Hubo un hondo silencio. Dije:

– No.

– ¿Por qué?

– Porque, si veo tu rostro, sé que nunca saldré vivo de aquí…

Escuché su odiosa risita de nuevo.

– ¡De modo que tú necesitas de mi máscara para tu seguridad , y yo de tu presencia para la mía ! ¡Eso significa que no podemos separarnos! -se dirigió hacia la puerta y la cerró antes de que yo pudiera alcanzarlo. Su voz me llegó a través de las hendiduras de la madera-: Sigue traduciendo. Y piensa esto: si hay una clave, y tú la descubres, saldrás de aquí. Pero si no la hay, no saldrás nunca. Así que tú eres el principal interesado en que haya una, ¿no? (N. del T.)

[98]«Un penetrante aroma de mujer. Y al tacto… ¡oh, tersa firmeza! Algo así como la suavidad de un seno de muchacha y la reciedumbre de un brazo de atleta.» Ésta es la absurda descripción que hace Móntalo de la textura del papiro en el décimo capítulo. (N. del T.)

[99]Esta contraseña (inmediatamente sabremos que se trata de una contraseña) reproduce con extraña exactitud un momento de la conversación que he mantenido con mi secuestrador hace escasas horas. ¿Otro «cebo eidético»? (N. del T.)

[100]«Muchachas» y «pétalos blancos» me hacen pensar otra vez en la imagen de mi muchacha del lirio: la veo corriendo bajo el sol fuerte de Grecia, con un lirio en la mano, alegre, confiada… ¡Y todo, en este horrendo párrafo! ¡Oh, maldito libro eidético! (N. del T.)

[101]Rogaría al lector que no tuviese en cuenta este repentino hermafroditismo de Diágoras, ya que es eidético. La ambigüedad sexual que preside la descripción de los personajes secundarios en este capítulo contamina ahora a uno de los protagonistas. Parece señalar la presencia del noveno Trabajo: el Cinturón de Hipólita, donde el héroe debe enfrentarse a las amazonas (las doncellas guerreras, o sea, las mujeres-hombres) para robar el cinturón de la reina Hipólita. No obstante, creo que el autor se permite cierta venenosa burla a costa de uno de los caracteres más «serios» de toda la obra (imaginar a Diágoras de tal guisa me ha hecho reír de nuevo). Este grotesco sentido del humor no se diferencia mucho, en mi opinión, del que gasta mi enmascarado carcelero… (N. del T.)

[102]¿Desde qué distancia? ¿Desde aquí abajo? (N. del T.)

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Caverna De Las Ideas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Caverna De Las Ideas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Caverna De Las Ideas»

Обсуждение, отзывы о книге «La Caverna De Las Ideas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x