Jeffery Deaver - El bailarin de la muerte

Здесь есть возможность читать онлайн «Jeffery Deaver - El bailarin de la muerte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El bailarin de la muerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El bailarin de la muerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A pesar de que un accidente le haya dejado paralítico, Lincoln Rhyme, el protagonista de El coleccionista de huesos, sigue siendo uno de los mejores criminalistas del mundo. Se le considera el único que podría frenar a un asesino muy particular, apodado El Bailarín. Es un matón a sueldo que cambia su aspecto con una rapidez asombrosa. Sólo dos de sus víctimas han podido dar una pista: lleva en un brazo un tatuaje de la Muerte bailando con una mujer delante de un féretro. Su arma más peligrosa es el conocimiento de la naturaleza humana, que maneja sin piedad. Rhyme y su ayudante, Amelia Sachs, se involucran en una partida estratégica contra «el bailarín de la muerte»
El cerebro de Rhyme y las piernas de Amelia se convierten en los únicos instrumentos para perseguir al asesino por todo Nueva York. Sólo tienen cuarenta y ocho horas antes de que El bailarín vuelva a matar.

El bailarin de la muerte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El bailarin de la muerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ten cuidado de…

– Entrada y salida -dijo ella.

Tercer paso, determina las rutas de entrada y salida del criminal; serán escenas secundarias del crimen .

Pero Sachs no tenía ni idea de cuáles podían ser. Podrían haber llegado de cualquier parte. Deslizándose por los rincones, conduciendo un furgón de equipajes o un camión de gasolina…

Se puso gafas protectoras y comenzó barrer con la varilla del PoliLight la pista de rodaje. No funcionaba tan bien en el exterior como en el interior de una habitación, pero como estaba tan nublado, pudo ver motas y vetas que relucían bajo la extraña luz verde-amarillenta. Sin embargo, no había huellas de pies.

– La lavamos anoche -dijo una voz a su espalda.

Sachs se dio la vuelta, puso su mano en la Glock y comenzó a sacarla de la funda.

Nunca estoy tan nerviosa, Rhyme. Es por tu culpa.

Unos hombres que vestían monos se encontraban ante la cinta amarilla. Sachs caminó hacia ellos con cautela y examinó las fotos de sus identificaciones. Se ajustaban a los rostros de los hombres. Apartó la mano de la pistola.

– Todas las noches lavan el lugar con mangueras. Se lo digo por si busca algo. Parece que sí.

– Con una manguera de alta presión -agregó el segundo.

Bien. Cada pedacito de rastro, cada huella plantar, cada fibra desprendida del Bailarín había desaparecido.

– ¿Visteis a alguien por aquí anoche?

– ¿Tiene que ver con la bomba?

– ¿Alrededor de las siete y cuarto? -insistió Sachs.

– No. Nadie viene por aquí. Estos hangares están desiertos. Probablemente los echen abajo algún día.

– ¿Qué estáis haciendo por aquí?

– Vimos una policía. Tú eres policía, ¿verdad? Y pensamos en acercarnos para ver qué pasa. Se trata de esa bomba, ¿verdad? ¿Quién lo hizo? ¿Los árabes? ¿O esos mierdas de la Milicia?

Sachs los ahuyentó.

– Lavaron la pista de rodaje anoche, Rhyme -dijo en el micrófono-. Con agua a alta presión, parece.

– Oh, no.

– Ellos…

– Hola. ¿Qué hay?

Sachs suspiró y se dio la vuelta otra vez, esperando encontrar a los dos trabajadores. Pero el nuevo visitante era un creído policía del condado, que llevaba un sombrero como el del oso Smokey [28]y pantalones grises con una raya muy bien planchada. Pasó por debajo de la cinta.

– Perdona -protestó Sachs-. Esta es un área restringida.

El muchacho redujo su marcha pero no se detuvo. Sachs controló su identificación. Concordaba. La foto lo mostraba mirando a un lado, como un modelo de portada de una revista de modas para hombres.

– Tú eres esa policía de Nueva York, ¿verdad? -se rió con ganas-. Tenéis unos lindos uniformes por allí.

Miraba los ajustados téjanos de Sachs.

– Este área está acordonada.

– Puedo ayudar. Hice el curso sobre ciencia forense. En general, trabajo en la carretera pero tengo experiencia en grandes crímenes. Qué pelo tan bonito tienes. Apuesto a que ya te lo han dicho.

– De verdad, tengo que pedirte…

– Me llamo Jim Everts.

No le des tu nombre de pila, se te pegará como papel para moscas.

– Yo soy la oficial Sachs.

– Qué desastre el de anoche. Una bomba. Un asunto muy turbio.

– Mira, Jim, esta cinta está aquí para mantener a la gente fuera de la escena. Entonces, ¿me haces el favor y te pones detrás de ella?

– Espera. ¿Te refieres a los oficiales también?

– Sí, por supuesto.

– ¿Quieres decir que yo también?

– Exactamente.

Había cinco contaminantes clásicos de una escena del crimen: el clima, los parientes de la víctima, los sospechosos, los coleccionistas de recuerdos, y, los peores de todos, los colegas de la policía.

– No tocaré nada. Te lo prometo. Será un placer verte trabajar, cariño.

– Sachs -susurró Rhyme-, dile que se vaya a que le den por culo.

– Jim, vete a que te den por culo.

– O lo denunciarás.

– O te denunciaré.

– Vaya, cómo te pones -el muchacho puso las manos en alto como rindiéndose. De su sonrisa superficial desapareció cualquier rastro de galanteo.

– Empieza a trabajar, Sachs.

El policía se alejó con solemnidad y lentitud, como para mostrar que le quedaba algo de orgullo. Miró una vez hacia atrás, pero no se le ocurrió ningún comentario mordaz.

Amelia Sachs comenzó a caminar por la cuadrícula.

Había varias formas de inspeccionar las escenas de crímenes. Para escenas en interiores generalmente se usaba una búsqueda por franjas -caminar según un esquema ondulado- porque se cubría la mayor parte del terreno con rapidez. Pero a Rhyme no le gustaba. Utilizaba el esquema de cuadrícula -cubrir todo el terreno de uno a otro extremo en una dirección, dando un paso por vez, luego tomar la perpendicular y caminar de nuevo de uno a otro extremo-. Cuando dirigía el IRD, «caminar la cuadrícula» era sinónimo de investigar la escena del crimen, y que Dios ayudara al policía que Rhyme encontrara tomando atajos o pensando en las musarañas cuando le tocaba hacerlo.

Sachs se pasó media hora yendo y viniendo. Si bien el camión de limpieza habría eliminado huellas y rastros, no podría haber destruido cosas más grandes que el Bailarín hubiera tirado, ni podría haber eliminado las huellas de pies o las impresiones corporales dejadas en el barro a los costados de la pista de rodaje. Pero no encontró nada.

– Diablos, Rhyme, no hay nada.

– Ah, Sachs, apuesto a que hay algo. Apuesto a que hay muchas cosas. Sólo que hay que esforzarse más que en la mayoría de las escenas. El Bailarín no es como otros criminales, recuérdalo.

Oh, eso otra vez.

– Sachs -su voz era grave y seductora. Sintió un escalofrío-. Métete en él -susurró Rhyme-. Sabes lo que quiero decir.

Sachs sabía exactamente lo que quería decir. Y odiaba esa propuesta. Pero sí, Sachs lo sabía. Los mejores criminalistas son capaces de encontrar un lugar en sus mentes donde la línea entre cazador y cazado virtualmente no existe. Se movían por la escena del crimen no como policías que rastrean pistas sino como el mismo asesino, sintiendo sus deseos, ansiedades y miedos. Rhyme poseía este talento. Y a pesar de que trataba de negarlo, Sachs lo poseía también. Hacía un mes había inspeccionado una escena (un padre había asesinado a su mujer y a su hijo) y logró encontrar el arma donde nadie lo había conseguido. Después de ese caso no había podido trabajar durante una semana y se había visto atormentada por recuerdos en los que ella era la que acuchillaba a las víctimas hasta matarlas. Veía sus caras, oía sus gritos.

Otra pausa.

– Háblame -dijo Rhyme. Finalmente había desaparecido la crispación en su voz-. Eres él. Caminas por donde él caminó, piensas como él…

Le había dicho palabras como esas en otras ocasiones, por supuesto. Pero ahora, como con todo lo concerniente al Bailarín, le parecía que Rhyme tenía otra cosa en mente aparte de encontrar oscuras evidencias. No, ella sentía que estaba desesperado por saber más sobre aquel criminal. Quién era, qué le hacía matar.

Otro escalofrío. Una imagen en sus pensamientos: volver a la otra noche. Las luces del aeropuerto, el sonido de los motores de los aviones, el olor del tubo de escape de los reactores.

– Vamos, Amelia… Tú eres él. Tú eres el Bailarín Macabro. Sabes que Ed Carney está en el avión, sabes que tienes que poner la bomba a bordo. Piensa en ello sólo un minuto o dos.

Y Sachs lo hizo, convocando de alguna manera la necesidad de matar.

Rhyme siguió hablando con una voz extraña y melodiosa.

– Eres brillante -dijo-. No tienes reparos morales de ningún tipo. Matarías a cualquiera, harías cualquier cosa para lograr tus fines. Desvías la atención, usas a la gente… Tu arma más mortal es el engaño.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El bailarin de la muerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El bailarin de la muerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jeffery Deaver - The Burial Hour
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - The Steel Kiss
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - The Kill Room
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - Kolekcjoner Kości
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - Tańczący Trumniarz
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - XO
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - Carte Blanche
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - Edge
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - The burning wire
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - El Hombre Evanescente
Jeffery Deaver
Jeffery Deaver - The Twelfth Card
Jeffery Deaver
Отзывы о книге «El bailarin de la muerte»

Обсуждение, отзывы о книге «El bailarin de la muerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x