Michael Connelly - Hielo negro

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Connelly - Hielo negro» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Hielo negro: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Hielo negro»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cal Moore, del departamento de narcóticos, fue encontrado en un motel con un tiro en la cabeza cuando estaba investigando sobre una nueva droga de diseño llamada “hielo negro”. Para el detective Harry Bosch, lo importante no son los hechos aislados, sino el hilo conductor que los mantiene unidos. Y sus averiguaciones sobre el sospechoso suicidio de Moore parecen trazar una línea recta entre los traficantes que merodean por Hollywood Boulevard y los callejones más turbios de la frontera de México.

Hielo negro — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Hielo negro», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Me enteré por la radio -le contó Bosch-. Como estaba de servicio, me he pasado por aquí. Esta es mi división; tendrían que haberme llamado.

– Sí, bueno, cuando se descubrió la posible identidad del cadáver, decidí traspasar el caso inmediatamente a la División de Robos y Homicidios. El capitán Grupa me avisó y yo tomé la decisión.

– ¿Y ya es seguro que se trata de Moore?

– No del todo. -Irving le mostró el sobre-. Acabo de pasarme por Archivos para sacar sus huellas dactilares. Ese será el factor decisivo, claro está. También está el análisis dental, si es que queda algo que analizar. Pero todos los indicios parecen apuntar a eso. Quienquiera que sea el de ahí dentro se registró con el nombre de Rodrigo Moya, que era el apodo que Moore usaba en el BANG. Y había un Mustang aparcado detrás del motel que también había sido alquilado usando ese nombre. De momento, el equipo investigador lo tiene bastante claro.

Bosch asintió. Había tratado con Irving anteriormente cuando estaba al cargo de la División de Asuntos Internos. Ahora era subdirector, es decir, uno de los tres hombres más importantes del departamento y su ámbito había sido ampliado para incluir Asuntos Internos, Inteligencia e Investigación de Narcóticos y todos los Servicios de Detectives. Harry consideró momentáneamente la conveniencia de insistir sobre el hecho de no haber sido avisado.

– Deberían haberme llamado -repitió finalmente-. Éste es mi caso. Me lo han quitado antes de dármelo.

– Bueno, eso lo decido yo, ¿no cree? Además, no hay necesidad de molestarse. Llámelo «racionalización». Ya sabe que Robos y Homicidios lleva todas las muertes de nuestros agentes. Al final usted tendría que habérselo pasado a ellos de todos modos; así ahorramos tiempo. Le aseguro que no hay ningún otro motivo aparte del deseo de acelerar los trámites. Le recuerdo que ahí yace el cuerpo de un policía. Eso nos obliga a actuar con rapidez y profesionalidad, sin importar las circunstancias de su muerte. Se lo debemos a él y a su familia.

Bosch asintió de nuevo y, al mirar a su alrededor, vio a un detective llamado Sheehan junto a una puerta bajo el rótulo de «HABITACIONES RATAS». Estaba entrevistando a un hombre de unos sesenta años que desafiaba al frío de la noche con su camiseta de tirantes y mascaba un cigarro moribundo. Era el encargado del motel.

– ¿Lo conocía? -preguntó Irving.

– ¿A Moore? No, no mucho. Bueno, estábamos en la misma división, así que nos conocíamos de vista. Él trabajaba sobre todo en el turno de noche, en la calle. No tuvimos mucha relación…

Bosch no sabía por qué en ese momento había decidido mentir. Se preguntó si Irving lo habría notado en su voz y rápidamente cambió de tema.

– Así que es suicidio… ¿es eso lo que le ha dicho a los periodistas?

– Yo no les he dicho nada. He hablado con ellos, sí, pero no he mencionado la identidad de la víctima. Y no pienso hacerlo hasta que se confirme oficialmente. Aunque usted y yo estemos bastante seguros de que se trata de Calexico Moore, el público no lo sabrá hasta que hayamos hecho todos los análisis y las pruebas necesarias.

Irving se golpeó con el sobre en el muslo.

– Por eso he sacado el expediente de Moore; para acelerar los trámites. Las huellas irán al forense junto con el cuerpo. -Irving se volvió para mirar la habitación del motel-. Pero usted ha estado dentro, detective Bosch. Dígamelo usted.

Bosch lo pensó un momento. ¿Estaba Irving realmente interesado o estaba tomándole el pelo? Era la primera vez que lo trataba fuera de la situación de confrontamiento personal que acompaña cualquier investigación de Asuntos Internos. Al final Bosch se decidió a contestar.

– Parece que se sentó en el suelo junto a la bañera, se sacó la bota, y apretó ambos gatillos con el dedo del pie. Bueno, supongo que fueron los dos por el destrozo causado. El retroceso impulsó la escopeta hacia la jamba de la puerta, astillando la culata. La cabeza salió disparada hacia el otro lado, chocó contra la pared y cayó dentro de la bañera.

– Exactamente-dijo Irving-. Ahora puedo decirle al detective Sheehan que está usted de acuerdo. Como si hubiera sido llamado. No hay razón para que nadie se sienta marginado.

– Ésa no es la cuestión.

– ¿Y cuál es la cuestión, detective? ¿Que nunca quiere dar el brazo a torcer? ¿Que no acepta las decisiones de sus superiores? Estoy empezando a perder la paciencia con usted, detective. Y esperaba que no me volviese a ocurrir.

Irving se había acercado demasiado a Bosch, quien notó su aliento a hierbas medicinales en plena cara. Se sentía acorralado y se preguntó si el subdirector lo haría expresamente.

– Pero no hay nota -comentó Bosch, dando un paso atrás.

– No, de momento no. Aunque todavía nos quedan cosas por registrar.

Bosch no sabía a qué se refería. El piso de Moore fue registrado cuando éste desapareció, al igual que la casa de su mujer. ¿Qué más quedaba? ¿Habría enviado Moore una nota por correo? No era probable porque, de ser así, ya habría llegado.

– ¿Cuándo ocurrió?

– Con un poco de suerte empezaremos a tener una idea después de la autopsia de mañana por la mañana. De todas formas, yo creo que lo hizo poco después de que se registrara, es decir, hace seis días. El encargado del motel ha declarado que Moore entró en la habitación hace seis días y que no lo volvió a ver, lo cual concuerda con el aspecto de la habitación, el estado del cuerpo y la fecha del periódico.

Cuando Bosch oyó que la autopista era al día siguiente, enseguida comprendió que Irving había movido hilos. Normalmente se tardaban tres días en conseguir una autopsia y en Navidad todo tardaba un poco más.

Irving pareció adivinar lo que estaba pensando.

– La forense jefe en funciones ha accedido a hacer la autopsia mañana por la mañana. Yo le he explicado que habría mucha especulación en la prensa y que eso no sería justo para la mujer de Moore ni para el departamento, y ella se ha brindado a cooperar. Después de todo, la jefa en funciones quiere convertirse en jefa permanente. Por eso aprecia el valor de la cooperación.

Bosch no hizo ningún comentario.

– O sea, que mañana lo sabremos seguro -insistió Irving-. Aunque de momento todo apunta a que Moore se suicidó al poco tiempo de llegar al motel, ya que nadie, ni siquiera el encargado, lo vio después de su llegada. El mismo Moore dejó instrucciones precisas para que no lo molestasen.

– ¿Y por qué no lo encontraron antes?

– Porque pagó todo un mes por adelantado y pidió que le dejaran tranquilo. En un lugar como éste tampoco vienen a hacer la habitación cada día. El encargado supuso que sería un borracho que querría coger una buena trompa o dejar de beber. Hay que tener en cuenta que en sitios así no se puede seleccionar a la clientela. Y un mes son seiscientos dólares… -Irving hizo una pausa-. Así que el encargado cogió el dinero y respetó su promesa de no molestar a su cliente, al menos hasta hoy. Esta mañana su mujer descubrió que alguien había forzado el Mustang del señor Moya durante la noche y los dos decidieron entrar. También lo hicieron por curiosidad, claro está. Llamaron a la puerta y, como no contestó nadie, emplearon la llave maestra. En cuanto abrieron comprendieron lo que había ocurrido. Por el olor.

Irving le contó a Bosch que Moore/Moya había subido el aire acondicionado al máximo para frenar la descomposición del cuerpo y mantener el hedor dentro de la habitación. Asimismo, la habitación había sido sellada con toallas mojadas colocadas debajo de la puerta de entrada.

– ¿Nadie oyó el disparo? -inquirió Bosch.

– Que sepamos, no. El encargado dice que no oyó nada y su mujer está medio sorda. De todos modos, viven al otro extremo del motel. Aquí tenemos tiendas a un lado y un bloque de oficinas al otro; dos sitios que cierran de noche. Y en la parte de atrás hay un callejón. Estamos consultando el registro del motel para intentar localizar a las otras personas que se alojaron aquí durante los primeros días de la estancia de Moore. De cualquier forma, el encargado dice que no alquiló las habitaciones contiguas porque pensó que podría ponerse un poco pesado si estaba con el mono. Además, ésta es una calle concurrida, con una parada de autobús justo enfrente. Puede ser que nadie oyera nada. O que lo oyeran, pero no supiesen qué era.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Hielo negro»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Hielo negro» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Hielo negro»

Обсуждение, отзывы о книге «Hielo negro» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x