Michael Connelly - La Rubia de Hormigón

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Connelly - La Rubia de Hormigón» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Rubia de Hormigón: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Rubia de Hormigón»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Harry Bosch es juzgado por haber matado, cuatro años antes, a Norman Church, asesino de once mujeres, conocido como El Fabricante de Muñecas. Incumpliendo el reglamento, Bosch no esperó refuerzos y disparó a Church cuando creyó que iba a sacar una pistola oculta bajo la almohada; en realidad, buscaba su peluquín. Por este asunto, el detective fue degradado a Homicidios de Hollywood.
Durante el transcurso del juicio es descubierto el cadáver enterrado en hormigón de una mujer. Todo apunta a que se trata de una antigua víctima de El Fabricante de Muñecas; pero cuando se establece la fecha de su muerte se descarta a Church como su asesino, puesto que entonces ya había fallecido. Este hecho pone en dificultades al detective, pues según la acusación podría haber matado a un hombre inocente. Bosch demuestra que un nuevo asesino en serie, El Discípulo, está imitando a Norman Church.
En el terreno personal, Harry tiene problemas con Sylvia Moore, que le reprocha que la mantenga al margen de sus preocupaciones y pensamientos

La Rubia de Hormigón — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Rubia de Hormigón», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Esto no es un interrogatorio, doctor. Créame, si le interrogáramos, se daría cuenta.

Le hizo una señal con la cabeza a Edgar, que salió en silencio de la habitación en busca del Jaguar. Cuando se quedaron solos, Bosch apartó una silla alta de la pared y se sentó delante del escritorio a esperar.

– ¿Qué ha sido del sospechoso al que estaban siguiendo, Harry?

– Lo seguimos.

– ¿Qué se supone que…?

– Qué más da.

Se sentaron en silencio durante casi cinco minutos hasta que Edgar asomó la cabeza por la puerta y le hizo una señal a Bosch para que saliera.

– Todo cuadra, Harry. He hablado con la chica y su historia es idéntica. Además, hay recibos de la tarjeta de crédito en el coche. Llegaron al MGM el sábado a las tres. También hay un recibo de gasolina de Victorville en el que figura la hora. Las nueve de la mañana del sábado. Y Victorville, ¿a cuánto puede estar, a una hora? Parece que estaban en la carretera cuando mataron a Chandler. Aparte de eso, la chica dice que también pasaron la noche del viernes juntos en la casa que él tiene en la montaña. Podemos hacer más comprobaciones, pero creo que está siendo sincero con nosotros.

– Bueno… -dijo Bosch, sin acabar la frase-. ¿Por qué no subes y corres la voz de que en principio está limpio? Quiero que me acompañe arriba a echar un vistazo, si todavía está dispuesto.

– Voy.

Bosch entró de nuevo en el estudio. Se sentó en la silla que estaba delante del escritorio. Locke lo examinó con la mirada.

– ¿Y bien?

– Está demasiado asustada, Locke. Ya no está con usted en esto. Nos ha dicho la verdad.

– ¿Pero qué coño está diciendo? -gritó Locke.

Entonces fue Bosch quien lo examinó a él. La sorpresa en su rostro, el pánico absoluto, eran demasiado sinceros. En aquel momento Bosch lo supo con seguridad. Aunque disfrutaba de una perversa sensación de poder, lamentaba haberle tendido a Locke aquella trampa.

– Está usted limpio, doctor Locke. Sólo quería cerciorarme. Supongo que el criminal sólo vuelve a la escena del crimen en las películas.

Locke respiró hondo y bajó la mirada hacia sus piernas. A Bosch le dio la impresión de que parecía un conductor que acababa de detenerse en el arcén para serenarse después de haber evitado por los pelos una colisión frontal con un camión.

– Maldita sea, Bosch, por unos instantes he sentido que estaba viviendo una pesadilla.

Bosch asintió. Él sabía mucho de pesadillas.

– Edgar ha subido a abrirnos camino. Va a preguntarle al teniente si es posible que usted suba y nos haga una lectura de la escena del crimen. Si todavía está dispuesto.

– Excelente -dijo, aunque su entusiasmo ya era escaso.

Después de aquello se sentaron en silencio. Bosch sacó su tabaco y se encontró el paquete vacío. Volvió a meter el paquete en el bolsillo para no dejar pruebas falsas en la papelera.

No le apetecía seguir hablando con Locke. En lugar de hacerlo, se dedicó a mirar a otro lado y a observar por la ventana la actividad que había en la calle. La aglomeración de medios se había dispersado después de la rueda de prensa. En aquel momento, algunos de los periodistas de televisión estaban grabando la información con la «casa del crimen» al fondo. Bosch veía desde allí que Bremmer entrevistaba a los vecinos de enfrente y tomaba notas atropelladamente en su libreta.

Edgar entró y dijo:

– Arriba está todo listo para que suba.

Con la mirada fija en la ventana, Bosch dijo:

– Jerry, ¿puedes acompañarlo arriba? Acabo de darme cuenta de que tengo algo que hacer.

Locke se puso en pie y miró a los dos detectives.

– Que les jodan -dijo-. A los dos, sí, que les jodan… Bueno, ya está, necesitaba decirlo. Ahora ya podemos olvidarnos de todo y ponernos a trabajar.

Atravesó la habitación en dirección a Edgar. Bosch lo detuvo en la puerta.

– ¿Doctor Locke?

El psiquiatra se volvió hacia Bosch.

– Cuando atrapemos a ese tipo, él querrá recrearse, ¿verdad?

Locke se quedó pensando un instante y dijo:

– Sí, se sentirá muy bien consigo mismo, con sus logros. Puede que ésa sea la parte más dura para él, mantenerse callado cuando le convenga. Querrá presumir.

Locke y Edgar salieron y Bosch se quedó mirando por la ventana unos minutos más antes de levantarse.

Algunos de los periodistas que conocían a Bosch se abalanzaron sobre la cinta amarilla y comenzaron a formularle preguntas a voces cuando salió. El se agachó para pasar por debajo de la cinta y dijo que no podía hacer declaraciones y que el subdirector Irving no tardaría en salir. Eso pareció apaciguarlos temporalmente y le permitió encaminarse por la calle hacia su coche.

Sabía que Bremmer era todo un maestro en el arte de separarse del grupo. Dejaba que los demás fueran en manada e hicieran lo que tuvieran que hacer y luego él iba después, solo, a conseguir lo que quería. Bosch no se equivocaba. Bremmer apareció junto al coche.

– ¿Ya te vas, Harry?

– No, sólo he venido a buscar una cosa.

– ¿Está feo el asunto ahí dentro?

– ¿Es oficial o extraoficial?

– Como prefieras.

Bosch abrió la puerta del coche.

– Extraoficialmente, sí, el asunto ahí dentro es bastante feo. Oficialmente, sin comentarios.

Se inclinó dentro del coche e hizo alarde de buscar algo en la guantera y no encontrar lo que quería.

– ¿Cómo llamáis ahora a este tipo? Bueno, ya sabes, quiero decir, desde que atraparon al Fabricante de Muñecas.

Bosch salió del coche.

– El Discípulo. Pero eso también es extraoficial. Pregúntale a Irving.

– Ah, tiene gancho.

– Sí, me imaginé que a los periodistas os gustaría.

Bosch sacó el paquete de tabaco vacío del bolsillo, lo arrugó, lo tiró dentro del coche y cerró la puerta.

– ¿Me invitas a un cigarrillo?

– Claro.

Bremmer sacó de su cazadora un paquete blando de Marlboro y le dio unos golpecitos para ofrecerle uno a Bosch. Luego le dio fuego con un Zippo. Con la mano izquierda.

– Vaya asco de ciudad ésta, eh Harry.

– Sí, esta ciudad…

Capítulo 31

A las siete y media de aquella tarde, Bosch estaba sentado en el Caprice en el aparcamiento trasero de St. Vibiana, en el centro de Los Ángeles. Desde su posición, divisaba media manzana de la Segunda, hasta la esquina con Spring. Sin embargo, no alcanzaba a ver el edificio del Times. Claro que tampoco importaba. Sabía que todos los empleados del periódico que no tenían el privilegio de aparcar en el garaje de los directivos tenían que atravesar la esquina de Spring con la Segunda para llegar a uno de los aparcamientos de empleados que estaban a media manzana. Esperaba a Bremmer.

Después de abandonar la escena del crimen, Bosch se había ido a casa y había dormido un par de horas. Luego había estado dando vueltas por su casa de la montaña, pensando en Bremmer y verificando la perfección con que encajaba en el perfil. Llamó a Locke y le hizo unas cuantas preguntas generales más sobre la psicología del Discípulo. Pero a Locke no le habló de Bremmer. No se lo dijo a nadie, ya se habían equivocado dos veces y no podía cometer más errores. Se le ocurrió un plan, después pasó por la comisaría de Hollywood para echar gasolina al Caprice y coger el material que iba a necesitar.

Y en ese momento estaba esperando, observando el goteo constante de vagabundos que caminaban por la Segunda. Se dirigían, como siguiendo la llamada de una sirena, hacia la misión de Los Ángeles, a unas cuantas travesías de allí, en busca de cena y una cama para dormir. Muchos empujaban un carrito de la compra con sus pertenencias.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Rubia de Hormigón»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Rubia de Hormigón» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Connelly - The Wrong Side of Goodbye
Michael Connelly
Michael Connelly - Murder in Vegas
Michael Connelly
Michael Connelly - The Crossing
Michael Connelly
Michael Connelly - The Drop
Michael Connelly
Michael Connelly - The Fifth Witness
Michael Connelly
Michael Connelly - Nueve Dragones
Michael Connelly
Michael Connelly - Cauces De Maldad
Michael Connelly
Michael Connelly - Cmentarzysko
Michael Connelly
Michael Connelly - The Scarecrow
Michael Connelly
Michael Connelly - Angels Flight
Michael Connelly
Отзывы о книге «La Rubia de Hormigón»

Обсуждение, отзывы о книге «La Rubia de Hormigón» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x