Hugo Ardiles - Regreso Al Tíbet

Здесь есть возможность читать онлайн «Hugo Ardiles - Regreso Al Tíbet» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Regreso Al Tíbet: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Regreso Al Tíbet»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Regreso Al Tíbet — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Regreso Al Tíbet», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Hasta ahora mi viaje al Tíbet estaba saliendo casi solo, sin que yo hiciera ningún esfuerzo. ¿No estaba precisamente siguiendo la energía así? El viaje no se realizaría como me lo había imaginado pero dejaría que se fuese construyendo solo, con lo que las circunstancias me fueran proporcionando. Iríamos a la India, a Tashi Yong, y cumpliríamos una parte del viaje, pero tal como se tendría que dar si dejábamos que la energía funcionara por sí misma. Por algún motivo desconocido las cosas se estaban dando de esta manera. Tenía que aceptarlo y ajustarme a estas nuevas directivas cuyo origen también ignoraba, igual que el motivo de mi viaje.

Otra de las situaciones que tuve que resolver en mi interior fue lo siguiente: hacía menos de un año que tenía una nueva pareja, Andrea, una chica mucho más joven que yo, de quien me había enamorado profundamente. En ese momento no nos era fácil separarnos por casi tres meses. Tanto ella como yo sentíamos dolor, pero para mí era más fácil, puesto que iba a una aventura de la cual estaba seguro de volver mejor. Finalmente, en los últimos días descubrí que ella estaba tomando la decisión de apartarse de mí por miedo a que en mi viaje yo descubriera motivos para separarme de ella. Tuvimos que hacer juntos una elaboración interior muy especial para poder irme dejándola con tranquilidad de continuidad. No podía evitar relacionar a Andrea con la chica de la "regresión de la India ". Esta asociación llevaba implícito un objetivo de cambio kármico para mi vida actual. Estaba dispuesto a modificar mi actitud frente a la mujer y lograr una estabilidad más allá de encuentros transitorios. Desde lo profundo sabía que esto significaba miedo a la mujer, miedo al compromiso, miedo a la sexualidad… Y estaba dispuesto a hacer el cambio que fuera necesario.

El 17 de marzo de 1991 partí para Londres con Raquel, mi amiga de budismo. En el aeropuerto, conmoción de mis hijos y mis compañeros, llantos de Andrea, ansiedad indescriptible en mí. Pero al final partimos. Como nuestro viaje era muy largo, conseguimos asientos en el upper-deck, la parte superior del avión, que en otras empresas es el llamado business class, en donde el ámbito es más chico pero mucho más cómodo que en los grandes salones del Jumbo, donde la gente viaja como dentro de un cine. Allí éramos sólo veinte pasajeros y podíamos movernos con facilidad, hablar durante todo el tiempo de nuestros proyectos en la India, leer sobre budismo, intercambiarnos apuntes y libros. Estábamos muy ansiosos; sabíamos que íbamos a algo importante, aunque sin entender del todo cómo habían sucedido las cosas para que al final estuviéramos ya allí, volando juntos "hacia lo desconocido".

Llegamos a Londres muy descansados. Yo había estado allí diez años atrás. En aquel entonces había llegado a conocer a fondo la ciudad y me movía fácilmente por ella. Me encontraba ahora en Londres como en una ciudad amiga. Teníamos que quedarnos dos días hasta tomar el avión que nos llevaría a Delhi.

De nuevo quedé encantado con la vida en Londres, donde todo está en orden, donde todo funciona. Y fue muy importante para Raquel y para mí movernos durante esos dos días en mutua compañía, yendo y viniendo de un lugar a otro juntos, aunque no fuéramos una pareja. Vivíamos cada experiencia como dos buenos amigos y a veces los demás nos creían un matrimonio. Fuimos a conciertos, a museos, a restaurantes y finalmente nos encontramos de nuevo en otro avión rumbo a la India. Otras doce horas, nuevamente en upper-deck, muy cómodos y conmovidos hasta los huesos.

A la madrugada pasamos por Afganistán, por sobre la soledad del desierto montañoso, en donde la arena, con aspecto de olas de mar movidas por el viento, me traía a la mente el lugar donde, a pocos kilómetros de allí, se había desarrollado hasta días antes la guerra del Golfo. "¿Cómo será la India?", me volvía a preguntar. "¿Cómo sería ese extraño país sobre el que sólo tenía fantasías?".

Desde el aire, a la India le faltaba color. El verde era seco y las pocas montañas por las que pasábamos se veían peladas y con caminos muy estrechos, serpenteando por los valles. Lo que estaba abajo era la tierra de Gandhi, el lugar donde se había desarrollado la maravillosa filosofía hindú, donde había nacido el hinduismo, la patria de yogananda, de Tagore, de Krishnamurti y de tantos seres admirables que conservaba dentro de mi corazón. Pero tenía un nudo en el estómago: mi regresión de la India me había mostrado un país difícil y no tan lindo como a veces lo pintaban. "Nunca quise venir a la India ", me repetía, "¿cambiará mi impresión y lograré conectarme con las maravillas de este país?".

Ya al llegar las cosas resultaron diferentes de lo que había imaginado, pero semejante a lo temido. Al pisar tierra india sentí el clima como una agresión. Muchísimo calor, seco y asfixiante. Y también percibimos agresión en todo lo que nos rodeaba. Los empleados del aeropuerto trataban mal a los pasajeros. No estábamos acostumbra-dos a ello, y menos viniendo de Londres. Me di cuenta de que la amabilidad y la seguridad no eran precisamente lo que predominaba en Delhi. Los de la aduana, al tomarnos los datos parecían enojados y sin ganas de trabajar. Se disgustaban por todo. Nos hacían cambiar de una fila a otra sin darnos ninguna explicación. Eran autoritarios y parecía que los molestábamos con nuestra sola presencia.

Me impresionaba lo diferente que era esa gente de los occidentales. La mayoría estaban vestidos de manera extraña: los hombres con telas blancas a la manera de "chiripás", con sandalias o descalzos. Algunos usaban turbantes de colores y otros pocos, pantalones europeos. La tez de la gente era mucho más oscura de lo que había imaginado. La diferencia de color dio pie para la segregación que los ingleses mantuvieron durante la colonia y que todavía persiste a pesar de que los indios son ahora los dueños del país. En apariencia, las mujeres indias tienen muy poca influencia europea. Conservan el tí-pico "sari" de telas de colores, diferentes tipos de sandalias y llevan todas en la frente un pequeño círculo pintado con polvo de carmín rojo, por coquetería. Antes representaba el tercer ojo (el centro frontal). Para mí todo era motivo de curiosidad, y de malestar, sin saber bien el por qué.

Después de varios trámites rutinarios en un clima emocional de tensión, salimos al hall de acceso. Las puertas de entrada estaban cerradas y custodiadas por policías armados que impedían entrar a los de afuera. A través de los vidrios se veía cantidad de gente amontonada mirando hacia adentro, muy pobremente vestida. En el camino hacia la salida se me acercó un hombre y me preguntó si quería un taxi y me señaló una ventanilla donde decía en inglés "taxi prepago". Cuando le pregunté por qué tenía que tomar ese tipo de taxi el hombre montó en cólera. Me contestó que si no quería que no lo hiciera. "Salga, salga allá afuera", me gritaba, mitad en hindi y mitad en un inglés muy extraño, "ya va a ver lo que le sucede". Otro señor que estaba en el mostrador del taxi prepago me llamó y más amablemente me explicó que si yo les indicaba a dónde iba y pagaba allí, tendría seguridad de que me llevarían a mi hotel. Ellos tomarían mi nombre, número de pasaporte y dirección para que el taxista no pudiera estafarme.

Afuera el calor era mucho más intenso, casi insoportable. La gente nos rodeó: algunos pedían limosna, otros ofrecían cambio de dinero, taxis, scooters (taxis con motoneta delante y una pequeña cabina detrás, sólo para dos personas), ropas, juguetes. No faltaban los que nos mostraban los muñones de sus manos cortadas para conmovernos. Pero lo único que queríamos era llegar hasta la otra oficina de afuera en donde nos indicarían qué auto nos correspondía. Finalmente llegamos hasta un taxi abriéndonos camino entre la gente, arrastrando nuestro equipaje. El chófer cargó las valijas y nos llevó en su auto, viejo y medio destartalado, por entre la muchedumbre que pedía cosas desde la calle, a través de los vidrios de las ventanillas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Regreso Al Tíbet»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Regreso Al Tíbet» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Regreso Al Tíbet»

Обсуждение, отзывы о книге «Regreso Al Tíbet» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x