Michael Peinkofer - La llama de Alejandría

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Peinkofer - La llama de Alejandría» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La llama de Alejandría: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La llama de Alejandría»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En 1882, la joven aristócrata inglesa Sarah Kincaid viaja a un simposio sobre arqueología en París. Allí, gracias al hipnotizador Maurice du Gard, descubre que su padre, quien realiza una misión secreta para el gobierno británico, corre peligro, y pese a las reticencias de lord Kincaid decide salir en su rescate. De París a Alejandría, pasando por Malta, y perseguida por un misterioso asesino, Sarah encuentra finalmente a su padre. En una Alejandría rota por la guerra, en plena revuelta de Urabi y bombardeada por los británicos, padre e hija se adentrarán en las catacumbas de la ciudad en busca del que quizá sea el mayor misterio de la Antigüedad: la Biblioteca sumergida de Alejandría.

La llama de Alejandría — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La llama de Alejandría», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Un azul profundo la invadía, la penumbra de una noche estrellada. Miró a su alrededor y vio que estaba rodeada de paredes altísimas de roca; echó atrás la cabeza (con lo cual el dolor volvió a martillearla) y entonces pudo distinguir en lo alto una abertura circular con el contorno dentado, por encima de la cual se divisaba una luna menguante en el cielo. Unos escalones labrados en la roca y cubiertos por una costra de coral y conchas ascendían en espiral hasta una lejanía inalcanzable.

Un misterioso borboteo la hizo volver en sí completamente.

El origen del ruido era una balsa de agua salada que se abría en el centro de la cueva y, por lo que permitía distinguir la luz de la luna, de una profundidad insondable. Unas burbujas espumosas subían a la superficie como salidas de las fauces de una bestia voraz. Sin embargo, lo que más asustó a Sarah fueron los huesos blancos que yacían esparcidos alrededor de la balsa. Huesos humanos, restos de otros cautivos…

Sarah intentó mover las extremidades; no lo consiguió. Las ligaduras con que la habían atado a una roca abarrotada de moluscos le apretaban tanto que apenas le permitían algún movimiento. Con mucho esfuerzo, finalmente consiguió girar la cabeza y entonces se dio cuenta de que no estaba sola en la cueva.

Con una mezcla de espanto y alivio, constató que la situación de Maurice du Gard era tan precaria como la suya: él también estaba atado de pie a una roca, solo llevaba puestos los calzones de algodón y tiritaba de frío. Tenía la sien derecha cubierta de sangre seca y el semblante tan lívido y decaído como la luna. En resumidas cuentas, el francés ofrecía un aspecto bastante lastimoso, pero eso no le impidió esbozar una débil sonrisa.

– En mi país -dijo con voz ronca-, a estos parajes los llamamos oubliettes , «lugares de los olvidados». La expresión parece acertada, porque mucho me temo que nos han traído aquí precisamente con ese objetivo.

– Eso parece -convino Sarah lúgubremente.

Mon Dieu , Kincaid. Tengo la sensación de que una máquina de vapor me está aplastando el pecho.

Sarah también se esforzó por sonreír. Hacía tan solo unos días, la autocompasión interpretada por Du Gard no habría despertado más que su desdén; sin embargo, ahora le dolía verlo de aquella manera. La noche que habían pasado juntos se le antojaba muy lejana. Unos recuerdos fragmentados se le clavaban como astillas en la conciencia y le causaban dolor al respirar.

– Es por el éter -replicó la joven-. Respira hondo y pronto se te pasará.

Mon Dieu -volvió a decir Du Gard-. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Apenas recuerdo nada…

– Yo sí -afirmó Sarah, y le resumió lo que había sucedido desde la primera vez que despertó y lo que le había contado el misterioso esbirro.

Mon Dieu . -Al pronunciarlas por tercera vez, estas palabras ya no sonaron a expresión huera, sino a maldición o a jaculatoria; tal vez las dos cosas a la vez-. ¿Quién es ese impertinente que nos ha arrastrado a este sombrío lugar?

– No lo sé -contestó Sarah con un hilo de voz.

– ¿Y llevaba capucha?

– Efectivamente.

– ¿Y no le has podido ver la cara? ¿En ningún momento?

Sarah dudó durante un breve instante. ¿Debía contarle a Du Gard lo que había visto? ¿Lo que creía haber visto?

– No -aseguró con contundencia.

Minee alors . ¿Quién será ese individuo? ¿Y cómo sabe todas esas cosas? ¿Para quién trabaja?

– Tampoco lo sé. -Sarah meneó la cabeza-. Solo dijo que tenía la misión de destruir la Biblioteca de Alejandría y que no permitiría que nadie lo detuviese, ni mi padre ni yo. A lo mejor actúa por su cuenta y solo nos enfrentamos a un loco terriblemente peligroso.

– No creo -replicó Du Gard-. Me parece que sé para quién trabaja ese majadero.

– ¿En serio?

Alors , Kincaid, ¿estás ciega? Aparte de monsieur Verne y de nosotros dos, solo otra persona está informada de nuestro viaje a Marsella…

– ¿No pensarás que…?

Naturellement , ¿quién más podría ser? -gruñó Du

Gard-. Fue un error implicar a Hingis. Nos ha traicionado, ga saute aux yeux . -No lo creo.

Pourquoi pas ? ¿No dijiste que Friedrich Hingis era un intrigante sin escrúpulos?

– Lo dije y mantengo mi opinión -concedió Sarah-. Pero no creo que tenga nada que ver con esto. En primer lugar, porque el encapuchado sabía cosas que es imposible que Hingis sepa. En segundo lugar, porque, desde la perspectiva de Hingis, sería demasiado pronto para quitarnos de en medio. Al fin y al cabo, aún no sabe cómo está organizado el viaje en detalle y nos necesita para llegar a Alejandría. Y en tercer lugar…

– ¿Sí? -inquirió Du Gard al notar que Sarah vacilaba.

– … ya tuve un encuentro con el encapuchado -confesó con la boca pequeña.

Pardonne-moi ?

– He dicho que ya tuve un encuentro con el encapuchado -repitió Sarah.

– ¿Cuándo y dónde fue?

– En Montmartre. La noche en que fui a ver tu actuación.

Maispourquoi … ¿Por qué no me lo dijiste?

– Porque no estaba segura. Me persiguió una sombra enorme y oscura, pero cuando logré escapar, la amenaza no me pareció… real.

– ¿Real? Un gigante encapuchado te persigue en mitad de la noche, ¿y eso no te parece suficientemente real? ¿Cuánto más real tenía que ser en tu opinión?

– Fue un error -reconoció Sarah-. La verdad es que en París me sentí observada todo el tiempo. El encapuchado sabía que yo tenía el artefacto y ha esperado el momento oportuno para arrebatármelo.

Oui -asintió Du Gard malhumorado, y echó una mirada a su cuerpo semidesnudo-, el momento oportuno, c'es' vrai . O sea, que no sabemos nada, ¿no? Ni en manos de quién estamos ni adonde nos han traído.

– A Malta -dijo Sarah lisa y llanamente.

Quoi ?

– A Malta -repitió-. Una isla en el sur del Mediterráneo, colonia de la Corona británica, por más señas.

D'accord , sé dónde está -proclamó Du Gard agriamente-. ¿Cómo sabes que estamos en Malta?

– Es bastante obvio -contestó Sarah-. El encapuchado mencionó el año 1565 y la invasión turca a las órdenes de Dragut Rais.

– ¿Y?

– Nuestro verdugo anónimo pensó que yo no lo sabía, pero aquel año Malta fue atacada por la flota turca -explicó Sarah-. Después de sufrir un largo asedio, los caballeros de la Orden Hospitalaria de San Juan, que dominaban la isla en aquella época, consiguieron repeler el ataque y Dragut Rais encontró la muerte.

– Eso no explica por qué crees que estamos en Malta -objetó Du Gard.

– El encapuchado siguió hablando y contó que, en la batalla, el codicubus encontró nuevos dueños que lo guardaron hasta que Bonaparte acabó con su dominio… Y solo podía referirse a los grandes maestres de la orden que Napoleón expulsó de la isla a finales del siglo pasado. Ellos protegieron el codicubus durante generaciones y crearon un lugar donde poder abrirlo para que revelara su misterio, y ese lugar no es otro que la cripta tenebrosa donde me encerraron. Por eso supongo que estamos en Malta.

– Todo eso está muy bien, pero significaría que hemos pasado varios días inconscientes.

– Según mis cálculos, casi una semana -convino Sarah-. Al menos es lo que se tardaría en ir de Orleans a Marsella y desde allí hasta Malta en barco.

– Pero ¿cómo es posible? No recuerdo…

– Supongo que, cada vez que amenazábamos con recobrar plenamente el conocimiento, volvían a anestesiarnos.

Nos han dado de comer y no han dejado de interrogarnos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La llama de Alejandría»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La llama de Alejandría» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Peinkofer - Das Buch Von Ascalon
Michael Peinkofer
Michael Peinkofer - Las puertas del infierno
Michael Peinkofer
Michael Peinkofer - Trece Runas
Michael Peinkofer
Michael Connelly - Llamada Perdida
Michael Connelly
Ana María Alonso Ramos - Una misión llama-da A.M.A.R
Ana María Alonso Ramos
Raúl Micieli - Llama Violeta
Raúl Micieli
Saint Germain - La Llama Violeta
Saint Germain
Annabelle Sami - Llama Out Loud!
Annabelle Sami
Rose Impey - Llama Drama
Rose Impey
Отзывы о книге «La llama de Alejandría»

Обсуждение, отзывы о книге «La llama de Alejandría» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x