José Somoza - El Cebo

Здесь есть возможность читать онлайн «José Somoza - El Cebo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Cebo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Cebo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Madrid. Un brutal atentado terrorista. Un futuro desolador.
El Espectador, el mayor y más salvaje homicida de todos los tiempos, anda suelto. La policía va en su búsqueda. Los métodos policiales han cambiado. La tecnología no funciona. Tiene que buscar dentro, en la mente, en los deseos del asesino. Para ello utilizan cebos, expertos en conductas humanas, entrenados para conocer las filias de los delincuentes y manipularlas a través de máscaras. Diana Blanco es la mejor, la más prepaparada, la única que puede atrapar al Espectador.
Cuando la protagonista descubra que su hermana ha sido secuestrada por el asesino, iniciará una carrera contrarreloj para salvarla que la conducirá a la guarida del monstruo.
A partir de este momento se desencadena un trepidante juego de sospechas que llevará a la protagonista a un sorprendente final lleno de acción y erotismo.

El Cebo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Cebo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Tras presentarse de manera oficial, no había parado de hacerme preguntas técnicas, que yo procuraba responder, en parte, porque su compañía me resultaba agradable.

– ¿Y Shakespeare? ¿Qué pinta en todo esto?

– Es solo una teoría de Gens, pero muchos la admiten… -Y me enrollaba.

– Comprendo -repetía Seseña tras escucharme. Estaba sentado a los pies de la cama de mi espaciosa habitación de hospital. Era un hombre realmente guapo, pero a diferencia del perfi Nacho Puentes no parecía vivir de contemplarse constantemente en el espejo-. Por cierto, ¿cuál es mi filia? ¿Puedes saberlo nada más verme? -Le dije que creía que era fílico de Aura y pareció impresionado-. ¿Y eso qué significa?

– La filia de Aura significa que tus ojos miran siempre a mi alrededor, examinan el decorado antes que a la persona. Hiciste eso al entrar en esta habitación: lo miraste todo antes de saludarme. Y cada vez que te hablo te mueves un poco. Te inquieta obtenerme de manera aislada, saber que existo fuera de un contexto… Necesitas encajar a los demás en una imagen prefabricada. La obra que habla de ella es Antonio y Cleopatra: los protagonistas no están enamorados el uno del otro, según Gens, sino de las imágenes y el contexto que cada uno representa para el otro. Son dos fílicos de Aura.

– Puedo quedarme inmóvil aunque me hables -propuso, sonriendo.

Yo sonreí también, encantada con su ingenuidad.

– Sí, pero… ¿Ves? He comenzado a decir «sí», y has parpadeado dos veces seguidas muy rápido, lo cual también es síntoma de Aura… Resulta imposible hacer algo en contra de nuestro psinoma… Sería más fácil parar el corazón a voluntad.

– Comprendo.

En ese instante Padilla intervino con su brusquedad habitual.

– Perdona, Gonzalo, ¿y si dejas para otro día la segunda parte de «Todo lo que quiso saber sobre el psinoma y nunca se atrevió a preguntar»? Mi chica está agotada…

– Disculpa, Julio -cortó Seseña con suave firmeza-, pero soy nuevo en esto y ya tengo a una legión de abogados detrás de mí queriendo saber por qué su cliente, el afamado director de AZ-Sec, pudo suicidarse golpeándose la cabeza cincuenta veces contra el suelo… ¿Qué te parece si les doy tu teléfono y respondes tú?

– ¡Por Dios, Gonzalo! -barbotó Padilla-. ¡El «afamado director» se cargó a más de veinte muchachas solo en Madrid! ¡Y si contamos con su etapa de Bruselas, podría entrar en la nómina de las Grandes Bestias, con Chikatilo y compañía!

– No estoy diciendo que…

Pero Padilla ya estaba suelto y nada podía pararlo.

– ¡Y su querido niño, el hijo de los Monster, el que ahora está liado con cubos de plástico y rodeado de psicólogos! ¿Sabes lo que quería hacer ese angelito de las rastas?

– Diana ya sabe lo que quería hacer, y yo también -dijo Seseña.

Era cierto. No solo lo sabía, sino que cada vez que lo oía mencionar mi cuerpo volvía a arder. Había ardido veinte veces en la imaginación mientras aquella cerilla volaba hacia mí. Solo me había salvado el simple hecho de que mi agresor era un niño. Un adulto jamás habría pretendido golpearme con el fósforo: lo habría dejado caer en el charco de gasolina. Pero Pablo era un niño, a fin de cuentas, y me lanzó el proyectil como si yo fuese un mutante en un juego virtual. «¡Muere, monstruo!» La cerilla se apagó como una estrella fugaz en mitad del trayecto, ni siquiera me rozó. Fue una especie de milagro. Ello me permitió correr hacia él y reducirlo intentando no hacerle daño.

Pero el daño ya estaba hecho, y era mucho mayor que la pérdida de mi meñique izquierdo o la posibilidad de haber sido quemada viva: era aquella carita tersa convertida de repente en el rostro de una barracuda dando dentelladas en el aire, mientras yo sujetaba su cuerpo con el mío desnudo y empapado de gasolina. El peor daño era aquello en que se había transformado Pablo. Si el Espectador merecía la condena eterna, razonaba, era por esa única víctima. Porque, a diferencia de las chicas torturadas, el niño no había tenido otra vida antes. Ni tendría otra después; residiría para siempre en el infierno que su padre le había construido.

Cuando el huracán Padilla perdió fuerza, Gonzalo Seseña restauró la calma.

– Solo pretendía entender de qué va todo esto, Julio… El asesino más peligroso que ha tenido Madrid desde hace años ha sido capturado con métodos, digamos, poco convencionales… Necesito conocer el terreno que piso… -Se levantó de la cama y miró a su alrededor («mirada de palacio», como definía Gens esa cualidad del Aura). Luego me sonrió-. Siento haberte hecho tantas preguntas. Sé que debes descansar. -Tras felicitarme «en nombre del presidente y el ministro», huyó con sus guardaespaldas.

Padilla meneó la calva cabeza cuando nos quedamos solos.

– Este Seseña tiene más mierda dentro que un baño público en un festín de espinacas -rezongó-. Pero puedo entenderle, el cabrón de Leman era uno de los expertos en seguridad informática que consultaba nuestra gente… Resulta que teníamos la víbora bajo el culo, y no lo sabíamos… A veces me pregunto si sería posible que uno de vosotros apareciera en el Congreso de Diputados, hiciera una máscara y convenciera a todos los partidos políticos de que necesitamos hacer lo que hacemos. ¿Cómo estás?

– Cansada, pero mejor -reconocí.

– Siento no haber podido venir antes. El viernes, cuando te trajeron, estabas para el arrastre, y ayer sábado tuvimos reunión de urgencia en el ministerio para dar carpetazo al asunto del Espectador… -Dije que lo comprendía, y Padilla pareció animarse-. ¿Qué tal, princesa? Ya veo que rodeada de ramos de flores… ¿Te tratan bien? ¿Te dan sopa de albóndigas y cocido madrileño? -Se acercó con las manos cruzadas en el vientre y bajó la voz-. Ahora que se ha ido el capullo ese, te diré en confianza que Martos quiere darte una medalla, una orden o algo así… Todo se hará en privado, claro, pero están que te besan el culo… Y hacen bien, los cabrones. -Me guiñó un ojo y sonrió-. Oye, ¿sabes que estás muy guapa? Te imaginaba con peor aspecto…

– Cuánto lamento decepcionarle.

– No seas idiota. Te felicito, de veras. Menuda captura. Chapeau.

– Gracias.

Julio Padilla, siempre torpe con el cariño, se sumió en un silencio incómodo. Era un hombre corpulento, casi tan ancho como alto, de cabeza perfectamente rapada, ojos grises y facciones de perro de presa emergiendo de jerséis de cuello vuelto. Conocía bien a los cebos, pero su veteranía al frente de Psicología Criminal se debía a un innegable talento para echar balones fuera, así como a su carácter frío cubierto por un hábil barniz emocional. Se decía que le había influido mucho el accidente que había dejado a su hija paralítica. Sin embargo, era fílico de Petición, como Vera, y le encantaba sentirse indispensable y atender ruegos. En ese momento lo complací.

– No quiero medallas -murmuré-. Solo quiero saber dónde está mi hermana.

– Joder, reina, ojalá lo supiéramos. Han escaneado toda la zona alrededor de esa puta casa en la sierra. Mañana lunes rastrearán el embalse cercano. Te juro que…

Lo interrumpí sin elevar la voz, desde la cama, mirándolo a los ojos.

– El Espectador no la secuestró, Julio. Ni a Elisa Monasterio tampoco.

– ¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

– Él me lo dijo -respondí, dubitativa.

– ¡Anda, coño! ¿Y qué más te dijo? ¿Que quería casarse contigo? ¡Era un psico! ¡Te hubiese dicho que eras la emperatriz de Egipto, si con ello…!

– No tenía por qué mentirme en eso. Y nunca ha hecho desaparecer los cuerpos, ni las ha eliminado en un solo día. El cadáver de esa chica húngara aún estaba allí…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Cebo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Cebo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


José Somoza - Clara y la penumbra
José Somoza
Jose Somoza - Art of Murder
Jose Somoza
Clifford Simak - Il cubo azzurro
Clifford Simak
Jaspreet Singh - Chef
Jaspreet Singh
José Somoza - La Caja De Marfil
José Somoza
José Somoza - Dafne desvanecida
José Somoza
José Somoza - Silencio De Blanca
José Somoza
José Somoza - Zigzag
José Somoza
Отзывы о книге «El Cebo»

Обсуждение, отзывы о книге «El Cebo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x