Harlan Coben - Golpe de efecto

Здесь есть возможность читать онлайн «Harlan Coben - Golpe de efecto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Golpe de efecto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Golpe de efecto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Valerie Simpson, joven estrella del tenis norteamericano, quiere a Myron Bolitar como su agente. Va a reaparecer y está dispuesta a olvidar su pasado. Bolitar ya se ha hecho un nombre en el tenis profesional representando a Duane Richwood, futuro número 1 del circuito masculino y que está a punto de granar el USA Open. Pero alguien no está dispuesto a ver resugir a Valerie Simpson. ¿Por qué matarla ahora, durante el USA Open? No hay más pistas que su última llamada telefónica. A Duane Richwood. Bolitar desconocía que ambos fueran amigos y comenzará a buscar el punto exacto en el que se conocieron. ¿Quién es realmente Richwood? ¿Por qué miente? Pero la Policía cierra el caso deteniendo a un falso culpable. Hace seis años el novio de Valerie, el hijo de un conocido senador, fue también asesinado por un delincuente callejero. Y ahora el senador quiere que Bolitar deje de investigar. La verdad es a veces mortal. Venganzas, odios y duelos protagonizan la segunda novela del fascinante y complejo Myron Bolitar.

Golpe de efecto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Golpe de efecto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Krinsky hizo como que asentía. Menudo adlátere.

– Pero ahora acabamos de enterarnos de que su cliente se la follaba.

– ¿Tienes alguna prueba?

– Ni falta que me hace, Myron. Me importa una mierda. Estoy buscando a quien le disparó, no a quien se la tiró.

– Estás hecho un poeta, Rolly.

– Que le den por culo, no estoy de humor para sus ingeniosos comentarios.

Myron les saludó tímidamente con la mano al pasar.

– Ha sido un placer hablar contigo, Krinsky.

Krinsky hizo un gesto afirmativo con la cabeza.

Myron llamó al timbre, que emitió un sonido espectacular, parecido al de una orquesta. Chaikovski, tal vez. O tal vez no. Le abrió la puerta un hombre de unos treinta años. Llevaba camisa Oxford color rosa abierta en el cuello. Ralph Lauren. Tenía un gran hoyuelo en la barbilla. Y el pelo tan negro que era casi azul, como el de Superman en los cómics.

El hombre se quedó mirando a Myron como si fuera un vagabundo orinándose en la entrada.

– ¿Sí?

– He venido a ver a la señora Van Slyke.

La madre de Valerie había vuelto a casarse.

– Ahora no es buen momento.

– Estaba citado con ella a esta hora.

– Tal vez no me haya oído bien -dijo en ese tono tan altivo y tan parecido al de Win-. Ahora no es buen momento.

– Dígale por favor a la señora Van Slyke que ha venido a verle Myron Bolitar -insistió Myron-. Me está esperando. Windsor Lockwood habló anoche con ella.

– La señora Van Slyke no piensa recibir hoy a nadie. Ayer asesinaron a su hija.

– Ya lo sabía.

– Entonces comprenderá que…

– Kenneth… -se oyó decir a una voz de mujer.

– No pasa nada, Helen -dijo el hombre-. Ya me ocupo yo.

– ¿Quién es, Kenneth? -dijo la voz.

– Nadie.

– Myron Bolitar -dijo Myron.

Kenneth le lanzó una mirada airada y él se resistió a la tentación de sacarle la lengua, cosa que no le resultó fácil.

La mujer apareció en el vestíbulo. Iba toda vestida de negro. Tenía los ojos rojos y el lagrimal también. Era una mujer atractiva, aunque Myron supuso que probablemente hubiera sido aún más atractiva veinticuatro horas antes. Tendría unos cuarenta y muchos. Llevaba el pelo rubio ligeramente teñido, muy bien peinado y no demasiado decolorado.

– Pase, señor Bolitar, por favor.

– No creo que sea buena idea, Helen -dijo Kenneth.

– No pasa nada, Kenneth.

– Pero necesitas descansar.

– Por favor, le ruego que disculpe a mi marido, señor Bolitar. Sólo trata de protegerme.

¿Marido? ¿Había dicho marido?

Helen lo acompañó hasta un salón ligeramente más grande que la Acrópolis de Atenas. Sobre la chimenea colgaba un retrato descomunal de un hombre con las patillas muy largas y bigotazo de morsa. Daba un poco de miedo. Media docena de apliques en forma de vela iluminaban el salón. Los muebles, pese a ser de buen gusto y estilo antiguo, parecían un tanto desgastados. Lo único que faltaba en aquel salón era el juego de té de plata. Myron se sentó en una silla de época igual de cómoda que llevar un pulmón de acero. Kenneth no le quitaba el ojo a Myron. Seguramente querría asegurarse de que no se metiera un cenicero o cualquier otra cosa en el bolsillo.

Helen se sentó en el sofá frente a Myron y Kenneth se situó de pie tras ella, apoyando las manos en sus hombros. Parecían posar para hacerse una foto. Estaban solemnes. De repente, una niña que tendría si acaso tres o cuatro años, entró trastabillando en el salón.

– Le presento a Cassie -dijo la señora Van Slyke-, la hermana de Valerie.

Myron esbozó una amplia sonrisa y se inclinó hacia la niña.

– Hola, Cassie.

La niña respondió con un berreo tan fuerte que parecía que le hubieran clavado un puñal.

Helen Van Slyke consoló a la pequeña y ella, al cabo de soltar unos cuantos sollozos, dejó de llorar. De vez en cuando se quedaba mirando a Myron desde detrás de sus puñitos apretados. Quizá también estuviera preocupada por los ceniceros.

– Windsor me dijo que es usted agente deportivo -dijo Helen Van Slyke.

– Sí.

– ¿Iba a representar a mi hija?

– Estábamos considerando esa posibilidad.

– No veo por qué no puedes dejar esta conversación para otro día, Helen -interrumpió Kenneth.

– ¿Y por qué quería verme, señor Bolitar? -dijo Helen haciendo caso omiso del comentario de su marido.

– Sólo quería hacerle unas preguntas.

– ¿Qué clase de preguntas? -preguntó Kenneth con desconfianza y en tono despectivo.

– Por favor, continúe -dijo Helen silenciando a su marido con un gesto de la mano.

– Tengo entendido que Valerie fue hospitalizada hace alrededor de seis años.

– ¿Y a usted qué le importa? -dijo Kenneth.

– Kenneth, por favor, déjanos hablar.

– Pero Helen…

– Te lo ruego. Llévate a Cassie a dar un paseo.

– ¿Estás segura?

– Sí.

Kenneth protestó, pero no era capaz de contrariarla. Helen cerró los ojos como indicándole que diera por acabada la discusión y, a regañadientes, Kenneth se llevó a su hija de la mano.

– Es un poco sobreprotector -dijo Helen cuando el marido ya no podía oírla.

– Es comprensible -comentó Myron-, dadas las circunstancias.

– ¿Por qué le interesa el hecho de que Valerie hubiera estado hospitalizada?

– Estoy tratando de atar algunos cabos.

Helen se quedó observándolo un instante y preguntó:

– Está intentando descubrir al asesino de mi hija, ¿verdad?

– Sí.

– ¿Puedo preguntarle el porqué?

– Hay varias razones.

– Dígame una.

– Valerie trató de ponerse en contacto conmigo justo antes de ser asesinada -dijo Myron-. Me llamó al despacho tres veces.

– Eso no es motivo para que usted se sienta responsable.

Myron no dijo nada.

Helen Van Slyke inspiró profundamente y preguntó:

– ¿Y cree que su asesinato tuvo algo que ver con la crisis nerviosa?

– No lo sé.

– La policía está bastante segura de que el asesino de Valerie es un hombre que la acosaba.

– ¿Y usted qué opina?

– No lo sé -dijo ella sin cambiar de expresión-. Roger Quincy parecía ser incapaz de hacerle daño a nadie. Pero supongo que todos dan la misma impresión hasta que ocurre algo así. Solía enviarle cartas de amor sin cesar. Eran bastante dulces, pero un tanto espinosas.

– ¿Todavía las guarda?

– Se las di a la policía.

– ¿Recuerda lo que decían?

– Iban desde las palabras normales de cualquier cortejo hasta la obsesión más absoluta. En algunos casos sólo le pedía una cita. En otros escribía sobre el amor eterno y sobre el hecho de estar destinados a vivir juntos para siempre.

– ¿Y cómo reaccionaba Valerie a esas cartas?

– A veces le daban miedo y a veces la divertían, pero por lo general se limitaba a no hacerles caso. Todos hacíamos lo mismo. Nadie se lo tomaba muy en serio.

– ¿Y Pavel? ¿Estaba preocupado por el tema?

– No demasiado.

– ¿Contrató a algún guardaespaldas para Valerie?

– No. Se negó rotundamente a hacerlo. Pensaba que un guardaespaldas no serviría más que para asustarla.

Myron hizo una pausa. Es decir, Valerie no necesitaba guardaespaldas para protegerse de alguien que la acosaba y, sin embargo, Pavel sí lo necesitaba para protegerse de los padres pesados y de los cazadores de autógrafos. Era algo que daba que pensar.

– Si no tiene inconvenientes, me gustaría hablar de la crisis nerviosa de Valerie.

– Creo que es mejor no tocar ese asunto, señor Bolitar -dijo Helen poniéndose un poco tensa.

– ¿Por qué?

– Fue muy doloroso. No puede imaginarse hasta qué punto. Mi hija sufrió un colapso mental, señor Bolitar. Apenas tenía dieciocho años. Era muy guapa, tenía mucho talento, era una atleta profesional, se mire como se mire estaba triunfando en la vida, y de repente sufrió una crisis nerviosa. Fue muy estresante para todos. Hicimos todo lo posible por ayudarla a recuperarse, para que no saliera en los periódicos y se hiciera público. Hicimos todo lo posible para que no se supiera.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Golpe de efecto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Golpe de efecto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Harlan Coben - Don’t Let Go
Harlan Coben
Harlan Coben - W głębi lasu
Harlan Coben
Harlan Coben - Motivo de ruptura
Harlan Coben
Harlan Coben - Tiempo muerto
Harlan Coben
Harlan Coben - Play Dead
Harlan Coben
Harlan Coben - Caught
Harlan Coben
libcat.ru: книга без обложки
Harlan Coben
Harlan Coben - The Innocent
Harlan Coben
Harlan Coben - Just One Look
Harlan Coben
Harlan Coben - Bez Skrupułów
Harlan Coben
Harlan Coben - Tell No One
Harlan Coben
Harlan Coben - Jedyna Szansa
Harlan Coben
Отзывы о книге «Golpe de efecto»

Обсуждение, отзывы о книге «Golpe de efecto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x