Steve Berry - Los caballeros de Salomón

Здесь есть возможность читать онлайн «Steve Berry - Los caballeros de Salomón» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los caballeros de Salomón: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los caballeros de Salomón»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La poderosa orden medieval de los templarios poseía un conocimiento secreto que amenazaba los cimientos de la Iglesia y cuya revelación podría haber cambiado el rumbo de la Historia. Condenador por herejía, fueron aniquilados en el siglo XIV, y los rastros de su colosal saber se perdieron en el abismo de la Historia. Hasta hoy. Cotton Malone, un ex agente secreto del gobierno americano, se ve envuelto en una persecución a contrarreloj por descifrar ese enigma que los templarios codificaron. Su búsqueda pone al descubierto una peligrosa conspiración religiosa capaz de cambiar el destino de la humanidad y poner en entredicho la veracidad de los Santos Evangelios.

Los caballeros de Salomón — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los caballeros de Salomón», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Alarg ó la mano hacia el cofre, y vio que no estaba cerrado. Levant ó la tapa y descubri ó que su interior estaba lleno, a un lado, de diarios encuadernados en tela, y, al otro, de algo envuelto en una especie de hule. Cuidadosamente, hurg ó con el dedo y decidi ó que, fuera lo que fuera lo que hab ía dentro, era peque ño, duro y numeroso. Dej ó la l ámpara y desdobl ó el pliegue superior.

La luz de nuevo capt ó un centelleo.

Diamantes.

Quit ó el resto del hule y se qued ó sin respiraci ón. El cofre escond ía un joyero.

Sin la menor duda, los saqueadores de cien a ños atr ás hab ían cometido un error cuando pasaron por alto la desvencijada iglesia de Rennes-le-Ch âteau. O quiz ás la persona o personas que eligieron el lugar como su escondrijo hab ían elegido sabiamente.

– La cripta existía -dijo Claridon-. En el diario que tiene usted ahí, acabo de leer que Lars encontró un registro parroquial de los años 1694 a 1726 que habla de la cripta, pero el registro no menciona su entrada. Saunière anotó en su diario personal que había descubierto una tumba. Escribió luego en otra entrada: «El año 1891 lleva a lo más alto el fruto de aquello de lo que uno habla.» Lars siempre pensó que esa entrada era importante.

Malone aparcó el coche a un lado de la carretera y se volvió para mirar a Claridon.

– Así que ese oro y las joyas fueron la fuente de los ingresos de Saunière. ¿Fue eso lo que empleó para financiar la remodelación de la iglesia?

Claridon se rió.

– Al principio. Pero, monsieur, aún hay más cosas en la historia.

Saunière se puso de pie.

Nunca hab ía visto tanta riqueza junta. Vaya fortuna la que hab ía llegado a sus manos. Pero ten ía que rescatarla sin despertar sospechas. Y para hacerlo as í, necesitar ía tiempo. Y no deb ía permitir que nadie descubriera la cripta.

Se inclin ó, recuper ó la l ámpara, y decidi ó que bien pod ía empezar aquella misma noche. Sacar ía el oro y las joyas, ocultando ambas cosas en la casa parroquial. C ómo convertir aquello en moneda útil, pod ía decidirlo m ás tarde. Se retir ó hacia la escalera, echando otra mirada a su alrededor mientras caminaba.

Una de las tumbas llam ó su atenci ón.

Se acerc ó y vio que el nicho conten ía a una mujer. Sus vestiduras de entierro hab ían desaparecido pr ácticamente; s ólo quedaban huesos y el cr áneo. Acerc ó la l ámpara y ley ó la inscripci ón que hab ía debajo:

Marie d’Hautpoul de Blanchefort

Estaba familiarizado con el personaje de la condesa. Era la última de los herederos D’Hautpoul. Cuando muri ó, en 1781, el control, tanto del pueblo como de las tierras de los alrededores, escap ó de las manos de su familia. La Revoluci ón, que lleg ó s ólo ocho a ños m ás tarde, suprimi ó para siempre toda la propiedad aristocr ática.

Pero hab ía un problema.

Regres ó r ápidamente al nivel del suelo. Una vez fuera, cerr ó las puertas de la iglesia y, a trav és de una cegadora lluvia, dio la vuelta apresuradamente al edificio hasta el recinto parroquial y camin ó entre las tumbas, cuyas l ápidas parec ían nadar en la viviente negrura.

Se detuvo ante una que buscaba y se inclin ó.

Al brillo de la l ámpara, ley ó la inscripci ón.

– Marie d’Hautpoul estaba también enterrada fuera -dijo Claridon.

– ¿Dos tumbas para la misma mujer?

– Al parecer, pero su cuerpo estaba realmente en la cripta.

Malone recordó lo que Stephanie había dicho el día anterior sobre Saunière y su amante, que toquetearon las tumbas del cementerio, y luego arrancaron la inscripción de la lápida de la condesa.

– De manera que Saunière abrió la tumba del cementerio.

– Eso fue lo que Lars pensó.

– ¿Y estaba vacía?

– De nuevo, no lo sabremos nunca, pero Lars creía que ése era el caso. Y al parecer la historia apoyaría su conclusión. Una mujer de la categoría de la condesa jamás habría sido simplemente enterrada. La habrían dejado en la cripta, que es realmente donde fue hallado el cuerpo. La tumba de fuera era algo diferente.

– La lápida sepulcral era un mensaje -dijo Stephanie-. Eso lo sabemos. Por ello, el libro de Eugène Stüblein es tan importante.

– Pero si no conocías la historia de la cripta, la tumba del cementerio no despertaría tanto interés. Un monumento conmemorativo más, junto con todos los otros. El abate Bigou era listo. Ocultó su mensaje a la vista de todo el mundo.

– ¿Y Saunière lo descubrió? -preguntó Malone.

– Lars lo creía así.

Malone se volvió hacia delante y puso en marcha el vehículo para volver a la carretera. Recorrieron el último tramo de autopista, y luego torcieron al oeste y cruzaron las rápidas aguas del Ródano. Al frente se encontraban las fortificadas murallas de Aviñón, con el palacio papal alzándose en lo alto. Malone se apartó del concurrido bulevar y entró en el casco antiguo, pasando ante la plaza del mercado que albergaba la feria de libros que habían visitado. Tomó por un camino sinuoso que llevaba al palacio y aparcó en el mismo garaje subterráneo.

– Tengo una pregunta estúpida -dijo Malone-.¿Por qué simplemente alguien no cava bajo la iglesia de Rennes, o utiliza un radar de tierra para verificar la cripta?

– Las autoridades locales no lo permitirán. Piense en ello, monsieur. Si no hay nada ahí, ¿qué pasaría con la mística? Rennes vive de la leyenda de Saunière. Todo el Languedoc se beneficia de ello. Lo último que la gente desea es la prueba de que no hay nada. Se aprovechan del mito.

Malone buscó bajo el asiento y recuperó el arma que le había cogido a su perseguidor la noche pasada. Comprobó el cargador. Quedaban tres balas.

– ¿Es necesario eso? -preguntó Claridon.

– Me siento mucho mejor con ella.

Abrió la puerta y bajó, metiéndose el arma bajo la chaqueta.

– ¿Por qué tenemos que entrar en el Palacio de los Papas? -preguntó Stephanie.

– Ahí es donde está la información.

– ¿Le importaría explicarse?

Claridon abrió su puerta.

– Vengan y se lo mostraré.

XXXIII

Lavelanet, Francia

7:00 pm

El senescal detuvo el coche en el centro del pueblo. Él y Geoffrey habían estado viajando hacia el norte por una serpenteante carretera durante las últimas cinco horas. Deliberadamente habían pasado de largo las poblaciones más grandes de Foix, Quillan y Limoux, decidiendo en su lugar detenerse en una aldea, acurrucada en una protegida hondonada, donde parecían aventurarse pocos turistas.

Después de escapar de la cámara del maestre, salieron a través de los pasajes secretos próximos a la cocina principal, cuya puerta había sido inteligentemente escondida dentro de una pared de ladrillo. Geoffrey había explicado que el maestre le enseñó las rutas usadas durante siglos para escapar. Aunque, los últimos cien años, sólo habían sido conocidas por los maestres, y raras veces utilizadas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los caballeros de Salomón»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los caballeros de Salomón» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los caballeros de Salomón»

Обсуждение, отзывы о книге «Los caballeros de Salomón» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x