David Serafín - Golpe de Reyes

Здесь есть возможность читать онлайн «David Serafín - Golpe de Reyes» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Golpe de Reyes: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Golpe de Reyes»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La tercera novela del comisario Bernal.

Golpe de Reyes — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Golpe de Reyes», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Tomando sorbos de su café, se arrellanó en el lujoso diván tapizado en seda (¡si por lo menos tuviera Eugenia el instinto de Consuelo para la decoración!) y dejó que su atención auditiva vagase entre agudo y agudo del famoso tenor español, el cual de todos los intérpretes modernos que Bernal había oído, era el que más se acercaba, en calidez humana y riqueza de textura, a Caruso, con la posible excepción de Mario Lanza o Bruno Prevedi. Mientras se iba sumergiendo en la modorra de la siesta, intentó preguntarse por qué no se habría limitado Consuelo a ir a una farmacia si tenía un comienzo de gripe; los antibióticos se despachaban tan tranquilamente como si fueran caramelos.

Antes de regresar al despacho aquella misma tarde, Bernal telefoneó a su amigo de la infancia el inspector Ibáñez, que trabajaba en la sección de archivos generales, y le invitó a merendar a las 5.30 en la Cervecería Alemana de la plaza Santa Ana.

– Luis, o se trata de un asunto político o no me habrías hecho venir aquí.

– Es que aquí por lo menos no se nos oye. Esteban, amigo mío, quiero utilizarte, como de costumbre.

– Claro. Yo siempre me digo: «Por eso Luisito está donde está; por eso es un superpolicía; ¡siempre utilizando a los demás!» Tu madre, que en paz descanse, decía siempre que tú llegarías lejos. ¿Recuerdas cómo se las componía para echar a las prostitutas de aquel bar que compró con la indemnización que le dieron cuando a tu padre lo mataron en los jaleos del treinta y seis? «¡Fuera, fuera de aquí, pelanduscas!», les gritaba. «¡Cacatúas pal gato!» No tenía pelos en la lengua.

– Todo lo aprendió allí. El bar la endureció.

Bernal sacó una copia de los mensajes cifrados de La Corneta y se la tendió a Ibáñez por encima del mármol de la mesa, mientras apuraban a sorbos sendas cervezas de barril en altas jarras blancas. Los ojos del inspector relumbraron como candelillas y devoraron la pequeña fotocopia con entusiasmo.

– Conque Magos, ¿eh? Parecen las siglas de algo… ¿verdad? No recuerdo haberlo visto en los archivos. Probablemente iniciales de palabras como Movimiento, Autonomista… ¿tal vez Autoritario? No sé, pero tiene que ser algo así. Ha habido tantos, Luis, no puedes imaginártelo.

– Es interesante lo que dices, Esteban. Los expertos descifradores del ejército pensaban que era sólo el reclamo. A mí me pareció que podía señalar la fecha de alguna operación planeada: el seis de enero, es decir, el Día de Reyes.

– También, pero eso implicaría que la organización existe para esa sola operación. El que se haya impreso en mayúsculas sugiere unas siglas de algo. Pero no puedo adivinar lo que representan las letras - GOS; dependerá del contexto. ¿De qué periódico proceden estos anuncios?

– De La Corneta.

– ¡Hombre! ¡Los de siempre! Mucho movimiento clandestino hay ahí. En Archivos tenemos sólo para ella toda una sección especial que dirigen los colegas de contraespionaje. Ya veré lo que me dice mi terminal de la computadora. ¿Sabes que ahora trabajamos con ordenadores electrónicos? No puedes figurarte las cosas que yo veo en mi pantallita cuando no tengo a nadie alrededor.

– ¿Qué me dices de los lugares mencionados?

– San Ildefonso, El Pardo, Segovia: reales sitios, ¿no? Pero ninguno se utiliza ya como residencia de la familia real -Ibáñez meditó a propósito de aquellos nombres-. El Pardo sirve de acuartelamiento a nuestra principal división acorazada, claro, pero Segovia no tiene más que una guarnición normal, y, que yo sepa, La Granja tampoco se sale de lo corriente. Tendré que pensar sobre esto con más detenimiento.

– ¿Y los colores que se citan tras «A.1» en cada mensaje: morado, azul y rosa?

– Es posible que se refieran a distintos grupos de fulanos que estén tramando algo. Porque se trata de otra conspiración, ¿verdad? ¿No han averiguado nada el CESID ni nuestra Brigada de Información?

– Nada en absoluto, Esteban. Esto es lo que más me preocupa.

– Bueno, hombre, ten en cuenta que, como suele suceder, casi todo el mundo tenía o tiene algo entre manos y no lo va a dejar. Por mi parte, si encuentro alguna pista en los archivos generales te daré un telefonazo.

– Pero procura que el encuentro sea con el pretexto de tomar un trago, como hoy, como por casualidad, ¿estamos?

– De acuerdo: todo en el más estricto secreto. ¿Otra jarra, Luis, para conmemorar los viejos tiempos?

– No, gracias. Me conviene tener la cabeza despejada.

De vuelta en el despacho, Bernal vio que le esperaba un doctor Peláez algo excitado.

– Bernal, te he hecho una reconstrucción. No es más que una conjetura sobre el aspecto que habría tenido en vida el sujeto carbonizado, pero he seguido el método de reconstrucción que iniciaron Glaister y Brash, consistente en obtener diversas radiografías del cráneo. Ahora bien: si pudieras conseguir fotos normales de cualquier hombre de quien sospechases es nuestro difunto, entre el fotógrafo y yo nos esforzaríamos por ver hasta qué punto coinciden unas y otras. Mientras tanto, es posible que mi reconstrucción sea de alguna ayuda.

Bernal analizó el dibujo con ojo crítico.

– No está mal: es tan bueno como los antiguos retratos-robot.

– Mejor aún: probé a hacer una tomografía y el resultado es positivo.

– Será mejor que me lo expliques con más detalle.

– Es muy sencillo. Hice radiografías de los senos faciales y desde varios ángulos para ver si había alguna particularidad anómala. Averigüé así que el difunto, en algún momento de su vida, había estado en tratamiento a causa de una sinusitis aguda, si no a causa de la extirpación de un tumor benigno -adosó en aquel punto unas cuantas radiografías al panel de cristal que hacía de tabique divisorio del despacho de Bernal y, tras pasar al antedespacho, las iluminó por detrás girando el foco de un flexo-. Mira: ¿ves la deformación del seno maxilar izquierdo? En vez de presentar una curva estrecha, es casi cuadrado.

– Pero ¿de qué sirve esa información? -preguntó Bernal.

– Hombre, puedes ir a los otorrinolaringólogos y ver si casan nuestras radiografías con las de alguno de sus pacientes, en particular con las de los que hayan estado en tratamiento en los dos últimos años.

El interés de Bernal aumentaba.

– ¿Quieres decir que podrían identificar al muerto a partir de las radiografías, sin más?

– ¡Por supuesto! Lo mismo que los dentistas pueden reconocer a sus pacientes por una fotografía de la dentadura. Y si es un otorrino digno de tal nombre, lo identificará sin titubear.

Poco después de que se hubiera marchado el doctor Peláez, llegó Miranda de La Granja con su informe.

– Jefe, la población lugareña es principalmente anciana y muchos de sus hijos están en la ciudad trabajando o estudiando. Los trabajos agrícolas que todavía hacen les dan suficiente para vivir sin apuros, aunque también les ayuda el turismo que acude en los meses estivales. No he detectado rastros de ideas políticas extremistas, aunque no revelan así como así sus opiniones a quien piensan es un funcionario del Patrimonio Nacional. He pasado mucho tiempo jugando a las cartas en el bar y no hay quien les gane al mus, esto sí que puedo asegurarlo. ¡He perdido hasta la camiseta!

– Miranda, difícilmente se podrá calificar eso de gastos de trabajo -dijo Bernal-. ¿Han advertido la presencia de extraños en los alrededores?

– Me han dicho que unos tipos han sido vistos en un jeep militar, a primera hora del domingo. Un granjero, al acabar de ordeñar, vio que el vehículo subía la montaña con dirección a palacio. No pudo ver la insignia del regimiento porque a esa hora aún había poca luz. De modo que fui a palacio e interrogué al personal de servicio. A uno de ellos le pareció oír que un coche entraba por la puerta lateral antes del amanecer, pero ninguno de ellos lo oyó ni vio salir.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Golpe de Reyes»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Golpe de Reyes» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Kelley Amstrong - A Golpe De Magia
Kelley Amstrong
David Serafín - Puerto de Luz
David Serafín
David Serafín - Sábado de gloria
David Serafín
David Serafín - El Metro de Madrid
David Serafín
David Serafín - Incidente en la Bahía
David Serafín
Harlan Coben - Golpe de efecto
Harlan Coben
David Reyes - Papá pingüino
David Reyes
David Reyes Zamora - Reto bicentenario
David Reyes Zamora
Raquel Mizrahi - Golpe de amor
Raquel Mizrahi
David Fernández Reyes - Pedazos
David Fernández Reyes
Отзывы о книге «Golpe de Reyes»

Обсуждение, отзывы о книге «Golpe de Reyes» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x