Ian Rankin - En La Oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Ian Rankin - En La Oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En La Oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En La Oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Edimburgo está a punto de convertirse, al cabo de casi tres siglos, en anfitriona del primer Parlamento escocés, un hito histórico y político que enciende pasiones. El inspector Rebus ha sido destinado al comité de enlace de seguridad del Parlamento, en Queensberry House, centro mismo del distrito de la comisaría de St. Leonard. De Queensberry House, futura sede del gobierno de la nueva Escocia, perdura la maldición de una leyenda, una maldición que según algunos recaerá sobre los nuevos inquilinos.Los problemas empiezan cuando, en la antigua chimenea donde de acuerdo con la leyenda murió asado un joven, aparece el cadáver de Roddy Grieve,candidato a un escaño en el nuevo Parlamento.

En La Oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En La Oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– En octubre del setenta y ocho.

– ¿Unos seis meses? No duró mucho.

– Me hicieron una oferta mejor.

– ¿Y cuál fue, señor? -preguntó Hood.

– ¡No tengo nada que ocultar! -exclamó Hutton.

– Nos hacemos cargo, señor Hutton -dijo Wylie en tono conciliador.

– Fui a trabajar para mi tío -Hutton se calmó rápidamente.

– ¿Para Bryce Callan? -Hutton asintió con la cabeza.

– ¿En qué? -inquirió Hood.

Hutton hizo una pausa mientras apuraba la botella.

– En una promoción inmobiliaria.

– Eso sería su gran oportunidad, ¿no? -preguntó Wylie.

– Sí, ahí empecé. Pero en cuanto pude me establecí por mi cuenta.

– Sí, claro, naturalmente -dijo Hood con un tono que daba a entender: «He trabajado para tener lo que tengo»; pero me han echado una mano tan grande como un campo de fútbol.

Antes de marcharse, Wylie le hizo una pregunta más: -En este momento debe de estar usted muy satisfecho, ¿no?

– Proyectos no nos faltan.

– ¿Obras alrededor de Holyrood? -preguntó.

– El Parlamento no es más que el principio. Planeamos centros comerciales en las afueras y promociones en la costa. Es asombroso lo subdesarrollado que está Edimburgo. Y no sólo Edimburgo. Tengo proyectos en marcha en Glasgow, Aberdeen, Dundee…

– ¿Y hay suficientes clientes? -preguntó Hood.

Hutton se echó a reír.

– Hacen cola, amigo. Lo único fastidioso es el papeleo.

– Para los permisos de obra -añadió Wylie asintiendo con un gesto.

Hutton hizo una cruz con los dedos índices.

– La maldición del promotor -dijo.

Pero lo remató con una carcajada final mientras cerraba la puerta del despacho tras ellos.

24

– Una advertencia -dijo Rebus cuando iban por el paseo de la casa-, la madre está algo delicada.

– Entendido -dijo Siobhan Clarke-. ¿Tú harás gala de tu habitual encanto?

– Es con Lorna Grieve con quien hemos de hablar -replicó él, señalando con la cabeza el Fiat Punto aparcado a la derecha de la puerta-. Ahí está su coche.

Había llamado a High Manor y cogió el teléfono Hugh Cordover, por lo que Rebus prestó gran atención por si captaba en su tono de voz algo nuevo o un tono acusatorio, pero Cordover se limitó a decirle que Lorna estaba en Edimburgo.

– No acaba de convencerme de que sea una buena idea -comentó Siobhan.

– Mira -replicó él-, ya te he dicho…

– John, ¿cómo has podido implicarte…?

Él la sujetó por el hombro y le dio la vuelta para que le mirara a la cara.

– ¡No me he implicado en nada!

– ¿No te has acostado con ella? -replicó Clarke procurando moderar el tono.

– ¿Y qué más da si lo he hecho?

– Estamos investigando un caso de homicidio y vamos a interrogarla.

– Ah, no me digas.

– Me haces daño en el hombro -dijo ella mirándole.

Él la soltó musitando una disculpa.

Llamaron al timbre y aguardaron.

– ¿Qué tal el fin de semana? -preguntó Rebus y ella le fulminó con la mirada-. Escucha -añadió- si vamos a entrar enfurruñados no vamos a sacar nada en limpio.

Ella pareció considerarlo y finalmente dijo:

– Volvió a ganar el Hibs. ¿Tú qué hiciste?

– Estuve en la oficina pero no hice gran cosa.

Fue Alicia Grieve quien les abrió. A Rebus le pareció más vieja que la última vez, como si ya hubiera vivido demasiado y fuese consciente de ello. Una de las jugadas más crueles de la edad es su modo de burlarse de las personas. Pierdes a un ser querido y el tiempo parece ir entonces más rápido, de modo que te marchitas y a veces mueres. No era la primera vez que veía un caso semejante: hombres o mujeres sanos que mueren durante el sueño días o semanas después del entierro del cónyuge, como si se pulsara un botón, de forma voluntaria o involuntaria. A saber.

– Señora Grieve -dijo-. ¿Me recuerda? Soy el inspector Rebus.

– Sí, claro -replicó la anciana con voz aflautada y seca-. ¿Y ésta quién es?

– La agente Clarke -dijo Siobhan a guisa de presentación.

Sonreía como lo hacen los jóvenes con los viejos: con distante simpatía. Rebus se percató por aquel detalle de que era más afín por la edad a Alicia Grieve que a Siobhan, pero trató de apartar ese pensamiento de su mente.

– ¿Podemos enterrar ya a Roddy? ¿Han venido por eso?

– dijo en tono resignado, dispuesta a aceptar sus explicaciones. Era el papel a que había quedado relegada en la vida.

– Lo siento, señora Grieve, tendrán que esperar un poquito más -contestó Rebus.

La anciana repitió burlona la última frase y añadió:

– El tiempo es elástico ¿no le parece?

– Venimos para hablar con la señora Cordover -terció con firmeza Siobhan dispuesta a no permitir que se fuera por las ramas.

– A Lorna -añadió Rebus.

– ¿Está aquí? -preguntó Alicia Grieve.

– Claro que estoy aquí, madre -se oyó decir en el interior-. Hace dos minutos estábamos hablando.

La anciana se hizo a un lado. Lorna Grieve les miraba desde la puerta de una de las habitaciones con una caja de cartón en las manos.

– Hola, de nuevo -dijo a Rebus como si Siobhan no existiera.

– ¿Podríamos hablar un momento? -dijo Rebus casi sin mirarla para fruición de ella que, risueña, asintió y señaló con la cabeza la habitación de la que acababa de salir.

– Estaba intentando limpiar esto un poco.

La señora Grieve tocó la mano de Rebus y éste notó que sus dedos estaban fríos como el mármol.

– Quiere vender mis cuadros porque necesita dinero.

Rebus miró a Lorna que movía la cabeza, negándolo.

– Únicamente lo que quiero es limpiarlos y cambiarles el marco.

– Los quiere vender -insistió la anciana-. Eso es lo que va a hacer.

– Madre, por Dios bendito, no necesito dinero.

– Tu marido sí porque no tiene oficio ni beneficio, sólo deudas.

– Gracias por el voto de confianza -musitó Lorna.

– ¡No te pongas descarada conmigo, niña! -replicó la anciana con voz trémula, apretando aún la mano de Rebus con los dedos, que eran como garras o zarpas descarnadas.

Lorna lanzó un suspiro.

– Bueno, ¿ustedes que es lo qué quieren? Espero que hayan venido a detenerme; cualquier cosa sería mejor que esto.

– ¡Vete a tu casa si quieres! -chilló la madre.

– ¿Y te dejo aquí a que te revuelques en tu autocompasión? No, querida mamá, eso no puede ser.

– Me cuida Seona.

– Seona está muy ocupada con su carrera política -espetó Lorna- y ya no te necesita. Ahora ha encontrado algo más provechoso.

– Eres un monstruo.

– Pues supongo que eso te convierte en el doctor Frankenstein.

– No eres más que un cuerpo vil.

– Y dale. Ahora vas a decirnos que le conociste -se volvió hacia Rebus y Siobhan-. A Evelyn Waugh, autor de Vile Bodies [Cuerpos viles].

– Asquerosa. Te echabas en brazos de todos los hombres que conocías.

– Y sigo haciéndolo -replicó Lorna con un gruñido mirando de reojo a Rebus-. Mientras que tú sólo te echaste en los brazos de padre porque sabías que era lo que te convenía. Y una vez que obtuviste fama, si te he visto no me acuerdo, en una frase: fin del romance.

– ¿Cómo te atreves? -replicó la anciana con una cólera fría, una furia propia de una mujer más joven.

Siobhan tiró de la manga a Rebus en dirección a la puerta pero Lorna lo advirtió.

– ¡Ah, fíjate, estamos espantando a la pasma! ¿No es una maravilla, madre? ¿Te das cuenta del poderío? -añadió echándose a reír secundada por la anciana.

«Esto es una maldita casa de locos», pensó Rebus; pero inmediatamente consideró que era el proceder normal entre madre e hija, con peleas e insultos para provocar la catarsis. Habían sido tanto tiempo figuras públicas que se habían convertido en actores de su propio melodrama y daban una teatralidad exagerada a sus necias rencillas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En La Oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En La Oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ian Rankin - Fleshmarket Close
Ian Rankin
Ian Rankin - Hide And Seek
Ian Rankin
Ian Rankin - Resurrection Men
Ian Rankin
Ian Rankin - Aguas Turbulentas
Ian Rankin
Ian Rankin - Doors Open
Ian Rankin
Ian Rankin - The Complaints
Ian Rankin
Ian Rankin - Mortal Causes
Ian Rankin
Ian Rankin - Strip Jack
Ian Rankin
Ian Rankin - Westwind
Ian Rankin
Отзывы о книге «En La Oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «En La Oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x