Ian Rankin - En La Oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Ian Rankin - En La Oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En La Oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En La Oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Edimburgo está a punto de convertirse, al cabo de casi tres siglos, en anfitriona del primer Parlamento escocés, un hito histórico y político que enciende pasiones. El inspector Rebus ha sido destinado al comité de enlace de seguridad del Parlamento, en Queensberry House, centro mismo del distrito de la comisaría de St. Leonard. De Queensberry House, futura sede del gobierno de la nueva Escocia, perdura la maldición de una leyenda, una maldición que según algunos recaerá sobre los nuevos inquilinos.Los problemas empiezan cuando, en la antigua chimenea donde de acuerdo con la leyenda murió asado un joven, aparece el cadáver de Roddy Grieve,candidato a un escaño en el nuevo Parlamento.

En La Oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En La Oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Quién trajo a los Grieve la primera vez? -preguntó.

Sithing contestó que no recordaba.

– Creo adivinar -dijo Rebus- que usted le habló de los Caballeros y mencionó a Hugh Cordover.

– Puede ser -dijo Sithing alzando la vista-. ¡Sí, efectivamente! -exclamó mirando otra vez de hito en hito al mago Rebus.

Siobhan, aunque era ella quien llevaba el caso, optó por callarse al ver que Rebus tenía a Sithing en una especie de trance.

– Usted mencionó a Cordover ¿y Mackie quiso saber más? -preguntó.

– Él había sido seguidor del grupo y me comentó que conocía su estilo musical. Creo recordar que hasta me tarareó una de sus canciones, que a mí no me decía nada, claro. Me preguntó alguna cosa y yo le contesté en la medida de lo que sabía.

– ¿Y después, cuando se veían…?

– Me preguntaba cómo eran Hugh y Lorna Grieve.

– ¿Le preguntó por alguien más?

– Esa familia siempre está en los titulares, ¿verdad? Yo le contaba lo que sabía.

– ¿No le intrigó a usted nunca por qué le interesaban tanto los Grieve, señor Sithing?

– Por favor, llámeme Gerald. Inspector, ¿sabe que tiene usted un halo? No me cabe ninguna duda.

– Será la loción para después del afeitado -Siobhan resopló, pero él no hizo caso-. ¿No le pareció a usted que le interesaba más Hugh Cordover y su familia que los Caballeros de Rosslyn?

– Oh, no. No era así.

Rebus se inclinó hacia el hombre.

– Escuche a su corazón, Gerald -canturreó.

Sithing se concentró tragando saliva.

– Sí, puede que tenga razón. Sí, efectivamente. Pero, dígame, ¿por qué le interesaban los Grieve?

Rebus se puso en pie y se inclinó sobre Sithing.

– ¡Y yo qué demonios sé! -dijo.

En el coche, Siobhan le imitó sonriendo: «Escuche a su corazón, Gerald».

– Es un tipo bastante raro, ¿no? -comentó Rebus, que había bajado el cristal de la ventanilla para que Siobhan le dejase fumar.

– Bueno, ¿qué es lo que tenemos?

– Tenemos a tu mendigo, que finge interés por los Caballeros de Rosslyn para obtener información sobre el clan. Tenemos su interés por Hugh Cordover y su negativa a venir a la dichosa iglesia. ¿Por qué? Porque no quería encontrarse con Cordover.

– ¿Porque Cordover le conocía? -aventuró Siobhan.

– Es posible.

– ¿Estamos ahora más cerca de averiguar quién era?

– Tal vez. A tu Supertramp le interesaban los Grieve y la mojama de la chimenea. Roody Grieve muere en el solar de Queensberry House poco después de que aparezca el cadáver y casi a la misma hora el vagabundo se lanza al vacío.

– ¿Quieres aglutinar tres casos en uno?

Rebus negó con la cabeza.

– Nos faltan datos y Watson no tragaría. Desde luego no me permitiría investigarlo a mi manera.

– Por cierto, hablando del tema… -dijo Siobhan cambiando de marcha una vez fuera del pueblo-, ¿y tu secuaz?

– ¿Te refieres a Linford? -Rebus se encogió de hombros-. Indagando por ahí.

Siobhan hizo un gesto escéptico.

– ¿Y te deja a tu aire? -inquirió.

– Derek Linford sabe lo que le conviene -contestó Rebus lanzando la colilla contra el cielo amoratado.

Rebus, Siobhan, Waylie y Hood celebraron consejo de estado mayor en una mesa retirada del salón de atrás del bar Oxford para que nadie oyera lo que hablaban.

– Yo veo una relación entre los tres casos -dijo Rebus después de haberse explicado-. Si pensáis que me equivoco, decídmelo.

– No digo que se equivoque, señor -terció Wylie-, pero ¿cómo se demuestra?

Rebus asintió con la cabeza. La cerveza que tenía delante estaba casi sin tocar y en deferencia a los que no fumaban ni había quitado el celofán del paquete de cigarrillos.

– Exacto -dijo-. Por eso quiero prudencia. A partir de ahora tenemos que estar muy coordinados para que cuando se establezcan las conexiones las veamos sin titubear.

– ¿Qué le digo yo a la inspectora Templer? -preguntó Siobhan. Su jefa, Gill Templer, era un nombre que comenzaba a sonar en el Cuerpo.

– No le digas nada. Y, llegado el caso, tampoco al comisario.

– Va a dar carpetazo a mi caso -protestó ella.

– Ya le persuadiremos para que no lo haga -prometió Rebus-. Bueno, bebed, que yo pago la próxima ronda.

Mientras Rebus se dirigía a la barra Siobhan salió a la calle a llamar a casa por si tenía mensajes en el contestador. Había dos de Derek Linford disculpándose y pidiendo una cita.

– Anda que no has tardado… -musitó ella.

Le dejaba su número de teléfono, pero Siobhan casi no prestó atención.

Solos en la mesa Wylie y Hood bebieron un rato en silencio hasta que Wylie lo rompió.

– ¿A ti qué te parece?

– El inspector tiene fama de meterse en líos -contestó Hood negando con la cabeza-. ¿Nos interesa hacer lo que dice?

– Con toda sinceridad, no lo veo claro. ¿Qué tiene que ver nuestro caso, o incluso el Siobhan, con el asesinato del diputado?

– ¿En qué estás pensando?

– Pues en que trata de apropiarse de nuestros casos porque el suyo está en vía muerta.

Hood negó con la cabeza.

– Ya te he dicho que no es su estilo.

Wylie reflexionó un instante.

– Ahora bien, si está en lo cierto el caso es mucho más importante de lo que pensamos -dijo con una sonrisita-. Y si se equivoca, a nosotros no nos van a echar la bronca, ¿no?

Rebus volvió con las bebidas. Ginebra con soda y lima para Wylie y una jarra grande de cerveza para Hood, y fue otra vez a la barra a por un whisky para él y Coca-cola para Siobhan.

– Slainte! -dijo cuando ésta se sentó a su lado en el estrecho banco.

– ¿Cuál es el plan? -preguntó Wylie.

– No tengo que decíroslo -dijo Rebus-. Actuar conforme al reglamento.

– ¿Hablamos con Barry Hutton? -aventuró Hood.

Rebus asintió con la cabeza.

– Quizá investigando previamente por si hay algo sobre él que interesa saber.

– ¿Y el mendigo? -preguntó Siobhan.

– Bueno, se me acaba de ocurrir una idea… -dijo Rebus volviéndose hacia ella.

Una cabeza se asomó al recodo como para ver quién había en las mesas y Rebus advirtió que era Gordon, uno de los clientes habituales. Venía sin cambiarse, seguramente recién salido de la oficina. Al ver a Rebus estuvo a punto de darse la vuelta pero cambió de idea y se acercó a la mesa con las manos en los bolsillos del abrigo. Rebus advirtió de inmediato que ya iba cargado.

– Cabronazo -dijo Gordon-, la otra noche te largaste con Lorna, ¿eh? -estaba a punto de gastarle alguna broma para ponerle en evidencia delante de sus amigos-. La supermodelo de los sesenta al único que podía ligarse era a ti -añadió negando con la cabeza sin percatarse de cómo le miraba Rebus.

– Se agradece, Gordon -comentó en un tono que puso en guardia al joven, que le miró llevándose una mano a la boca.

– Ah, perdona -musitó el joven volviendo sobre sus pasos camino de la barra.

Rebus miró a sus contertulios, que estaban todos con los ojos fijos en sus respectivas consumiciones.

– Tenéis que perdonarle -comentó-. Gordon a veces interpreta mal las cosas.

– Se refería a Lorna Grieve, ¿verdad? -dijo Siobhan-. ¿Viene mucho por aquí?

Rebus la miró sin contestar.

– Es la hermana del asesinado -añadió Siobhan en voz baja.

– Vino aquí la otra noche y nada más -espetó Rebus. Pero sabía que era mejor no hablar del tema. Miró a Wylie y Hood recordando que ellos la habían visto allí aquella noche. Cogió el vaso de whisky pero estaba vacío-. Gordon no sabe lo que dice -musitó sin que ni él mismo se lo creyera.

23

Se ha dicho de Edimburgo que es una ciudad huidiza que oculta sus verdaderos sentimientos e intenciones, con habitantes aparentemente respetables y calles que se hielan pronto. Se puede haber estado en ella y marcharse sin haber llegado realmente a entender qué la anima. Fue la ciudad de Deacon Brodie donde sólo por la noche se daba rienda suelta a las pasiones y al mismo tiempo la ciudad de John Knox, indómita y de inquebrantable rectitud. En ella, una casa puede costar medio millón de libras, pero la ostentación no se acepta. Es una ciudad de Saabs y Volvos más que de Bentleys y Ferraris. Los de Glasgow, que se consideran más apasionados, más celtas, piensan que Edimburgo, de tan seria y convencional, resulta remilgada.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En La Oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En La Oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Ian Rankin - Fleshmarket Close
Ian Rankin
Ian Rankin - Hide And Seek
Ian Rankin
Ian Rankin - Resurrection Men
Ian Rankin
Ian Rankin - Aguas Turbulentas
Ian Rankin
Ian Rankin - Doors Open
Ian Rankin
Ian Rankin - The Complaints
Ian Rankin
Ian Rankin - Mortal Causes
Ian Rankin
Ian Rankin - Strip Jack
Ian Rankin
Ian Rankin - Westwind
Ian Rankin
Отзывы о книге «En La Oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «En La Oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x