– ¿Agnes? -grita, y al no obtener contestación lo intenta de otra manera-: ¿Anyes?
Ni siquiera así recibe una respuesta. Espera que sea porque se ha quedado dormida. Está a punto de llamar a las puertas, a modo de preámbulo antes de intentar separarlas, cuando nota una zona en penumbra al otro lado del pasillo. Se encuentra al lado de las puertas de Pedidos, y abrirlas podría abastecerle de toda la luz necesaria.
Se apresura, cruzando la vacía oscuridad, y empuja la barra metálica. Parece oxidada, pero tras resistirse un minuto se rinde con un chasquido, inundado el pasillo de una luz no muy distinta a la de la luna en una noche nublada. Se apoya en la puerta de la derecha hasta que la bloquea lo suficiente para que el brazo de metal no la cierre, y regresa corriendo al montacargas. Respira profundamente y el aire le sabe a niebla; se prepara para usar toda su fuerza. Enterrando los dedos entre la puerta y el marco, se esfuerza en aumentar el espacio entre ellos. Al momento, la puerta se desliza, abriéndose por completo.
¿Por qué no hizo Nigel eso mismo? En realidad, aún le queda ocuparse de las puertas del montacargas propiamente dicho. Es igual de fácil, no obstante. Casi desea que no fuera así, dado lo que encuentra tras ellas. Agnes está de pie solo porque se encuentra atrapada contra la pared del montacargas por un carro frente al palé. La mayoría de los libros del carro están esparcidos por el suelo. Podrían pasar por grumos de la tierra que cubre a Agnes, y sobre todo a su rostro, colmado de barro hasta incluso dentro de la boca y de las fosas nasales.
Es demasiado. Sus sentimientos están agotados. Lo único que se le pasa por la cabeza es la certeza de que cualquiera que vea a Agnes sabrá que sucedió algo más en la tienda en el turno de noche aparte de un simple fallo eléctrico, un motín y una oleada de vandalismo. Saca el carro del montacargas y agarra a Agnes cuando esta cae hacia delante. ¿Se le han movido los párpados? No, la luz ha cambiado porque su origen lo ha hecho. Al darse la vuelta, acunando a Agnes por los hombros, la luz retrocede más y oye un ahogado ruido de frenos.
– ¡Espere! -grita, sintiendo como si sus gritos alteraran la paz de Agnes. Introduce el otro brazo bajo sus rodillas para levantarla. Es tan ligera que se le nubla la vista de pensarlo. Sea lo que sea lo de afuera, va a llevarla donde haga falta. Quizá Woody deba acompañarla en cuanto se lo haga saber a Greg, ¿pero dónde está Greg? Si no está en la sala de ventas, Woody no puede irse; dejaría la tienda a su suerte. Solo uno, se sorprende al pensar de nuevo, solo uno. Primero tendría que ocuparse de Agnes y después de la tienda. Asoma primero la cabeza por la salida y avanza entre la niebla, sobre el negro asfalto, siguiendo a la luz y a su húmeda respiración. Al tiempo que progresa, se toma su tiempo para prepararse. Sea cual sea su carga, todavía representa a Textos. Lo menos que puede hacer es sonreír.
***
[1]N. del T.: El sonido fonético de la inicial y del apellido en inglés equivale a la palabra «arsehole», que se puede traducir como «gilipollas».
[2]N. del T. Similar en ingles a la palabra «slither», que significa «moverse como un reptil, reptar».
[3]N. del T. «Kunt» es similar a «cunt», el insulto más ofensivo para un inglés.
[4]N. del T.: Traducción libre de los apodos que el personaje usa para los habitantes de Liverpool y Manchester respectivamente, en el primer caso algo ofensivo: Scouses y Manks.
5 N. del T.: «Pantanoso» en inglés.
[6]N. del T.: el apellido King significa «rey» en inglés.
[7]N. del T.: Se mencionan apellidos de autores jugando con su significado en inglés; Lamb significa «cordero», Lawy Lawless significan «ley» y «sin ley» respectivamente, y Lone «solo».
8 N. del T.: Mann es parecido a la palabra inglesa man, en español «hombre».
[9]N. del T.: Juego de palabras de índole sexual que se refiere al uso de los verbos modales «may» y «can» en inglés, el primero de uso más formal y menos frecuente.