Craig Russell - Cuento de muerte

Здесь есть возможность читать онлайн «Craig Russell - Cuento de muerte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuento de muerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuento de muerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El hallazgo del cadáver de una joven con una nota entre sus dedos que dice "He estado bajo tierra y ya es hora de que vuelva a casa", enfrenta al jefe de la brigada de homicidios de Hamburgo, Jan Fabel, con los designios de una mente oscura y enferma. Cuatro días después, dos cuerpos más aparecen en medio de un bosque, con unas notras entre sus manos que dicen "Hansel" y "Gretel", escritas con la misma letra roja, pequeña y obsesiva. Es evidente que los crímenes hacen referencia a los cuentos folclóricos recopilados doscientos años atrás por los hermanos Grimm. Pero los asesinatos de este cruel asesino en serie no son ningún cuento de hadas…
Finalista del premio Golden Dagger, el más prestigioso del mundo en la categoría de novela criminal

Cuento de muerte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuento de muerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La expresión de Ingrid Ungerer se mantuvo serena, pero Maria notó el temblor en su voz.

– ¿Fue el marido de alguien? ¿O algún novio?

– Me temo que no entiendo, Frau Ungerer.

– ¿Mi marido fue atrapado con otra mujer? ¿O fue algún marido celoso que dio con él? Entonces podría entender lo de los ojos. Él siempre estaba mirando a otras mujeres. Siempre.

María miró fijamente a Ingrid Ungerer. Tenía un atractivo poco especial, era de mediana estatura y complexión, con pelo castaño corto. Una cara agradable, pero a la que uno no le prestaría demasiada atención; aunque, si se lo hacía, podía verse una tristeza que acechaba continuamente detrás de sus rasgos. Maria notó que era una tristeza establecida, una melancolía que, temporalmente, había dejado espacio a la nueva pena de Ingrid, pero cuya presencia era más larga y más permanente.

– ¿Su marido veía a otras mujeres? -preguntó.

Ingrid lanzó una risa amarga.

– ¿Le gusta el sexo? -Formuló la pregunta como si quisiera saber qué hora era. Maria, naturalmente, quedó desconcertada, y la pregunta caló más hondo en ella de lo que Frau Ungerer había planeado. Por suerte, no esperó la respuesta-. A mí me gustaba. Soy una persona muy física. Pero usted ya sabe, después de llevar un tiempo de casada, la pasión se desvanece, los hijos te dejan agotada y anulan tu impulso sexual…

– Lo siento. No lo sé. No estoy casada.

– Pero tendrá novio, ¿no?

– En este momento no. -Maria mantuvo siempre el mismo tono. Era una zona de su vida que no tenía ganas de discutir con una desconocida, aunque se tratase de una mujer angustiada.

– Las cosas se enfriaron un poco después de que Bernd y yo nos casáramos. Como suele ocurrir. Demasiado para mí, si he de ser honesta, pero Bernd tenía un trabajo muy exigente y muchas veces estaba exhausto cuando llegaba a casa. Pero era un marido maravilloso, Frau Klee. Fiel, atento, cariñoso, y un gran padre. -Ingrid se puso en pie y sacó un llavero de su bolso-. Me gustaría enseñarle algo. -Hizo pasar a Maria al pasillo, luego la guió por una entrada que tenía un arco en la parte superior y le hizo bajar una escalera. Una vez en el sótano, encendió las luces. Allí se encontraba la típica colección de cosas que no encuentran sitio en las áreas principales de una casa de familia: bicicletas, cajas de almacenamiento, botas de invierno. Ingrid se detuvo delante de un gran arcón, posó las manos sobre él pero no hizo ningún movimiento para abrirlo.

– Empezó hace unos seis meses. Bernd se volvió más… atento, podríamos decir. Al principio yo estaba contenta, pero las cosas parecieron pasar de un extremo a otro. Hacíamos el amor todas las noches. En ocasiones dos veces en una sola noche. Se volvió cada vez más… urgente, supongo. Luego dejó de ser como si hiciéramos el amor. El me lo hacía como si yo no estuviera presente. Y entonces, una noche en que le dije que no tenía ganas… -Ingrid se detuvo. Miró el llavero y pasó los dedos por las llaves, como si fueran un rosario-. Esa noche él dejó muy claro que no le importaba si tenía ganas o no.

Maria puso la mano sobre el brazo de Ingrid pero sintió que ella lo apartaba.

– Más o menos para entonces empecé a descubrir lo de las otras mujeres. En aquel entonces él trabajaba para otra empresa. Llevaba muchos años allí, y de pronto sintió la necesidad de cambiarse a la empresa en la que está ahora… -Negó con la cabeza como irritada consigo misma y corrigió la frase-. Quiero decir, la compañía para la que estaba trabajando hasta ahora. Hace muy poco me enteré de que un par de empleadas de la antigua empresa habían presentado quejas sobre él.

– Lo siento, Frau Ungerer. ¿Por eso es que cree que podría haber sido un marido celoso? Me parece que no es ése el caso. Tenemos razones para creer que el asesinato de su marido ha sido cometido por una persona que ha matado a varias personas antes que no tenían ninguna relación entre sí.

Ingrid Ungerer miró a Maria inexpresivamente; luego continuó como si no la hubiese oído.

– Hubo una media docena de mujeres, por lo que yo sé, en los últimos seis meses. Y muchas más que lo rechazaron. El no sentía ninguna vergüenza. No parecía importarle que estaba poniéndose en ridículo… o a mí y a los niños, para el caso. -Una vez más, lanzó una risita amarga-. Pero tampoco me dejaba en paz. Todo el tiempo en que él mantenía relaciones con otras mujeres yo también tenía que satisfacerlo. Era insaciable.

Cogió las llaves que había sacado del bolso, abrió el arcón, levantó la tapa y dejó al descubierto su contenido. Estaba lleno de pornografía. Pornografía dura: revistas, vídeos, DVD.

– Me dijo que jamás bajara aquí. Que jamás abriera este arcón, si sabía lo que me convenía. -Miró a Maria con expresión suplicante-. ¿Por qué hizo eso? ¿Por qué me amenazó? Nunca me había amenazado antes. -Señaló con un gesto el contenido del arcón-. Hay más en su ordenador, arriba. ¿Puede entenderlo? ¿Por qué cambiaría de tal forma? ¿Por qué un hombre cariñoso y afectuoso se convertiría en una bestia? ¿Tan de repente? Todos lo sabían. Eso es lo que me entristece tanto. Los vecinos y amigos me sonreían y charlaban conmigo y yo me daba cuenta de que o bien sentían pena por mí o estaban tratando de averiguar más detalles sórdidos. Tampoco nos quedaban muchos amigos. Todas las parejas que conocimos se alejaron de nosotros porque Bernd siempre trataba de ligar con las mujeres. Incluso sus compañeros de trabajo bromeaban al respecto… Le habían puesto un sobrenombre. Al parecer, también sus clientes lo hacían. Mire, Frau Klee, no puedo creer que su asesinato no tenga nada que ver con la forma en que venía comportándose recientemente.

Ingrid cerró con llave el arcón y regresaron a la sala. Maria trató de que Ingrid le diera más detalles sobre los movimientos de su marido en la semana anterior. Pero cuanto más trataba Maria de concentrarse en esos datos, más le inquietaba el arcón bajo llave en el sótano, la vida secreta. En cualquier caso, era una tarea difícil y desgraciada porque, además de su repentina lascivia, parecía que Ungerer se había vuelto cada vez más cerrado y a la defensiva. Salía más por las noches, a «ver clientes en un entorno social», y eso fue lo que había dicho la noche en que lo mataron. En aquella ocasión, cuando él no regresó, Ingrid no se preocupó. Estaba disgustada, pero no preocupada; era habitual que Bernd pasara toda la noche fuera. Había resguardos de tarjeta de crédito escondidos que Ingrid había encontrado pero que había guardado de nuevo sin hacer ningún comentario al respecto. Todos estaban a nombres de agencias de acompañantes, clubes y saunas de Sankt Pauli.

– Estaba claro que algo malo le ocurría a Bernd -explicó-. Se convirtió en una persona diferente. Había otras cosas extrañas en él. A veces llegaba a casa y se quejaba de que olía a sucia. No era cierto, pero yo tenía que limpiarla de arriba abajo, incluso aunque lo hubiera hecho antes ese mismo día, sólo para satisfacerlo. Entonces él me daba mi «recompensa», como lo llamaba. Pensé que estaría pasando por una crisis nerviosa, y por eso le sugerí que fuéramos a ver a nuestro médico de cabecera, pero Bernd no quiso saber nada.

– ¿De modo que jamás obtuvo ninguna opinión profesional sobre su comportamiento?

– Sí, sí. Fui a ver a Herr Doktor Gärten por mí cuenta. Le conté lo que ocurría. Me explicó que existe una afección llamada «satiriasis», la versión masculina de la ninfomanía. Me dijo que estaba muy preocupado por Bernd y que era necesario que él fuera a verlo, pero cuando yo le conté a Bernd que había ido al médico sin él, a sus espaldas, según sus palabras… bueno, las cosas se pusieron bastante más desagradables.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuento de muerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuento de muerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Craig Russell - Lennox
Craig Russell
Craig Russell - The Deep Dark Sleep
Craig Russell
Craig Russell - The Long Glasgow Kiss
Craig Russell
Craig Russell - The Valkyrie Song
Craig Russell
Craig Russell - A fear of dark water
Craig Russell
Craig Russell - Resurrección
Craig Russell
Craig Russell - Muerte en Hamburgo
Craig Russell
Craig Russell - El Beso De Glasgow
Craig Russell
Craig Russell - The Carnival Master
Craig Russell
Daniel Carazo Sebastián - Muerte en coslada
Daniel Carazo Sebastián
Отзывы о книге «Cuento de muerte»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuento de muerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x