Elmore Leonard - Bandidos

Здесь есть возможность читать онлайн «Elmore Leonard - Bandidos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bandidos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bandidos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En Nueva Orleans, una fundación de ayuda a la `contra` nicaragüense guarda todo el dinero recaudado con la bendición de Reagan entre los magnates y empresarios norteamericanos. El coronel Dagoberto Godoy y su siniestro guardaespaldas, Franklin de Dios, son los encargados de recoger el dinero y de organizar el embarque clandestino, de las armas destinadas a la guerrilla antisandinista. La CIA sigue con atención los acontecimientos, pero nadie puede sospechar que se ha formado entre tanto un singular grupo de bandidos dispuestos a dar un golpe magistral. Aunque parezca una locura, Lucy Nichols, que había sido monja en una leprosería de Nicaragua, Jack Delaney, ex presidiario, y Roy Hicks, que fue expulsado de la policía acusado de soborno, tienen un plan infalible para hacerse con el botín.

Bandidos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bandidos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Te han dado el trabajo?

– Mira, me he sentido tentada. Tengo que comprar mi apartamento o abandonarlo antes de diez días: van a convertir el edificio en una comunidad de propietarios. Tengo treinta y dos años y carezco de un lugar donde vivir.

Le dio pena que ella tuviera lástima de sí misma, la pobre chica. No tenía treinta y dos, sino treinta y cinco; casada por lo menos una vez antes de conocerle a él, y casada de nuevo durante un año mientras él estaba en la cárcel. ¿Qué habían aprendido ambos?

– Nos encontramos en el bar. Y ponte un vestido, ¿vale?… ¿Helene?

– Te noto distinto. Eres el mismo, pero hay algo, no sé qué, distinto.

– Ha pasado mucho tiempo -dijo Jack. Le pidió que se diera prisa y colgó.

Little One, que había seguido esperando, dijo:

– Bueno, ¿qué?

– No devolví la llave porque tengo que usarla otra vez. Ya te dije que tal vez pasaría eso, ¿te acuerdas? -contestó.

– Y yo te contesté que estábamos en paz, que ya no le debo nada a Roy y que no necesito que me echéis mierdas inesperadas en mi vida.

– No pasará nada. Es imposible, te lo prometo.

– También es imposible que entres en esa habitación -dijo Little One- porque él está dentro.

– Tendré que resolver eso… ¿Ha pedido que le subieran la comida?

– Sólo una botella de vino y unas gambas. A ese hombre le encantan las gambas. Dice que está esperando un coche.

– ¿Van a venir a recogerle?

– No, se ha comprado un coche nuevo, un Mercedes. Me ha dicho que lo ha pagado al contado y que, o se lo daban esta noche, o no había trato. Al hombre le gusta hablar de sí mismo en ese plan.

– ¿Ha dicho que se iba?

– No, pero lo parece.

– ¿Y los otros dos tipos?

– No los he visto. No se alojan aquí, sólo pasan de vez en cuando.

– ¿Puedes averiguar si va a abandonar la habitación?

– ¿No te parece que los de recepción se extrañarían? ¿Cómo crees que puedo preguntar tal cosa?

– Yo diría que eso no le ha de crear ningún problema a un graduado del Dale Carnegie.

Little One les sirvió las bebidas en el jardín del hotel, mirando a Helene, que llevaba un vestido negro cruzado por pequeñas bandas. Luego le dirigió una mirada a Jack, pero no dijo nada. Se fue.

Y Helene dijo:

– Te has vuelto loco.

Él estaba pensando que aquél era el sitio ideal para empezar una noche, en el ambiente creado por el suave brillo de la luz y el sonido de la fuente y con unas cuantas bebidas… Pero dijo:

– Sólo te pido que le mantengas fuera de la habitación durante diez minutos.

– ¿Qué tengo que hacer, sacarle tirándole del pelo?

– Podrías, es canijo.

– Ésos son los peores; son más violentos.

– Subes a la 501. -Jack alzó los ojos-. En la última planta, el quinto piso. ¿Ves las habitaciones que se extienden desde la puerta del ascensor? Es su suite. Llamas a la puerta. Él abre. Le dices: «Oh, vaya, lo siento, me he equivocado de habitación.»

– «¿Oh, vaya, lo siento?»

– «Me he equivocado de habitación.»

– Estás prácticamente metido en el árbol. ¿Por qué no mueves un poco la silla para que te pueda ver?

– Estoy bien así.

– Te estás escondiendo, ¿verdad? -Cogió su whisky con agua y siguió mirándole-. ¿En qué andas metido, Jack?

– Te lo contaré después.

– Me dijiste que lo habías dejado.

– Y es verdad. Esto es otra cosa. Bueno, le dices «lo siento», vuelves y empiezas a andar.

– No lo haces por diversión, estoy segura.

– Empiezas a andar, das un par de pasos, te vuelves… ¿me estás escuchando?

– Me vuelvo.

– Y le dices: «Ah, si viene otra chica, será una amiga mía. Le dije que nos encontraríamos aquí, pero creo que me equivoco de habitación.» ¿Entiendes? Y luego le dices: «La esperaré abajo. Pero si por casualidad no la veo, ¿le puede decir que estoy en el jardín? Si no, estaré en el bar.»

– ¿Tengo que repetirlo palabra por palabra, Jack, o puedo improvisar un poco?

– Hazlo como quieras, mientras sepas lo que haces. No puedes irte, simplemente. Tienes que hacerle saber dónde vas a estar, para que vaya a buscarte.

– ¿Y qué pasa si no viene?

– Irá.

– Pero ¿y si no lo hace?

– Hará lo que tú quieras. Con esa mirada… Tampoco quiero decir que pongas los ojos en blanco, ni nada de eso.

– ¿Le saco la lengua?

– Tú ya sabes cómo hacerlo. Siempre has tenido tíos que te iban detrás.

– Pero no les hago nada.

– Venga, si podrías ser actriz, con tu variedad de miradas.

– ¿Es latino?

– De Nicaragua.

– ¿Es mono?

– Un muñeco, parece un camarero del Antoine… Lleva calzoncillos rojos.

– ¿Cómo lo sabes?

– Cuando baje, estarás en esta mesa. Te ofrecerá una copa, pero tú le dices: «No, gracias.»

– ¿Y por qué iba a decir eso?

– ¿Por qué? Porque no le conoces. Pero seguirá apretándote, y al final dices: «Bueno, de acuerdo, sólo una.» Habláis de todo y de nada, de cómo van las cosas de Nicaragua… Ah, intenta hacerle hablar de coches. Averigua si se acaba de comprar un Mercedes, sí, y hasta cuándo se queda, qué día se va del hotel. Menciona Miami, si puedes, a ver qué dice.

– Creía que sólo tenía que mantenerle ocupado.

– Bueno tendrás que hablar con él, no pensarás hacerle juegos de manos, ¿no?

– Podría bailar un zapateado. Encima de la mesa.

– Sólo necesito diez o quince minutos. O hasta que me veas allí arriba. Me quedaré en la galería un minuto. Le dices al tipo que vas al lavabo o lo que quieras, y nos encontramos en la acera de enfrente, en el bar del Sonesta… ¿De acuerdo?

– Pero ¿qué pasa si no baja?

– No puedo creer que seas tú quien dice eso. Con tu belleza, esos enormes ojos castaños…

– Mi nariz. Siempre te ha gustado mi nariz.

– Me encanta. Me encanta tu nariz.

– ¿Te gusta mi cabello así?

– Eres tú. -Lo era. Su rojo cabello, con pequeños rizos, estaba empezando a gustarle-. Helene, no puedo pensar en nada que pudiera impedirle bajar tras de ti.

– Ya, supongo.

El coronel Dagoberto Godoy abrió la puerta en calzoncillos rojos y con un ceño que en seguida desapareció.

Entonces Helene dijo:

– Oh, lo siento. Vaya, me he equivocado de habitación.

El coronel alargó la mano, la tomó del brazo con un agarrón que la sorprendió, y le hizo dar la vuelta para que le mirara.

– No te has equivocado de habitación. Ésta es la que buscabas. Venías a ver a un hombre, ¿no?

– Da la casualidad -dijo Helene- de que me alojo en este hotel. -Fría, pero no del todo enfadada-. Ahora veo que me he equivocado de piso al bajar del ascensor. Si tiene la amabilidad de soltarme el brazo y comportarse, no tendré que denunciarlo a la dirección.

Podía, pensaba Helene, darle un rodillazo en la entrepierna. Quitarle el gallito al arrogante canijo gilipollas.

Pero con eso no conseguiría que la invitara a una copa, ¿verdad?

Dejó que el coronel le dijese:

– Oh, por favor, perdóneme. Déjeme que le demuestre que soy un buen tipo de verdad…

Jack salió del ascensor hacia el recibidor y miró al jardín de la planta baja. Helene estaba sentada otra vez a la mesa. El coronel estaba de pie junto a ella, hablando, agobiándola, cogiéndole la mano, besándosela -¡por Dios!-, agarrándose a su mano mientras ella se sentaba, tomándoselo con calma.

Se volvió y pasó por delante del ascensor, de camino hacia la 501. Pegó el oído a la puerta, y usó su llave para entrar. Todavía estaba allí la botella de vino que había subido Little One, abierta, metida en una cubitera de plata. Un recipiente lleno de hielo derretido y colas de gamba. Colas de gamba en los ceniceros. Cartas en la mesita del televisor, las mismas que había visto la vez anterior.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bandidos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bandidos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Elmore Leonard - Raylan
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Djibouti
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Out of Sight
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Cuba Libre
Elmore Leonard
Elmore Leonard - 52 pickup
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Riding the Rap
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Bandits
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Glitz
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Hombre
Elmore Leonard
Elmore Leonard - Maximum Bob
Elmore Leonard
Отзывы о книге «Bandidos»

Обсуждение, отзывы о книге «Bandidos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x