Graham Masterton - La Pesadilla

Здесь есть возможность читать онлайн «Graham Masterton - La Pesadilla» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Pesadilla: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Pesadilla»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El juez O`Brian, famoso por su lucha contra el narcotráfico, es nombrado para ocupar una vacante en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Pero el helicóptero en el que se dirige a Washington junto con su mujer y su hija se estrella.
La compañía de seguros encarga el caso a un investigador, Michael, caso que, en principio, no presenta grandes dificultades: tanto las Fuerzas Aéreas como la policia defienden la hipótesis de que el siniestro fue un accidente.
Pero las cosas se complican cuando, pasado algún tiempo, aparece la hija de O`Brian con señales de haber sido cruelmente torturada.
Extraños individuos de tez pálida, en los que no hacen mella las balas, empiezan a perseguir a Michael. Una serie de coincidencias acabarán poniendo el descubierto una poderosa organización responsable de magnicidios a lo largo de la historia. La suerte está echada y la sombra del mal sumerge al lector en una verdadera pesadilla.

La Pesadilla — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Pesadilla», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Salió limpiándose la boca con papel higiénico. Dijo, como si aquello lo explicara todo:

– El zumo de naranja.

– Esa es una de las razones por las que yo nunca desayuno -le comentó Thomas.

– ¿Y nunca se acostumbra uno a ello? -quiso saber el inspector Jaworski.

Se lo diré si alguna vez me acostumbro -repuso Thomas-. Venga… será mejor que echemos un vistazo.

Subieron por un empinado tramo de escaleras cubiertas con moqueta marrón hasta el primer rellano. Delante de ellos apareció un gran ventanal de cristal, de colores amarillo y sepia, que representaba un dibujo de orquídeas y lirios silvestres. Ello le onrería al rellano la misma luz desvaída y de tono marrón de las fotografías del vestíbulo.

A la derecha había una puerta de caoba cerrada. Thomas le preguntó al inspector Jaworski:

– ¿Qué hay ahí dentro?

– El cuarto de baño, señor.

Thomas abrió la puerta y miró el interior. El cuarto de baño estaba helado y olía a humedad. Las paredes se encontraban cubiertas de azulejos hasta media altura, cerámica italiana esmaltada y decorada en tonos marrón, y la parte superior de las paredes estaba esmaltada en amarillo ocre y moteado de puntitos negros de moho. Una enorme y anticuada bañera se alzaba justo en la mitad de la pared del fondo. Estaba muy manchada por dentro con círculos de grasa grisácea, y tenía unas manchas marrón oscuro. El agujero del desagüe estaba taponado con cabellos humanos de color gris.

– ¿El forense ha examinado esto? -quiso saber Thomas.

– Todavía no, teniente. Están muy ocupados con lo que hay en el dormitorio.

– Encargúese de que tomen muestras de ese cabello. -Se dirigió hacia el espejo moteado de marrón que había encima del lavabo y pasó la punta de un dedo por el estante que había debajo del espejo. Estaba incrustado de jabón de afeitar rancio y de diminutas motas negras. Puso el dedo bajo la nariz del inspector Jaworski-. Barba humana. Dígales que tomen una muestra de esto también.

El inspector Jaworski examinó aquello con un desagrado mal disimulado.

– Lo que usted diga, señor.

Thomas echó una ojeada por todo el cuarto de baño: paredes, suelo, techo y luces. Luego se quedó mirando su propia imagen reflejada en el espejo durante un momento largo y pensativo. Por fin dijo:

– Vale.

Y salió de allí con David y el inspector Jaworski pisándole los talones.

El dormitorio era la segunda puerta del rellano. En la parte exterior estaba apostado un guardia corpulento y pelirrojo que tenía los brazos cruzados sobre la barriga. Del interior de la habitación llegaba el parpadeo de los flashes como relámpagos de verano, y Thomas oyó a alguien que decía:

– Coge un par de tomas más de los pies. De los pies, por amor de Dios.

Thomas le dio una palmada en el hombro al guardia.

– ¿Cómo va eso, Jimmy? ¿Eres ya abuelo?

– Todavía no, teniente. Para el diez de agosto -repuso el guardia-. Y es una niña.

– Bueno, dale un beso de mi parte a Eileen -le dijo Thomas-. Y no te olvides de los puros.

Antes de que Thomas pudiera dar un paso más, el guardia levantó una mano para que se detuviera y le hizo una seña con la cabeza indicándole la puerta del dormitorio.

– Respire hondo, teniente. Éste es uno de los malos.

Thomas lo miró. Si Jimmy O'Sullivan decía que era malo, es que era malo.

– Gracias, Jimmy.

Inspiró profundamente y entró en la habitación.

Cuatro focos de luz habían convertido el dormitorio en un escenario deslumbrante y surrealista. Dos funcionarios del forense se hallaban a gatas en el rincón más alejado cepillando con mucho cuidado la peluda alfombra blanca en busca de cabellos, fibras y otras menudencias de interés. Un joven fotógrafo de la policía que lucía un tupé untado de brillantina estaba ajustando el trípode para tomar algunos primeros planos desde los pies de la cama. Y un hombre delgado y con gafas, vestido con una bata de laboratorio de color azul claro, se hallaba de pie junto a la cama, con un tablero para escribir metido debajo del brazo, un lápiz detrás de la oreja, parecida a la de un duende, y aspecto pensativo.

Fue la propia cama lo que impresionó a Thomas más que ninguna otra cosa. A primera vista pensó que se encontraba cubierta con una sábana de color marrón oscuro. Pero cuando vio las moscas azules que hormigueaban por toda la superficie cayó en la cuenta de que no se trataba de una sábana marrón oscuro, sino de una sábana blanca que estaba completamente empapada de sangre, sangre que debía de haber sido de un vivo color escarlata en el momento en que fue derramada, pero que ahora se había oxidado hasta adquirir el aspecto de una extensa costra llena de manchas.

En medio de la cama, boca abajo, yacía el cuerpo desnudo de una joven. La habían atado de pies y manos con tres vueltas de alambre oxidado; tenía las manos a la espalda y las rodillas levantadas. El largo cabello estaba tan densamente cuajado de sangre seca que Thomas fue incapaz de determinar cuál habría podido ser el color natural. Se hallaba en un estado de putrefacción muy avanzado, de modo que la piel había adquirido cierta palidez de un color verde grisáceo, casi luminoso, pero se encongaba también llena de golpes, cicatrices y quemaduras, más allá incluso de lo que cualquiera pudiera llegar a creer.

De uno de los bolsillos, Thomas sacó el pañuelo, lo desdobló y lo extendió sobre la palma de la mano. De otro bolsillo sacó un frasquito de esencia de clavo, que Megan le compraba con regularidad en una pequeña tienda de delicatessen situada cerca de Faneuil Hall. Echó esencia en el pañuelo, volvió a doblarlo y luego se tapó con él la nariz y la boca.

Se acercó al hombre de la bata de laboratorio azul pálido, que no llevaba ninguna clase de máscara.

– Teniente Boyle -se anunció a sí mismo con la voz amortiguada por el pañuelo-. Creo que no nos conocemos, ¿verdad?

– Victor Kurylowicz -repuso el médico-. He llegado hace un mes de Newark, Nueva Jersey. No voy a darle la mano.

Thomas miró el cadáver de la joven. Tenía la cara medio tapada por el cabello, de manera que sólo podía verle la parte inferior de la nariz y la boca. Debajo de la barbilla había una masa de gusanos. Parecía como si estuviera hirviendo.

– No sé cómo es usted capaz de soportar el olor -le indicó a Kurylowicz.

El médico se encogió de hombros.

– No es cuestión de si soy capaz de soportarlo o no. El olor es importante. Me dice cosas. ¿Recuerda lo que decía Coleridge acerca de Colonia? «¡Conté dos y setenta hedores, todos bien definidos, y varios tuyos!»

– Oh… es usted un erudito en literatura -observó Thomas.

– Soy médico forense -repuso Kurylowicz. Detrás de las gafas de montura negra tenía unos ojos agudos y oscuros-. Lo que yo conozco son los cadáveres y todo lo que tiene que ver con ellos. En particular cadáveres que hayan sufrido un trato de este tipo.

Thomas miró a Kurylowicz por encima del pañuelo. El hedor de sangre seca y de la carne en descomposición era tan fuerte que incluso empezaba a sobrepasar los olores aromáticos del pañuelo empapado de clavo. Tenía una espantosa madurez que siempre le recordaba el olor a gas, a manzanas y a alcantarilla. Pensó que iba a asfixiarse o que, aunque no fuera así, nunca podría volver a oler otra cosa que no fuera la muerte.

– ¿Quiere decirme usted algo sobre la víctima? -preguntó con la garganta tensa.

Kurylowicz echó un vistazo a las notas que había tomado.

– Desde luego. Esta desafortunada señorita es caucasiana, de unos veinte o veintiún años, pelo rubio y ojos azules. Pesaba unos cincuenta quilogramos, creo yo, cuando murió, lo cual significa que su peso estaba un poco por debajo de la media para su edad y estatura, aunque no de un modo drástico. En otras palabras, quienquiera que la mantuviera cautiva la alimentaba bien. Basándome en un examen superficial, yo diría que perdió la vida hace poco más de un par de semanas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Pesadilla»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Pesadilla» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Graham Masterton
Graham Masterton - Mirror
Graham Masterton
Graham Masterton - The Devils of D-Day
Graham Masterton
Graham Masterton - Revenge of the Manitou
Graham Masterton
Graham Masterton - Das Atmen der Bestie
Graham Masterton
Graham Masterton - Irre Seelen
Graham Masterton
Graham Masterton - Innocent Blood
Graham Masterton
Graham Masterton - Festiwal strachu
Graham Masterton
Graham Masterton - Brylant
Graham Masterton
Graham Masterton - Kły i pazury
Graham Masterton
Graham Masterton - Manitú
Graham Masterton
Graham Masterton - Dom szkieletów
Graham Masterton
Отзывы о книге «La Pesadilla»

Обсуждение, отзывы о книге «La Pesadilla» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x