Thomas Harris - Hannibal

Здесь есть возможность читать онлайн «Thomas Harris - Hannibal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Hannibal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Hannibal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Han pasado diez años desde que el Doctor Lecter escapó de sus captores. La agente Sterling no ha podido dejar de pensar en volver a atraparle y cuando aparece un rastro en Florencia comienza la caza.

Hannibal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Hannibal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ayer por la mañana temprano, si tenemos en cuenta que ha hecho frío -puntualizó el doctor Hollingsworth.

– Pero la temporada ha empezado esta mañana -continuó el guarda-. Este Donnie Barber tenía un aguardo elevado sin montar. Parece que llegó para prepararse con tiempo, o para cazar ilegalmente. Si no, ¿para qué iba a llevar el arco si sólo quería montar el acecho? Entonces aparece este ciervo imponente y el tío no se puede aguantar. Lo he visto montones de veces. Es más frecuente que la mierda de jabalí. Y entonces llega el otro cuando se ha puesto a sacar tajadas. No sabría decir nada por las huellas, porque había estado lloviendo muy fuerte, empezaba a escampar cuando llegué…

– Por eso hicimos un par de fotos y retiramos los cuerpos -explicó el sheriff Dumas-. El viejo Peckman es el dueño de ese bosque. El tal Donnie tenía un permiso de dos días para cazar allí, a contar desde hoy, con la firma de Peckman. Peckman solía hacerlo una vez al año, lo anunciaba en los periódicos y hacía que se lo movieran unos intermediarios. Donnie también llevaba una nota en el bolsillo de atrás que decía: «Mi enhorabuena por esos dos días para cazar ciervos». Los papeles están húmedos, señorita Starling. No tengo nada contra nuestros chicos, pero quizá convenga que examinen las huellas los de su laboratorio. Y las flechas. Todo estaba empapado cuando llegamos. Procuramos no tocar nada.

– ¿Quiere llevarse las flechas, agente Starling? ¿Cómo quiere que las extraiga? -le preguntó el doctor Hollingsworth.

– Si es posible, me gustaría que las sujetara con retractores y las serrara por el lado de las plumas; luego empuje la otra mitad afuera. Así podré fijarlas con alambre al panel de pruebas -le pidió Starling, abriendo su cartera.

– No creo que tuviera tiempo de ofrecer resistencia, pero ¿quiere una muestra de las uñas?

– Prefiero que se las extraiga para hacer la prueba del ADN. No hace falta que las etiquete dedo por dedo, sólo separe las de las dos manos, ¿le importa, doctor?

– ¿Podrán examinar la reacción en cadena de la polimerasa, y la repetición de secuencias cortas de los genomas haploides?

– En el laboratorio central sí. Le informaremos dentro de tres o cuatro días, sheriff.

– ¿Pueden examinar la sangre del ciervo? -preguntó el guarda.

– No, basta con saber que es sangre animal -contestó Starling.

– ¿Y si acabamos encontrando la carne del ciervo en el frigorífico de alguien? -sugirió Moody-. Sería importante determinar si pertenece a este ciervo, ¿no le parece? A veces necesitamos distinguir a un ciervo de otro mediante análisis de sangre, para los casos de caza furtiva. Cada ejemplar es distinto. No había pensado en eso, ¿verdad? Mandamos las muestras a Portland, Oregón, al Departamento de Caza y Pesca de allí; ellos le darán la información, si es que se puede esperar. Te contestan diciendo: «Éste es el ciervo número uno», o lo llaman «el ciervo A», con un número bien largo para el caso, porque supongo que sabe que los ciervos no' tienen nombre… Aquí de eso sabemos un poco.

A Starling le gustaba la cara de Moody, curtida por las muchas horas pasadas a la intemperie.

– Pues a éste lo vamos a llamar «John Doe», [6]guarda Moody. Le agradezco que me haya informado de lo de Oregón, puede que tengamos que hacer negocios con ellos alguna vez. Gracias -dijo, y le sonrió hasta que el hombre se ruborizó y se puso a jugar con el sombrero.

Mientras estaba inclinada revolviendo en su bolso, el doctor Hollingsworth se la quedó mirando embelesado. La cara de la mujer se había animado tras la charla con el pobre Moody. El antojo de la mejilla parecía más bien una quemadura de pólvora. Estuvo a punto de preguntárselo, pero se lo pensó dos veces.

– ¿Dónde han guardado los papeles? No los han metido en bolsas de plástico, ¿verdad? -le preguntó Starling al sheriff.

– En bolsas de papel. Una bolsa de papel nunca le ha hecho daño a una prueba -el sheriff se frotó la nuca y miró fijamente a Starling-. Supongo que se imagina por qué llamé a su oficina, por qué quería que viniera Jack Crawford. Me alegro de que viniera usted, ahora que me he dado cuenta de quién es. Nadie ha pronunciado la palabra «caníbal» fuera de esta sala, porque la prensa saldría de estampida hacia el bosque y lo pondrían todo patas arriba. Lo único que saben es que podría tratarse de un accidente de caza. Han oído rumores de que el cuerpo sufre alguna mutilación. Pero no saben que a Barber le han dejado las costillas al aire. No hay muchos caníbales entre los que elegir, agente Starling.

– No, sheriff, no demasiados.

– Y es un trabajo jodidamente limpio.

– Sí, señor, una obra de arte.

– Puede que me se me haya ocurrido por haberlo visto tanto en los periódicos… pero ¿cree usted que esto puede ser obra de Hannibal Lecter?

Starling se quedó mirando una araña que se colaba por el desagüe de la mesa de autopsias vacía.

– La sexta víctima del doctor Lecter fue un cazador con arco -dijo.

– ¿Se lo comió?

– A ése, no. Lo dejó colgado en un panel para herramientas con todas las heridas imaginables. Le dio el mismo aspecto que un grabado médico conocido como el «Hombre herido». Le interesan las cosas de la Edad Media.

El patólogo señaló hacia los pulmones extendidos sobre la espalda de Donnie Barber.

– Usted ha dicho que se trataba de un ritual antiguo.

– Eso creo -respondió Starling-. No sé si esto es obra del doctor Lecter. Si lo es, la mutilación no tiene nada que ver con ningún fetichismo, y lo de las alas no forma parte de un comportamiento compulsivo.

– Entonces, ¿qué es?

– Un capricho -dijo Starling, mirándolos para comprobar si la definición, que le parecía exacta, los había desconcertado-. Es un capricho, parecido al que hizo que lo atraparan la última vez.

CAPÍTULO 59

El laboratorio de ADN era nuevo, olía a nuevo y el personal era mas joven que ella. A esto último tendría que ir acostumbrándose, pensó Starling con una punzada. Y muy pronto sería un año mas vieja.

Un» joven cuya tarjeta de identificación decía «A. BENNING» firmó el recibo de las dos flechas.

A. Benning había tenido algún que otro disgusto en la recepción de pruebas, a juzgar por su evidente alivio cuando vio los dos proyectiles fijados con esmero al tablero de pruebas de Starling con alambres forrados de plástico.

– No se imagina lo que me encuentro algunas veces cuando abro estas cosas -le confesó A. Benning-. Supongo que sabe que no podré decirle nada enseguida, esto no es cosa de cinco minutos…

– Claro -la tranquilizó Starling-. No hay referencias sobre el RFLP [7]del doctor Lecter. Se escapó hace mucho tiempo y las muestras antiguas han pasado por un centenar de manos y ya no son fiables.

– El laboratorio tiene demasiado trabajo como para examinar todas las muestras, no podemos comparar catorce cabellos de una habitación de motel, como nos traen a veces. Si pudiera traerme…

– Escúcheme -la interrumpió Starling-, y luego hable. He pedido a la Questura italiana que me manden el cepillo de dientes que creen perteneció al doctor Lecter. Podrá conseguir células epiteliales de él. Haga tanto la prueba del RFLP como la de secuencias recurrentes de genomas. Esta flecha de ballesta ha estado bajo la lluvia, así que dudo que le sirva de mucho. Pero mire esto…

– Lo siento, no imaginaba que usted supiera… Starling consiguió sonreír.

– No se apure, A. Benning, ya verá como nos entendemos de maravilla. Fíjese, las dos flechas son amarillas. La de ballesta, porque la han pintado a mano; no es un mal trabajo, pero se notan las pinceladas. Mire aquí, ¿qué le parece eso que se ve bajo la pintura?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Hannibal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Hannibal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Silverberg - Hannibal’s Elephants
Robert Silverberg
Thomas Harris - Black Sunday
Thomas Harris
Thomas Harris - Domingo Negro
Thomas Harris
Thomas Harris - Czerwony Smok
Thomas Harris
Thomas Harris - Red Dragon
Thomas Harris
Thomas Harris - Hannibal Rising
Thomas Harris
Thomas Harry - Echt und stark
Thomas Harry
Thomas Harris - Gesta de lobos
Thomas Harris
Отзывы о книге «Hannibal»

Обсуждение, отзывы о книге «Hannibal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x